City of Witches capítulo 69
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City of Witches capítulo 69 en español
Shimaidon IV
Apenas había
pasado un día, pero Siwoo nuevamente se encontró con el ano de Odile.
Aunque cada
pliegue estaba empapado de lubricante que aplicó con los dedos, la presión que
sentía no parecía disiparse.
Se podría decir
que la forma de reaccionar de Odile era excelente.
“Ah...”
A Siwoo le
sorprendió la reacción de Odile, que temblaba mientras abría mucho la boca
dejando ver el blanco de sus ojos.
Introdujo con
fuerza su polla dentro de ella, casi aplastando a la mujer que se resistía
ferozmente bajo él.
Sus labios
pálidos demostraban que el dolor que sentía no era ordinario.
“¡Ah... Sr.
Asistente... ¡Duele...!”
Odile, cuyo
cuerpo estaba rígido como una estatua, jadeó y se quejó con Siwoo.
Sus astutos ojos
estaban rasgados hacia arriba y sus bordes estaban húmedos por las lágrimas
Aunque su cuerpo
era considerablemente resistente, eso no aliviaba el dolor que sentía.
“T-Tú empujaste
demasiado profundo y muy rápido... No puedo...”
“L-Lo siento...”
No hizo nada
diferente a cuando se lo hizo a Odette. Por eso no esperaba que ella sintiera
tanto dolor.
Tal vez la
diferencia de posiciones afectó su experiencia.
Mientras
reflexionaba sobre eso, Siwoo intentó sacar su polla.
“¡Ngh! ¡Detente!
¡N-No te muevas...!”
Sin embargo, no
pudo sacarlo.
¿Esto es lo que llamaban
vaginismo*...? No, ¿convulsión anal?
Siwoo se quedó
helado al ver a Odile acurrucada ante él como un cachorro tembloroso bajo el
frío invernal. Ella le agarró los brazos con fuerza mientras cerraba la boca.
Al ver ese
aspecto delicado y encantador, su polla reaccionó por reflejo.
“¡No te muevas!
S-Sólo quédate así un momento...”
La forma en que
sacudía la cabeza, presa del pánico, le resultaba desconocida.
Pero su intento
de resistirse sólo estimuló aún más su polla.
Mientras se
preguntaba de dónde había sacado el valor para darle órdenes, Siwoo apretó con
fuerza la palma de la mano contra su muslo.
Como un erizo
tratando de hacerse el muerto, su cuerpo se puso flácido al instante, incapaz
de resistir la fuerza de Siwoo.
Ignorando la
orden de Odile, Siwoo volvió a meterle la polla.
“Ah... Aa...”
Cubriendo su
pequeño cuerpo, la presionó con fuerza utilizando el peso de su cuerpo para
empujar su polla hasta lo más profundo que pudo alcanzar.
Sintiendo que su
cuerpo se ponía rígido, selló sus labios con los suyos.
Él chupó sus
labios suaves y quejumbrosos mientras ella mordía y chupaba su lengua.
Mientras
presionaba sus piernas y penetraba su agujero trasero, Siwoo la besó en los
labios.
En un principio,
iba a ser toda una odisea ponerse en esta postura, pero debido a la diferencia
de físico entre ambos, así como a la flexibilidad de las articulaciones de la
cadera de Odile, lo consiguieron más fácilmente de lo esperado.
“Mmph... Mmh...”
Los ojos de Odile
se abrieron de forma sorprendida.
Se quedó mirando
a Siwoo, que movía la cintura lentamente, con expresión desconcertada.
Mientras sus
lenguas se entrelazaban lentamente, Siwoo empezó a mover la cintura de un lado
a otro.
—¡Squelch!
¡Squelch!
“Mmf... Mmph...”
El sonido del
roce de la seda.
Y el sonido de
algo intentando ensanchar a la fuerza una pequeña abertura mientras se frotaba contra
una membrana húmeda.
Siwoo dio rienda
suelta a su lengua dentro de la boca de Odile, saboreando cada rincón mientras
empujaba su polla cada vez más adentro.
“Mmph... mmh...”
Mientras se
besaban profundamente, como lo harían los amantes durante el acto sexual, Odile
sintió un calor que se extendía por todo su abdomen.
Lo que habían
estado haciendo era algo que ella hacía por curiosidad, pero ahora había algo
diferente.
Un objeto grande
y extraño llenó su cuerpo y desapareció al cabo de un momento.
En su boca, un
músculo grande y grueso chasqueaba contra cada uno de sus dientes mientras
agitaba todo lo demás en su interior.
Todo estaba en un
nivel completamente diferente de las cosas que habían hecho antes.
“Uf... Haa...”
Entonces, su beso
llegó a su fin.
Una hebra de hilo
plateado se extendió entre sus lenguas.
Después de ese
beso, parecía una persona completamente diferente a la de antes.
Dejó escapar un
aliento caliente, como si su cuerpo estuviera lleno de vapor. Sus ojos estaban
húmedos, como un prado después de una lluvia primaveral.
