Aoharu Devil Volumen 2 prólogo
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Aoharu Devil vol 2 Prólogo
Primera Fase
Por primera vez en mi vida,
me subí a un escenario. Las luces brillaban lo suficiente como para calentar mi
cuerpo, mientras creaban límites por aquí y por allá. Más allá de ese límite,
todo era oscuridad total. Tan oscuro que no podía ver más allá. Había supuesto
que mi vista temblaba con tanta gravedad porque me sentía mareada por la
tensión que atenazaba mi cuerpo. Pero cuando mis ojos se acostumbraron, me di
cuenta de que estaba equivocada. Era toda la gente del público la que temblaba.
Tanta gente... todos susurrando para sí mismos. Es como si estuviera mirando al
océano en plena noche.
Mientras tanto, me quedé en
la playa. Mi nariz se movía ligeramente como si fuera un conejo recién nacido,
mientras mi cuerpo temblaba de incertidumbre. Puede que no fuera capaz de
verlos, pero podía sentir sus miradas clavándose en mi cuerpo. Mi vista era
oscura como el vacío, pero el interior de mi corazón se volvió blanco como un
espacio limpio en el que no existía nada. En comparación, estoy segura de que
mi cara debía de estar roja como un tomate ahora mismo. El calor de mis
mejillas se extendió lentamente por mi cuerpo. El pecho se me apretó como si
alguien tuviera pleno control sobre él. Mi estómago gimió en agonía. Y aun así,
mis manos y pies se sintieron fríos, agarrotados.
Tengo miedo. No quiero
esto. Quiero salir de aquí. Estos sentimientos latían dentro de mí, igual que
mi corazón acelerado. Es como si estuviera aquí desnuda para que todo el mundo
me viera... Pero esto es mucho peor que estar desnuda. Porque ahora mismo, sé
que la apariencia es todo sobre tu cuerpo. Sé que no soy muy alta, que no tengo
mucho volumen en los pechos, que parezco una persona delgada y que nunca se
puede confiar en mí... Sí, realmente no me gusto demasiado. Pero lo que me
esperaba ahora no se podía comparar con nada de eso. Quería huir de este lugar
tan rápido como pudiera, meterme en la cama de mi casa y olvidar que todo esto
había ocurrido. Si me concedieran ese deseo, me desnudaría aquí sin pensarlo
dos veces.
Así de aterrador era esto —
lo aterradora que podía ser la música. No mostraba piedad alguna cuando dejaba
al descubierto tus técnicas, práctica, compenetración y talento. Cantar y tocar
la guitarra — eso se suponía que era todo, y sin embargo, alguien sin
experiencia ni sentimiento por la música podía saber si cometías el más mínimo
error. Te juzgarán de inmediato, atestiguando de si tienes derecho siquiera a
tocar en lo alto de este escenario. Hacen caer el martillo del juicio como si
fueran un jurado.
Y por supuesto, así era
como funcionaba este mundo. Yo también lo he hecho toda mi vida. Poniéndome de
su lado, en el lado seguro, me limitaba a juzgar su habilidad, diciendo lo que
me daba la gana. Ahora que estaba en el escenario, me di cuenta de lo cruel y
aborrecible que había sido. Pero si ese es el caso, entonces tengo que llevar
la cruz y cargar con mi castigo. Eso es lo que he aceptado al pisar aquí. Lo
que más miedo me da... es dejar al descubierto lo que hay dentro de mi corazón.
Lo que siento... y con qué emociones me encuentro en esta situación. Cómo toco
mi música, la expresión que mi voz muestra al mundo... Lo mostrará todo.
Todo. Cada cosa. No puedo
esperar ocultarlo. No puedo contenerlo. Todos lo sabrán. Pero... eso es
exactamente por la que estoy aquí. Lo supe desde el principio. Tomé esta
decisión. Y sin embargo, mi cuerpo no deja de temblar. Los miembros de mi banda
me enviaron miradas preocupadas. Tuve que aceptarlo. Estaba increíblemente...
insoportablemente nerviosa. Me daba vergüenza. No quería ni hacer ruido. No
quería levantar la voz. No quería que nadie me mirara. Después de todo... mira
lo fea que soy. Soy retorcida, estúpida, codiciosa. Jamás amada, no llevo nada
especial. Pero aun así... esto es lo que soy.
Mientras estaba en este pequeño
escenario, era yo quien temblaba de miedo y terror. Y este temblor... sólo me
pertenecía a mí. Sé que cada sonido se genera a partir de una vibración. La
guitarra que colgaba de mi cuerpo, el micrófono que estaba frente a mí, mis
dedos, mi garganta, el temblor de mi cuerpo, todo se transformaba en un sonido
fuerte, que llegaba hasta la oscuridad, creando un estruendo atronador. Y esta
misma vibración — es mi rock and roll.
Cerré los ojos y respiré
profundo. Mi mano izquierda sentía la sensación áspera de las cuerdas, mientras
que la derecha agarraba con fuerza la púa de la guitarra, mientras la
presionaba contra las cuerdas. Oye... ahora mismo no puedo verte, pero
seguro que estás ahí, ¿verdad? Creí que me atraparías con todo tu ser, y
así me lancé hacia la interminable oscuridad.
"Por favor, escuchen nuestra canción—"
Así es. Esta es la historia... de cómo finalmente expresé mis verdaderos sentimientos.