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City of Witches capítulo 240

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 City of Witches capítulo 240 en español


Esperaaa...!!
City of Witches - Cybele Periwinkle

 Reembolso I


Parte 1

Gracias a la generosidad de la Srta. Sua, Eloa pudo alquilar el ático del último piso del edificio donde se encontraba el Witch Point. 

Originalmente, el lugar estaba destinado a que residiera en él, pero ella entregó la tarjeta llave voluntariamente, diciendo que, de todos modos, pasaba la mayor parte del tiempo en su despacho, así que debían sentirse allí como en casa. 

Por las grandes ventanas de cristal, que llenaban toda la pared, entraba la agradable luz del sol. 

Sin embargo, para alguien en medio de un sueño profundo, no podía sentir el confort que provenía de ella. 

Tanto Siwoo como Sharon estaban acostados uno al lado del otro, profundamente dormidos en la cama. 

Arrodillada en la cabecera de la cama, Eloa miraba fijamente a Siwoo. 

Se sentía como una madre amamantando a su hijo, o como una sacerdotisa en plena oración. 

“...” 

Acarició en silencio la mejilla de Siwoo. 

En una sola noche, su piel se había vuelto mucho más áspera, como si hubiera sufrido mucho en tan poco tiempo. 

No tenía heridas visibles, pero el aspecto cansado de su cara y las cuencas de sus ojos hundidas denotaban las penurias por las que había pasado la noche anterior. 

“...” 

Si lo hubiera perdido esta vez... 

Igual que antes... si hubiera pasado por la misma experiencia que antes... impotente... sin poder hacer nada... 

¿Estaría todavía aquí?

Sabía que era egoísta, inmadura. Sin embargo, se sintió aliviada. 

El hecho de que Siwoo hubiera vuelto sin heridas importantes era suficiente para sentirse agradecida. 

Eloa le cogió la mano con fuerza, intentando contener las lágrimas. 

No tenía derecho a sentirse aliviada y llorar de alegría. 

Porque ella había prometido protegerlo, como su maestra, pero acabó poniéndole en peligro con un plan erróneo que ella misma elaboró.

Sharon terminó sufriendo una grave herida y, sin Periwinkle, la situación podría haber ido mucho peor. 

En una situación así, ¿cómo iba a llorar de alegría?, pensó ella 

“Uhm...” 

De repente, la mano de Siwoo que estaba siendo sostenida suavemente por los delgados dedos de Eloa se crispó. 

Como si acabara de despertarse de una pesadilla, él frunció las cejas antes de volver lentamente la mirada hacia su mano. Luego, sus ojos se encontraron con los de Eloa. 

“¿... Duquesa?” 

“¿Estás despierto?” 

Eloa saludó su despertar con una sonrisa vacilante. 

Entonces Siwoo, tratando de recordar lo que había sucedido antes de esto, se estremeció violentamente, como si hubiera sufrido un ataque. 

Recordó la última escena que presenció antes de desplomarse. 

El jersey oscuro y frío que le llegaba a la cintura. 

El arpón oxidado que atravesó el cuerpo de Sharon. 

Y, por último, el momento en que Sharon se desplomó lentamente mientras su sensación de impotencia aumentaba. 

Todo se precipitó hacia él, como si se reprodujera a la inversa. 

“¡Sharon—!” 

“Cálmate, cálmate... Ven aquí...” 

“¡Duquesa! ¡S-Sharon! ¡¿D-Dónde está Sharon—?!” 

La Bruja Ahogada. 

Habían analizado durante mucho tiempo a este poderoso monstruo que era manejado por Xochitl, objeto de temor durante más de cien años entre las brujas. 

Incluso Eloa, que había tratado con numerosos Exiliadas Criminales, sabía lo peligroso que era. 

Su poder consistía en infundir miedo a sus adversarios. 

Aunque uno fuera físicamente fuerte, eso no siempre significaba que fuera mentalmente fuerte. 

No era de extrañar que Siwoo se viera reducido a este estado, después de todo su oponente era algo que podía jugar con su mente como si nada. 

Ella podía decir que estaba lidiando con un estrés que estaba más allá de lo que podía manejar. 

Por eso se acercó a él y le dio un abrazo. 

Temblaba como una hoja arrastrada por la corriente. 

Ella podía sentir cada temblor que él hacía. 

“La Srta. Sharon... ella... está bien por ahora. Todas sus heridas han sido curadas y todo lo que necesitamos hacer es desintoxicar lentamente el veneno de su cuerpo. Ella está allí.” 

Sus grandes ojos estaban llenos de terror y su respiración era agitada, era como si fuera un superviviente de un ataque terrorista. 

