City of Witches capítulo 119
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Una Vida Cotidiana Feliz IV
Parte 1
La cabaña no
tenía comedor.
Ni siquiera había
espacio suficiente para una cocina, y mucho menos para colocar una mesa de
comedor independiente. Tampoco era posible colocarla en el jardín porque allí
había otro inmueble construido.
“¿Nos bañamos
juntos?”
“¡Pfff!”
Siwoo, que estaba
sentado en el escritorio frente a la chimenea mientras cenaba, escupió el zumo
de ciruela que estaba bebiendo de forma cómica.
“*¡Cough! ¡Cough!*”
Gracias a la
telequinesis y a los maravillosos reflejos de Amelia, no se derramó ni una sola
gota del zumo. En su lugar, la dirigió hacia un cuenco vacío.
La reacción de
Siwoo fue natural.
¿Qué quiso decir ella? ¿Quiere que nos bañemos juntos tan de repente?
“¿Perdón...?”
“Cuando solía
quedarme aquí, a menudo me bañaba junto a mi maestra. Quiero hacer lo mismo contigo.” Dijo
Amelia con voz tranquila.
Si su cuerpo
seguía creciendo y recuperaba más recuerdos, proponerle esta idea crearía una
situación incómoda para ambos. Por eso Amelia eligió este momento exacto para
proponerle la idea.
Lo que quería
ella, era pasar momentos felices con él antes de que fuera demasiado
tarde.
Al oír sus
palabras, Siwoo se puso nervioso.
Aunque ya había
tenido experiencia con las gemelas, cuando fue con ellas a los baños públicos,
aún le costaba aceptar la idea de que se bañara con un miembro del sexo
opuesto.
Tras observar su
reacción, Amelia continuó.
“Por supuesto,
llevaré mi ropa interior. Tú también llevarás la tuya, Siwoo.”
La corona que
Siwoo le había hecho antes aún descansaba sobre su cabeza.
El agua goteaba
del tallo roto de la flor y empapaba su cabello rubio, pero ella lo ignoró y
prefirió no quitársela de la cabeza.
“Estoy bien con
eso...”
Al oír que
llevarían puesta la ropa interior, Siwoo se sintió aliviado.
Amelia respondió
con una suave sonrisa y un gesto de asentimiento de cabeza.
“Muy bien, voy a
calentar el agua. Prepárate y sal cuando termines.”
“Okay.”
Entonces ella
salió y se dirigió hacia el anexo.
Del interior de
aquella pequeña estructura que parecía un almacén, sacó un gran barril de
madera y encendió un fuego para calentar agua en su interior.
Si hubiera gente
a su alrededor, ni se le ocurriría hacer esto.
Sin embargo, los
altos árboles de ostras rodeaban la zona como una pantalla protectora y éste no
era el tipo de lugar en el que la gente se tropezaría.
Entonces arrastró
el barril de madera, ahora lleno de agua caliente, hasta el patio delantero.
Siwoo, que llevaba una bata para protegerse de la brisa, la siguió de
cerca.
“¿Nos bañaremos
aquí?”
“Sí. ¿Quieres
entrar primero?”
Siwoo se quitó la
bata y se la dio a Amelia.
Como no veía
mucha diferencia entre llevar traje de baño y ropa interior, Amelia no se
sintió demasiado cohibida.
Siwoo se subió al
barril de madera y entró.
Aunque aún era
primavera, la noche era bastante fresca. Pero, en cuanto se sumergió en el agua
tibia, le invadió un reconfortante calor y somnolencia.
“Espera un
momento.”
Amelia dobló
cuidadosamente su bata y la colocó sobre el césped antes de empezar a quitarse
la suya.
Al ver esto, la
cara de Siwoo empezó a sonrojarse mientras apartaba enérgicamente la
mirada.
Amelia se desató
la cinta de la cintura y se puso rápidamente la ropa interior.
Llevaba una
lencería blanca, la menos reveladora de todas las que tenía.
Amelia caminó
despreocupadamente hacia el barril de madera y se dejó caer dentro.
