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Goblin Slayer Vol. 5 capítulo 7

"Leer Goblin Slayer Volumen 5 capítulo 7 novela ligera en español."

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Este capítulo fue traducido por Einherjar Project, todos los créditos.


 Goblin Slayer volumen 5 capítulo 7 en español


Esperaaa...!!
Goblin Slayer vol. 5

 Luego de la Confrontación – Un Nuevo Día


—¡Muy biiiieeen! ¡Logramos sobrevivir otro año! — Ya iba a amanecer, y la emocionada voz de la recepcionista resonó en la abarrotada taberna. —Para agradecer a los dioses del destino y la casualidad, orden y caos, ¡divirtámonos mucho hoy!

—¡Feeliiiiiiiizzz Año Nuevo! — Gritaron los aventureros en un gran unísono; ellos levantaron sus copas, brindaron, y bebieron.

Era realmente una vista inspiradora.

Todos los aventureros de la ciudad estaban reunidos en la taberna del Gremio, prácticamente desbordando el lugar. Hoy, el largo invierno finalmente había terminado, y el nuevo año estaba empezando, motivando a todo el mundo a alzar sus voces.

—¡Te lo digo, hice todo tipo de cosas el año pasado!

—Ah, en serio.

El lancero estaba ocupado enumerando sus muchas valientes acciones, murmurando dentro de su bebida. A su lado, la voluptuosa bruja tenía una sensual sonrisa.

—Derroté a la mierda con mi lanza, maté a un montón de monstruos, incluso obtuve experiencia con la magia.

—Soy muy consciente de ello.

—¡Y ese es el por qué no deberías compararme con un bicho raro con una fijación por los goblins!

—Vale, vale. Ciertamente, trabajaste duro.

En la mesa de al lado, el grupo del guerrero pesado se burlaba de sus líderes acerca de su incipiente romance.

—Y eso es todo, ¡deberías tranquilizarte!

—S-sí. Espera. ¿Estás hablando de la carta que te envió tu madre el otro día?

—Ella dice: “¿cómo puedes llamarte un buen hijo si dejas a tus padres en casa preocupándose por ti?”

—Er, sa-sabes que mis padres están muertos.

—…Oye, ¿me están escuchando?

—Sí, sí, claro que lo estamos. ¿Alguien puede hacer algo con este borracho?

—Tú eres la novia de nuestro líder. Vamos, haz algo ya.

—¡Lo apoyo!

—Apúrate y toma la responsabilidad. El resto de nosotros no puede controlarlo.

—¡No abandonaré mi voto como una apropiada paladín del Orden!

—¡Maldita sea, ¿nadie sabe cómo escuchar aquí?!

Al final, alguien con talento para instrumentos de cuerda fue motivado a tocar una melodía. Todos en la sala comenzaron a tararear el interminable y suave réquiem.

Oh aventurero,

que tragedia que debas morir.

Escaso espacio hay en una lápida.

Oh aventurero, no sé tu nombre,

Pero, aunque no nos lo has dejado,

oh aventurero, si me llamas amigo…

oh mi amigo,

que tragedia que debas morir.

La gente clama que hay muchos hedonistas entre los aventureros. Esos que no les preocupaba el mañana, sin prestar atención al pasado ni al futuro.

Pero eso no es precisamente cierto.

Muchos aventureros que han sobrevivido durante mucho tiempo son realistas. Ellos reconocen que uno puede perseguir un sueño, puede usar todos los medios disponibles, pero aun así uno puede morir sin alcanzarlo.

Qué tonto es entonces, lamentar cualquier cosa: ya sean los pequeños errores, una aventura fallida o la muerte de un amigo.

Si uno no puede enfrentar esos problemas con una sonrisa y seguir adelante, entonces, ¿qué esperanza hay?

—Ustedes los humanos aman el alboroto, ¿no? — La elfa miraba la celebración desde una mesa de la esquina. —El fin del año, el comienzo del año, la mitad del año… A la más mínima oportunidad ya están bebiendo y gritando. Son peores que los enanos.

