City of Witches capítulo 131
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City of Witches capítulo 131 en español
Atando Cabos Sueltos I
Parte 1
“Mmh...mm... *slurp*”
Después de llegar al clímax tres veces seguidas, Siwoo estaba
completamente agotado.
Estaba sentado sobre la capa con las piernas abiertas mientras recibía
la limpieza a fondo de Odile.
Por el sonido que resonaba, estaba claro que el proceso de “limpieza”
implicaba que Odile utilizara la lengua y los labios para limpiar todos los
fluidos que se adherían a su polla.
Ésta última acurrucó su cabeza entre las piernas de Siwoo, enroscándose
mientras procedía a chupar la vara que había estado entrando y saliendo de su
agujero trasero hasta que quedó completamente mojada con su saliva.
“Mmh...”
Ella levantó brevemente la cabeza para captar el gemido de satisfacción
de Siwoo mientras se tragaba todo lo que almacenaba en su boca de un solo
trago.
Luego, como si estuviera presumiendo, abrió la boca de par en par,
mostrando su reluciente lengua rosada y su boca vacía.
“Sr. Asistente, mire esto~ Aah~ Me lo tragué todo~”
A estas alturas, ya había limpiado con su magia el semen que cubría su
cara y cabello. Pero no hizo lo mismo con la polla de Siwoo, sino que optó por
limpiarla manualmente.
Lo hizo correctamente a pesar del odio que sentía por el sabor de su
semen.
Al darse cuenta de esto, Siwoo no pudo evitar sentirse conmovido por su
altruismo.
Uno debe vivir una vida amable para poder
disfrutar de este tipo de privilegio. Pensó él para sus adentros.
“Es usted increíble, Srta. Odile.”
“Ni lo mencione~ De todos modos, ¿te sentiste bien?”
“Sí, se sintió increíble.”
“Hehe~”
En verdad, fue Odile quien sugirió limpiarlo de esta manera.
Supuso que probablemente ella se inspiró en una de sus novelas
eróticas.
Verla engullirse en su vara flácida le hizo sentir una mezcla de culpa y
deseo. Pero, ya que habían llegado tan lejos, decidió que también podía
disfrutarlo.
Al principio, pensó que no conseguiría que su miembro volviera a ponerse
duro, pero el placer que sentía en la boca de Odile era tan inmenso que volvió
a ponerse erecto.
Al ver esto, Odile le dio unos golpecitos con la punta de los dedos y le
preguntó.
“¿Quieres hacerlo otra vez?”
En respuesta a esta estimulación, su polla se crispó.
Entonces recordó su hermosa apariencia cuando ella imitaba a un
cachorro, tentándole a hacerlo de nuevo...
Sin embargo, el tiempo no estaba de su lado.
“Si tuviéramos más tiempo, podríamos hacerlo tanto como quisiéramos...”
“Comprendo tus sentimientos. Odette probablemente se despertará
pronto...”
Odile hizo un puchero y se acercó a él antes de apoyar la mejilla en su
pecho.
Ella podía oír los latidos de su corazón, como una canción de cuna, lo
que la llevó a cerrar los ojos.
Teniendo en cuenta que había pasado toda la noche despierta, no era de
extrañar que estuviera cansada.
“Puedo sentir su semen chapoteando en mi vientre, Sr. Asistente...”
“Bueno, me corrí dentro de ti dos veces.”
“Lo empujaste hasta el fondo antes de exprimirlo todo. Debe haber sido
muy profundo.”
Siwoo aún no podía determinar si su comportamiento aparentemente
inocente, en el que decía palabras provocativas que podían excitarle, se debía
o no a su ingenuidad.
“¿No necesita limpiarse, Srta. Odile? Quiero decir... Todavía tiene algo
dentro...”
“Bueno, lo haré más tarde... Será embarazoso hacerlo delante de usted,
Sr. Asistente...”
Incluso si su orificio estaba perfectamente limpio, seguía siendo un
lugar para la excreción.
De ninguna manera ella se sentaría voluntariamente a su delante y
exprimiría su semen de su agujero trasero de esa manera. No era cuestión de que
se llevaran mejor o no, simplemente le daba demasiada vergüenza hacerlo.
“¿Crees que me importan esas cosas?”
“¡Puede que a ti no, pero a mí sí!”
Siwoo empezó a imaginarse la cara sonrojada de Odile mientras sacaba su
semen por el ano...
Seguramente sería un espectáculo digno de contemplar, pero Odile parecía
inflexible en no hacerlo su delante, así que acabó desistiendo.
“De todas formas, limpiemos todo antes de irnos.”
Una tenue luz púrpura parpadeó en los ojos de Odile.
En un instante, el maná circundante se movió para eliminar todas las
impurezas de sus pieles. Desde fluidos corporales hasta motas de polvo.
Siwoo no pudo evitar maravillarse una vez más ante las maravillas de la
magia.
Para él, entre todos los hechizos que conocía, el de limpieza era sin
duda el más conveniente.
