Ningen Fushin Volumen 1 capítulo 2
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Ningen Fushin no Bōkensha-tachi ga Sekai o Sukū Yō Desu vol 1 Capítulo 2
Tiana, la Maga / Antigua Noble / Jugadora de Apuestas
En las escuelas
aristocráticas del Reino Santo de Dineez, se estudiaban diversas materias como:
la etiqueta, equitación, esgrima, derecho, filosofía, matemáticas, historia,
poesía y arte. Pero había una asignatura que se destacaba por encima de todas
las demás en las escuelas aristocráticas de la capital real.
“[¡Golpe Relámpago!]”
Esa asignatura, era
la magia.
Una voz clara e
imponente resonó en el campo de prácticas de magia de la escuela. Poco después,
se formaron unas nubes oscuras a baja altura que produjeron un relámpago. El
destello cegador fue seguido por un rugido atronador.
Todos los profesores
que observaban el espectáculo jadeaban con admiración.
“Simplemente
increíble. Realmente haces honor a tu nombre como hija de la casa Ernafelt.”
“La magia de relámpago
sólo puede realizarse a través del dominio de los elementos agua y viento, y
sin embargo, exhibes un control muy completo.”
La magia era un
campo integral que conectaba las matemáticas, la filosofía, la historia y todas
las demás ramas de estudio. Era esencial para la construcción de la cultura y
sociedad humana, lo que significaba que trazar el desarrollo de la magia
revelaba la historia de la humanidad. Realizar hechizos básicos sólo requería
maná y recitar de memoria los conjuros, pero si alguien quería convertirse en
un mago avanzado, no había nada más importante que observar la naturaleza. Se
necesitaban conocimientos de cómo se inicia el fuego y qué hace que arda con
más intensidad, al igual que cómo fluye el agua y qué hace que se convierta en
hielo o vapor. La magia no era una simple arma para mercenarios o aventureros
que sólo intentaban vivir un día más; existía para ser estudiada y utilizada
por magos con una mente inquisitiva.
Eso era lo que
creían los magos de noble linaje. Tiana —la chica que acababa de realizar el
hechizo [Golpe Relámpago]— estaba igualmente orgullosa de su magia.
“No estudio la magia
para mi beneficio personal. Sólo quiero satisfacer mi curiosidad intelectual”,
dijo Tiana, con su hermosa melena rubia agitándose por el viento. Era más o
menos una cabeza más baja que la estatura promedio para su edad y seguía
teniendo un rostro infantil, pero todavía tenía presencia mientras inflaba el
pecho en respuesta a los cumplidos de sus maestros.
“Nunca dejas de
impresionar. Puedes utilizar un hechizo compuesto de viento y agua con la misma
facilidad con la que otro podría mover sus brazos y piernas, pero sigues siendo
humilde. Realmente eres el orgullo de nuestra escuela”, elogió uno de los
profesores.
“Muchas gracias”,
respondió Tiana, sintiéndose un poco culpable. Mentía en parte cuando decía que
estudiaba magia sólo por su curiosidad intelectual. Tenía una razón más
importante.
“Has hecho más que
suficiente como para cumplir los requisitos de la graduación. Vamos a finalizar
la prueba de hoy aquí. Buen trabajo, Tiana.”
“¡Gracias!” Tiana inclinó la cabeza ante su profesor, manteniendo el rostro
firme para que no se notara su estado de ánimo alegre, y salió del campo de
prácticas. Ya tenía un destino en mente — una cafetería para nobles que se
encontraba en un distrito comercial a una distancia razonable de la escuela.
El dulce aroma del
café llegó a su nariz mientras caminaba por la animada y engalanada calle
empedrada. La fuente del aroma era la del café favorito de su amado. En el
momento en que abrió la puerta, la campana sonó como si compartiera su alegría.
“Bienvenida”, la
saludó un empleado.
“¿Está Alex aquí?”,
preguntó Tiana.
“Ah, bueno...”,
murmuró el empleado, pero Tiana no le hizo caso.
“Estoy segura que
está aquí.”
Caminó por el
restaurante, imaginando que él estaba en su lugar habitual. Había un asiento en
el segundo piso que a Alex le gustaba mucho y estaba prácticamente reservado
para él.
“¡Alex!”, llamó
Tiana a un joven que charlaba junto a la ventana después que ella subiera las
escaleras. Ignoró a la chica sentada al lado de él.
“Hey, Tiana... ¿No
estás de buen humor?”, respondió él.
