Goblin Slayer Vol. 1 Historia Paralela 2
Goblin Slayer volumen 1 Historia Paralela 2 en español
Mientras esperaban a Goblin Slayer
Cuando
el sol se habÃa puesto, y sus aventuras terminaban, lo que normalmente seguÃa
para los aventureros era, beber tranquilamente.
HabÃa
pasado mucho tiempo desde la creación de la profesión llamada —Aventurero—, y poco a poco se convirtieron en —amigos inseparables— de las
tabernas y bares.
No
importaba si eran aventureros novatos que ganaban unas pocas monedas cazando
goblins.
O
los que ganaban grandes cantidades de fama y riqueza después de matar a un
dragón que vivÃa en las montañas.
Incluso
aquellos que trajeron paz al mundo después de derrotar al Rey Demonio.
Los
aventureros siempre estaban en las tabernas, con tarros de cerveza en las
manos.
AsÃ
que no eran diferentes.
En
una ciudad cercana a las fronteras, habÃa una taberna construida justo al lado
de la entrada del Gremio de Aventureros.
El
anochecer apenas habÃa caÃdo, y ya habÃa un grupo de aventureros borrachos
cantando juntos.
Pero
estos borrachos probablemente no se dieron cuenta de que habÃa dos mujeres
famosas entre la multitud.
Una
de ellas era un elfa ranger, o mejor dicho, un elfa arquera.
Ella
descansaba su delgado y hermoso cuerpo sobre la silla mientras templaba
amorosamente la cuerda de su arco.
El
arco era hecho de árbol de tejo, y sus cuerdas eran de seda de araña. SeguÃa
los movimientos de su dueño, haciendo ruidos como si estuvieran tocando un
arpa.
Sobre
la mesa, aparte de un par de guantes de caza, también habÃa una daga de
obsidiana y algún otro equipo. Basados en eso, se podrÃa decir que ella estaba
revisando su equipo.
La
otra persona era una sacerdotisa humana, una sacerdotisa de la Madre Tierra.
Estaba
sentada en la silla con su delgado y pequeño cuerpo apoyado en el espaldar
mientras cosÃa algo con gran precisión.
Aunque
no sólo tenÃa un solo par de atuendos de sacerdotisa, no habÃa ninguna garantÃa
de que su ropa no se ensuciara o se romperÃa durante sus aventuras.
Y asÃ, ella estaba remendando hábilmente el agujero en su ropa.
ParecÃa estar pensando en algo feliz, ya que abrió sus hermosos labios y comenzó a cantar alegremente.
¿Recuerdas
cuando éramos jóvenes? Cuando me dijiste que irÃamos de aventuras.
Tus manos
siempre me sostenÃan, mientras corrÃa frente a ti, guiándote hacia adelante.
El tiempo
vuela, querÃa seguir siendo una niña.
Sin embargo,
te convertiste en un hombre tan alto y fuerte.
No lo notaste,
pero lo entendà en un instante.
Nunca habÃa
cambiado la cinta de mi cabello, y esperaba que lo notaras.
Nunca
entendiste mis sentimientos, y aun asà dijiste: ¡nos iremos de aventura!
Sinceramente,
eres como un prÃncipe, el verdadero amor de una princesa.
Murmuré — ¡No
voy a perder!—, Mientras sostenÃa tus manos.
¡Nos iremos de
aventura! Porque tus manos siempre me sostenÃan, mientras corrÃa frente a ti, guiándote hacia adelante.
—Oh,
qué buena canción.
Dijo
la elfa con los ojos temblorosos.
—
¿De verdad?
La
sacerdotisa asintió emocionada como si la elfa la elogiara a ella y no a la
canción.
—Un
bardo cantaba esto con frecuencia, asà que terminé por aprenderla.
—Hmm,
la letra está bien, pero no me esperaba que fueras una cantante tan buena.
La
sacerdotisa parpadeó unas cuantas veces y detuvo lo que estaba haciendo.
Lentamente, se dio cuenta de que estaba siendo elogiada.
—Ah,
no es nada. Es sólo que he estado cantando himnos desde que era joven...
—Oh
por favor. También he estado cantando —desde que era joven—, pero nunca he sido tan buena como tú, ¿sabes?
Si
uno se fijara en su edad, probablemente sólo dioses y dragones podrÃan competir
contra ella.
La
sacerdotisa sólo tenÃa 15 años, asà que sólo podÃa decir — ¿Enserio?— Con una
mirada atónita.