—Dices eso como si fuera algo malo, Orejas Largas — El chamán enano, que sostenía un pollo asado con ambas manos, estaba de muy buen humor. ¿Cómo podría ser de otra manera? La celebración de Año Nuevo estaba llena de todo tipo de comida deliciosa y vino en abundancia. No había nada mejor para un enano.

—¿Quién dijo que era algo malo? Es un nuevo año, después de todo — La elfa le guiñó un ojo al chamán enano, luego tomó un sorbo de su bebida. La jarra en su mano contenía vino de uva, al que ella le había añadido azúcar.

Ella miró alrededor de la mesa, observando a sus compañeros. —Así que, ¿qué es lo que vas a hacer?

—…Claro… — Asintió Noble Fencer, casi imperceptiblemente. Su cabello color miel estaba empezando a crecer nuevamente; ahora llegaba a sus hombros. Un poco más y cubriría la cicatriz en su nuca. —…Tengo la intención de… encontrarme con mis padres, y conversar con ellos.

Su rostro todavía era sombrío, pero ella logró hacer una leve sonrisa. Ella se había vestido con una ropa sencilla, nada adecuada para una aventurera, pero sus dos armas permanecían en su cadera. Sus armamentos consistían en, por supuesto, dos hojas de aluminio, una corta y otra larga. Mientras las tuviera, todo estaría bien. Sus dedos las rozaron suavemente.

—…También quiero hacer unas tumbas para mis amigos. Luego decidiré a donde iré después.

—Me parece bien —, dijo la elfa. —La familia y los amigos son muy importantes.

—Ya hace mucho tiempo que pasó la Era de Hielo, la capa de caliza está profundamente enterrada, y el tiempo de mis antepasados es distante, pero su sangre está aquí. — Las sombrías palabras que el sacerdote lagarto murmuraba sonaban como una especie de oración. Luego él abrió sus mandíbulas ampliamente y olfateó un trozo de queso.

¡Néctar! ¡Dulce néctar! Azotó su cola y entrecerró sus ojos ante tal preciosidad, masticando con entusiasmo y tragándolo antes de finalmente tomar un respiro.

—Cada miembro de sangre de tu tribu puede no ser una buena persona, pero estoy de acuerdo que lo mejor es valorar nuestras relaciones.

—…Sí. Um, sobre eso… — Este parecía ser el empujón que Noble Fencer necesitaba. Ella no se atrevió a mirar hacia arriba, sonrojándose ligeramente y moviéndose en su asiento cuando dijo, —…Yo… Yo te escribiré… cartas…

Esas fueron, al final, las únicas palabras que dijo.

—Sí, por favor —, respondió la sacerdotisa de inmediato. —Cada vez que tengas algo que decirnos, no dudes en escribir. — Ella había estado en el Templo por una ceremonia que marcaba el cambio de año, y luego se dio un baño, por lo que ahora estaba agradablemente cálida. Ella tomó la mano de Noble Fencer entre las suyas y la sostuvo firmemente.  —¡Te responderé, con muchas cartas! — ella le prometió.

—…Bien. Un montón. También te escribiré bastante.

—¡Oh, yo también! — Intervino la elfa. —Siempre quise intentar escribirle una carta a un amigo.

Las tres aventureras charlaron alegremente. Dos mujeres más las miraron, sonriendo: la recepcionista, quien se había escabullido a su mesa para descansar, y la granjera, a quien la recepcionista había llamado.

—Hee-hee-hee. Son bastante amigables, ¿no? —, dijo la recepcionista.

—¡Seguro que lo son! Tal vez yo también escriba una carta. — La granjera estaba apoyada en la mesa (al parecer, el ambiente festivo la había convencido de no sobresalir en la ceremonia), y su enorme pecho estaba aplastado contra la superficie. —No tengo muchas oportunidades de conocer a otras chicas de mi edad mientras trabajo en la granja.