Sus ojos como
joyas temblaban en varias direcciones, mostrando lo nerviosa que estaba por la
situación.
“Siento haber
entrado tan de repente. ¿Estás bien ahora?”
“E-Estoy bien
ahora... N-No te preocupes...”
Ella asintió con
la cabeza lentamente mientras su cuerpo se sacudía como una muñeca rota.
Ya que recibió su
visto bueno, Siwoo decidió que no había necesidad de dudar más.
“Empezaré a
moverme.”
“Sí... Mm...”
Antes de que
Odile pudiera terminar sus palabras, Siwoo empezó a mover su cintura.
Forzó su apretada
puerta trasera mientras penetraba implacablemente su agujero hasta la base de
su polla.
“¡Uhng... Ngh...
Aaahh...!”
El cuerpo de
Odile se agitaba vigorosamente.
Desde sus
tobillos estirados hasta sus cautivadores pechos, se balanceaban como el agua
en un vaso.
La sensualidad de
sus movimientos cautivó a Siwoo.
—¡Plap! ¡Plap!
¡Plap!
Su interior se
sentía rígido.
Si bajaba la
guardia por un momento, no sería sorprendente que se encontrara sufriendo una
fractura de pene.
Sin embargo,
valía la pena correr el riesgo de mover la cintura.
Como Odette le
había demostrado, la capacidad de las gemelas para apretarle la polla con sus
agujeros no tenía comparación.
“Ang... Hng... ¡Mmm...!”
Siguiendo los
movimientos de Siwoo, que se intensificaban por segundos, Odile empezó a soltar
dulces gemidos.
Quizás
avergonzada por su voz, se tapó fuertemente la boca con ambas manos.
Odile nunca había
previsto esto.
La sensación de
vergüenza que sintió al tener sexo con sus rostros tan cerca el uno del otro.
La vergüenza que
sintió al exponer completamente su rostro sonrojado que la convirtió en un
desastre poco atractivo.
No había previsto
nada de eso en absoluto.
Pero esa reacción
suya fue la recompensa definitiva para Siwoo.
La traviesa chica
que no podía mantener la boca cerrada por su propio bien, ahora no podía ni
mover un músculo al sentir su polla penetrando su culo.
“Srta. Odile.”
“Ah... Ahh...
¿P-Por qué... dices… mi nombre...? Mmph...”
Mientras se
esforzaba por responder a la llamada de Siwoo, Odile se dio cuenta rápidamente
de que estaba a punto de volver a emitir esos extraños sonidos y se tapó la
boca de inmediato.
Había estado reprimiendo
sus gemidos con expresiones y gestos de las manos.
Siwoo siguió
metiéndole la polla en el agujero trasero mientras la agarraba por las muñecas.
Ahora, sin la
mordaza para cubrirse la boca, Odile se mordió los labios con fuerza, tratando
desesperadamente de contener sus gemidos.
“¡¿Qué...
estás—?!”
“Déjame oír tu
voz, por favor.”
No sabía qué
hacer, así que se mordió las yemas de los dedos, se tapó la boca y cerró los
ojos con fuerza mientras su rostro se teñía de un rojo intenso.
Al verla así, a
Siwoo se le pasó por la cabeza un pensamiento perverso.
Sin embargo, no
era realmente malvado, ya que sólo quería jugar con ella.
“M-Mi voz...
Suena extraña... Ngh... No quiero— ¡Hyah!”
Odile, que
intentaba responder, gritó de repente porque Siwoo le sacó la polla de su
agujero.
Su vergüenza
creció a un nivel completamente diferente mientras su rostro se convertía en el
tono de rojo más profundo conocido por los hombres.
“N-No... Por
favor... Para... Suelta... mi mano... Rápido...”
Consiguió pronunciar
esas palabras, aunque con dificultad.
Nadie más la
oiría sonar así.
Atrás había
quedado la traviesa aprendiz de bruja, sustituida por una mujer en celo.
“Quiero oírlo.
Cuando estaba en tu lugar, cumplí todas tus peticiones, ¿verdad, Odile?”
“N-No... ¡No
quiero...!”
A pesar de cómo
actuaban, había bastante disparidad en lo que podían hacerse el uno al otro.
Odile aún tenía su magia y podría hacer volar a Siwoo si quisiera.
El hecho de que
no lo hubiera hecho significaba que estaba disfrutando de este acto.
Por eso Siwoo
decidió insistir.
—¡Plap! ¡Plap!
¡Plap!
“Sigues
intentando resistirte, ¿huh?”
Aumentó la
velocidad de su empuje.
Por supuesto que
no era una tarea fácil empujar un agujero tan apretado.
La presión que su
culo le daba, le hacía sentir que podría eyacular en cualquier momento.
“H-Huu... D-Dije
que… N-No... ¡Para... Aahh...!”
Finalmente, la
inútil resistencia de Odile llegó a su fin.
Odette, que había
estado observando en silencio desde un lado esta vulgar faceta, retrocedió sorprendida.