En
ese momento, con una sonrisa traviesa en su rostro, la elfa se levantó
rápidamente con un
*whoosh* y empujó los equipos a un lado de la mesa.
—Hey, dime honestamente, ¿cómo es eso?
—
¿Huh?—
—Tu
relación con Orcbolg.
Con
un ruido fuerte, apareció otro agujero en el atuendo en reparación de la
sacerdotisa.
—
¡¿Qu-qu-qu-qué estás diciendo?!
El
rostro de la sacerdotisa se puso rojo inmediatamente, y su dulce voz también se
hizo más aguda.
—Hmm,
es exactamente lo que dije.
La
elfa respondió muy calmadamente.
—Mi
relación... con él...
Como
si se estuviera divirtiendo al ver el rostro de la Sacerdotisa en pánico, la
elfa sacudió la taza en sus manos.
—Deben
haber ido a otras aventuras sin nosotros, ¿verdad? Cuando estuvieron juntos,
¿cómo se comportó Orcbolg?
—
¿Cómo…? Uhh, no fue nada especial...
—También
estoy muy interesada en este tema.
—
¡¿Ah!?
Una
voz inesperada salió de su lado.
La
sacerdotisa, quien ya estaba asustada, se giró y vio un rostro familiar.
La
recepcionista, estaba de pie allÃ, con una amplia sonrisa en su rostro. ParecÃa
que su turno habÃa terminado, ya que ella estaba vistiendo su ropa casual.
Llevaba
una blusa fina con una chaqueta de cuero y un par de pantalones ajustados sobre
sus largas y esbeltas piernas.
Como
ella se veÃa tan diferente de su habitual uniforme, la sacerdotisa no podÃa
dejar de mirarla.
—Solo
pude entender algunas cosas a través de los informes, asà que tengo bastante
curiosidad acerca de su estilo de vida diario.
Se
disculpó por su repentina intrusión, y se sentó en un asiento de la mesa
redonda.
Sacudiendo
sus trenzas, se giró y vio a otra mujer cerca de la entrada de la taberna.
—También
estás interesada, ¿verdad?
—Uhh... sÃ.
Era la granjera. Después de ser interrogada, giró la cabeza con el rostro sonrojado y asintió.
Llevaba
un par de ropas de trabajo sobre su voluptuoso cuerpo. ParecÃa como si
estuviera escuchando a escondidas, y ser sorprendida la hizo sentir incómoda.
—...P-por
supuesto que estoy interesada... aunque sé cómo actúa en casa...
—...
¿Cómo actúa Goblin Slayer-sama en casa?
La
sacerdotisa habÃa preguntado inconscientemente. Fue sólo después de darse
cuenta que lo que habÃa preguntado habÃa sido tan repentino que miró a la gente
alrededor de ella en pánico.
La
elfa sonrió ampliamente, y la sonrisa educada de la recepcionista apareció en
su rostro.
Avergonzada,
la sacerdotisa bajó la mirada.
—B-bueno,
porque, ¿no creen que es raro? ¿Lleva ese casco puesto incluso cuando está en
casa? La sacerdotisa tartamudeó como si estuviera tratando de explicarse.
—Ah
sÃ.
Como
si ya hubiera renunciado a algo, la granjera sonrió y dijo: —SÃ, lleva el casco
todo el tiempo.
—
¡Wow!
Alguien
habÃa exclamado en estado de shock.
Lenta
pero segura, la granjera habÃa entrado en la conversación. Al final, se sentó
en una de las sillas, completando el número de asientos.
La
sacerdotisa guardó rápidamente su kit de costura esparcido sobre la mesa, y la
elfa sólo empujó todo su equipo bajo su silla.
—Ah,
¿debemos ordenar algo? Sólo tenemos vino de uva.
—Por
supuesto. Vamos a pedir algo de cerveza, en realidad, no he comido todavÃa.
Vamos a pedir algo...
—Ah,
salchichas... los elfos no comen eso, ¿verdad? ¿Qué tal unas patatas dulces?
—
¿Patatas dulces? Nunca las he probado antes.
HabÃa
un proverbio que dice: ‘Tres mujeres son suficientes para
hacer un drama.’ Y en este caso,
habÃa una más.
El
humor alrededor de la mesa se volvió brillante mientras las mujeres discutÃan
alegremente.
Después de que la camarera habÃa tomado sus órdenes, un plato caliente, humeante de patatas dulces fue puesto sobre la mesa.