—No conoces a muchas más trabajando en el Gremio, créeme. — La recepcionista le puso algo de pimienta al hígado salteado que había pedido como entremés y se lo llevó a la boca, asintiendo. —Además, estamos oficialmente en contra de acercarnos demasiado a los aventureros. Pero no es que eso nos detenga —, añadió con un travieso guiño.

Las cinco mujeres solo estaban tenuemente conectadas, pero crearon lazos inmediatamente. El tiempo y la amistad a menudo son así.

Pero esto significaba que los hombres, de los cuales solo había dos, fueran gravemente superados en número.

—Desearía que Goblin Slayer-dono se hubiera unido a nosotros esta noche —, dijo el sacerdote lagarto en voz baja.

—Lo dijiste —, respondió el chamán enano. —Corta Barbas necesita tener más de estas oportunidades. — Él apoyó su barbilla en sus manos, pero entonces chasqueó los dedos como si hubiera tenido una maravillosa idea. —Lo tengo. Esa será una de mis objetivos para el año entrante.

—No gastes tu aliento —, dijo la elfa, riéndose ante el desanimado intercambio de los hombres. —Supongo que él es una excepción de todos modos. Orcbolg no parece ser una persona de festivales, celebraciones o fiestas.

De hecho, el aventurero llamado Goblin Slayer no podía ser visto en ninguna parte de la taberna. La sacerdotisa estiró su pequeño cuerpo para mirar alrededor, pero no había ninguna señal de él.

—Tienes razón, a pesar de que él parece ser capaz de aguantar el licor perfectamente. ¿Dónde está Goblin Slayer-san?

—Ahh…

—Hmm…

La recepcionista y la granjera hicieron ruidos tensos y se negaron a decir algo más, pero intercambiaron una mirada significativa.

—Como su amiga de la infancia, estoy segura de que no quieres ceder…

—Ah-ha-ha-ha-ha-ha-ha. Sería una mentira decir que estoy ansiosa. — La granjera se rio, tomó un sorbo de su bebida y asintió. —Pero tal vez… Tal vez sólo este año, lo haré.

—Puede que sí. Él dijo que no iría a la feria.

La sacerdotisa estaba completamente desconcertada por esta enigmática pero aparentemente significativa conversación. Mientras miraba confundida, la granjera puso sobre la mesa ruidosamente una caja que tenía a su lado.

—Bueno, entonces, tal vez podamos pedirte que entregues un mensaje por nosotras. ¿Ok?

—¿Un mensaje?

—Síp.

—Uh, no me importa, pero…

—Espera. ¿Es eso… un bentō? — La elfa, con sus largas orejas saltando, se inclinó y miró la caja, llena de curiosidad. —Pan, sopa… Si necesitas que alguien salga, yo puedo hacerlo.

—No, señorita elfa, creo que tienes demasiadas oportunidades —, dijo la recepcionista con una sonrisa ambigua.

—¿Huh? No sé de qué estás hablando, pero si tú lo dices…

—Lo digo. —, le dijo la recepcionista a la suspicaz habitante del bosque, tomando un trago de su bebida.

La elfa mayor vació su recién rellenada jarra, sus orejas rebotaron todo el tiempo. El calor en su vientre se extendió por todo su cuerpo, y a medida que su estado de ánimo mejoró, comenzó a sentirse más benévola.

—Claro, bien —, dijo ella. —No me importa, como digas.

—Entonces, tú la entregas —, le dijo la granjera a la sacerdotisa, inclinando su cabeza con una mezcla de arrepentimiento y disculpa.

—B-Bien. Um, vale, entonces. ¿Dónde debo entregarla?

—Bueno, si está haciendo lo que normalmente hace, entonces…

Aislado de la ciudad fronteriza, lejos incluso de la granja, había un campo extendiéndose.

Un viento nevado soplaba libremente allí, sin nada que lo bloqueara.

Sólo había una pequeña tienda de campaña y una parpadeante hoguera.

El horizonte era oscuro; era un nuevo día, pero el amanecer aún estaba lejos.

Un hombre sentado junto al fuego. De repente, alzó la vista, como si acabara de notar algo.

