City of Witches capítulo 83
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City of Witches capítulo 83 en español
Invitada No Invitada IV
Parte 1
“Ya que ese es el
caso, ¿por qué todos ustedes no consideran también mi propuesta?”
Ea respondió de inmediato
a la sugerencia de Odile. Por el tono de su voz, parecía que estaba cantando.
La parte
afortunada de su calvario, era que su oponente era alguien que no se mostraba
completamente indiferente cuando intentaban hablar con ella.
La malvada bruja
frunció el ceño, como perdida en sus pensamientos por un momento, antes de
abrir la boca.
“Realmente, de
verdad odio a esas perras Geminis. ¿Puedes creerlo? Destruyeron mi planta de
maná, la principal fuente de mis ingresos, hace 5 años.”
Como si cortaran
un lodo espeso, su voz ondulaba con malicia viscosa.
Su resentimiento
acumulado era tan profundo hasta el punto de romper su fachada pretenciosa,
revelando una expresión retorcida en su rostro.
”¿Cómo
te llamas?”
Como si estuviera
representando una obra de teatro, Ea respiró profundamente y cambió de
expresión.
Odile, tratando
de no bajar la guardia, enderezó los hombros y habló:
“Odile, Odile
Gemini.”
“De acuerdo, si
la presente Odile se sacrifica y me sigue obedientemente, estoy dispuesta a
dejaros marchar al resto.”
“¿Y tu propuesta?
¿De qué se trata?”
Una sonrisa
sospechosa apareció en los labios de Ea.
“En primer lugar,
necesito comprobar que el valor que me muestras es auténtico.”
“No es necesario.
No tengo miedo a la muerte.”
“Primero cálmate
y escúchame. Estas son las cosas que experimentarás a partir de ahora. A veces
la ignorancia engendra coraje, así que quién sabe si tu coraje persistirá o no
después de oír lo que tengo que decirte.”
Ea, que había
estado golpeando distraídamente con los dedos, comenzó a exponer con calma sus
palabras.
Palabras que
estaban llenas de un cruel y brutal escenario engendrado por la venganza.
“Primero,
extraeré tu útero vivo, oh, no te aplicaré ninguna anestesia por si no
es obvio ya. El útero de una bruja aprendiz no es tan útil como marca, pero
sigue siendo un preciado material de investigación, así que no tienes que
preocuparte de que malgaste mi esfuerzo en esto. Esta no es mi primera vez,
¿okay? Por cierto, no morirás. No importa cuánto dolor sufras, no morirás.
Estoy deseando ver los adorables gritos que harás~”
Sus palabras no
eran más que palabras, pero su tono amenazador transmitía una tangible sed de
sangre mientras recorría el bajo vientre de Odile.
Al tener que
enfrentarse a aquella mirada penetrante, el cuerpo de Odile tembló sin control.
“Después de eso,
te quedarás con una pequeña cicatriz y un cuerpo atractivo. Ahora bien, si yo
fuera la Exiliada de siempre, me habría deshecho de ti inmediatamente, pero,
como mencioné antes, tengo bastante rencor personal contra el nombre de Gemini.
Con mi naturaleza de persona ahorrativa, haré uso de todos tus seres con
cautela y frugalidad.”
Ella se relamió
los labios.
La malvada bruja
retorció su cuerpo, era como si estuviera experimentando múltiples orgasmos
catárticos sólo con su imaginación.
“Verás, mi hobby
es viajar por todo el mundo. Conseguir fondos para viajar siempre es
complicado, ¡pero aquí es donde tú entras en juego, Odile! Puedo ponerte a
trabajar, usando tu hermosa apariencia, ¡deberías ser capaz de vender tu cuerpo
a los lugareños y hacerme ganar dinero de esta manera! Qué gran idea, ¿verdad?”
Generalmente, las
brujas poseían una riqueza considerable.
En el momento en
que heredaban su marca de sus predecesoras, automáticamente heredaban también
sus bienes.
Aunque fuera una Exiliada,
era imposible que a una bruja poderosa como ella le faltaran gastos para
viajar.
