City of Witches capítulo 45
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No Podemos Ser las Únicas III
Parte 1
Las gemelas se cansaron de sus clases de piano, seguidas de las de
alquimia.
Y sus clases en la mansión sólo terminaban después de una sesión de
lectura de libros por la que tenían que pasar.
Odile y Odette utilizaron entonces el portal instalado en su mansión
para llegar a la academia.
En realidad, para mantener y reparar un portal se necesitaba una enorme
suma de monedas de oro.
Sin embargo, la riqueza de la familia Géminis, la más prominente y
acaudalada de las familias de Condesas, era más que suficiente para afrontarlo.
Las gemelas atravesaron la sala de profesores y se dirigieron a su aula
habitual, donde les esperaba un ambiente tenso.
Sacaron un termo —que habían preparado con antelación— con la seriedad
de los terroristas antes de un ataque suicida.
“¿Estás lista, Odette?”
“Sí, hermana.”
Luego, midieron con precisión la Poción Eros y vertieron cuidadosamente
dos dosis de la poción en el termo, sabiendo muy bien que Amelia no sería capaz
de beberse todo el té.
Un pequeño sorbo de la poción bastaba para producir un potente efecto
debido a la generosa cantidad de musgo rosa, un componente que potenciaba sus
efectos.
Cuando el té rojo y la poción rosa de Eros se mezclaron, no hubo ninguna
diferencia notable.
—Tik tok, tik tok
Si hubieran sido más lentas, las habrían atrapado.
El sonido de los tacones altos de Amelia resonó en el pasillo.
Odile se apresuró a esconder el frasco de poción, mientras Odette
agitaba vigorosamente el termo con la tapa bien cerrada.
“Tranquila.”
Como saludo habitual, Amelia entraba a grandes zancadas en el salón de
clases y silenciaba a las gemelas, pues tenían tendencia a parlotear antes de que
comenzara la clase.
Sin embargo, ladeó la cabeza confundida al entrar en aquel ambiente
extrañamente silencioso.
Mientras lo hacía, Siwoo entró en el salón con una expresión de
incomodidad en el rostro.
Odette evitó la mirada de Siwoo y Odile tampoco se atrevió a mirarle
directamente.
Era su primer encuentro desde la calurosa cita en el carruaje.
Verlo de nuevo les trajo recuerdos de aquel día, haciendo que sus
rostros se sonrojaran de vergüenza.
Las gemelas, que habían estado mirando su parte inferior con interés, se
dieron cuenta de por qué Siwoo entró en clase con tanta incomodidad.
Con ocho gruesos libros de texto en los brazos, parecía casi absurdo y
abrumador. Sin embargo, no tuvieron más
remedio que aceptarlo, ya que, sin duda, llevaba en las manos las tareas de una
semana.
Las gemelas se sintieron consumidas por la culpa ante la idea de ofrecerle
té mezclado con la poción Eros a Amelia, pero su crueldad hacia ellas no mostró
consideración alguna por sus quejas y alivió un poco su culpa.
“¡Hola, Srta. Profesora!”
“Hola, Sr. Asistente, ¿cómo está?”
Odette saludó a Siwoo con un gesto de la mano antes de girar rápidamente
la cabeza.
“¿.....?”
Las gemelas solían saludar a Siwoo de forma casual, pero esta vez sus
reacciones fueron torpes, atrayendo su atención.
Ella miró de un lado y a otro entre las gemelas y Siwoo, parpadeando
confundida.
A pesar de ello, Amelia seguía siendo una profesora diligente que no
perdía ni un minuto de sus tres horas de clase.
“Por favor, entreguen su ensayo.”
“¡Sí!”
“¡Sí, Srta. Profesora!”
Las gemelas estaban pensando en el momento adecuado para ofrecer el té
mientras entregaban su tarea de toda la semana.
En realidad, esta tarea era más una reflexión sobre las lecciones
aprendidas en clase y su aplicación que una tesis que se ciñera a rígidas
directrices de formato académico.