—¡Splash!
El sonido del
agua al salpicar resonó en el tranquilo bosque.
Debido al pequeño
tamaño del barril de madera, los dos no tendrían más remedio que tocarse la
piel si entraban juntos en él.
La atención de
Siwoo se centró en la parte superior del cuerpo de Amelia, que estaba al
descubierto para él, ya que el agua sólo cubría su cuerpo hasta la
cintura.
Un sujetador
blanco era la única pieza de tela que envolvía sus pechos flexibles y
redondeados. Su clavícula al descubierto desprendía un aire de elegancia.
Con el cabello
recogido, su seductor escote se hacía prominente.
Su cintura era
perfecta, como una obra maestra de un maestro escultor.
“Intenta no
sentarte en una posición tan incómoda. Relájate y siéntate cómodamente.”
Al notar cómo él
se encorvaba, Amelia le dijo eso en tono tranquilizador.
“Pero entonces,
mi cuerpo tocará el suyo, Srta. Amelia...”
“Hemos estado
haciendo eso todas las noches.
Nuestros cuerpos estaban prácticamente pegados el uno al otro mientras
dormíamos.”
Amelia se aguantó
las ganas de decir algo del tipo: “La
diferencia es que llevábamos la ropa puesta”.
Al oír sus
palabras, Siwoo enderezó su postura.
Podía sentir el
tacto de la suave piel de ambos.
Una vez que
ajustó su postura para estar más cómodo, Amelia finalmente presionó sus nalgas
contra el fondo del barril.
En comparación
con Siwoo, que tenía el cuerpo sumergido hasta la barbilla, Amelia tenía el
suyo hasta el pecho.
“¿Te molestaría
cerrar los ojos un momento?”
“¿Perdón? Está
bien.”
Al oír su
petición, Siwoo cerró los ojos obedientemente.
—¡Snap!
Como si hiciera
un truco de magia, Amelia chasqueó los dedos antes de hablar con Siwoo.
“Ya puedes abrir
los ojos.”
Al principio
Siwoo intentó abrir lentamente los ojos, pero al instante los abrió de par en
par sorprendido.
“¡Wow...!”
La suave luz de
ambiente, que emanaba de la cabaña, desapareció.
En medio del
sereno bosque, lejos de la bulliciosa ciudad, la cabaña era lo único que
proporcionaba luz en este lugar. Pero ahora que su luz se había desvanecido,
los alrededores se habían vuelto completamente negros.
Sin
embargo...
“E-Esto es tan
bonito, Srta. Amelia...”
El cálido
resplandor escarlata de la cabaña fue sustituido por un resplandor plateado que
rodeaba el cañón.
Rodeado por los
majestuosos árboles de ostras, decorado por el cielo que estaba lleno de
estrellas azules.
Siwoo echó la
cabeza hacia atrás, cautivado por las estrellas que parecían caer en cascada
sin fin.
“Parece que hay
demasiadas para contarlas...”
El cielo nocturno
sin nubes parecía una obsidiana pulida mientras emanaba un suave
resplandor.
“Tenía muchas
ganas de enseñarte esto.”
No era un deseo
ostentoso ni extravagante, simplemente quería experimentar esta escena junto a
Siwoo.
En ese momento,
el pie estirado de Siwoo presionó involuntariamente el muslo interno de
Amelia.
Debido al espacio
reducido, los más mínimos movimientos que hacían, llevaba a que sus cuerpos se
tocaran.
“L-Lo siento.”
“No pasa nada. Te
haré un poco de espacio.”
Después de decir
esas palabras, Amelia, que tenía el cuerpo sumergido hasta el cuello en ese
momento, inclinó la parte superior de su cuerpo ligeramente hacia atrás.
Como
consecuencia, cuando la parte superior de su cuerpo volvió a la superficie, se
formaron ondas en el agua.
“...”
La visión hizo
que Siwoo se olvidara de las estrellas que acababa de ver. En su lugar, se
quedó mirando a Amelia, con la boca ligeramente abierta.