Después de vestirse, cerraron la puerta del molino. Dejando dentro el
calor persistente de su apasionada noche, y salieron al exterior.
Parte 2
Tras terminar su apasionada aventura con Odile y salir juntos del
molino, fueron recibidos por la hermosa vista del amanecer en el extremo de la
llanura oriental.
Al ver que el lucero del alba deslumbraba, la pareja apresuró el
paso.
“Ugh, siento un cosquilleo en el trasero...”
“¿Estás bien?”
“Sí, es sólo que... siento un cosquilleo... Y mi interior se siente
confuso...”
Ella dejó escapar una queja en un murmullo.
Teniendo en cuenta que la enorme polla de Siwoo había estado yendo y
viniendo por ese agujero durante casi dos horas, era natural que aún sintiera
el placer persistente.
Por cierto, Odile había llegado al clímax cinco veces en total.
Como a Siwoo nunca le habían penetrado nada por el ano, las sensaciones
de Odile eran algo que no podía entender.
“Haah...haah...”
En cualquier caso, esa era la razón por la que Odile parecía bastante
incómoda mientras caminaba.
Su andar era un poco torpe mientras caminaba de una manera que
pronunciaba su trasero dolorido.
“¿Quieres que te lleve a caballito?”
“No hace falta, no es para tanto.”
Después de eso, un breve silencio se instaló entre ellos.
Era comprensible, ya que ambos estaban demasiado cansados para
conversar. No es que tuvieran nada más que decirse.
Sin embargo, el aire de la mañana trajo un ambiente agradable entre
ellos.
Mientras disfrutaban del fresco aroma de la tierra y de la refrescante
fragancia de la hierba color rocío, Odile, que en algún momento se había subido
la capa a la cabeza, habló de repente.
“Sr. Asistente.”
“¿Sí?”
“Olvidemos lo que pasó hoy.”
“¿Perdón?”
Sus palabras confundieron a Siwoo. Dirigió su mirada hacia Odile, cuyo
rostro estaba tan rojo como si estuviera ardiendo.
En cuanto se dio cuenta de que Siwoo la miraba, tiró de la capucha con
la punta de los dedos y se tapó los ojos.
Ya veo.
Al principio, Siwoo pensó que quería decir algo como: 'Tener sexo contigo fue un error'.
“¡¿Por qué pareces tan confundido?! ¡Sabías lo que quería decir! La
forma en que actué— ¡Estaba demasiado excitada! ¡No podía controlar mis
acciones!”
Entonces se dio cuenta de que la había malinterpretado.
Después de que aquel sexo loco y apasionado llegara a su fin, al igual
que él, ella también se había calmado un poco.
No hacía falta ser un genio para saber que ella era consciente del
momento en que gemía y gimoteaba como un cachorro.
Al darse cuenta de ello, Siwoo no pudo evitar burlarse de ella.
Después de pasar un tiempo con Odile, se dio cuenta de que en secreto
disfrutaba burlándose de ella.
“Srta. Odile.”
“¿Qué?”
“¡La mano!”
Siwoo extendió juguetonamente la palma de la mano hacia Odile.
Ésta lo miró sin comprender durante un rato, pero cuando entendió lo que
intentaba hacer, arremetió de inmediato.
“¡Te atreves! ¡Te atreves!”
Sin dudarlo, ella le dio una patada baja en la pantorrilla.
El sonido que hizo al golpear fue bastante fuerte.
“¡Aaahh! ¡Acabo de hacer lo que me pediste! ¡Deja de burlarte de mí! ¡No
es justo!”
Estaba tan avergonzada que casi estaba al borde de las lágrimas.
A través del agujero de su capucha, Siwoo se dio cuenta de que su cara
se había puesto más roja que antes.
Le pareció tan linda que quiso abrazarla allí mismo.
Por fin entendía por qué a Odette le gustaba tanto burlarse de su
hermana mayor.
Sus diversas reacciones a sus provocaciones eran divertidas.
“¡Estaba bromeando, es una broma!”
Entonces se dio cuenta. La estaba haciendo una broma así, a una aprendiz
de bruja.
Se dio cuenta de que se habían acercado lo suficiente como para que él
hiciera tales bromas.
Por otra parte, tal vez se atrevió a hacerlo porque sabía que estaba
tratando con Odile, alguien que parecía segura sólo en la superficie.
Si en lugar de ella fuera Odette, no estaba seguro de poder lograr lo
mismo.
Sin embargo, comparando su relación actual con la de la primera vez que
la encontró en la tienda de herramientas mágicas, se sentía notablemente
diferente.
En aquel entonces, para él, Odile era una existencia peligrosa, una
aprendiz de bruja que podía arrastrarle fácilmente al abismo.
Descubrir este lado de ella era algo que él nunca esperó en aquel
entonces.
Odile puso la mano en la cadera y empezó a amenazarle.
“¡Hazlo una vez más! ¡Te daré una paliza! ¡Un infierno!”
“Lo siento, no pude evitarlo. Es usted tan linda, Srta. Odile.”
No sólo linda, también seductora.
De hecho, incluso ahora podía ver su cuerpo desnudo bajo la capa
brillando ante sus ojos.
A pesar de no tener un cuerpo especialmente curvilíneo, tenía un encanto
peculiar capaz de cautivar a los hombres a su alrededor con facilidad.
“Para tener unos ojos tan inocentes, eres una persona bastante traviesa,
¿lo sabías?”
Odile captó enseguida su mirada y preparó su contraataque. Sin embargo,
debido a su ingenuidad, no se preparó para un acto complicado. Se limitó a
forzarlo en cuanto se decidió. Por lo tanto, era propensa al contraataque de
Siwoo.
“Me atrapaste. Ahora que lo sabes, podría ir a por todas. Ven aquí,
déjame quitarte esa capa tuya.”
“¡No! ¡Estamos en medio de la calle!”
En cuanto Siwoo tiró del extremo de su capa, aparentemente dispuesto a
desnudarla, ella agarró rápidamente el borde de su capa y tiró de él para
quitárselo de encima.
Fue entonces cuando se dio cuenta de que había vuelto a caer en su
broma.
“Es una broma~”
“Ugh, ¡¿Puede dejar de jugar, Sr. Asistente?!”
“Lo siento, lo siento~ No te enfades, te daré un masaje en los pies
cuando lleguemos a casa, ¿okay?”
Mientras se burlaba de la visiblemente enfadada Odile, Siwoo caminó
junto a ella hacia Ciudad Tarot.
Tal vez porque había pasado algún tiempo, ya había gente caminando por
allí.
Chicas jóvenes que salían a por agua, carruajes de caballos que
recorrían las calles con un traqueteo y vendedores de periódicos que ordenaban
sus puestos.
Era como si toda aquella gente acabara de despertar de su hibernación.
Comenzaron a deambular afanosamente de un lugar a otro. Mientras los observaba,
Odile sintió una punzada de pesar.
“Hace un rato, aquí sólo estábamos usted y yo, Sr. Asistente... Me
siento un poco triste...”
“Podemos repetirlo la próxima vez.”
“¿Y cuándo es exactamente?”
Temerosa de que su ropa interior fuera visible entre los pliegues de su
capa, Odile se envolvió bien en ella antes de empujar la cabeza hacia
delante.
“Como no tengo dónde quedarme hasta que concierte una cita con la
Condesa, ¿puedo quedarme en la villa?”
“¿La villa? ¿Te refieres a nuestra villa?”
“Sí.”
Al oír eso, Odile asintió enérgicamente.
En el fondo, ella quería traerlo directamente a la mansión Gemini, pero
si los rumores de que la aprendiz de la Condesa Gemini traía de repente a un
hombre se extendían, daría lugar a situaciones desagradables.
Aunque en realidad no era un asunto importante, tal escándalo podría
afectar potencialmente a su maestra, algo que ella quería evitar.
Por eso, que se quedara en su villa era una situación ideal para Odile.
De hecho, ella misma sacaría el tema si él no le preguntaba primero.
Quería verlo tanto como fuera posible. Al fin y al cabo, cuando por fin
dejara Gehenna, no podrían volver a verse hasta que ella se convirtiera en una
verdadera bruja.
“¡Claro que puedes! ¡Eso sería genial!”
“Gracias. Por fin tengo un lugar donde quedarme.” Dijo Siwoo
mientras acariciaba la cabeza de Odile. Sin embargo, le costaba hacerlo porque
ella no paraba de saltar alegremente.
Si tuviera cola, probablemente la estaría moviendo vigorosamente de un
lado a otro.
Así de feliz parecía.
Mientras atravesaban la plaza y entraban en un estrecho callejón, una
villa que parecía tan fuera de lugar en comparación con el callejón entró en su
visión.
Antes de abrir la puerta y entrar, Odile hizo una advertencia.
“¡Tenemos que evitar que Odette se entere, así que tenemos que tener
cuidado! ¡Se pondrá celosa si se entera de que salimos y nos divertimos los dos
solos!”
“Sí, sí.”
“Además, todo lo que hicimos hoy es un secreto ¡¿okay?!”
“Okay, lo entiendo.”
“Bien.”
Odile asintió con la cabeza antes de abrir cautelosamente la puerta,
asegurándose de no hacer ningún ruido.
Tras entrar en el vestíbulo y ponerse las pantuflas, los dos se
dirigieron hacia la escalera que tenían justo enfrente.
Justo antes de subir, Siwoo echó un vistazo a la sala de estar que había
a su izquierda. En ese momento, su corazón se encogió.
“¿Qué pasa?”
“...”
Al notar que se detenía de repente, Odile miró en la dirección en la que
él miraba. Al igual que él, acabó congelada en su sitio.
“Ah...”
“...”
“...”
En la sala de estar, había dos personas sentadas en el sofá mientras
sorbían con elegancia sus bebidas.
Eran las maestras de las gemelas.
La Condesa Albireo y Deneb Gemini.
Estaban sentadas mirando fijamente a Siwoo, como si lo hubieran estado esperando.