City of Witches capítulo 255
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City of Witches - Eloa Tiphereth |
La Oscuridad que Vino del Este I
Como estaba
previsto, compraron toda la ropa que habían elegido.
Lo siguiente que
tenían que hacer era comprar en la sección de comestibles de los grandes
almacenes.
Eloa resultó ser
sorprendentemente buena cocinera. Después de entrenar, a veces invitaba a Siwoo
a su casa y le preparaba algo de comer.
Hoy también pensaba
hacerlo, como agradecimiento por comprarle ropa.
“Hmm...hmm~”
Eloa tarareaba
una melodía mientras llevaba un vestido camisero holgado, sus tacones hacían
clic a veces al chocar al piso.
A su lado, Siwoo,
que empujaba la tarjeta de la compra, se esforzaba por contener la risa.
Normalmente, ella
actuaba con reserva.
Ella se guardaba
sus sentimientos para sí, aunque él no sabía si era porque no se le daba bien
expresarlos, o si se debía a su educación de guerrera para no revelar sus
emociones con facilidad.
La mayoría de las
veces, ella ni siquiera expresaba lo que le gustaba o disgustaba.
Verla de tan buen
humor era una clara señal de que este recorrido de compras había sido todo un
éxito.
Mientras Eloa
paseaba entusiasmada por el pasillo de comestibles, de repente se dio cuenta de
algo antes de lanzar una sutil mirada a Siwoo.
Entonces, ella
dejó de tararear.
Fue porque notó
su expresión tranquila, con una sonrisa suave y burlona en sus labios.
“¿Por qué me
miras así? Deja de sonreír como tonto.”
A él le
encantaría decirle que era porque pensó que ella era linda, como un cachorrito
alegre, jugando en un día soleado, pero no quería que el ambiente fuera
incómodo.
Así que, él
decidió elogiar su atuendo.
“Esa ropa te
sienta bien, los zapatos también te quedan bien.”
La primera mitad
de su frase era algo que él decía repetidamente cuando estaban comprando su
ropa, pero aun así, ella seguía respondió de la misma manera cuando escuchó sus
cumplidos.
Sintiéndose
escéptica de sus palabras, diciendo “¿En serio?” en su cabeza, pero aun así
dejando salir una alegre sonrisa de todos modos.
“No estoy segura
de eso. Es la primera vez que llevo unos tacones así... aunque me hacen sentir
un poco más alta. ¿Crees que destacan demasiado?”
“Todos combinan
muy bien.”
“... No, no lo
hacen.”
“De verdad, te
quedan bien.”
“Deja de burlarte
de mí.”
Normalmente, ella
asentía con la cabeza cuando Siwoo le hacía cumplidos durante el entrenamiento,
pero parecía que todos los cumplidos sobre su aspecto y su ropa la avergonzaban
y casi siempre respondía con un “Deja de burlarte de mí”.
Siwoo pensó que
era adorable que ella reaccionara así y le dieron ganas de seguir haciéndole
cumplidos.
“Oh, acabo de
recordar algo.”
“¿Qué es?”
“Gracias por
comprarme esta ropa tan bonita. Es la primera vez que compro ropa en unos
grandes almacenes.”
“Bueno,
técnicamente, no usé mi propio dinero para comprarlos. Además, he recibido
muchas cosas de usted, maestra, no hace falta que me lo agradezca, de
verdad.”
Al oír su modesta
respuesta, Eloa no tardó en bombardearle con hechos.
“La Condesa
Gemini no es sólo una bruja excepcional, sino también una hábil mujer de
negocios. Para alguien como ella, no importa cuánto dinero tenga, no gastará su
dinero irreflexivamente. La Condesa te proporcionó apoyo financiero, eso
significa que eres alguien digno de recibirlo, no lo hace por favor, lástima o
algo por el estilo.”
“Uh...”
Ahora entendía lo
que Eloa había estado sintiendo cada vez que él le hacía un cumplido sobre su
ropa.
Un sentimiento
mixto entre incomodidad y vergüenza.
Así que la razón
por la que podía disfrutar de tanto lujo en el mundo moderno era porque,
literalmente, sacrificó su vida cuando se enfrentó a Ea Sadalmelik.
Todavía no
entendía cómo carajo tuvo las pelotas de enfrentarse a alguien tan temible como
Ea cuando ni siquiera podía lanzar un solo hechizo de combate, pero...
Ni una sola vez
pensó que su acción fuera algo extraordinario.
Siempre pensó que
cualquier otra persona tomaría una decisión similar en su posición.
“Siéntete
orgulloso de ti mismo.”
Eloa le dio un
golpecito juguetón en la espalda antes de seguir caminando.
Después de llenar
el carrito con suficientes comestibles y pagarlos, la pareja subió al
coche.
Era el
superdeportivo que había recibido de Periwinkle.