Cuando vio a Sharon, se fue calmando poco a poco. 

Eloa le abrazó con fuerza mientras le acariciaba la espalda, como si intentara tranquilizarle diciéndole que no le dejaría marchar. 

“¿Te sientes mejor ahora?” 

“G-Gracias... Y-yo... um... q-quiero ir a verla...” 

“Sí, adelante.” 

Pero, que el hecho que ella lo abrazara no significaba que todos sus problemas estuvieran resueltos. 

Sus labios seguían temblando y se movía torpemente, como si acabara de despertarse de una terrible pesadilla. 

Sin embargo, en el momento en que vio a Sharon durmiendo plácidamente, la tensión se drenó de su cuerpo. 

“Gracias... a Dios...” 

En la sombra de su rostro, Eloa notó su alivio... y otras emociones que ella conocía demasiado bien. 

Odio a sí misma. 

La culpa. 

Ella conocía esas emociones como la palma de su mano, cómo podían corroer a alguien como una enfermedad crónica.

Cómo podían destruir a los humanos tan eficazmente como las plagas a los árboles sanos. 

“Siwoo...” 

Entonces, torpemente intentó ofrecer consuelo. 

Pero antes de que pudiera, una voz llena de arrepentimiento la interrumpió. 

“... Yo... no pude hacer...nada...” 

“...” 

“¿Por qué tuvo que pasar...?” 

Normalmente, en las películas o los cómics, el protagonista sacrificaba desinteresadamente su propia vida para salvar a su camarada en momentos de crisis. 

También había montones de historias así en el mundo real. 

De hecho, Siwoo ya lo había hecho varias veces. 

Desde pequeños actos como salvar a un esclavo en Ciudad Fronteriza, desenmascarar el fraude en la Tienda de Herramientas Mágicas, hasta Larisa, la jefa del Bar del Cruce de la Serpiente Azul. 

Y a mayor escala, literalmente sacrificó su vida por Odile, Odette e incluso Amelia. 

Puede que no haya hecho mucho y que sus acciones a menudo no estén a la altura de su habilidad, pero... 

Su cuerpo simplemente reaccionó. 

Porque creyó que era lo correcto. 

Incluso si no era lo suficientemente fuerte, incluso si sólo estaba tratando de hacer lo correcto, nunca se detuvo a dudar de sí mismo. 

Sabía que no podía convertirse en un héroe. 

Porque sólo quería ser un poco más valiente... 

Pero esta vez, fue diferente. 

Se sintió totalmente impotente. 

En ese momento de crisis, cuando casi lo perdió todo sin poder hacer nada, cuando Sharon cayó, todo lo que pudo hacer fue... 

Temblar, asustado como un conejo. 

“Me quedé paralizado... el miedo me abrumó... Aprendí tanto de usted, Duquesa, pero no pude poner en práctica ninguna de sus enseñanzas...”, dijo Siwoo, su voz llena de odio a sí mismo. 

Parecía completamente miserable. 

¿Todo el coraje que pensé que tenía era sólo una falsa confianza?

La desconfianza en sí mismo se arrastró por él como una serpiente y envolvió su corazón.

“Siwoo.” 

Eloa no lo bombardeó con preguntas como “¿Cómo pudiste enfrentarte a la magia de la Bruja Ahogada cuando ni siquiera eres lo suficientemente fuerte para enfrentarte a ella?” 

A ella no le importó.

Porque sabía que ese tipo de preguntas no ayudarían a nadie. 

Las preguntas que tenía eran las mismas con las que Eloa había luchado cada noche. 

Ella volvió a abrazar a Siwoo con fuerza. 

Intentó calmar su herida con una voz suave. 

“Ya deberías saber que perdí a mi aprendiz de bruja.” 

“... Sí.” 

“Su nombre era Ravi, una persona muy especial para mí. Haría cualquier cosa por ella.” 

“...” 

“Después de su fallecimiento... cuando sostuve su frío cuerpo en mis brazos... ¿puedes imaginarte cómo me sentí...?” 

Desde que perdió a Ravi, no había compartido ese momento con nadie más. 

Pero si eso podía traerle un poco de consuelo, estaba más que dispuesta a compartirlo con él. 

Recuerdos del pasado, que solía revivir en sueños, resurgieron en su mente. 

Su corazón y su voz se sentían pesados, como si les pesara el paso de las estaciones. 

Sin embargo, enfrentarse al pasado resultó menos desafiante de lo que había previsto. 

“Sostuve su cuerpo y lloré durante dos días. Con impotencia, lastimosamente, lloré y lloré. Si hubiera ido a por la Bruja de Acuario en ese momento, tal vez habría podido vengarme, pero no pude hacerlo. 

“Después de aquello, sentí como si me arrancaran el corazón, sentía el pecho vacío. Pensé que nunca sería capaz de llenar ese vacío y nunca lo hice. Desde entonces, me convertí en una simple cáscara de lo que había sido, me limitaba a seguir adelante sin sentir nada. 

“Cada día, cada momento, tenía que aceptar el hecho de que no podía hacer nada para cambiar el resultado.” 

Ella le soltó un momento antes de acariciarle suavemente la mejilla.

“Perder a un ser querido es devastador. Es impactante. Pero no seas demasiado duro contigo mismo por no poder hacer nada en ese momento.” 

Sus rostros estaban tan cerca que sus narices casi se tocaban. Sus ojos estaban llenos de calidez y él se sintió atraído por ellos. 

Fue un consuelo sincero que venía de ella. Algo que sólo alguien que había experimentado un dolor similar podría proporcionar. 

“Además... tú eres diferente a mí, ¿no? La Srta. Evergreen está herida, pero su vida no corre peligro. Tienes todas las oportunidades para hacer las cosas bien y evitar repetir el mismo error. Recuerda que tienes un talento que brilla, como el sol en el cielo.” 

“Duquesa...” 

La mirada de Siwoo, que había perdido su determinación, empezó a recuperar su claridad. 

“El primer paso para conseguir algo es reconocer tus propios defectos. Enhorabuena, acabas de dar ese primer paso.” 

Durante sus sesiones de sparring, él siempre tenía un brillo en los ojos. 

No era nada extraño, ya que experimentaba su creciente fuerza y estaba realmente motivado para aprender de ella. 

Si continuara entrenando con ella, sin duda obtendría resultados impresionantes. 

Hubo momentos en los que mostraba tantos progresos que incluso era difícil compararlo con su yo anterior. 

Sin embargo, si Eloa hubiera sido un poco más ambiciosa al entrenarlo, le habría señalado más posibilidades de mejora. 

Por ejemplo, su falta de determinación. 

Sin embargo, ella prefirió no sacar el tema. 

Porque no era algo que todo el mundo necesitara tener. 

Ella más que nadie sabía lo agotador que era vivir una vida con un propósito, así que pasó por alto su actitud algo relajada hacia sus objetivos, diferente de su entusiasmo anterior. 

“Quiero hacerme más fuerte.” 

Ahora, parecía que la última pieza que faltaba había caído en su lugar. 

“Veo que has pensado bien en ello.” 

“Duquesa, yo... quiero llegar más alto... más alto de donde estoy ahora...” 

“Y yo me encargaré de que llegues a ese lugar.” 

Eloa le pasó suavemente los dedos por el cabello de Siwoo. 

 

Parte 2

Cuando Eloa salió un momento, llegó un visitante inesperado. 

“¿Cómo te encuentras?” 

Siwoo, que estaba sentado junto a Sharon mientras le acariciaba la frente, se levantó de repente. 

Tal vez debido al incidente de ayer, estaba aún más cauteloso que de costumbre. Estaba considerando la posibilidad de que la persona que estaba ante él fuera una Exiliada Criminal. 

“Por favor, no seas tan cauteloso. El nombre de este sujeto es Sua Agatha, Gerenta del Witch Point de la Sucursal Gwanghwamun.” 

Sólo después de oír eso dejó escapar un suspiro de alivio. 

Incluso para Siwoo, que ya había conocido a muchas brujas, Sua era única. 

Ella tenía el porte de una noble. 

Lo que llevaba puesto no era un hanbok moderno modificado para mayor comodidad. 

En cambio, se trataba de un auténtico hanbok que dejó una impresión lo suficientemente grande como para hacer que este ático pareciera un hanok tranquilo por un momento.

Ella tenía el cabello negro y los ojos negros, un color bastante sencillo si se comparaba con el de otras brujas. 

Pero no por ello era menos hermosa. 

En todo caso, le daba un toque elegante, como una simple hortensia en un refinado cuadro oriental. 

“Sólo he oído hablar de ti hasta ahora. Encantado de conocerte, soy Shin Siwoo.” 

Siwoo la saludó con una reverencia, ofreciéndole un apretón de manos. 

Sua le miró la mano, un poco sorprendida por su gesto, antes de estrechársela cortésmente. 

“El motivo de venir aquí es hablar con usted un momento.” 

“Sí, tengo mucho tiempo para hablar.” 

¿Huh? ¿Ha venido a hablar? 

Siwoo se preguntó por un momento si realmente ella tenía algo que discutir con él, pero llevaba tiempo sintiendo curiosidad por ella. 

Apenas se conocían, así que ¿por qué razón decidió ella garantizar su identidad?



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