City of Witches capítulo 281
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City of Witches - Ea Sadalmelik |
Interludio III
Ea Sadalmelik.
Era una bruja infame incluso entre las Exiliadas Criminales, hasta que un día fue derrotada por Amelia.
A cambio de que se reviviera a sí misma usando el Capullo de la Reencarnación, su rango bajó al 15.
Entonces, en ese estado en el que apenas podía activar su defensa autónoma, se encontró con Siwoo, que acabó robándole su magia y bajó aún más su rango hasta el 13º.
En tan mal estado, regresó al Mundo Moderno.
Cuando regresó, la noticia de su “muerte” ya se había extendido por todo el mundo y, por supuesto, no fue la sensación más cómoda para ella.
Debido a esa noticia, su taller y sus diversos medios para ganar dinero en todo el mundo fueron atacados por otras brujas.
Incluso sus fondos ocultos habían sido robados por alguien, probablemente porque habían estado rastreando esos fondos específicos desde el principio.
Lo que significaba que, todo este tiempo, esas hienas sólo fingían que no sabían de la existencia de esos lugares por miedo a sus represalias, pero ahora que ella no podía defenderse, se abalanzaron inmediatamente en masa a ellas.
Pero no era como si pudiera quejarse de ello.
Más bien, esta situación era una bendición para ella, ya que realmente pensaban que había muerto.
A lo largo de su vida, Ea sólo había hecho enemigos a diestro y siniestro, nunca un amigo ni un cómplice. Su relación con otras Exiliadas Criminales era la peor, así que si se enteraban de que la infame “Bruja de Acuario” estaba realmente viva, y su rango había caído hasta el 13º, incluso aquellas brujas que originalmente no se atrevían a hacer contacto visual con ella vendrían a intentar atraparla.
Aún tenía suficientes recursos para cazar Homúnculos a pesar de estar en un entorno tan desventajoso, e incluso tenía un audaz plan para atacar a brujas más débiles que ella o a alguna aprendiz de bruja que pudiera tener en sus manos, pero todo se frustró cuando cayó en manos de la “Bruja del Deseo”, Bianca Belleli.
“Eres una lindura, ¿lo sabías? Bueno, siempre has sido una lindura, pero ahora lo eres aún más.”
“...”
Bianca se arrodilló y acarició la cabeza de Ea mientras la cara de ésta se distorsionaba por la humillación.
La estaba tratando como a un cachorro.
Nadie habría adivinado que Ea, la bruja temida por innumerables Exiliadas, famosa entre otras cosas por cosechar la marca de otras brujas, vestía ahora obedientemente un uniforme de sirvienta.
Dicho uniforme estaba hecho a medida, aunque a pesar de sus caros materiales y lo bien confeccionado que estaba, su diseño era extremadamente vulgar.
La parte de la falda era tan corta que no llegaba a cubrir su entrepierna, por no hablar de sus sanos muslos, mientras que la parte del pecho dejaba al descubierto por completo su par de montículos, enfatizándolos incluso.
Y, por supuesto, una diadema de sirvienta adornaba su cabeza.
No llevaba nada para cubrirse la entrepierna.
El escaso vello de su coño había sido eliminado para satisfacer el gusto de Bianca, dejando su coño expuesto a la vista de todo el mundo.
Sus ojos habían dejado de emitir el brillo vicioso habitual, aunque sus hombros seguían temblando debido a que no estaba acostumbrada a tal humillación incluso después de experimentarla durante meses.
Ella lo entendió lógicamente.
La razón por la que pudo vivir tanto tiempo fue porque Bianca había estado ocultando su existencia al resto del mundo.
Si ella abandonara su protección, seria recibida por un destino peor que la muerte.
Y que no tenía otra opción que actuar obedientemente como su esclava sexual por el momento.
Pero, aunque podía aceptarlo lógicamente, emocionalmente, simplemente no podía aceptar esta situación.
“¿A qué viene esa expresión? ¿Necesito recordarte quién fue la que dejo a nuestra lamentable Ea con ropas tan bonitas, la dejó dormir cómodamente en una buena cama, ocultó su existencia a otras brujas y la dejó comer lo que quisiera, hm?”
“...”
Ante esas palabras, Ea solo agacho la cabeza y se nego a contestar.
A pesar de que Bianca ya había jugado con ella hasta la saciedad, su orgullo no le permitía actuar como un perro obediente, sobre todo por lo mala que había sido su relación en el pasado.
Bueno, para ser más precisos, había estado ignorando a Bianca, que siempre había intentado coquetear con ella cada vez que podía.
“No es eso.”
Bianca soltó un suspiro antes de apartar a Ea.
De repente, Ea perdió el equilibrio y cayó.