“¿Mmm? ¿Qué sucede,
Alex? ¿Por qué te ves tan feliz?”
Alex era el
prometido de Tiana. Heredero de la casa de un barón, iba a la misma escuela que
ella. Su fino cabello castaño y piel clara podían confundirse con los de una
chica. Ella no era de las que presumen, pero estaba orgullosa de tener un
prometido tan guapo.
Tiana valoraba la
habilidad de él como poeta incluso más que su buena apariencia. Su destreza
mágica era media, pero no le parecía gran cosa al lado de la belleza de sus
versos. A sus ojos, era la persona más agradable del mundo cuando recitaba sus
poemas llenos de emoción y amabilidad, y ella lo amaba mucho.
Sin embargo,
últimamente Alex se saltaba las clases con frecuencia para pasar el rato en
cafés y bares. Tiana confiaba en él cuando decía que “Es importante tomarse
tiempo para formar conexiones” y optó por no amonestarle. Era cierto que había
reunido a mucha gente a su alrededor... y ella era consciente que muchas de
esas personas eran chicas de su edad. Sin embargo, sólo Tiana podía llamarse su
prometida, y sólo ella conocía la verdadera belleza interior de él. Eso la
hacía sentirse superior, sin que la presencia de esa la amenazara.
“Esa pregunta
debería hacértela a ti. Estoy sorprendido”, respondió Alex.
“¿Hah? ¿Qué quieres
decir? De todos modos, espera a que escuches esto”, dijo Tiana.
“No me digas, ¿asombraste
a los profesores con otro hechizo deslumbrante?”, preguntó él.
Tiana sonrió, sin
haber notado el sarcasmo en su voz. “¡Sí, lo hice! Aprendí a usar magia de
relámpago, ¡y los profesores quedaron realmente impresionados! Incluso dijeron
que puedo graduarme un año antes.”
“Wow...”, respondió
Alex, inexpresivo.
“Entonces, Alex...”
Sonrojada, Tiana tomó asiento a su lado. Fue interrumpida cuando una chica de
cabello largo y negro, que había estado charlando con Alex antes que ella
llegara, le habló con una sonrisa superficial.
“Es de mala
educación presumir de uno mismo justo después de haber conocido a alguien. ¿Es
que tus padres no te han enseñado modales?”
Finalmente, Tiana
miró a la chica. “Estoy hablando con Alex.”
“Y Lord Alex está
hablando conmigo. No es un comportamiento apropiado para una dama molestar a un
hombre de esa manera”, dijo la chica.
“Alex, ¿puedes
decirle que se marche?” pidió Tiana, ignorándola.
Alex se frotó los
dedos en la frente y suspiró. “¿Quieres dejar de hacer eso? Estás molestando a
los demás clientes y a los empleados.”
“P-pero...”
“¡He dicho basta!”
gritó Alex, golpeando la mesa. Fue la primera vez que Tiana lo vio levantar la
voz de esa manera.
“A-Alex, cálmate... ¿Qué sucede?”, Preguntó Tiana con tono tranquilizador,
asustada por su estado de ánimo.
Alex respiró
profundamente para recuperar la compostura. Sin embargo, su enfado permanecía. “Siempre
eres así, sin dedicar un momento a mirarme. ¡¿Cómo es posible que seas tan
obtusa?!”
“¿D-de qué estás
hablando?”, preguntó Tiana.
“¡La forma en que
presumes de tu magia! ¡Estoy harto de eso!”, gritó Alex.
Tiana casi se cayó.
Había visto a muchos otros chicos ponerse celosos de sus habilidades mágicas.
Muchos incluso le habían dicho que era impropio de una chica. Eso nunca fue
fácil de escuchar, pero fue capaz de soportarlo cuando pensó en que todos sus
esfuerzos eran para su amado prometido.
“¿H-hah...? Fuiste
tú quien me pidió que te ayudara porque deseabas ser un mago cuando fueras
mayor... Tú eres la razón por la que yo...”
Trabajé tan duro. Ella nunca había dicho esas palabras en voz alta.
Tiana y Alex tenían
una promesa entre los dos — que se dedicarían al estudio de la magia como
preparación para su vida después del matrimonio. El padre de Alex actualmente
utilizaba su astucia como jefe de su casa de rango barón, pero una vez prestó
un servicio excepcional como mago en la División Mágica del ejército del reino.
La familia de Alex esperaba que él siguiera los pasos de su padre, y querían
que su esposa fuera también una maga experta.