En otras
palabras, sus acciones estaban impulsadas únicamente por sus propias tendencias
sádicas y su deseo de entretenerse de formas tan crueles.
“Como el día tiene
24 horas y tú aún necesitas dormir porque eres una aprendiz de bruja, 20
personas al día debería ser una carga de trabajo bastante razonable para ti,
¿verdad?”
Ea prosiguió con
su monólogo a su ritmo, como si ya hubiera recibido la aprobación de Odile.
“¡Oh, estoy tan
emocionada! ¡Mi corazón late con fuerza! ¡Ah, sí! Cada vez que no cumplas tu
cuota, tendrás que recibir un castigo de mi parte, ¿okay? Un dedo del pie cada
vez que falles. Cuando tus pies hayan perdido todos sus dedos, pasaré a tus
dedos de las manos, brazos, piernas, ojos, lengua... Poco a poco, te destrozaré
el cuerpo~”
Sus mejillas
sonrojadas no se debían únicamente a su activa imaginación.
También estaba
mezclada su excitación sexual.
Éxtasis inhumano
y sadismo incomprensible para Siwoo y las gemelas, florecieron como hongos
venenosos en medio de sus palabras.
Las piernas de
Odile temblaban, como si fueran a derrumbarse en cualquier momento, mientras
Odette gemía con los ojos ya llenos de lágrimas.
“¿Qué te parece
mi propuesta? Por muy fríos que sean, ¿no se sorprenderían las Geminis si se
enteran de que su aprendiz de bruja se convirtió en una puta ambulante?”
“Perra loca...”
“Blergh...”
Siwoo maldijo sin
querer en voz baja.
Mientras tanto,
Odile no pudo soportar la espesa malicia que destilaba y terminó vomitando en
el suelo.
En cuanto a
Odette, se desplomó en el suelo como si la fuerza hubiera abandonado sus
piernas.
Ea recuperó un
poco el sentido cuando se le pasó el delirio y aplaudió con entusiasmo.
Era como si
estuviera señalando el final de una broma trivial.
“... Después de
pensarlo mejor, permítanme retirar mi propuesta. En lugar de llevarme sólo a
Odile, me llevaré a las dos. Dos carteras andantes son mejor que una, ¿verdad?
Si una de ellas no cumple mis expectativas, ¡puedo castigar a la otra! ¡Así
será más entretenido! Realmente quiero ver esa conmovedora escena, llena de
amor fraternal que hace saltar las lágrimas~”
Al escuchar a la
mujer que se retractaba de su propuesta con la misma facilidad como si moviera
la palma de la mano antes de ofrecer una idea aún más aterradora, Siwoo se
convenció.
Esta mujer estaba
loca y no había otra salida que luchar contra ella.
Los ojos carmesí
de Ea, con la barbilla alta, giraron bruscamente hacia Siwoo.
En ese momento,
su pensamiento anterior, que describía sus ojos como un par de gemas malditas,
ni siquiera se le pasó por la cabeza.
Lo único que
sintió fue una repulsión nauseabunda hacia ella, como si le estuvieran sacando
los órganos internos y agrupándolos.
Siwoo abrió otra
botella de agua de maná.
Se tragó hasta la
última gota.
En su mente, su
vida estaba prácticamente perdida de todos modos.
Ya no había
necesidad de pedir clemencia.
Esta bruja
malvada no era alguien con quien pudiera negociar.
Lucharé.
Incluso si mis
esfuerzos terminan en vano, como intentar romper una roca con un huevo...
Lucharé mientras
me aferro a este pequeño fragmento de esperanza.
“[Floración].”
Siwoo se encontró
congelado en el escalofriante terror donde incluso el aire mismo se volvió
frío.
Levantó la lanza,
sabiendo que su resistencia era inútil.
Pero era la misma
lanza que afiló y pulió para escapar de esta vida absurda que llevaba desde
hacía tres años.
Y apuntó con la
lanza al enemigo, al mal que se alzaba ante su vista.
Parte 2
Amelia se agachó.
Era un bosque de
hayas[1] sin nombre en Gehenna.