Al sentir su
intensa mirada, Amelia bajó la vista y se dio cuenta de que estaba mirando su
escote.
Había algo en lo
que Amelia se había equivocado.
La ropa interior
y los trajes de baño eran dos tipos de prendas diferentes.
Por lo general,
los trajes de baño eran bastante gruesos, por lo que no cambiaban aunque
estuvieran empapados en el agua. En cambio, la ropa interior estaba hecha de un
material que absorbía fácilmente el agua. Gracias a ello, su sujetador se ceñía
con fuerza a su pecho, revelando su tez clara y su piel blanca.
Y había otra
razón por la que las pupilas de Siwoo se dilataron al contemplar su
pecho.
Desde los pezones
hasta las areolas, podía verlos a través de la tela blanca.
“Lo-lo siento.”
Rápidamente
desvió la mirada.
Amelia no se
sintió ofendida por ello, sino que su reacción le pareció lindo.
Antes pensaba que
si tuviera una relación oficial con él, probablemente se sentiría un poco
incómoda por su mirada.
Pero, en
realidad, se sentía tranquila.
Sabía que
prácticamente le estaba enseñando la parte superior de su cuerpo, pero no
sintió ni una pizca de vergüenza.
El corazón le
latía con fuerza, pero no sentía la necesidad de taparse ni de obligarle a
apartar la mirada.
Fue una sensación
extraña para ella.
¿Es por su aspecto infantil?
¿O tal vez hay algo que ha cambiado en mi corazón?
“Acércate, te
lavaré el cuerpo.”
Amelia recogió
suavemente el agua con la mano y limpió con delicadeza la cara de Siwoo, que
tenía los ojos fuertemente cerrados.
Luego, envolvió cuidadosamente
su cabeza con una pequeña toalla que había preparado de antemano.
Podría haber
hecho todo esto en un instante con magia.
Pero, al darse
cuenta de que estas acciones lentas e ineficaces podían tener un valor previo,
se abstuvo de utilizarla.
A continuación,
ambos lavaron sus cuerpos juntos hasta que el agua tibia se volvió fría.
Parte 2
“... Phew.”
Siwoo trató de
calmar su cara sonrojada tomando sorbos de la leche fría que trajo Amelia.
Como había pasado
mucho tiempo en el agua, se le habían arrugado las puntas de los dedos.
Fue demasiado
descuidado al pensar que bañarse junto a Amelia en ropa interior estaría
bien.
El vago contorno
que mostraba su ropa interior consiguió estimular su imaginación, lo que le
obligó a soportar bañarse con las piernas cruzadas.
'Gracias, Siwoo.'
Mientras dejaba
la botella de leche vacía y se secaba el cabello con una toalla, recordó de
repente los acontecimientos que habían tenido lugar esta mañana.
La sonrisa de
Amelia, que brillaba como una radiante flor dorada, le cautivó
momentáneamente.
Sorprendentemente,
hizo que su corazón diera un vuelco.
Sus labios se
crisparon, como si estuviera a punto de estallar en carcajadas.
“Entra en razón.”
Se dio una
palmada en las mejillas con las manos.
Pero, el rostro
brillante de ella aún permanecía en su mente.
Además, ver su
pecho, que sólo había visto a través de la sensación que le producían sus
manos, añadió más detalles a su recuerdo.
—Toc toc
De repente, oyó
unos golpes.
La voz de Amelia
llegaba desde el otro lado de la puerta.
“¿Quieres que
durmamos juntos hoy también, Siwoo?”
“Sí. Iré contigo
poco después de cambiarme de ropa.”
“De acuerdo.”
Su intercambio
fue breve, pero él sintió una sensación inexplicable en su cuerpo.
Siempre que se
acostaba con ella, le dejaba tocar sus pechos a placer.
Cuando la idea de
pasar la noche juntos cruzó por su mente, también recordó su expresión de
ayer.
Para un joven que
acababa de desarrollar un interés por el sexo opuesto, este tipo de cosas resultaban
demasiado provocativas.