A decir verdad, era
por el potencial de Tiana como maga que el padre de Alex quería que se casara
con su hijo. Cuando su entrevista matrimonial con Alex salió bien, y empezaron
a salir, el padre de él le dijo que “No tienes que frenar tus estudios de magia
solo porque seas una chica” y “Tus estudios beneficiarán a la familia, así que
tienes mi apoyo”.
La voz aguda del
joven delante de ella, ahuyentó esos recuerdos de la cabeza de Tiana.
“¿Soy la
razón por la que trabajas tan duro? ¿Es eso lo que ibas a decir? ¡Usa tu
cerebro! ¿Tienes idea de lo mucho que me ridiculizan por vivir a la sombra de
la maga con más talento de la escuela? ¿Acaso te mataría contenerte? Si
tuvieras un poco de sentido común, entenderías que sólo debías trabajar lo
suficiente para serme útil, ¡o al menos para no dañar mi reputación!”
“P-pero... tu padre
dijo que no tenía que contenerme...”, protestó Tiana.
“¡¿Por qué ibas a
creer algo así?! ¡Él sólo estaba siendo educado!”
“E-espera... ¿Qué es
lo que sucede, Allen...?”
Tiana escuchó una
risa. Ella miró fijamente a la fuente de ella.
“Oh querida, me
estás asustando, Lady Tiana”, dijo la chica de cabello negro.
“¿No deberías
presentarte antes de hablar conmigo?”, dijo Tiana.
“Hmph, realmente no
te preocupas por nadie más que por ti misma... Eres tan arrogante. Pero bueno.
Soy Lene, la hija mayor de la casa Delcott.”
“Oh, me acuerdo de
ti. Eres esa nueva chica rica que acaba de empezar a ir a nuestra escuela.”
La Casa Delcott era
originalmente una familia de mercaderes que hizo fortuna con un servicio de
transporte terrestre y marítimo utilizando dragones. Eran plebeyos hace apenas
tres generaciones y recibieron su rango de barones cuando fueron reconocidos
por aportar beneficios al país con la construcción de su rápida red de
transporte. Últimamente habían comenzado a incursionar en las finanzas, ganando
un poder significativo al prestar dinero a los nobles en apuros financieros. Ni
siquiera los nobles de mayor rango podían tomarlos a la ligera. Esa influencia
se extendía incluso a su escuela; Lene tenía trapos sucios sobre muchas chicas
de la nobleza.
Tiana jamás había
hablado con Lene, pero era imposible que no conociera su rostro y nombre. Al
principio, la ignoró como una forma de expresar su desagrado hacia su presencia.
Tiana era la prometida de Alex, después de todo. Era imposible que Alex fuera
en serio con otra chica. Estaba convencida de ello.
“¡Tiana!
¡No digas esas cosas! ¿Tienes idea de la clase de rumores infundados que ella
siempre tiene que soportar?”
“¿Infundados?”
Tiana sabía a
ciencia cierta que Lene ejercía la influencia de su familia para tratar a
muchos alumnos de la escuela como sus sirvientes. Era un secreto a voces, y
algunos compañeros de Tiana habían acudido a ella para pedirle consejo sobre
los problemas que tenían con Lene.
“Sí, ella me lo
confió. Dijo que estaba siendo acosada. Y no sólo eso...” Alex suspiró con
disgusto, y Lene puso una mano sobre la suya. “Tiana, dijo que tú eres la
culpable de este acoso.”
“¡¿Qué?!”, gritó
Tiana con sorpresa. Alex y Lene sonrieron al ver su rostro.
“Sé todo sobre cómo
usaste tu influencia para tratar de enredar a Lene, Tiana”, continuó Alex.
“Así es. Lord Allen
es quien me tendió la mano y me salvó”, añadió Lene.
Tiana apretó los
dientes con rabia.
“Eso no es todo de
lo que eres culpable, Lady Tiana. Sedujisteis a los maestros, ¿no es así?”.
acusó Lene.
“¡¿P-perdón?!” Tiana
miró a Lene con una mirada asesina. “¿Comprendes lo que estás diciendo? No sólo
me estás insultando a mí, sino a toda la escuela.”
“Haah... Tú eres el
que no comprende. Es de sentido común sospechar que algo sucede con los
profesores encargados de hacer que una chica sea la líder de la clase”, replicó
Lene.