La diadema que llevaba no era un ítem común y corriente.
Era un “Anillo de Subordinación” transformado, un código místico que tenía el poder de sellar la circulación de maná de una persona, suprimir su fuerza física hasta el límite y asegurarse de que cumpliera las órdenes de su amo.
Para Bianca, una bruja que podía manipular la apariencia de todo tipo de artefactos y códigos místicos, cambiar uno de ellos por una diadema de aspecto lindo no era nada.
La naturaleza vinculante del código místico no era en realidad nada especial, ya que cualquier bruja con una defensa autónoma que funcionara podía liberarse de la vinculación, pero Ea se encontraba actualmente atascada en el rango 13.
Por eso su cuerpo se había debilitado tanto que ni siquiera podía levantar una taza por sí sola. Al final, no pudo hacer otra cosa que caerse y exponer sus partes íntimas a Bianca.
“No es eso, no es eso.”
“¡Ngh...! ¡Urg...!”
Bianca levantó su pie suave e impecable, y pisó el coño de Ea.
Luego procedió a frotarle suavemente el clítoris. Los movimientos que hacía con el pie eran tan hábiles que a Ea le parecía que estaba usando la mano.
De alguna manera, Ea consiguió agarrarle el tobillo e intentó detenerla, pero Bianca se limitó a ignorarla y a hacer lo que le daba la gana mientras sonreía.
—¡Squelch, squelch, squelch!
“No puedo creer que la zorra maleducada de antes se haya convertido en este insecto que se retuerce... Mírate, estás tan linda, es taaan irresistible...”
A medida que Bianca aceleraba el paso, la respiración de Ea se hacía cada vez más entrecortada.
El sucio sonido de las salpicaduras de agua se hizo más fuerte y la alfombra se fue manchando poco a poco.
“¡Ngh...! A-Ama... D-Detente...”
Aunque intentó aguantar durante algún tiempo, la tozudez de Ea acabó resquebrajándose un poco.
Pero, aunque había sufrido humillaciones similares innumerables veces, su orgullo aún no le permitía doblegarse por completo ante la mujer que tenía delante.
Cedio y llamo a Bianca “Ama”, tal y como esta queria, pero no dejo de hacer lo que estaba haciendo.
En su lugar, empezó a hacer cosas que ni la propia Ea esperaba que hiciera, tratando de humillarla aún más.
“Ahora no.”
“¡Ugh...! ¡Ngh...!”
Bianca empezó a retorcer su pie dentro del coño de Ea.
Apretó los dedos de los pies, como si llevara un tacón apretado, y empujó todo hacia dentro.
“Este zapato es un poco pequeño, ¿huh? ¡No me cabe el pie! Seguro que se rompe si meto el tacón.”
“¡A-Ama! ¡P-Por favor...! ¡Lo-lo siento, me-me equivoqué...!”
Por muy bajita que fuera Bianca en comparación con Ea, seguía sin ser lo bastante pequeña como para meter todo el pie en aquel agujero.
Sintiendo que sus huesos iban a ser aplastados por sus pies, Ea suplicó desesperadamente.
Viendo que estaba a punto de echarse a llorar, Bianca, que había estado saboreando la sensación pegajosa de su pie, lo sacó lentamente.
“Muy bien, ya que soy una dueña generosa, me detendré.”
Entonces, movió su pie empapado lentamente hacia la cara de Ea.
No la estaba presionando ni nada por el estilo.
Pero ser pisada por el pie de alguien que estaba lleno de su propio jugo de amor era una humillación insoportable para Ea.
“Lámelo hasta dejarlo limpio.”
“... Okay…”
Pero, después de enfrentarse a la feroz amenaza de antes, no había nada más que pudiera hacer contra Bianca.
De hecho, la unica razon por la que pudo hablar informalmente con ella fue porque Bianca se lo permitio, ya que queria volver a saborear su antiguo yo o algo parecido.
Si no fuera así, ni siquiera se atrevería a hablar con ella.
Al fin y al cabo, Bianca era una gran bruja que había alcanzado el rango 22.
Era una oponente complicada contra la que ni siquiera Ea, en su mejor momento, podía permitirse bajar la guardia.
Ea sacó la lengua con cuidado y lamió la planta del pie de Bianca.
Al ver esta escena, los ojos de Bianca brillaron de alegría.
No hacía falta ser un genio para darse cuenta de que lo hacía para satisfacer sus deseos carnales.
Cuando Ea terminó de limpiarle los pies, ya se había sentado en el suelo.
Por supuesto, había una razón por la que se sentó. Usando sus piernas, empujó la cabeza de Ea hacia su entrepierna, diciéndole que la lamiera.
“Así que noté tu insatisfacción al escuchar el contenido de la reunión. ¿A qué se debió, hm?”