—No hay goblins. Puedes salir.

—…Esa no es forma de hablarle a una dama.

Con un crujido, la sacerdotisa salió de los arbustos, respondiendo a la invitación de Goblin Slayer. Ella había caminado media hora desde la ciudad, y ahora llevó sus heladas manos hacia el fuego con un suspiro de alivio. Llevaba puesto una bufanda para protegerse del frío, después de todo, todavía era una noche de invierno.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Estoy de guardia. — Su respuesta fue tan breve como ella esperaba. —La mayoría de la gente está en las celebraciones de Año Nuevo. Los goblins pueden aprovechar la oportunidad para tomar represalias contra nosotros.

Ahora que lo pienso, dijo lo mismo durante el festival de la cosecha, ¿no?

El destello del revivido recuerdo dejó a la sacerdotisa con una desagradable premonición, y se dio cuenta de que no pudo evitar preguntar:

—Por casualidad, ¿haces esto todos los años?

—No hagas preguntas tontas.

—S-seguro. Bien.

—La víspera de Año Nuevo ocurre todos los años.

Oh, por… Este hombre no tiene remedio.

A estas alturas, la sacerdotisa ya estaba al tanto de lo que estaba pasando. La entrega que se le había pedido que hiciera (el bentō) también tenía sentido. La granjera y la recepcionista sabían exactamente lo él que estaba haciendo; estaban preocupadas y querían que alguien lo vigilara.

—Hago esto todos los años. No hay problema.

—¡Sí, sí los hay!

—¿Es así?

A pesar de las preocupaciones de sus amigos, el mismo Goblin Slayer parecía totalmente indiferente, sentado junto al fuego y mirando la oscuridad. Todos los demás habían regresado a la ciudad, disfrutando la víspera de Año Nuevo, y él estaba aquí, solo.

—No puedo creerlo. Incluso has montado un campamento. Estás durmiendo aquí afuera…

—El festival de la cosecha fue atacado. No hay garantías de que eso no volverá a ocurrir.

Por el amor de dios… ¡Eso sólo pasó una vez, y sin embargo está hablando como si ya hubiera atrapado un goblin!

No había nada más que la sacerdotisa pudiera decir.

El viento sopló más fuerte. La nieve empezó a caer de nuevo, pequeños copos de nieve volaban a través del silencio.

Inesperadamente, llegó un silencioso murmullo de Goblin Slayer. —…He pasado diez años matando goblins.

Diez años.

La sacerdotisa sólo pudo parpadear ante la idea.

En todo el tiempo que se conocían, ella nunca le había preguntado realmente qué le había pasado… antes.

¿Cuántos días, cuántas horas había pasado matando goblins?

—Es por eso puedo enfrentarme a ellos con tanta facilidad. Pero… no puedo asegurar que los goblins nunca evolucionarán.

Su discurso era lento y discreto. Rellenó las pausas de sus palabras con un pinchazo en el fuego. Las llamas, que habían empezado a debilitarse por el frío, volvieron a la vida brillantemente.

—¿Sabes lo que el paladín goblin estaba planeando?

—No…

—Trabajos con metal. Una refinería.

Una ráfaga de viento hizo que la nieve girara alrededor de ellos.

—Eso es imposible… —, dijo la sacerdotisa. Cuando ella habló, se dio cuenta de que su voz tembló más de lo que había esperado. Debe haber sido porque tenía frío. Era invierno, y la nieve estaba cayendo. Seguramente sólo era eso.

—Sí. Pero no puedo pensar en otra cosa —, dijo Goblin Slayer, bajando su mirada al fuego. El resplandor de las llamas proyectó extrañas sombras sobre su casco. —Una fortaleza enana. Herramientas para minería. Y la espada de aluminio de esa chica. Fue forjada de una joya, por un rayo. Eso significa…

Él no tuvo que terminar su pensamiento. La sacerdotisa lo entendió.

Una hoja forjada por un rayo contra una gema roja…

Los goblins rara vez o nunca pensaban en hacer algo por sí mismos. Si necesitaban un rayo, simplemente lo robaban.