“... ¿Quieres
arreglar esto en la corte?” amenazó Tiana. La reputación era muy importante en
la sociedad noble. Este tipo de insulto, especialmente una falsedad relativa a
la castidad de uno, era un delito en toda regla. Su amenaza no era vacía; era
perfectamente posible que Tiana la llevara a juicio.
Lene se limitó a
sonreír dulcemente en respuesta. “Te invito a que lo intentes. Aunque supongo
que los profesores levantarán la bandera blanca antes de que tengas la
oportunidad.”
“... ¿Qué quieres
decir?” preguntó Tiana.
Tenía que ser un
farol. Tiana trató de convencerse de ello. Pero esta chica astuta había
atrapado a mucha gente. Tuvo un mal presentimiento, que se justificó con lo que
Alex dijo a continuación.
“Tiana. Los
profesores de nuestra escuela están bajo sospecha por aceptar sobornos y
manipular los resultados de los exámenes de ingreso y notas de los alumnos.
También te han acusado de dar sobornos a tus profesores y seducirlos.”
“¡E-eso es ridículo!
Yo...” Tiana se quedó callada al darse cuenta de algo. Alex no siempre fue
diligente en sus estudios, pero no era tan tonto como para dejarse engatusar
por una chica y creer cualquier cosa que le dijeran. Había crecido en una
sociedad noble, donde esos intentos de engaño eran algo cotidiano. Esta alianza
entre Alex y Lene era algo más que un simple asunto — ambos se beneficiaban con
esto. Atrapando a Tiana, era como iban a conseguirlo. Una parte del cerebro de
Tiana que aún podía pensar racionalmente, analizó la situación.
“Por eso estoy
cancelando nuestro compromiso... ¡No vuelvas a mostrarte cerca de mí nunca más!”,
gritó Alex.
Tiana no creía que
fuera capaz de olvidar las horribles sonrisas de Alex y Lene —o sus palabras
que representaban los aspectos más horribles de la sociedad noble— durante el
resto de su vida.
El desastre siguió. Las palabras de Lene y Alex no eran amenazas vacías. El
director y los profesores más involucrados en la instrucción de Tiana fueron
destituidos de sus cargos y degradados a trabajos insignificantes y sin
importancia. No se trató como un incidente oficial, pero el Ministerio de
Educación envió una orden exigiendo la sustitución de los profesores.
Tiana creía que el
director y sus profesores jamás habrían caído tan bajo como para aceptar sobornos.
Sin embargo, independientemente de la verdad, el juego ya estaba perdido. Era
parte de la sociedad noble que, cuando el país impartía castigos, las
acusaciones eran tratadas como reales, por muy dudosas que fueran.
La desgracia también
cayó sobre Tiana.
“Vete de esta casa y
no vuelvas jamás.”
Las palabras de su
padre no admitían discusión. Ella bien podría haber estado hablando con una
roca.
A pesar de eso,
Tiana seguía discutiendo. “Soy inocente.”
“Estoy seguro que lo
eres. Simplemente fuiste utilizada en este plan. Imagino también que esta chica
Lene actuaba bajo las órdenes de sus padres. Pretenden afianzar su dominio en
la escuela utilizando a personas bajo el patrocinio de la Casa Delcott y
aumentar su influencia en la División Mágica con la ayuda de la relación de su
hija con Alex. No fuiste más que un conveniente cordero de sacrificio”, dijo su
padre.
“¿Me obligas a vivir
como una plebeya a pesar de saber todo eso?” preguntó Tiana, apretando los
puños con fuerza. La respuesta de su padre tenía un toque de sarcasmo.
“¿Qué sugieres que
hagamos al respecto? ¿Protestar ante el tribunal por haber sido incriminada? Te
apoyaría si tuvieras la posibilidad de ganar.”
Tiana no creía que
estuviera mintiendo. La gente la escucharía si tuviera una influencia política
real. El problema era que ella era sólo una chica dotada de magia que estaba en
el lugar equivocado en el momento equivocado. No tenía ningún valor político.
“¡Grr...!”
“Ya no hay Casas que
te acepten como esposa. Eso sólo ganaría la ira de la Casa Delcott. Puede haber
algunos nobles lujuriosos que te puedan tomar como una de sus muchas
concubinas, pero...”
“No”, se negó
inmediatamente Tiana. Ser la esposa de un noble podía sonar bien, pero no tener
ningún apoyo ni expectativas de su familia era poco mejor que ser una amante.
Probablemente terminaría siendo tratada como un juguete.