“Una... *sluurp...* pregunta...”
“Sí, pregunta lo que quieras.”
“¿Por qué... necesitas... ofrecerte como voluntaria...? Sin ti, yo... N-No, quiero decir... ¿no sería peligroso...?”
Durante todo este tiempo, Bianca no había dudado ni un ápice en mantener el contacto con la Bruja de los Susurros.
A lo largo del incidente anterior, cuando vigiló a la Bruja Cobarde usando una bola de cristal, desde el momento en que lo planeó todo hasta el instante en que murió sin cumplir su sueño largamente apreciado, había estado intercambiando información con esa vil bruja.
Si bien esto estaba bien y todo, todavía no había razón para que ella fuera un paso más allá y se ofreciera voluntariamente por el bien de esa bruja, esta era la única cosa que Ea no podía entender.
Era un asunto que podía resolverse fácilmente con sólo esperar.
Seguro que aparecería otra bruja loca y haría su jugada para tantear el terreno, igual que hizo la Bruja Cobarde.
“¡Oh Dios! ¿Estás preocupada por mí? Buena chica... ¡haang...!”
“Mmh... *sluurp...* ¡nggh...!”
Ea, que había estado lamiendo el coño de Bianca como si estuviera azucarado, hizo de repente un ruido de ahogo.
Fue porque ésta, sintiendo que estaba cerca de su clímax, rodeó con una pierna la nuca de Ea y la empujó hacia ella con fuerza.
“¡Más, más, más! ¡Ahaaeung…!”
Cuando Bianca alcanzó el clímax, esparció sus jugos alrededor de la cara de Ea.
Con la cara arruinada de nuevo, Ea apenas pudo escapar de sus garras mientras jadeaba en busca de aire.
Incluso hacer esto ya era demasiado para ella.
En cualquier caso, dejando a un lado toda la humillación, Ea pensaba realmente que Bianca estaba siendo demasiado imprudente.
Ella podía entender la parte en la que seguía comunicándose con la Bruja de los Susurros.
Sin embargo, el problema era que parecía que había depositado toda su confianza en Lilith.
Incluso le dio la Flauta de Dagon, que finalmente llegó a manos de la Bruja Cobarde, y esta vez, parecía como si estuviera a punto de tirar su vida por la borda sólo para demostrar que las palabras de Lilith eran ciertas.
“¿… Por qué carajo estás haciendo esto?”
Mientras respiraba agitadamente, Bianca llevó a Ea a la cama, rodeando su cuerpo con sus extremidades antes de apretarla con fuerza.
“...Tu misma lo dijiste...La Bruja de los Susurros no es de fiar...”
“Mhm, sí que no lo es, pero ya sabes, entiendo un poco más sobre ella en comparación con las demás.”
Bianca abrazó a Ea aún más fuerte antes de lamerle la cara cubierta de jugo de amor.
Mientras tanto, Ea solo pudo fruncir el ceño en señal de insatisfacción, pero no por mucho tiempo ya que Bianca comenzó a desentrañar lo que había en su mente lentamente.
“Lilith solo existe para sembrar caos. En ese sentido, es todo lo contrario a Keter. A ella le encanta causar caos, interrumpir todo lo que va bien, y hacer un montón de desastre en general...”
“¿Qué tiene eso que ver? Eso no lo hace menos peligroso para ti.”
“Jeje, verás, si Keter está lo suficientemente bien como para moverse, esa bruja ni siquiera se atrevería a hacer ruido. Con la forma en que se había salido de su camino para hacer varias travesuras por todas partes, significa que Keter está realmente fuera de juego esta vez. Lilith busca divertirse y que Keter interfiera en su diversión no es algo que quiera experimentar, ¿entiendes?”
En pocas palabras, Lilith era como una dramaturga o una guionista.
Ella era alguien que se deleitaba presenciando el caos que se producía debido a sus palabras y acciones.
Para ella, organizar varias cosas para causar ese tipo de caos en todas partes, no había manera de que le gustara que Keter viniera y perturbara su plan.
De ninguna manera.
En este sentido, Bianca vio que esta parte de la personalidad de Lilith era similar a ella.
Dado que ese era el caso, ella podía saber lo que estaba pensando hasta cierto punto y lo opuesto también debería ser cierto.
Por eso pudieron mantenerse en contacto entre sí durante tanto tiempo.
“¿Lo entiendes ahora?”
“S-Sí, pero... El riesgo que corres sigue siendo demasiado grande comparado con la recompensa, ¿no...?”
“Correcto. Es tal y como dijiste.”
Pero, incluso después de toda esa explicación, Ea seguía sin estar convencida e hizo otra pregunta.
Tal y como había dicho, los beneficios que arrancaba a otras brujas no eran lo suficientemente buenos como para hacerla arriesgar su vida.
“En realidad, ya he recibido el verdadero pago. ¿Quieres verlo?”
Bianca abrió la palma de la mano y mostró un loto de bonito aspecto.
El loto desprendía un brillo sutil, como si cada uno de sus pétalos estuviera hecho de cristales...
Y esto era algo con lo que Ea estaba familiarizada.
Porque ella estaba sentada justo al lado de Bianca cuando ésta observaba todo lo que ocurría en Seúl.
Era el mismo loto por el que la Bruja Cobarde se jugó la vida. Aunque era más pequeño en tamaño, la forma en sí era exactamente la misma.
“Lilith se lo quitó a la Bruja Cobarde en el momento en que terminó su ritual y me lo pasó como pago por adelantado.”
“¿C-Cómo...? E-Entonces, la cosa que Tiphereth destruyó...”
“Era una falsificación que hice por adelantado.”
Incluso la malvada Ea se quedó boquiabierta ante esta revelación.
Esto significaba esencialmente que lo que la Bruja Cobarde había protegido con toda su vida no era más que un accesorio inútil.
“Te dio curiosidad ver qué pasaría si Tiphereth y la Bruja Cobarde realmente se tomaran de las manos y comenzaran a masacrar humanos por nada, ¿huh? Lástima que eso nunca sucederá. Bueno, al menos la visión de ellas luchando por un trozo de basura fue divertida.”
Ver a Bianca relamerse como si estuviera deseando lo que acababa de decir hizo que a Ea le recorrieran escalofríos en la espalda.
Fue porque se dio cuenta de lo mucho que la otra bruja se deleitaba viendo la destrucción y la desesperación de los demás.
“¿Por qué pones esa cara? Estoy haciendo todo esto por ti.”
“¿P-Por mí?”
“Piénsalo, este 'loto' podría permitir a la Bruja Cobarde 'deshacer' la muerte de alguien, ¿no? Es un código místico capaz de torcer la ley y reescribir el pasado. Incluso tu malogrado 'Ain' puede ser arreglado con esto. Eso significa que puedes dejar de ser Ea la perra obediente y volver a ser la Bruja de Acuario Ea Sadalmelik de nuevo.”
“A-Aah...”
Cuando Ea intentó alcanzarlo, el loto en la mano de Bianca se desvaneció como un espejismo.
“No, no, todavía no. Mi querida Ea no está siendo muy obediente ahora mismo, ¿verdad?”
“¡S-Seré obediente...! ¡A-Así que por favor...!”
Ea se arrodilló a toda prisa delante de Bianca.
En realidad, antes de esto, Bianca ya había prometido restaurar su magia, pero ella siempre pensó que era sólo una promesa vacía.
Pero, en realidad era real.
Ella podría volver a ser quien era antes.
Para no vivir esta miserable vida en la que tenía que vivir escondida, sino vivir una vida en la que pudiera burlarse y reírse en la cara de sus enemigos.
Pensando que la reaccion de Ea era bonita, Bianca solto una risita.
“Muy bien, si en el futuro me obedeces como es debido, te prometo que te daré una 'recompensa'. Bueno, cuando por fin te des cuenta de que mi amor por ti es genuino y dejes a un lado esa farsa tuya y me obedezcas por completo, claro.”
“¡P-Pero, yo no he hecho ninguna farsa...! ¡Te he entregado todo mi corazón...!”
“¿Es así? Entonces, ¿por qué no me lo demuestras con tu cuerpo?”
Al decir eso, Ea se metió inmediatamente entre sus piernas, haciéndola soltar una sonrisa de satisfacción.
Por fin tenía la oportunidad de ganarse la obediencia de Ea.
Ahora, todo lo que necesitaba hacer era decidir quién debía participar en el escenario que estaba a punto de montar.
“*¡Sluurp…sluurrrp…!*”
“¡Ahh…ahhh…!”
Entonces, una idea vino de repente a su mente.
El hombre que se atrevió a quitarle la virginidad a Ea y le robó su magia.
Esa basura que se atrevió a hacerse pasar por bruja, que poseía una marca no auténtica que obtuvo sin pasar por el procedimiento adecuado.
Si lo eliminara, ¿no se sentiría Ea agradecida?
¿No empezará a seguirme y obedecerme con todo su corazón?
Y en el momento en que ella ponga todo su corazón y esperanza en mí y se someta completamente a mí...
¿Qué tipo de expresión pondría si destruyera el loto delante de sus narices?
Todos esos pensamientos se desvanecieron rápidamente debido a la apasionada caricia de Ea.
No importa, ahora es el momento de disfrutar a fondo de su cuerpo.