Allí, había una
pequeña cabaña donde dejó enterrados los recuerdos de su maestra.
Con sus
extremidades acurrucadas en la mecedora, donde su maestra se sentaba mientras
leía sus libros, se aferró desesperadamente como un bebé aferrándose al
abrazo de su madre. Su nariz estaba enterrada en la manta con la que siempre se
cubría.
“Maestra... “
No importaba lo
angustiada que se sintiera, en cuanto venía aquí, todos sus problemas se
desvanecían, sustituidos por el calor pasajero.
Este era el lugar
donde podía evadirse en los sueños de su pasado, donde disfrutaba tanto de la
alegría como de la tristeza.
Por mucho que el
tiempo pasara, los recuerdos de las amables caricias de su maestra nunca se
desvanecían. De hecho, podía sentir como si su maestra la estuviera acariciando
la cabeza ahora mismo.
“Estoy de
regreso, Maestra...”
No necesito nada.
Ya sea un montón
de dulces que podrían hacer que mis ojos dieran vueltas debido a lo numerosos
que son, el humo fragante de los cigarrillos que siempre probé o las
espléndidas prendas que todos anhelan.
No necesito nada
de eso.
Ni siquiera las
relaciones con otras personas. Sólo me traen más dolor.
Sentía el corazón
a punto de desgarrarse, así que se aferró a ellos mientras se recordaba a sí
misma que éste era el lugar donde debía estar.
“No iré a ninguna
parte, nunca más...”
Agachada y
apoyando la mejilla contra la manta, Amelia cerró los ojos con fuerza.
En ese momento...
“Haah... Sabía
que harías algo así.”
El momento en que
sintió que podía volver a ser feliz, de repente, una voz decidida la
arrastró de vuelta a la realidad.
Rápidamente giró
la cabeza para mirar a sus espaldas.
Sophia estaba
cruzada de brazos. Una pizca de lástima se mezclaba en su expresión.
“¿Q-Quién te
permitió venir aquí? No, más importante aún, ¿cómo sabes que estoy aquí?”
“Sólo una
suposición. Si tu trabajo saliera bien, no estarías aquí, así que puedo volver
a mi mansión en ese caso, pero si no, con tu personalidad, no vendrías a
visitarme, así que supuse que simplemente vendrías aquí.”
De hecho, si
Amelia hubiera seguido al pie de la letra las palabras de Sophia, su
reconciliación con Siwoo se hubiera producido sin muchos problemas.
Sin embargo,
Sophia sabía lo mal que se le daba a Amelia transmitir sus emociones.
Por eso se
transformó en cuervo y voló hasta aquí, por si las cosas se torcían.
El hecho de que
ya estuviera dentro significaba que las cosas eran aún más desastrosas de lo
que ella había predicho.
“Quiero estar
sola. Vete, por favor.”
Sophia notó las
lágrimas en los ojos hinchados de Amelia.
Respiró profundo
antes de acercarse a la bruja rubia.
“Cuéntame lo que
pasó.”
“¿P-Por qué
debería contártelo?”
“Porque somos
amigas.”
La mirada
miserable de Amelia era algo que Sophia no había visto desde que regresó a
Gehenna.
Después de todo,
ella siempre estuvo emocionalmente desfallecida como una muñeca de cera, como
amiga, verla ahogarse en su emoción así era algo difícil de ver.
Sin embargo, no
es como si pudiera quedarme de brazos cruzados después de verla agarrada a la
manta de su antigua maestra mientras solloza lastimosamente.
“Dímelo. Te
escucharé como es debido. No me reiré de ti.”
“...”
“Bueno, si hay
algo que deba criticar, te aseguro que te lo señalaré. Pero, te prometo que
escuchar mis duras palabras será mucho más cómodo que reprimir tus
sentimientos.”
Sophia se sentó
en el suelo, quedando a la altura de los ojos de Amelia, que había recostado la
cabeza en el sillón para sentirse más cómoda.
Los labios de
Amelia, que temblaban tanto que resultaba desgarrador verlos, se separaron
lentamente.
“Un simple
esclavo... Cómo se atreve... Usó palabras tan soeces... Para hablarme... Me
maldijo a pesar de que le ofrecí regalos... Y propuestas que podrían
gustarle... “
Con voz frágil,
Amelia habló mientras tropezaba con sus palabras.
Parecía que iba a
romper en llanto en cualquier momento.
“¿Te maldijo?”
Sophia se quedó
con la boca abierta.
Era un esclavo
muy cercano a Amelia, había pasado mucho tiempo observándolo, Sophia sabía de
él.
A su juicio, no
era un individuo decidido ni extraordinario. Ni siquiera estaba cerca de ser un
revolucionario o un sabio, y mucho menos un héroe.
Aparte de su
inteligencia, era simplemente un individuo ordinario que podía sentir miedo,
cautela y con la cantidad justa de amabilidad que ella podía encontrar en
cualquier lugar.
Con eso en mente,
era difícil imaginar cómo podía maldecir directamente en la cara de Amelia.
¿Cómo se
complicaron tanto las cosas para llegar a ese punto?
“No le
perdonaré... No, dejará de importarme... Disculpas o lo que sea... No me
importa, lo odio todo... Dejaré de hacerlo... No volveré a escuchar tus
palabras...”
“¿Te has
disculpado apropiadamente con él?”
“... Iba a
hacerlo... Escribí mis disculpas en un papel... Las practiqué... Pero...”
Amelia vertió
toda la historia de lo que le había pasado a Sofía como si estuviera vaciando
su corazón.
En pocas
palabras, ofreció su compensación a Siwoo con un tono casi despectivo.
No sólo eso, sino
que también pospuso su disculpa y en su lugar se centró en expresar sin cesar
sus propios pensamientos.
“Urgh...”
Con su única
oportunidad de volver al mundo moderno perdida, ella le ofreció una
compensación para mostrarle su buena voluntad, pero él reaccionó agresivamente
ante ella.
“... No podía
enfadarme con él... Quería estarlo, pero no podía... Él estaba llorando... Por
mi culpa... Yo le hice llorar, ¿verdad?”
Finalmente, la
lágrima que se había aferrado a la comisura de los ojos de Amelia se deslizó
por sus mejillas.
Pobre chica.
Sophia extendió
la mano y tiró de Amelia para abrazarla.
“Amelia,
querida... Realmente debería habértelo explicado mejor...”
“*...
Sniff...*”
En circunstancias
normales, Amelia habría apartado a Sophia por su orgullo, pero esta vez, se
acurrucó tranquilamente en sus brazos sin resistirse.
Sophia acarició
suavemente la pequeña cabeza de Amelia.
“Ahora ya no sé
cómo mirarlo... Aunque lo odio... Cuando recuerdo su rostro llorando... Me
siento extraña... Mi corazón palpita tan fuerte que me duele... Mi mente se
volvió un lío y no puedo pensar en nada...”
“Está bien. Todo
el mundo comete errores, pero lo importante es aprender de esos errores.”
“No puedo
hacerlo... No quiero intentarlo más...”
Desde la
perspectiva de Sophia, fue un intento inútil y siempre podría volver a
intentarlo, pero para Amelia, lo había puesto todo por ese intento.
Al ver a Amelia,
que normalmente tenía un porte altivo, reducida a un estado tan lamentable, el
corazón de Sophia se llenó de tristeza.
Sin embargo, a
pesar de la tristeza en su corazón, todavía había palabras que necesitaba
transmitir.
“Amelia.”
“...”
“Hay algo que
quiero decirte.”
Dudó si compartir o no la historia que tenía en mente porque sentía que sería cruel con Amelia. Sería una carga más para ella si se lo contaba.
“Es sobre el día que fuiste a una cita con el Asistente Siwoo a Ciudad Fronteriza.”
Referencias
- Nota de RKB7: El haya común (Fagus sylvatica) es un árbol caducifolio de la familia de las fagáceas de porte robusto y gran talla, que alcanza los 35 ó 40 m, con un tronco recto que lo hace muy valioso, y una copa ovalada en su tercio superior. ↩