“Tal y como pensaba.
Por eso no pregunté. Eso significa que ya no eres miembro de esta familia”,
declaró él.
“... Bien. Adiós,
Padre.”
Tiana sintió pesar
en el momento en que dijo esas palabras. No estaba segura de poder salir
adelante sola. Dicho esto, no había forma en que ella hubiera aceptado
convertirse en una concubina. Podía ver su destino si elegía ese camino. Si Alex
o Lene la vieran en ese miserable estado, probablemente los mataría y luego se
suicidaría. Preferiría morir al lado del camino en alguna tierra desconocida
que enfrentarse a esa humillación.
Así que abandonó su
casa. Su familia ni siquiera le ofreció una oración por un viaje seguro. Sí le
dieron una cantidad decente de dinero para cubrir sus gastos y permiso para
llevarse algunos accesorios y herramientas para trabajar como maga, pero eso no
era más que una forma de evitar la culpa por abandonar a su hija.
Así eran los nobles.
Algunos de sus hermanastros seguramente estaban celosos de ella. Algunos
incluso habrían celebrado su partida.
Pero si tenía que
vagar hacia lo desconocido, Tiana pensó que era bueno que su familia fuera tan
fría con ella. Mejor que no quiera volver nunca a casa que sentirse miserable y
nostálgica. De esta manera, podría sentir esperanza por su futuro. Por eso
decidió viajar a una ciudad lo más alejada posible de la capital real.
Era la primera vez que viajaba sola, pero Tiana no era el tipo de dama noble mimada por sus padres. Ellos eran laissez-faire[1] con ella, y aprendió mucho de sus tutores privados y sirvientes como resultado de su curiosidad. Incluso salía de casa cuando era niña y se aventuraba a la siempre concurrida zona comercial.
Tiana se mostraba
sombría al principio del viaje, preocupada por si acababa colgada del cuello de
un árbol en algún lugar, pero su estado de ánimo cambió gradualmente con el
tiempo. La mayor parte del tiempo permaneció dentro de la diligencia, pero a
medida que viajaba por carreteras desconocidas, se alojaba en pueblos
desconocidos y hablaba con gente desconocida, el viaje le resultó emocionante y
curativo.
Habló con familias
que habían perdido su hogar en una catástrofe natural y que buscaban una tierra
nueva, con mercaderes ambulantes que soñaban con hacerse ricos rápidamente, con
sacerdotes que esperaban ascender en su iglesia a través de un viaje de
servicio y salvación, con idols de gira, etc. Se encontró con gente buena y
mala. Al poco tiempo, se sintió optimista de que realmente podría salir
adelante por sí misma— y que todo saldría bien al final. Resultó que le gustaba
viajar.
Su destino final era Terán, también conocida como Ciudad Laberinto.
“Por fin lo he
logrado...”
Tras más de un mes
en el destartalado carruaje, Tiana se masajeó la espalda dolorida, alquiló un
departamento y finalmente tuvo un momento para descansar. Todo empieza aquí,
pensó, renovando su determinación.
“Necesito encontrar
un trabajo.”
Según lo que había
oído en sus viajes, casi todos los nobles y magos arruinados que no conseguían
un trabajo terminaban por encontrarse en Ciudad Laberinto. Era la ciudad más
vibrante del reino y ofrecía muchas oportunidades de trabajo.
Los pobres que luchaban por conseguir comida podían trabajar como aventureros. Las personas educadas con un título académico eran buscadas por los gremios de mercaderes, las fábricas de ítems mágicos y otros lugares. Un genio estudiante de una escuela aristocrática que supiera manejar magia y matemáticas, e incluso tuviera conocimientos de derecho, como Tiana, no tendría problemas para encontrar trabajo. De todos modos, eso era lo que se esperaba.
“Lo siento, ya tenemos suficiente personal.”
“Este instituto de
investigación de magia sólo contrata a candidatos con una carta de
presentación. Por favor, váyase.”
“Este no es un lugar
para chicas de familias nobles como tú.”
Su búsqueda de
trabajo terminó en una derrota aplastante. Lo cierto es que actualmente había
un exceso de magos buscando trabajo. En el Imperio Mágico fronterizo acababa de
producirse un golpe de estado, y muchos de sus magos de primera clase
terminaron por llegar a Ciudad Laberinto tras huir al extranjero. El personal
altamente calificado que normalmente no podía ser contratado en Dineez de no
ser por docenas de monedas de oro, podía ser contratado actualmente a bajo
precio.