A decir verdad,
hasta que realmente lo condujo, pensó que sólo lo estacionaría en algún lugar
del estacionamiento y que casi nunca lo conduciría.
Para empezar, no
le gustaban mucho los coches y conducir este modelo llamaría mucho la atención
porque, comparado con los Ferraris o los Lamborghinis, este tipo de coche era
raro de encontrar en Seúl.
Pero en cuanto
cogió el volante y salió a la carretera, se volvió adicto a él.
Su suave pero
potente sonido de escape y la sensación de ser uno dentro del coche, le
cautivaron.
Esta máquina tan
bien hecha parecía estar viva.
Siwoo salió
suavemente del estacionamiento subterráneo.
Mientras tanto,
Eloa estaba sentada en el asiento del copiloto, revisando su ropa.
Observando su
actitud alegre, se dio cuenta de que era el momento perfecto para contarle lo
que había oído de Periwinkle.
Porque el asunto
no sólo concernía a su propia seguridad, sino también a una plétora de otros
asuntos.
“Maestra, tengo
algo que decirle.”
“¿Por qué tan
dramático? Sólo dime lo que tienes en mente.”
Recostada contra
el asiento, Eloa contuvo una sonrisa que intentaba asomar.
Pero, una sola
palabra volvió rígida su expresión.
“¿Por casualidad
sabe algo de una bruja llamada Periwinkle, maestra?”
En cuanto
mencionó “Periwinkle”...
Instintivamente
giró para mirar por la ventana.
¿Periwinkle?
¿Por qué la menciona de repente?
Gracias a que se
divirtió durante toda la sesión de compras, se olvidó por completo de que se
había pasado los dos últimos días viendo lo que esencialmente era porno en
realidad virtual.
Vio cómo él y
Periwinkle tenían sexo durante 36 horas seguidas y experimentó la descarada
excitación que eso le produjo.
El bochornoso
incidente que no podía contarle a nadie le abrumaba la mente.
Ella no pudo
evitar preguntarse si él realmente se enteró de que ella los estuvo espiando
durante más de un día.
¿O-O tal vez está tratando de medir mi reacción?
“N-No lo sé. ¡De
verdad! ¡No sé nada!”
Su rostro se puso
pálido cuando soltó esa respuesta.
Al notar su
reacción de pánico, Siwoo se quedó mirándola, desconcertado.
Si no estuviera
agarrando el volante en ese momento, se habría dado cuenta de que sus orejas se
ponían rojas al asomar a través de su cabello.
“¡De verdad, no
sé nada! ¡No miento, lo juro!”
“No pensé que
estuvieras mintiendo, sin embargo…”
Le pareció que su
respuesta sonaba un poco sospechosa, pero la descartó enseguida porque no era
para tanto.
“El otro día,
cuando salí de casa, tuve ocasión de charlar con ella en privado. Según su
adivinación, dijo que pronto estaría en peligro. Lo más probable es que...
um... ¿Me muera...?”
Él mencionó que
ya había resuelto el asunto a medias, aunque omitió la parte en la que la
adivinación decía que perdería un brazo y moriría.
Porque sabía lo
mal que podían afectarla sus palabras, considerando su experiencia pasada.
Por eso trató de
sacar el tema con cautela, pero la reacción de ella fue abrumadoramente
intensa.
Rápidamente ella
giró hacia Siwoo, el pánico en su mirada era evidente.
“¿.... Qué acabas
de decir...?”
Sus ojos
temblaron y había una tensión palpable en el aire.
Al notar cómo su
respiración se había vuelto errática, como si su trauma se hubiera disparado,
Siwoo rápidamente añadió más detalles.
“¡B-Bueno!
Gracias a su amabilidad, ¡me ayudó! Me dio un talismán que podía salvarme la
vida sin importar el peligro que corriera.”
“Explícate.”
Un aura asesina
brotó de ella, un aura tan intensa que le hizo estremecer la piel.
Le mostró lo
feroz que podía ser y cómo mataría a cualquiera que amenazara la vida de él.
Esto le recordó
la primera vez que la conoció, cuando ella le dio un puñetazo en el
pecho.
Él pensó que
sería mejor calmarla antes de continuar la conversación.
“¡Todo irá bien!
El asunto no es tan grave como crees, ¡no tienes que preocuparte
demasiado!”
“¡¿Cómo puedes
decir eso?! ¡La Bruja de la Fortuna es
una bruja que domina la astrología! Sus adivinaciones casi nunca fallan.”
Aunque ella
afirmó no conocer a Periwinkle, esta reacción suya pareció sugerir lo
contrario.
“Si vuelve a
pasar algo malo... y te pierdo... yo-yo... no sé...”
Ella empezó a
llorar y su voz se volvió temblorosa, como si ya se hubiera imaginado lo peor.
Siwoo entró en
pánico y detuvo el coche a un lado de la carretera.
“¿Quién podría
ser...? ¿Por qué está pasando esto? ¿Tienes idea de por qué tu vida podría
estar en peligro...?”