Odile dejó
escapar un sonoro gemido.
“Haah... Ahh...
Sr. Asistente... ¡En serio! ¡L-Le dije que no...!”
Parecía haber
renunciado a la idea de guardar silencio cuando empezó a gemir ruidosamente
mientras se tapaba la cara con ambas manos.
Todos y cada uno
de sus movimientos parecían querer seducirlo.
“Huu... Ahh...
Ah... En serio... ¿Por qué eres... tan malo...? Intenté resistirme... P-Pero...
¡No puedo...!”
“Es porque eres
linda, Srta. Odile.”
Sus palabras eran
sinceras.
Odile nunca había
estado tan linda y encantadora.
Se veía mucho más
adorable que cuando se aferró a él después de tomar la poción de amor o cuando
se coló secretamente en su habitación.
“Haah... Huff...”
En cuanto oyó la
palabra “linda”, Odile soltó un grito de sorpresa y contuvo la respiración.
Sus ojos
violetas, llenos de deseo carnal, miraban fijamente a Siwoo a través de los
espacios entre sus dedos.
“Sr...
Asistente...”
Llamó a Siwoo en
voz baja.
Al mismo tiempo,
sus músculos anales se apretaron con fuerza alrededor de su polla.
Siwoo se quedó
quieto al sentir que Odile estaba a punto de decir algo importante.
Entonces, Odile
habló con voz muy suave.
“Creo... que
entiendo un poco sobre el amor...”
“¿Qué?”
“Cuando te oí
llamarme linda... Mi corazón empezó a acelerarse... Es amor, ¿no?”
Tras decir esas
palabras, ella se cubrió el rostro completamente con las manos
Ella
era simplemente impresionante.
Y Siwoo no pudo
contenerse más.
Reanudó la
embestida que había detenido momentáneamente.
“Hah... Hng...
Ahh...”
Una voz suave se
filtró a través de los espacios entre los dedos de Odile.
Sus bonitos
pechos eran visibles entre sus codos.
Los pliegues de
color claro agarraban con fuerza las venas abultadas de su polla.
Y por último, su
vergüenza y el gesto que mostraba claramente su inocencia se añadieron a la
mezcla.
Todas esas cosas
hicieron que Siwoo sintiera el deseo de dominarla.
Él ya no pudo
contenerse más.
Con los dientes
apretados, empezó a verter su semilla en lo más profundo del ano de Odile, que
se aferraba con fuerza a su palpitante polla.
“¡Ah... Haah...!”
El semen que
vertió fluyó dentro de Odile.
Tras una violenta
palpitación, los fluidos calientes brotaron, desencadenando el clímax que se había
ido acumulando en el interior de su cuerpo.
“¡S-Sr.
Asistente...! ¡Haaahh...! ♡”
Siwoo apretó con
fuerza los muslos que ella intentaba enderezar, impidiendo que huyera.
Sintió un clímax
satisfactorio mientras el apretado agarre de su ano se sentía como si estuviera
impidiendo su eyaculación apretando su uretra.
“Ah... Se siente
increíble... Sr. Asistente...”
“Phew...”
Odile le habló con voz temblorosa, como
un instrumento de cuerda que produce notas agudas, empapada de la persistente
sensación de placer.
Con un fuerte
alcance de su brazo, tiró de Siwoo por el cuello e inició un beso con él.
Siwoo se sintió
un poco avergonzado al notar que sus acciones parecían las de unos amantes.
Su objetivo al
hacer todo esto era principalmente porque sólo quería el placer físico, pero su
corazón latía más rápido de lo habitual.
Por fin entendió
lo que significaba la palabra “lujuria”.
“Haah... Haah...
¿Así que así es como se siente...?”, murmuró Odile algo para sí misma.
Siwoo sacó con
cuidado el objeto que había introducido profundamente en el interior de ella.
Mientras lo
hacía, el agujero trasero de Odile se despidió de su polla con un fuerte
apretón hasta que finalmente consiguió sacarlo todo.
—¡Squelch!
Un sonido
delicioso resonó, seguido de un chorro de semen que salía del agujero trasero
de Odile.
Era el semen de
Siwoo.
Ver su semen
fluir fuera de ella hizo que todo pareciera sorprendentemente erótico.
Mientras
contemplaba esta escena, intentando reanimar su cuerpo desvanecido, Odile le
empujó de repente el pecho y se rodeó con las piernas cubriendo su partes
íntimas.
“¿P-Por qué me
miras tan fijamente?”
“¿Por qué sigues
exagerando por algo tan trivial? Ya hemos visto las partes embarazosas del
otro.”
“¡Esto y aquello
son cosas diferentes!”
Aunque Odile era
un poco más sensible en ciertas partes, todavía tenía la inocencia de una niña
pequeña.
Probablemente ella pensó que la visión del semen fluyendo de su agujero trasero se asemejaba a la visión de la excreción.
Siwoo soltó una risita antes de limpiarle el trasero con la toalla que Odette le tendió.