Colocando el tarro en su boca y bebiendo el alcohol de un trago, la elfa dio un profundo suspiro.
—Es
mi primera vez asistiendo a este tipo de reunión, ya que no hay otras chicas de
mi edad por aquÃ.
A
pesar de que no eran el enano a quien le encantaba pelear con ella, la gente a
su alrededor no podÃa evitar decir — ¡Por supuesto no! En respuesta a las
palabras que una elfa de 2000
años
de edad habÃa dicho.
Ella
puso un pedazo de la patata en su boca y dijo — ¡Demasiado caliente! Mientras
que agitaba su par de largas orejas.
—Ah,
esto, en realidad también es mi primera vez. Después de todo, no tuve mucha
oportunidad de reunirme con otras chicas antes de esto.
Después
de decir —Itadakimasu~ animada, la granjera bebió la cerveza y tomó un bocado
de las patatas.
Lamiendo
la grasa de sus dedos, echó un vistazo a la sacerdotisa a su lado.
—Por
lo que he oÃdo, parece que la atmósfera en el templo de la Madre Tierra es
bastante estricta. ¿Es verdad?
—No
es asÃ. Dijo la sacerdotisa alegremente mientras tomaba un pequeño sorbo del
vino que sostenÃa con ambas manos.
—Aunque
todos estábamos entrenando, seguÃamos siendo niños. Siempre nos movÃamos a
escondidas y nos quedábamos charlando hasta tarde en la noche.
En cuanto a sus temas, consistÃan principalmente en ‘ que aventurero
parecÃa el más guapo’, o ‘ que sacerdote
realmente tenÃa un corazón perverso.’
Como
si estuviera disfrutando de esta atmósfera, la sacerdotisa mostró el lado más
joven de sà misma.
—Aun
asÃ, tener la oportunidad de beber alcohol es bastante raro... ¿siempre es asÃ
en la Capital?
—Hmm,
es bueno tener una buena bebida después del trabajo, lo hacÃa de vez en cuando.
La
recepcionista dijo eso con un toque de nostalgia, pero una extraña sonrisa
inmediatamente reemplazó la expresión de su rostro.
—También
hubo momentos en los que querÃa ir a casa temprano, pero ya que eran banquetes
para los aventureros de alto rango, me vi obligada a quedarme y acompañarlos.
—Ah,
Jajajaja... la granjera sonrió y tosió un poco.
— ¿Cómo es él durante las aventuras?
—Uh, cómo lo pongo. Él te enseña un montón de cosas, y trata a los demás muy amablemente...
Al
decir eso, una sonrisa brillante apareció en el rostro de la sacerdotisa.
—Por
ejemplo, aquella vez...
✠
—
¿Qué son los goblins?
Cuando
la sacerdotisa le habÃa hecho esa pregunta, era poco después del mediodÃa.
Estaban
en un bosque oscuro, cerca de una cueva, y justo delante de una montaña de
basura.
En
pocas palabras, fue justo antes de que comenzaran la misión de asesinar a los
goblins.
Vestida
con su atuendo de sacerdotisa, una chica delgada apretó el báculo en sus manos
y se escondió entre los espesos arbustos.
La
persona a quién ella le habÃa preguntado tenÃa la espalda hacia ella, y
simplemente habÃa dicho —Hmm.
Era
un aventurero andrajoso.
Vestido
con una armadura sucia y manchada, llevaba un casco de apariencia barata, tenÃa
una espada de aspecto normal y un escudo atado a su brazo izquierdo.
Actualmente,
estaba investigando la vegetación circundante. Mientras arrancaba el exceso de
maleza, también buscaba ramitas cercanas, parecÃa extremadamente anormal.
Después
de todo, incluso aventureros novatos, como la Sacerdotisa, estaban mejor
equipados que él.
Si
alguien dijera que este hombre tenÃa el tercer rango más alto entre los
aventureros [Plata], probablemente nadie lo creerÃa.
Recogiendo
las pequeñas ramitas en la montaña, sacudió lentamente la cabeza.
—No
estoy muy seguro.
Sacó
un pergamino de su equipaje y comprobó si el sello estaba intacto antes de
responderle a la Sacerdotisa con su habitual voz monótona.
—
¿...Asà que incluso Goblin Slayer-sama no tiene idea?
La
sacerdotisa inclinó ligeramente su cabeza.