Eloa le agarró de
la manga, aferrándose con fuerza a ella.
Él trató de
tranquilizarla, exponiendo sus pensamientos con calma.
“La Srta.
Periwinkle dijo que se marcharía de Corea durante un tiempo, dijo que veía un
futuro en el que incluso ella misma se vería en peligro dentro de un mes.
Considerando lo que la Bruja Cobarde hizo recientemente, lo más probable es que
vuelva a causar problemas pronto y yo podría quedar atrapado en ellos...”
“¿De verdad ella
dijo eso?”
“Sí y estuve de
acuerdo con ella.”
Tras el reciente
ataque de la Bruja Cobarde, se produjo un vacío de poder no sólo en Seúl, sino
en toda Corea.
Las brujas que
sintieron la urgencia de los incidentes consecutivos decidieron regresar a
Gehenna o huir al extranjero.
La directora de
la sucursal, Sua, intentó buscar apoyo en otras sucursales de Witch Point y en
Gehenna, pero sus respuestas fueron en su mayoría tibias.
Porque las brujas
nunca tuvieron la obligación de salvar a la gente.
Su único objetivo
era llevar su magia de autoesencia a un nivel superior.
Además, la
mayoría de ellas no se esforzaban por vivir aventuras, sino por su propia
seguridad.
Para una bruja,
la muerte no era simplemente el final de la vida de un individuo, sino la
extinción de todo un “linaje”. Por eso siempre dudaban en involucrarse en
acontecimientos que parecían fútiles y arriesgados.
“Por eso te dije
que no te preocuparas demasiado.”
Siwoo sacó dos
tréboles de cuatro hojas de su pitillera.
Uno era verde
claro y el otro rosa.
Éstas eran las
cosas que Periwinkle le había dado, afirmando que podrían salvarle la vida.
“Ella mencionó
que, aunque mi destino me lleve a la muerte, podré librarme de él una
vez.”
Sólo entonces la
tensa expresión de Eloa se relajó, aunque sólo ligeramente. Hubo un atisbo de
alivio en medio de su anterior conducta desesperada.
La Bruja de la
Fortuna era bastante famosa entre las brujas. Incluso la propia Eloa había oído
hablar varias veces de lo útiles que eran sus tréboles.
“Lo siento,
reaccioné exageradamente…”
“No, maestra, fui
yo quien sacó el tema de repente.”
“Entonces, ¿qué
piensas hacer?”
“Eso... todavía
no lo sé...”
Siwoo ya
sospechaba que ocurriría algún incidente debido a la Bruja Cobarde.
Sin embargo, no
podía decidir qué hacer porque no quería dejar atrás a Sharon y
huir.
¿Debería quedarme y enfrentarme al destino que me espere?
Pero, teniendo en cuenta que incluso una gran bruja como Periwinkle
podría perder la vida, ¿no sería mejor simplemente tomar a Sharon y huir en su
lugar?
Tales
pensamientos cruzaron su mente.
“Huye.” Dijo
Eloa con decisión, como diciéndole que no tenía nada que pensar.
“Vete a Gehenna y
no vuelvas hasta que las cosas se calmen. Será más seguro quedarse allí que
aquí.”
“Pero, la
Directora de la Sucursal dijo que llevaría tiempo discutir las cosas sobre
dejar entrar a Sharon en Gehenna...”
“Ayudaré a
acelerar las cosas.”
Para conceder
permisos especiales para Exiliadas, tendrían que pasar por un proceso de
revisión extremadamente estricto.
Con las tareas
administrativas en Gehenna moviéndose a paso de tortuga, pasar por los canales
oficiales llevaría bastante tiempo.
Sin embargo, si
un pez gordo como la Duquesa Tiphereth utilizaba su nombre y su autoridad para
impulsar las cosas, no había nada que no pudiera conseguir.
Aunque había
perdido su riqueza e influencia, y su título era meramente simbólico, seguía
siendo una de las tres Duquesas de Gehenna.
“¿De verdad?
¿Puedes hacerlo?”
Siwoo dejó
escapar un suspiro de alivio.
Si ella lo
lograba, su carga al menos disminuiría un poco.
Sobre todo, se
alegraba de que Sharon, que seguía inconsciente, pudiera alejarse del lugar
donde se desataría la tormenta.
“Lo haré dentro
de dos días. Tú y la Srta. Evergreen—”
Eloa estaba a
punto de sugerirle que fuera a Gehenna, pero algo hizo clic en su mente.
“...”
“¿Maestra?”
Desconcertado por
su silencio momentáneo, Siwoo miró a Eloa.
Eloa se agarró a
su manga desesperadamente.
“Mientras la
Srta. Evergreen busca refugio en Gehenna, tú...”
Ella le agarró la mano con fuerza, como si se negara a soltarla.
“Tú, no te vayas a ninguna parte. Quédate a mi lado.”