La visión de
Amelia, que siempre le había transmitido una atmósfera amable e inocente,
temblando cada vez que le acariciaba un pezón despertaba en él una sensación
peculiar.
¿Me dejará hacerlo otra vez esta noche?
Siwoo sintió un
cosquilleo en la parte inferior del cuerpo, no debido a su deseo sexual
reprimido, sino a su intensa curiosidad.
Después de
ponerse un pijama beige que Amelia le había comprado, Siwoo llamó a su puerta
con el corazón palpitante.
“Adelante.”
Al abrir la
chirriante puerta de madera, descubrió una ventana triangular, alineada con la
forma del tejado.
Amelia estaba
acurrucada en una manta, apoyando la espalda en una almohada. La disposición de
la cama hacía pensar que la ventana antes indicada servía de cabecero.
Siwoo pudo ver
que su delicado cabello brillaba bajo la luz de la luna.
“¿Todavía te da
miedo dormir solo, Siwoo?”
“N-No, no es nada
de eso...”
Enfrentándose a
este tipo de situación, era imposible que Siwoo actuara como un imbécil y
dijera en voz alta: “Disfruto durmiendo
con usted, Señorita Amelia”.
Al ver su
vacilación, Amelia le dedicó una sonrisa.
“Siwoo.”
“¿Sí?”
“¿Por qué me
miraste los pechos antes?”
“¿Perdón...?”
“Ya sabes,
¿cuando nos estábamos bañando juntos?”
La pregunta
directa de Amelia lo dejó pensativo.
Independientemente
de su relación, seguía siendo de mala educación que él mirara su cuerpo de esa
manera.
Por eso había
intentado reprimir el deseo de mirar su pecho. Pero parecía que Amelia lo había
notado desde el principio.
“U-Um, eso es...”
Esto dejó a Siwoo
sin saber qué hacer.
Al ver esto,
Amelia negó con la cabeza antes de tranquilizarlo, quien parecía tener miedo de
enfrentar su ira.
“No estoy
enfadada.”
“Lo siento...”
De pie junto a
Amelia, Siwoo juntó las manos y bajó la cabeza, intentando ocultar su
rostro.
El hecho de que
ella hubiera notado su mirada le hizo sentirse avergonzado.
“¿Puedes ser
sincero conmigo?”
“...”
Después de otro
momento de vacilación y de darse cuenta de que Amelia no estaba enfadada con
él, habló con cautela.
“Yo-yo quería
mirar... N-No fue intencional... M-Mis ojos fueron atraídos hacia ella sin que
me diera cuenta...”
“No pasa nada.
Como dije, no estoy molesta. Puedes levantar la cabeza, Siwoo.”
Su tono gentil y
comprensivo pareció calmar su estado de nerviosismo. Siwoo se armó de valor y
levantó lentamente la cabeza.
Amelia seguía
sentada con la espalda apoyada en la almohada. Su mirada era cálida.
“Gracias por
regalarme una corona de flores tan bonita.”
“S-Sí. Te haré
otra la próxima vez.”
“Lo estoy
deseando que llegue.”
Al ver la
expectación en su mirada, él se sintió avergonzado y se rascó la cabeza.
Su conversación
se apagó en ese momento, dando lugar a un ambiente un poco incómodo.
Amelia se aclaró
la garganta y miró directamente a los ojos de Siwoo antes de abrir la
boca.
“Sé que esto no
es algo que deba pasar.”
—Rustle
Siwoo oyó el
sonido de una manta que se levantaba.
Amelia levantó la
manta que cubría su cuerpo, dejándola caer mientras seguía sentada.
Al mismo tiempo,
la parte superior de su cuerpo quedó al descubierto.
A diferencia de
antes, cuando Siwoo sólo podía ver un atisbo de su pecho a través de su ropa
interior mojada, ahora podía verlo todo.
Sus pechos
estaban expuestos sin que ninguna tela obstaculizara la visión de Siwoo.
Mientras Amelia se tapaba tímidamente la boca, los pechos en forma de melocotón se balanceaban sutilmente.
“Aun así, quiero satisfacer tu deseo.”