Para los magos que
buscaban trabajo en Ciudad Laberinto, resultaba un mercado de compradores de
pesadilla, con más solicitantes que puestos de trabajo. Lo mismo ocurría con
los trabajos de oficina que requerían habilidades matemáticas y de redacción.
Los dos países compartían una lengua oficial y, como las diferencias
lingüísticas no eran más que pequeñas variaciones dialectales, no había
problemas de comunicación para los inmigrantes.
La suerte no estaba
del lado de Tiana.
“Haah... ¿Por qué mi
suerte es tan mala?”
Aún tenía una
cantidad decente de dinero que había recibido de su familia. Era suficiente por
un tiempo. Pero ser rechazada constantemente mientras intentaba conseguir un
trabajo usando las habilidades mágicas en las que había trabajado tan duro,
empezaba a cansarla. Mientras buscaba trabajo, sólo compraba el pan más barato
y comía en los parques públicos. Por mucho que rebajara sus expectativas sobre
el tipo de trabajo y las condiciones laborales, no encontraba a nadie que la
contratara. Lo único que podía hacer era suspirar.
Justo cuando parecía que su corazón estaba a punto de ceder a la
desesperación una vez más, un joven se acercó a ella.
“Hola, preciosa.
¿Estás libre?”, le preguntó.
“Si me estás
coqueteando, no estoy interesada”, dijo Tiana, apuntándole con su bastón.
“¡Whoa, ¿estás
loca?! ¡E-es un crimen atacar a alguien con magia!”
“Puede que sí. Te recomiendo
no hablar conmigo a menos que quieras salir herido.”
Tiana era consciente
de esa regla, por supuesto. Su amenaza era vacía. Simplemente estaba irritada
porque el aspecto atractivo del hombre le recordaba a su ex prometido.
“No estoy
coqueteando contigo; lo juro. Sólo quería darte esto”, dijo el hombre,
empujando un trozo de papel en sus manos. Tenía un dibujo de un dragón y las
palabras CARRERA DE DRAGONES escritas en él. También había una lista de nombres
de dragones y un programa detallado, pero Tiana no entendía para qué servía.
“¿Qué es esto?”,
preguntó ella.
“La famosa carrera
de dragones de Ciudad Laberinto. Es una carrera en la que gana el dragón más
rápido, como su nombre indica. Es muy divertido apostar en las carreras”,
explicó el hombre.
Tiana miró fijamente
el volante que le entregó el hombre. Los casinos y las salas de juego eran
ilegales en la capital real, así que ella nunca había estado en un hipódromo.
Había visto a gente abrir sus propios garitos para apostar en partidos entre caballeros,
pero nunca le dio importancia más allá de lo insensato que parecía.
“Oh, sí. Te daré un
ticket para una comida gratis en la cafetería de allí, así que pásate cuando
tengas tiempo.”
Tiana no estaba
interesada en lo más mínimo, y se limitó a mirarle en silencio con una
expresión apática. El hombre se alejó rápidamente; la actitud fría de ella
debió hacerle desistir.
A pesar de su
reacción inicial, Tiana decidió por capricho ir a ver las carreras de dragones.
Recordaba haber oído que los hipódromos solían contratar magos. Había una serie
de trabajos que incluían la represión de personas que trataban de utilizar
ítems mágicos para interferir en la carrera, o la formación de barreras para
evitar los hechizos de sondeo. Dado que se trataba de juegos de azar
autorizados por la ciudad, probablemente harían una verificación de
antecedentes a la hora de contratarla. Puede que su familia la haya desterrado,
pero sigue siendo una noble. Debería ser más digna de confianza que los magos
que huyeron aquí desde el extranjero.
“Debería ir a
comprobarlo.”
A continuación, se produjo un verdadero desastre.
La clientela del
hipódromo estaba compuesta por algo más que hombres locos por los juegos de
azar, lo que le permitía presentar un ambiente divertido y seguro. Normalmente
sólo está abierto durante el día, lo cual evita que aparezcan clientes
sospechosos por la noche. La pista era ruidosa, pero no parecía peligrosa.
Eso hizo que Tiana
se relajara y, por capricho, comprara un boleto de apuestas para una de las
carreras de dragones. Después de eso, pensó que también podría quedarse a ver
la carrera. Todo el público estaba absorto en la carrera y gritaba a todo
pulmón.
Este lugar no se parece en nada a la capital real... