City of Witches capítulo 2
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Esclavo de la Ciudad de Brujas II
Parte
1
Si había algo que le faltaba a la
Academia, eran las comodidades modernas, como una casa de baños.
Básicamente, los conceptos de agua
potable o fontanería interior no existen aquí.
Tras quitarse su mugriento uniforme de
trabajo, Siwoo se puso en cuclillas junto al pozo cercano y empezó a verter
agua subterránea helada por todo su cuerpo.
Cada vez que se derretía un trozo de
barro seco, su cuerpo empezaba a temblar al exponerse más piel a la gélida
brisa.
Si no hubiera tenido un horario tan
apretado, al menos se habría tomado el tiempo de hervir agua.
Cuando se dio cuenta que Amelia era la
causante de su sufrimiento, Siwoo apretó los dientes con furia.
"¡Hace un frío de
mierda!"
Hacía 5 años que había sido secuestrado a
Gehenna y convertido en esclavo.
Para explicar completamente lo absurda
que era esta ciudad, primero era esencial describir qué eran las brujas.
Tras leer sobre ellas en los libros que
encontró en la biblioteca y convivir con ellas durante 5 años, Siwoo ya tenía
un profundo conocimiento de qué tipo de existencias eran.
Las brujas eran arrogantes, peligrosas,
egoístas y dementes.
Sin embargo, ésta era simplemente la
impresión que Siwoo tenía tras pasar 5 años con ellas y distaba mucho de la
definición o el concepto real de bruja.
Dejando a un lado los sentimientos
personales, una bruja era cualquier persona con una "marca" grabada
en algún lugar de su cuerpo y que tenía la capacidad de lanzar magia.
Siwoo había obtenido esta información por
primera vez del traficante de esclavos que lo había secuestrado y llevado a
Gehenna.
Ese traficante de esclavos —con una
cicatriz en el rostro— le había dado a Siwoo algunos 'consejos que en realidad
no podían considerarse consejos'.
'A menos que tengas ganas de suicidarte,
nunca debes oponerte a una Bruja.'
Ahora que lo recordaba, se enfadó un poco
esa vez.
Siwoo estaba viviendo una vida normal
cuando de repente fue secuestrado. Y después de ser secuestrado, ¿el tipo que
iba a venderlo tuvo las agallas de darle un consejo de mierda?
Incluso entonces, la mirada de horror
instintivo de aquel traficante de esclavos seguía grabada en la memoria de
Siwoo.
Ahora, 5 años después, tras ser vendido a
una funcionaria del ayuntamiento en una subasta de esclavos y luego ser
asignado como Conserje de la Academia Trinity.
Siwoo comprendió por fin los consejos del
traficante de esclavos de entonces, tras escuchar las conferencias de Amelia o
leer los libros que se guardaban en la biblioteca.
El miedo a las brujas no sólo provenía de
su capacidad para ejercer la magia.
Lo que realmente causaba temor, era su
propósito y cómo lo lograban.
El propósito de todas las brujas era
alcanzar la gran magia utilizada por la "Bruja de la Creación".
Para las brujas que siempre persiguen los
caminos más elevados de la brujería, era habitual traspasar los límites de la
ética y la moral.
De hecho, se decía que ser un esclavo
privado era más peligroso que ser un esclavo común. Algunos esclavos privados
incluso terminaban muriendo durante experimentos humanos secretos.
Bueno, esa explicación puede ser un poco
difícil de entender.
Así que, en pocas palabras, las brujas
eran perras locas que ejercían la magia.
Los insanos antojos de una mujer
menopáusica de mediana edad, no eran nada comparados con la obsesión de una
bruja por la magia.
"Son realmente unas perras locas..."
¿Qué le habría pasado si alguien que no
fuera la Funcionaria de la Ciudad hubiera sido quien comprara a Siwoo en la
subasta de esclavos?
Cada vez que pensaba en esa posibilidad,
le recorrían escalofríos por la columna vertebral.
En cualquier caso, tenía que darse prisa
antes de que se le acabara el tiempo.
Tras secarse con una toalla llena de
agujeros, se puso una ropa blanca holgada, optando por ir sin ropa
interior.
El uniforme blanco era de un material
rígido, sin fibras sintéticas, y se asemejaba a un vestido que apenas cubría el
cuerpo.
Esta prenda, llamada "bata de
laboratorio" en la Academia Trinity, era más digna de ser llamada
"trapo de limpieza" que "ropa".
Si se miraba con suficiente atención el
dobladillo en forma de falda, el tesoro
nacional de Siwoo se revelaba en todo su esplendor.
Tras ponerse por fin la bata de
laboratorio a la que nunca se acostumbraría —a pesar de las muchas veces que ya
se las había puesto— Siwoo se dirigió directamente hacia el edificio de la 2ª escuela.
Parte
2
La Academia Trinity estaba situada en un
lugar conocido como Ciudad Lenomond.
Era un lugar donde se entrenaba a las
aprendices de bruja y donde las Brujas de pleno derecho podían llevar a cabo
sus investigaciones.
El campus de la academia estaba
construido en forma de cruz, perfectamente alineado con los cuatro puntos
cardinales: Este, Oeste, Norte y Sur. Todos los edificios eran de piedra, en
una mezcla del estilo arquitectónico único de Gehenna y el estilo barroco del
siglo XVII.
Entre ellos, el recientemente renovado
edificio de la 2ª academia, en el Norte, recordaba al Palacio de Versalles en
la Tierra. Podría ser por lo lujoso y profusamente decorado que parecía.
Aunque la sociedad clasista, el sistema y
los orígenes de Gehenna dejaban un mal sabor de boca a Siwoo, ni siquiera él
podía evitar admirar lo asombrosa que era la arquitectura.
Al entrar en el edificio de la 2ª
academia por un pasillo que comunicaba con todas las habitaciones, Siwoo fue
recibido por la vista de candelabros de cristal, velas encendidas con una luz
relajante y una pintura en el techo que retrataba las maravillas y belleza de
la magia.
Frente a él estaba Amelia Marigold, que
miraba hacia abajo con una expresión preocupada en el rostro.
A veces, ella se perdía en sus
pensamientos de esta manera.
Llevaba poulaines, esos zapatos con punta
que las brujas siempre llevaban en la ficción, un vestido de sirena que
acentuaba su figura y una capa que le envolvía los hombros.
Su esquema de color general giraba en
torno a los colores oscuros.
Como se trataba de una clase para
instruir a aprendices de bruja, se había vestido formalmente.
Cada pieza de ropa que Amelia heredó de
su predecesora —Marigold— era una talla más grande de la que normalmente le
quedaba.
Gracias a eso, junto con el hecho de que
en ese momento sostenía un libro de la mitad de su tamaño, Amelia —que tenía el
ceño fruncido— parecía muy pequeña.
"......"
La mente de Siwoo se quedó en blanco por
un momento mientras miraba su perfil lateral como si estuviera poseído.
Incluso él debía admitir que, aunque
odiaba a las brujas, eran realmente hermosas.
Su exquisito cabello rubio que caía
libremente sobre su capa, sus labios rojos que se asemejaban a la fruta
prohibida y sus suaves curvas que se mostraban a través de su ropa...
Era tan deslumbrante que su belleza ya no
podía considerarse propia de la humanidad.
Amelia, que parecía estar perfectamente
esculpida como una estatua, era capaz de mezclarse fácilmente en la escena de
este magnífico y lujoso salón.
"Profesora Asociada."
Amelia parpadeó lentamente ante la
llamada de Siwoo.
Al cabo de casi 5 segundos, miró a Siwoo
con una expresión fría.
Entonces sacó un reloj de bolsillo de su
capa y miró la hora.
"Son tres minutos después del mediodía.
¿Te parece que tengo tiempo para quedarme de brazos cruzados?"
"Había llegado a tiempo, pero no
quería molestar a la Profesora Asociada. Parecía estar contemplando
profundamente algo sobre los secretos de la magia."
En realidad, estaba espiando su perfil
lateral, pero era mejor no decirlo.
"Te equivocas. Deberías
haberme llamado en vez de quedarte ahí parado. La hora de llegada confirmada
del Conserje es tres minutos después de la hora señalada. Lo que significa que
llegas tarde. A menos que yo esté al tanto, no hay manera de saber si llegaste
o no a tiempo, ¿correcto?"
"Me disculpo."
Siwoo se apresuró a disculparse. No era
la primera vez que se encontraba en una situación como ésta.
Amelia siempre parecía estar a punto de
regañarle, pero no le reñía demasiado si se disculpaba de inmediato.
Parecía pensar que era
indigno que un simple esclavo, que estaba por debajo de ella, la criticara.
"No importa. Prefiero enseñar magia
a una rata de laboratorio que esperar un juicio sabio de tu parte."
"Me disculpo profundamente."
Pero hoy, las amonestaciones de Amelia
acabaron siendo interminables.
La sesión de reprimendas de Amelia
continuó mientras Siwoo mantenía la cabeza gacha.
"Creo que hasta ahora he pasado por
alto los errores del Conserje. Como no fuiste castigado adecuadamente, sigues
repitiendo los mismos errores obvios."
Siwoo sintió de repente una sensación
premonitoria.
"Durante la próxima semana, cuando
termines tu trabajo de la tarde, limpia mi laboratorio."
"¿Cómo dice?"
Esto era un acoso descarado.
Si ella usara su magia, podría limpiar
fácilmente su laboratorio en 3 minutos. Mientras tanto, Siwoo, que no era una
bruja, necesitaría más de 3 horas para limpiar un laboratorio tan
complejo.
Siwoo ya trabajaba más de 12 horas al
día, y Amelia acababa de darle 3 horas extra sólo porque había llegado tres
minutos 'tarde'.
"¿No vas a hacerlo? No llegaste a la
hora acordada."
Siwoo no pudo replicar.
Amelia terminó la conversación diciendo
que no aceptaría objeciones ni quejas.
Luego lanzó el gran libro hacia el pecho
de Siwoo, antes de subir las escaleras.
Siwoo casi no pudo contener las
maldiciones que estaba a punto de escupir de su boca.
Podía ver la espalda de Amelia mientras
subía las escaleras, y la larga capa que arrastraba por el suelo, la cual era
demasiado larga para alguien de su estatura.
Siwoo tenía muchas ganas de pisarla y
hacerla tropezar.
Sin embargo, no tenía la confianza
necesaria para afrontar las consecuencias.
Al final, sintiéndose aún más agobiado
que antes, Siwoo empezó a seguir a Amelia.
Parte
3
"Siéntate."
Amelia entró al salón de clases y comenzó
la lección sin ningún tipo de saludo.
El salón de clases, con colores que no se
desvanecían ni siquiera con el tiempo sombrío, desprendía cierto tipo de elegancia.
Tenía una estructura similar a la de una terraza con un pupitre centrado detrás
de una gran pizarra.
En comparación con las aulas comunes,
construidas para albergar a un gran número de personas, en este espacio sólo
cabían 20 personas.
Sin embargo, eso no era un problema, ya
que sólo había dos aprendices de bruja asistiendo a esta clase.
Las dos chicas permanecían pegadas la una
a la otra, como si compartieran un mismo cuerpo. Ellas sonreían a Siwoo desde
detrás de sus pupitres.
El ambiente se volvió un poco tenso,
probablemente porque habían estado charlando hasta ahora.
Siwoo dejó el pesado libro sobre la mesa
y se colocó junto a Amelia.
En cuanto se dio la vuelta, se sobresaltó
al ver dos pares de ojos violetas que lo miraban fijamente.
Las chicas eran gemelas, idénticas, hasta
el punto de que parecía que eran clones la una de la otra. Habían estado
prestando atención a Siwoo desde el momento en que él y Amelia habían entrado
en el aula.
Odette y Odil.
Actualmente, eran las únicas aprendices
de bruja que tomaban clases en la Academia Trinity desde hacía dos años.
Tenían el cabello oscuro y unos
brillantes ojos violetas.
Estaban sentadas allí inocentemente, como
si no supieran nada del mundo, pero Siwoo ya lo sabía.
Que alguien fuera inocente no significaba
que fuera bueno.
Como ejemplo, piensa en un niño
pisoteando a una hormiga hasta matarla con una mirada inocente en su
rostro.
Podría decirse que la inocencia de estas
gemelas era similar a ese tipo de ferocidad.
"¡Profesora Amelia! ¿La clase de hoy
es con el Asistente Shin Siwoo?"
"¡Profesora Amelia! ¿La clase de hoy
es con el Asistente?"
Hablaron casi al mismo tiempo. Sus voces
eran claras y agudas, parecidas al piar de un pequeño pájaro.
Incluso sus voces sonaban parecidas. A menos
que miraras de cerca sus bocas, sería imposible saber cuál de ellas estaba
hablando en este momento.
"Sí."
Amelia suspiró en secreto, como si ya
estuviera cansada. Al mismo tiempo, Odil y Odette se miraron. Casi parecía que
hubiera un espejo entre ambas, lo que producía una sensación extraña.
""¿Qué clase de experimento
vamos a hacer hoy?""
Amelia, la decimoquinta bruja de la línea
Marigold, era Profesora Asociada en la Academia Trinity y ya había alcanzado un
elevado rango de 22 Trayectorias.
Era una "Baronesa", una noble
extremadamente rara dentro de la sociedad Bruja.
En otras palabras, las gemelas, que no
eran más que aprendices de bruja, no podían hablar con Amelia como les diera la
gana.
No es que Amelia fuera tan sensible como
para preocuparse demasiado por ese tipo de cosas.
"Los fluidos corporales del hombre
y—"
"¡Kyaa! Es tan
indecente."
"¡Kyaa! ¡Cómo puede ser tan
obsceno!"
Odil y Odette ya habían empezado a armar
un escándalo antes que Amelia pudiera siquiera terminar de hablar.
Al ver que Amelia se mordía los labios,
Siwoo se sintió extremadamente satisfecho.
Sólo cuando trataba con las gemelas,
Amelia se veía tan frustrada.
Siwoo no tenía ni idea de cómo Odil y
Odette, que no eran más que verdes aprendices de bruja, eran capaces de sacar
semejante reacción de Amelia.
Pero, aun así, esta rara visión de Amelia
por fin le dio a Siwoo algo de satisfacción por los problemas que le había
causado.
"—su relación con la magia. "
"¿Se va a desnudar?"
"Se va a desnudar,
¿verdad?"
"Así es."
Pero por desgracia, él sólo pudo sentirse
satisfecho hasta cierto tiempo.
Puede que Amelia se sintiera frustrada
por las gemelas, pero Siwoo debía tener cuidado con ella pasara lo que
pasara.
De lo contrario, sería humillado a la
fuerza delante de las gemelas ayer, hoy y probablemente mañana también.
Un hecho que nunca cambiaría hasta que
pudiera escapar de esta desdichada ciudad.
"Pero antes del experimento en sí,
tenemos que comprobar lo bien que siguen la clase las señoritas Odette y
Odil."
"Pero las teorías no son
interesantes."
"Así es, así es. La 'Bruja Géminis'
dijo que la teoría mágica sin práctica no tiene sentido."
Sin embargo, las gemelas no podían jugar
con Amelia para siempre.
Ella tenía la dignidad de una Profesora
Asociada. Una vez que se pusiera seria, las gemelas se verían obligadas a
seguir su ejemplo.
Amelia se abalanzó sobre el escritorio,
ignorando por completo las quejas de las gemelas.
"Por favor, entreguen la última
tarea que les di."
"¡Sí!"
"¡Sí! Profesora."
Las gemelas se miraron entre sí,
convertidas de repente en niñas obedientes, y entregaron sus fajos de
papeles.
Podían ser jóvenes e inmaduras, pero
seguían siendo aprendices de bruja.
Mirando los papeles, parecían estar
llenos de complicadas fórmulas mágicas.
Siwoo —que estaba interesado— intentó echar un vistazo al contenido de la tarea, pero se sobresaltó de repente.
Podía sentir que los ojos de las gemelas estaban fijos en él.