De algún estúpido hechicero, digamos.

Capturarían a un mago, romperían su espíritu, y luego la obligarían a lanzar hechizos hasta que muriera. Con eso, un ejército goblin con posesiones de metal nacería. Estarían vestidos con armaduras, sus cabezas protegidas por cascos; empuñarían espadas y escudos.

Es cierto que la idea podría ser descartada como nada más que una fantasía obsesiva. Había demasiados elementos inciertos. Por ejemplo, ¿desde cuándo iniciaron los planes de los goblins? ¿Había comenzado con la intención de capturar a Noble Fencer? ¿O se remonta a cuando convirtieron la fortaleza enana en su base? Aun así…

—¿Es el destino o la casualidad lo que mueve los acontecimientos de este mundo? Ni siquiera los dioses lo saben.

Las palabras que de repente salieron de la boca de la sacerdotisa eran la verdad. ¿Qué influía a los dados tirados por los dioses en los cielos? Eso era un gran misterio.

Es una pregunta que no podemos responder sin importar cuánto lo pensemos.

Tan inútil como tratar de contar el número de goblins en el mundo.

—No sé hasta qué punto, o cuánto tiempo, podré probar que soy su oponente. Pero no cederé.

Y sin embargo, esta persona, este hombre, se pasaba la vida intentando exactamente eso.

—¡Por… por el amor de dios! — La sacerdotisa dejó escapar un suspiro y se golpeó en sus frías y rígidas mejillas. —Siempre son goblins, goblins y goblins. En el momento en que abres la boca, sólo hablas de eso.

—Erk…

—Tienes que relajarte de vez en cuando, o terminarás con tu cuerpo y tu alma sepultados en la tierra. — La sacerdotisa puso sus manos sobre sus caderas y apartó la mirada de él como un niño que hacía pucheros. Era en parte una broma, en parte una burla y en parte un reproche. —Supongo que crees que matar goblins es más importante que divertirte con tus amigos.

—…No.

—… ¿Ves? Justo lo que pensaba. ¡Es Nochevieja! Podrías al menos…

… ¿No?

—¿Qué?

Sorprendida por esta palabra imposible, la sacerdotisa lo miró a la cara. Tan directamente como pudo, con él usando su casco como siempre. Ni siquiera podía verle la cara.

Sin embargo, en algún lugar detrás de la visera, pensó que podía ver un ojo rojo…

—Confieso que las fiestas no son mi fuerte —, dijo él. —Pero me alegro de que todos las disfruten

*Sheesh*

La sacerdotisa dio un largo suspiro. El aire blanco subió a los cielos.

Ellos se sacrificaron por mí, para que yo pudiera estar aquí…

—Hombre tonto… ¿Un guerrero solitario? Al menos deberías tener a alguien de apoyo que te ayude.

—…Hace frío

—Lo sé.

—Ya veo.

Su breve respuesta había provocado una breve respuesta. De todos modos, él se hizo a un lado para hacer espacio, así ella estaría más cerca del fuego.

La sacerdotisa deslizó su pequeño cuerpo junto a él, extendiendo su bufanda para que los cubriera a ambos.

—Bueno, entonces, eso es todo. Vamos a comer algo, ¿no? Nos ayudará a mantener nuestra fuerza hasta el amanecer.

Estaban muy cerca. Ellos habían estado más cerca algunas veces antes, en aventuras, pero de alguna manera se sintió tímida.

Ella apartó su mirada de él y se ocupó de poner una olla sobre el fuego, revolviéndola. Un dulce aroma surgió de ella, y la sacerdotisa deliberadamente enfocó su atención en el olor.

Goblin Slayer Volumen 5 pdf

—Parece que es estofado. Lo calentaré.

—Ya veo. — Una pausa. Entonces: —…Oh, es cierto. Hay algo que quería decir.

—¿Qué cosa?

Goblin Slayer sonrió, sólo un poco.

—Espero otro año de aventuras contigo.



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