El
aventurero al que la Sacerdotisa llamó Goblin Slayer solo asintió y respondió
con un simple
—Mhmm.
—Entonces puedes decirme, ¿qué son los aventureros?
—Uh... La sacerdotisa presionó sus finos dedos contra sus labios y pensó con fuerza.
HabÃa
tantas carreras, trabajos y habilidades. De hecho, serÃa muy difÃcil
describirlo en una palabra.
—Hay
demasiadas cosas que decir al respecto…
—Es
difÃcil, como se esperaba.
—
¿Qué tal, Goblin Slayer-sama, puedes decirme qué piensas, por favor?
—Por
favor, dÃgame. Cuando Goblin Slayer escuchó la petición de la sacerdotisa,
permaneció en silencio por un tiempo.
—...
En primer lugar, son como bandidos. Dijo.
—Cuerpos
pequeños, despiadadamente crueles, numerosos, y muy despreciables.
—Es
como lo que oà de ellos en general.
—Atacan
y saquean aldeas, secuestran a las mujeres, son plagas que se esconden en
cuevas... es lo único que necesitas saber sobre ellos.
La
sacerdotisa asintió. De hecho, era mucho más fácil de entender ahora.
Aunque
era una huérfana que creció en el templo, habÃa oÃdo las historias de los
aventureros en sus historias para dormir.
ComprendÃa
claramente cómo describÃan a menudo a los goblins.
En
cualquier caso, aunque él le habÃa enseñado muchas cosas, nunca le habÃa
permitido tomar notas de ello con la excusa de —algunos saben leer.
Por
lo tanto, no recibir ningún nuevo conocimiento se puede considerar como suerte.
Pero
aun asÃ, nuevas preguntas seguÃan apareciendo en su mente.
—Pero,
si su número es un problema, ¿entonces no deberÃan recibir más atención?
—Para
los sabios y eruditos, los dragones que duermen en las montañas y los dioses
malignos que fueron sellados, son más importantes.
Cuando
dijo eso, sacó su espada y usó sus dedos para comprobarla. —SÃ, no hay
problema.
Después
de balancearla varias veces para comprobar el estado de la cuchilla, volvió a
envainarla.
—Además,
los que se enorgullecen de alejar a los goblins normalmente son jóvenes de las
aldeas. Los aventureros ni siquiera se toman la molestia de tratar con ellos.
Por no mencionar que si dices que fallaste una misión de goblins, serÃas el hazmerreÃr del gremio.
Como no habÃa información apropiada sobre los goblins, todos pensaron que los goblins no eran más que simples plagas.
Con
eso, no habÃa habido ningún argumento en contra de que los goblins fueran
vistos como los monstruos más débiles.
—…Que
molesto.
—Ah,
seguro que lo es.
El
cuerpo de la sacerdotisa se estremeció un poco mientras apretaba su báculo.
Los Goblins
son débiles.
Es
por eso que no habÃa fin para los novatos se unen a las misiones de subyugación
de goblins y terminan muriendo.
Después
de todo, ella misma casi se convirtió en uno de ellos.
Sólo
que no murió, ni se enfrentó a un destino lamentable. Solo eso.
Tal
vez era cosa del destino, una coincidencia o incluso un buen número en los
dados arrojados por los dioses.
—No,
no fue asÃ.
¡…!
La
sacerdotisa cantó el nombre de la Madre Tierra mientras sacudÃa la cabeza
repetidamente.
Incorrecto. Todo estaba
mal. La razón por la que habÃa sido rescatada no era sólo por eso.
Fue
por este hombre. Ese hombre delante de ella, quien estaba recogiendo ramitas,
la habÃa salvado.
No
era algo que una palabra como “Suerte” pudiera explicar.
—...
¿Qué has estado haciendo? ¿Vas a hacer una hoguera?
Los
milagros que los sacerdotes son capaces de realizar,
se les conceden por su fe y oraciones, por lo que no podÃa albergar ninguna
duda.
La
sacerdotisa cambió el tema de la conversación debido a sus intereses y estado
de ánimo.
Miró
cautelosamente lo que Goblin Slayer hacÃa.
—Estoy
derramando aguarrás y azufre sobre esta leña. Por lo tanto, cuando la queme,
emitirá un humo venenoso.
Goblin
Slayer respondió monótonamente como de costumbre.
—Esta vez, podemos ser los que golpean primero.
SÃ, golpear preventivamente.
HabÃa
una chica en el pueblo. En su camino a casa, fue emboscada por goblins, pero
logró escapar después de luchar con todo lo que tenÃa.
Los
vigorosos jóvenes de la aldea se habÃan preparado con entusiasmo para subyugar
a los goblins...
Afortunadamente,
o más bien, por desgracia, el jefe del pueblo habÃa desafiado a los goblins
cuando era joven, y se rompió una pierna como resultado.
AsÃ
que, eligieron solicitar la ayuda del aventurero en su lugar. Esto habÃa
ocurrido hace una semana.
Una
semana. Esto fue tiempo más que suficiente para que Goblin Slayer buscara el
nido de los goblins.
Mirando
fijamente la leña delante de ella, la sacerdotisa no podÃa dejar de pensar que
habÃa algo sospechoso.
—S-sobre
eso... ¿Goblin Slayer-sama está preparándose para...?
—En
los árboles cercanos, hay profundas marcas de garras. Asà que esta cueva
deberÃa haber sido el hogar de un oso.
—En
ese caso, la cueva no deberÃa ser demasiado profunda. Incluso tendrÃan que
cavar un túnel de emergencia. Pero al ver que ni siquiera tenÃan un guardia en
la entrada, deben ser bastante descuidados.
Lo
aprendió de los rangers, o eso decÃa.
—Encenderemos
el fuego, y esperaremos a que se forme el humo venenoso, luego usaremos el
pergamino de viento para soplar el humo dentro de la
cueva.
Sacando
un pergamino de su equipaje, sostuvo el pedernal en su otra mano mientras le
contaba su plan con una voz casi mecánica.
—Probablemente
no puedo matar a todos con esto, asà que si cualquier sobreviviente aparece,
todo lo que tengo que hacer es acabar con ellos.
Ah, dioses del
cielo. Aunque se sentÃa agradecida hacia él, aun asÃ...
—Todos
los goblins deben morir.
¿No podrÃa
usar otros métodos...?
Al
oÃr su tono emocionado, la sacerdotisa sólo pudo mirar el cielo y suspirar
profundamente.
Los dioses también sonreÃan amargamente. Pero por supuesto, ella no lo sabÃa.
✠
—
¿No es eso lo mismo de siempre?
—
¡¿Lo de siempre?!
—Realmente,
es normal.
—Ah,
pero cuando todavÃa no estaba muy acostumbrada, realmente me cuidó...
—Él
me ayudó mucho.
Diciendo
eso, ella tenÃa una mirada gentil en su rostro, y parecÃa ser completamente
honesta.
La
granjera, que estaba un poco sorprendida al ver su expresión, no pudo evitar
estar de acuerdo con lo que dijo.
Después
de todo, ella estaba pensando en algo a lo largo de la historia.
—…Hmm,
por supuesto. Después de todo, él siempre me ayuda con seriedad.
Al
notar las risitas de la granjera, la recepcionista inclinó su cabeza haciendo
que sus trenzas rebotaran.
—
¿Es asÃ?
—SÃ,
asà es.
La
granjera sonrió y asintió.
—Sobre
eso, habÃa algo que pasó hoy...
✠
—
¡Hagamos salchichas!
—Mhmm.
De
pie junto a la granjera, quien tenÃa su pecho inflado y sus mangas dobladas,
Goblin Slayer asintió.
Ésta
era la sala de procesamiento de la granja... aquà se convertÃa a los animales
de la granja en carne, tenÃan que matarlos y desmembrarlos.
Sin
embargo, aparte de la carne, habÃa otras partes como la lengua y los órganos,
era un desperdicio simplemente tirarlas.
¿Qué
hacer con ellos? Por supuesto, ¡convertirlos en salchichas!
—Cortar
o rellenar, ¿qué parte quieres?
Envolviéndose el pelo con un paño, le preguntó. Él se quedó callado un rato.
— ¿Cuál es más difÃcil?
—Probablemente
la parte de cortar. Para la parte de relleno sólo se necesita llenar los
ingredientes
—Entonces,
déjame hacer el corte.
—Hmm.
¡Por favor!
Asintiendo
con la cabeza, tomó el cuchillo y se puso junto a los ingredientes.
Este
era un cuchillo de cocina usado especialmente para cortar la carne. Él sostenÃa
el cuchillo en una mano, cortando los ingredientes como si fueran troncos.
Su
técnica de manejo del cuchillo era muy hábil, haciendo que la granjera se
preguntara por qué utilizaba el cuchillo de esa manera, e inmediatamente arrojó
ese pensamiento fuera de su mente.
—Córtalos
como de costumbre. PÃcalos un poco. Oh, y corta estas hojas junto con los
ingredientes.
—Entendido.
—Los
mezclaré más tarde. Simplemente ponlos a un lado cuando hayas terminado.
—Entendido.
Después
de escuchar su explicación, comenzó a trabajar.
Su
cuchillo cortó los ingredientes sin piedad con un rostro inexpresivo.
Mirando
cómo hacÃa su trabajo sin decir una palabra, ella se relajó un poco.
—Huu
huu…
Con
una sonrisa, la granjera infló sus voluptuosos senos.
Inicialmente,
ella querÃa desviar su atención de los goblins, y le pidió ayuda.
Antes
de esto, también le habÃa pedido a la recepcionista que tratara de darles las
misiones de cacerÃa de goblins a otros aventureros antes que a él.
Después
de todo, era imposible para él completar todas las peticiones de cacerÃa de
goblin, más aún cuando lo hacÃa solo.
Desde
tiempos antiguos, el interés común era una condición necesaria para la
formación de una alianza fuerte.
Él
necesitaba un cambio de ambiente. En otras palabras, el descanso era
importante.
—Aunque su forma de cortar era un poco, demasiado sangrienta.
—Está listo.
—
¡Bien!
Empujando
los ingredientes sobre su lado, la granjera los tomó y comenzó a mezclarlos.
Para
la mezcla, habÃa harina de trigo y sangre. Ella murmuró algo mientras mezclaba
los ingredientes base de las salchichas.
Aunque
habÃa un olor metálico a sangre debido a la adición de sangre y órganos en la
mezcla, también añadió las especias que él habÃa cortado antes. Ahora les
correspondÃa agregar ingredientes al gusto.
—
¿Necesitas mi ayuda?
—
¿Ya terminaste de cortar? ¡Entonces por favor!
—Bien.
Al
cabo de un rato, él quien ya habÃa terminado su trabajo de corte estaba a su
lado. Su actitud nunca habÃa cambiado, y era lo mismo de siempre.
La
granjera observó que su rostro estaba justo a su lado. Aunque no podÃa ver su
expresión, de alguna manera se sentÃa muy feliz.
—TodavÃa
se siente algo extraño sin embargo.
—
¿Qué quieres decir?
—No,
es nada. ¡Comencemos a llenarlas de carne!
Después
de estirar las pieles de salchicha, las llenaron con la mezcla.
Era
mucho más fácil con dos personas haciéndolo juntos. Una vez que terminaron de
llenarlas, todo lo que necesitaban hacer era blanquear las salchichas y su
trabajo estarÃa terminado.
Entonces,
serÃan entregadas al mercado. Cuando llegue el momento de llevarlas, ella
buscarÃa su ayuda de nuevo.
✠
—
¿Estaba usando eso mientras lo hacÃa?
—SÃ,
lo hacÃa.
—
¡¿De verdad?!
Esta
vez, fue el turno de la elfa para sorprenderse.
No
puede ser. Imposible. Nada de eso podrÃa haber sucedido.
Realmente llevaba un delantal encima.
— ¡¿Un delantal?!
—Impensable—
No, aunque pudiera imaginar tal vista, no podÃa imaginar lo que estarÃa
pensando bajo su casco.
Viendo
cómo la elfa estaba abrazando su cabeza en confusión, la sacerdotisa sonrió.
En
ese momento, de repente pensó en una pregunta. PodrÃa ser…
—
¿Goblin Slayer-san no se quita la armadura ni siquiera en casa?
Aunque
habÃa historias de equipos malditos en este mundo, sólo se conocÃan algunas
raras existencias.
Una
armadura que no se podÃa despegar no importa qué, o una espada que matarÃa por
lo menos a 3 personas luego de ser desenvainada.
Pero
la armadura que llevaba todo ese tiempo era barata y destartalada.
La
armadura manchada, el casco de aspecto barato, el escudo en el brazo izquierdo,
asà como la espada producida en masa que tenÃa en el otro brazo.
No
importa qué equipo llevara, todos parecÃan los más baratos de la tienda. Si ese
fuera el caso
—...
¿PodrÃa ser que fue maldecido por los goblins?
Probablemente
sintió que sus propias palabras eran demasiado tontas, asà que la sacerdotisa
sonrió amargamente y agregó un —Como si esas cosas pasaran.
Nadie
podÃa llegar entenderlo del todo.
La
recepcionista y la granjera se miraron y suspiraron.
—Recordando
las palabras de Goblin Slayer.
Apoyando
su cabeza con uno de sus brazos, la mirada de la recepcionista se giró a algún
lugar lejano, como si estuviera mirando a alguien que no estaba allÃ.
—Incluso
si se trata de una ciudad, no hay garantÃa de que no haya goblins aquÃ.
—
¿…Qué demonios?
La
elfa, quien tenÃa la cabeza enterrada entre sus brazos, levantó su mirada y
expresó sus protestas.
—
¿No está siendo un poco estúpido?
—...
SÃ, de hecho.
La granjera parecÃa estar un poco sola mientras su expresión se suavizaba. Sus pequeños labios murmuraban suavemente:
—... Él es igual que antes.
—Tal
vez, se debe a que tiene mucho miedo a los goblins. No importa si se trata de
él... o de mÃ.
—Es
por eso que he dicho que era estúpido.
La
elfa miró a la granjera con los ojos entreabiertos.
Incorrecto.
Ella no la estaba mirando, sino a Goblin Slayer a través de ella.
—Si
uno no tuviera miedo de los monstruos, ¿cómo se convertirÃa en un aventurero?
Él ya habrÃa muerto hace tiempo.
—En
otras palabras, la elfa continuó.
—Ese
tipo, realmente es apto para ser un aventurero.
Queriendo
saber más cosas, y queriendo probar más cosas nuevas.
Sin
embargo, sólo habÃa sometido goblins, y sólo tenÃa goblins en su mente.
Al
igual que lo que ella dijo como de costumbre, este tipo Goblin Slayer la hacÃa
muy infeliz.
Y
las cuatro personas que estaban reunidas aquà probablemente tendrÃan la misma
opinión.
Cuando
su conversación se detuvo, la atmósfera de la taberna se volvió muy viva.
La
gente se jactó de derrotar monstruos poderosos, la alegrÃa de adquirir tesoros,
y los sonidos de los tarros de cerveza chocando entre sà en la celebración de
sobrevivir con sus compañeros.
De
repente, la sacerdotisa golpeó la mesa con su mano.
—
¡Entonces, vamos a una aventura juntos la próxima vez!
Su
expresión facial era como una flor, y su voz sonaba decidida.
Sus
ojos se fijaron en esta chica pequeña, frágil, y la más joven entre ellas.
Sin
embargo, la sacerdotisa asintió con confianza, ignorando totalmente sus
miradas.
—Porque,
¿no estábamos todas alrededor de él?
Incluso
levantó su fino y blanco dedo dibujando cÃrculos en el aire.
—Es
por eso que, esta vez, seremos quienes lo mantengan en su lugar y lo guÃen.
—
¿Acaso la canción no decÃa eso? La sacerdotisa se aclaró la garganta y expresó
claramente sus pensamientos.
La
recepcionista, la granjera, y la elfa. No tenÃa ni idea de quién, pero alguna
empezó a reÃrse.
La risa se extendió, y ahora las cuatro estaban riéndose y sosteniendo sus estómagos.
La atmósfera se sentÃa viva y brillante, ninguna de las cuatro chicas se adaptaba a una personalidad depresiva.
—Bueno,
entonces en este caso, habrÃa dos personas de acuerdo. Incluso si es Orcbolg,
dudo que él planteé objeciones.
—Ahora
que lo mencionas, Goblin Slayer es alguien que está abierto a la persuasión
pero no a la intimidación, ¿verdad?
—Ah,
tienes razón. Desde hace mucho tiempo, nunca ha rechazado las solicitudes de
ayudar a otros.
—Entonces,
¿qué tal si lo probamos invitándolo? Tal vez a una búsqueda para investigar
algunas ruinas o algo.
—Hmm,
podrÃa funcionar...
—
¡¿Eh?!
De
repente, hubo un sonido monótono e inexpresivo de alguien respirando. La
armadura hizo ruidos crujientes mientras las cuatro chicas giraban la cabeza.
Él
estaba de pie ahÃ.
Vestido
con una armadura sucia, llevaba un casco de apariencia barata, un pequeño
escudo atado al brazo izquierdo y una espada producida en masa en la mano
derecha.
Él
era el asesino de plagas, Orcbolg, Goblin Slayer.