Sin embargo, el bolígrafo rojo de Amelia bailó sin piedad sobre la tarea
entregada por las gemelas.
“Disculpe, Profesora Amelia.”
“Sí, Srta. Odette.”
“Tengo la impresión que mi hermana y yo somos un poco difíciles de
enseñar para usted, teniendo en cuenta nuestros muchos defectos.”
“Soy consciente de ello. Pero no recuerdo que me hayan mostrado este
tema en particular. ¿A qué te refieres?”
“Um...”
Tímidamente, Odette se adelantó para hablar primero. Sin embargo, la
respuesta de Amelia estaba llena de insatisfacción al presentar la tarea de
Odette, que había sido fuertemente cubierta de tinta roja.
“El cálculo de la distribución del maná es el alfa y el omega de la
magia. Te has saltado la fórmula de cálculo y el resultado está plagado de
errores.”
“Lo-lo siento.”
El comportamiento severo de Amelia hoy infundió miedo en Odette, que
inmediatamente metió las manos entre las rodillas e inclinó la cabeza.
Era comprensible, ya que las tareas de Amelia siempre eran bastante
difíciles, pues eran bastante largas y complejas.
Mientras tanto, las gemelas, más centradas en el éxito, sólo pusieron la
mitad de su esfuerzo habitual en completar la tarea de la semana.
La atención de Odette al estado de ánimo de Amelia permitió a Odile
guardar silencio pacientemente mientras esperaba a que Amelia terminara de
calificar sin interrupciones.
“Llévatelo.”
Odile y Odette cogieron sus tareas con manos temblorosas mientras Amelia
golpeaba la mesa con las uñas, aparentemente de mal humor.
Amelia habría aceptado las pobres respuestas de las gemelas si hubiera
visto siquiera una pizca de esfuerzo en sus deberes. Sin embargo, creía
firmemente que no había excusa para los estudiantes que no se esforzaban.
Ésa era la filosofía de enseñanza de Amelia.
Tal vez por eso Amelia parecía exudar un comportamiento frío hoy.
“Estoy extremadamente decepcionada.”
“Lo siento...”
Las gemelas simultáneamente agacharon la cabeza avergonzadas.
Los hombros de Odette se hundieron por la decepción y el miedo, mientras
que Odile mantuvo la compostura...
Odile se preguntó si ahora sería el mejor momento para probar los
efectos de la Poción Eros, ya que Amelia estaba claramente enfurecida, su era ira
palpable en la habitación.
Odile anhelaba ver un cambio en el comportamiento de Amelia, que antes
estaba enfadada pero ahora mostraría un profundo afecto hacia el Sr. Asistente.
El solo hecho de pensarlo hizo que su curiosidad hirviera.
“Srta. Profesora.”
“¿Sí?”
“Tengo algo que decirle. ¿Le parece bien?”
“Sea breve. Estoy pensando por dónde reiniciar la clase.”
Sobresaltada, Odette agarró la falda de Odile por debajo del pupitre,
intentando detenerla.
“¡Hermana!”
Pero Odile ya había tomado una decisión.
“Traje este té para dárselo a la Srta. Profesora, está hecho con las
primeras hojas del árbol del té de nuestro jardín y preparado como té frío.”
El té frío es el que se prepara apilando hielo y colocando hojas de té
entre ellas para enfriarlo con agua fría.
“Especialmente durante la fase de mezcla de las hojas de té, al añadir
sabor a frambuesa, se puede disfrutar de su aroma único al beberlo frío”, explicó Odile mientras servía el té en
una taza aparte y se la entregaba a Amelia, que parecía ligeramente
sorprendida.
Teniendo en
cuenta todo lo que las gemelas habían hecho hasta ese momento, era un acto
realmente admirable por parte de aquellas alumnas.
“Gracias.”
Sin embargo, en
ese momento, Siwoo se percató de algo e intervino.
No importaba
cuánto lo mirara, no parecía que las gemelas estuvieran sirviendo el té por la
bondad de sus corazones.
El brillo
excitado en los ojos de Odile hizo saltar las alarmas en la cabeza de Siwoo. Le
recordó la primera vez que ella le había visto la polla.
“Um, srta.
Amelia.”
Siwoo interrumpió
rápidamente a Amelia, que sostenía su taza de té con lo que parecía ser la
etiqueta adecuada que había aprendido directamente de los manuales sobre el
arte de preparar té ceremonial.
“¿Qué ocurre?”
“Bueno, um...”
Pero no sabía qué
debía decir.
¿Debería revelar
que las gemelas habían mezclado algo extraño en el té?
Si lo hacía,
tendría que confesar lo que había pasado la última vez.
Pero si no decía
nada, quién sabía lo que haría Amelia, que había bebido la poción sin saberlo.
“Oh, no es nada.”
Siwoo finalmente
se rindió.
No podía estar
seguro de que las gemelas hubieran puesto la poción Eros en el té, e incluso si
lo hubieran hecho, no tendría nada que ver con él.
Las gemelas
seguramente enfrentarían un severo castigo si las descubrían.
“Gracias por la
bebida.”, dijo Amelia,
sorbiendo el té frío de su taza.
Odile y Odette estaban completamente concentradas en Amelia.
En el caso de
Odette, había querido desnudar a Siwoo y montarlo, con la esperanza de quedarse
embarazada.
Odile, por su
parte, tenía el agujero trasero salpicado de crema para hacer bebés.
Ellas se
preguntaban qué pasaría en el caso de Amelia.
“Única.”
Shiwoo retrocedió
con cuidado para no ser visto por Amelia.
Si se eliminaba
la condición de ver al hombre del que se había recogido el semen en 10
segundos, la situación sería menos impredecible.
Las palmas de las
manos de las gemelas empezaron a sudar por el nerviosismo, mientras esperaban a
ver qué ocurría a continuación.
Diez segundos.
Nueve segundos.
Ocho segundos.
Siete segundos.
“Asistente Siwoo.”
Sólo habían
pasado siete segundos, y Amelia volteó hacia Siwoo, haciéndole tragar saliva
nerviosamente.
Sabía que, si las
gemelas hubieran añadido la poción al té, los efectos ya habrían empezado.
Sin embargo, no
podía hacer nada para evitarlo.
“¿Cuánto tiempo
voy a sostener los libros?”
“Ah, sí.”
Siwoo llevó los
libros de texto de Amelia sobre el escritorio, que los había estado sujetando
durante todo el proceso de calificación, y luego los apiló.
Su mirada se
detuvo en Amelia.
“Empezaré la
clase ahora.”
Y así fue…
Pasaron diez
minutos, luego veinte.
A pesar de su
ansiedad, Amelia no experimentó ningún cambio en toda la clase, que duró unas
tres horas.
Dio clase como de
costumbre y asignó el doble de deberes como castigo por el bajo rendimiento de
las gemelas antes de retirarse por hoy.
Parte 2
“¿Por qué?”
“¿Por qué?”
Las gemelas
volvieron a la Mansión Géminis a través del portal.
Después de cenar,
fin de su rutina diaria, tenían unas cinco horas para dedicar a actividades
personales antes de acostarse.
Normalmente
consistían en leer libros en el estudio, repasar las clases de Amelia y tomar
apuntes, o incluso darse un baño en el cuarto de baño.
Sin embargo, esta
noche fue diferente.
Fueron
directamente a su dormitorio y se sentaron en la cama, preguntándose por qué
Amelia no mostró ningún signo de haber sido afectada por la poción durante la clase.
“¿Por qué?”
“¿Por qué es
que...?
Tanto Odile como
Odette habían estado observando atentamente a Amelia durante toda la clase,
pero ésta terminó tranquilamente sin cambiar de expresión, y se marchó después
de repartir una montaña de tareas.
“¿Quizá lo
soportó con su paciencia sobrehumana?”
“Odette, estoy
segura de que no hay mujer que aguante eso.”
“¿Podría ser que
el efecto de la medicina haya desaparecido?”
“Más bien, ¿no
sería más plausible que su sistema de defensa autónomo simplemente lo
neutralizara?”
“Si ese fuera el
caso, la Srta. Profesora no lo habría ignorado sin más. Pero en realidad no pasó
nada.”
Las gemelas
suspiraron pesadamente, sintiéndose decepcionadas por la falta de reacción de
la Profesora Amelia a su broma.
A pesar de sus
temores iniciales, habían esperado una respuesta similar a la de un cervatillo
recién nacido tambaleándose sobre sus pies en una neblina febril.
“Odette, tráeme
el libro.”
“Sí, hermana.”
Queriendo
entender por qué la poción no funcionaba, rebuscaron la “Fórmula de la Poción
Prohibida” de debajo de la cama.
Este raro libro
tenía una cubierta negra, en otros tiempos impresionante, que con el paso del
tiempo se había vuelto marrón oxidado y era uno de los dos únicos ejemplares
que había en el mundo.
Tras localizar la
página sobre la poción Eros, donde la habían encontrado anteriormente,
estudiaron el método de preparación, las precauciones y los efectos esperados
descritos en el libro.
“Hmm, parece que
está aquí. El efecto de la poción varía mucho de una persona a otra, y depende
de la atracción sexual subyacente del individuo.”
“Además, los
casos en que la poción es ineficaz se documentan a continuación.”
“Por ejemplo,
incluyen sujetos experimentales que no han experimentado la menstruación, las
que están embarazadas, y las que no tienen aptitud para la sensibilidad
menstrual…”
Las gemelas, que
habían extendido el libro y acurrucado sus cabezas, se encontraron de repente
con un pasaje en particular que las dejó sin habla.
“Además, los
efectos de la poción no se aplican a un sujeto experimental que ya está
enamorado del sujeto que proporciona el esperma.”
“¿¿¿¿¿¿¿¿¿?????????”
Las gemelas al mismo inclinaron la cabeza hacia un lado como muñecas con
las pilas agotadas.
“Espera, espera.
Aclaremos esto.” Perpleja, Odile
se abanicó con las manos.
“La Profesora
Amelia ya debe de haber tenido su menstruación, ¿verdad?”
“¡Claro que sí!
¿No te das cuenta?”
“¿Podría estar
embarazada?”
“¡Es una bruja,
por el amor de Dios!”
“Probablemente no
tenga aptitudes para la sensibilidad al maná... no, no podría ser... pero si no
es el caso...”
“Intentemos
juntarlo una vez más. Le dimos a la Profesora Amelia, el sujeto del
experimento, la poción que hicimos usando el semen que obtuvimos del Sr. Asistente.
¿Eso significa... que a la Profesora Amelia le gusta el Sr. Asistente?”
Las gemelas
entraron en pánico al llegar a una conclusión inesperada.
“¡De ninguna
manera!”
“¡Eso es
imposible!”
Pero pronto, se
quedaron en silencio al llegar a una conclusión clara, pero también sintieron
una sensación de alivio al darse cuenta de la razón detrás de su fracaso
“¡Ajá!”
“Este libro es
basura.”
“Sí, tirémoslo a
la chimenea más tarde, hermana.”
“No, hagámoslo
ahora.”
Odile se levantó,
sintiéndose ligera y despreocupada —como si todas sus preocupaciones se
hubieran resuelto— arrojó el libro a la chimenea antes de dirigirse al cuarto
de baño.
“Casi me meto en
problemas por seguir ciegamente esa cosa rara.”
“Sí, no te puedes
fiar de libros viejos como ése.”
“Vamos a bañarnos
juntas, hermana.”
Las cariñosas
hermanas salieron a paso ligero, dejando el libro ardiendo tristemente en la
chimenea.
Mientras el libro ardía, sus páginas se voltearon, revelando una nota al margen que la gemela no había logrado ver.
... En el caso del último ejemplo, dado que los efectos y la duración de la acción no han sido suficientemente comprobados, se requiere precaución a la hora de realizar experimentos.