—...Uh,
eh, a-sobre la conversación ahora mismo. ¿Cuánto escuchaste, Goblin
Slayer-sama?
—No
tengo idea de qué estás hablando.
En
respuesta a la pregunta de la sacerdotisa, Goblin Slayer habÃa respondido
calmadamente.
—Pero
parece que todas se llevan bien.
—Ah,
ahahaha...
La
sacerdotisa dio una risa superficial y miró a las otras tres chicas.
Todas
asintieron frenéticamente, como si estuvieran de acuerdo en guardar lo que
habÃan hablado en secreto. La Alianza formada por las cuatro habÃa llegado a un
acuerdo.
—
¿Qué pasó, Goblin Slayer-sama? ¿Hay alguna petición?
—SÃ.
Con
el fin de ayudar a la sacerdotisa, la recepcionista habÃa hecho una pregunta, y
Goblin Slayer habÃa respondido monótonamente.
—Son goblins.
Era lo mismo de siempre.
—Cómo
se esperaba. Pensó una de las chicas.
*Suspiro* Pensó otra.
—Es
por eso que eres estúpido. Pensó la otra.
—...
Realmente no piensas en nada más, ¿no es asÃ?
La
sacerdotisa dijo una palabra que habÃa repetido durante incontables ocasiones.
—Ya
le dije a los demás... compañeros.
Dudó
un poco cuando dijo esa frase, como si pensara si era correcto llamarlos asÃ.
El
enano y el sacerdote lagarto. Si no fueran sus camaradas, ¿qué eran?
El
único que se sintió raro al respecto fue el más extraño aventurero del gremio,
Goblin Slayer.
—
¿Las dos vienen?
—Ah,
por supuesto que iremos.
—Ciertamente.
Suspirando,
la sacerdotisa dijo —espera un momento, y empezó a guardar su atuendo de
sacerdotisa en su bolsa.
La
elfa, que era un poco más rápida que ella, ya se habÃa levantado con el gran
arco en su espalda.
—Por
supuesto que voy. Después de todo, soy la única capaz de detectar enemigos en
nuestro grupo.
—Está
bien si no vienes. Yo encontraré alguna forma de hacerlo.
—Ah,
maldito...
Como
si tuviera dolor de cabeza, la elfa masajeó el puente de su nariz. Orcbolg era
el mismo de siempre.
—Ah,
yo también voy. No puedo dejarte solo.
—
¿Es eso asÃ? Gracias.
Goblin
Slayer hizo un gesto con la cabeza hacia la sacerdotisa.
La
recepcionista, que estaba de pie al lado mirándolos a los tres, dio un largo y
profundo suspiro y se puso de pie con una expresión feliz en su rostro.
A continuación, enderezó las arrugas de su blusa.
—…Realmente. Voy a tener que trabajar horas extras.
—Lo
siento.
—Está
bien, está bien. Después de todo, esta es la solicitud de un aventurero de
rango Plata.
Con
una risa clara y brillante, se dio la vuelta y se alejó de él, estaba
murmurando suavemente y se dirigÃa hacia la mesa de recepción con pasos
ligeros.
De
repente, con un repentino giro, sus trenzas volaron en el aire.
—Como
remuneración, recuerda —sustituirme— la próxima vez, ¿de acuerdo?
—Entendido.
Esto
no debe ser considerado como hacer trampa, ¿verdad? Después de todo, ellas tres
pasaban más tiempo con él.
Mirando
a la recepcionista que estaba despidiéndose con ojos complicados, la granjera
dijo con una sonrisa.
—Entonces,
ten cuidado de no lastimarte, ¿de acuerdo?
—Entendido.
Goblin
Slayer asintió con seriedad.
No
importaba cuándo, siempre aceptarÃa la opinión de los demás.
—Lo
intentaré. Pero si hay una posibilidad de victoria, voy a hacerlo de todas
formas...
—Si
eso fuera todo lo que se necesita para salir victorioso, entonces yo no estarÃa
preocupada en el primer lugar, ¿verdad?
Siguiendo
su decidido tono de voz, la sacerdotisa citó la segunda mitad de su oración.
Goblin
Slayer no pudo dejar de hacer una pausa en sus palabras, y murmuró —Asà que te
acordaste.
—Por
supuesto.
Sacudiendo
su delgado pecho, dijo:
—Yo
también estoy creciendo.
—Por
favor, prepárate, ¿de acuerdo?
Con una voz profunda y tranquila, Goblin Slayer dijo:
—Entendido.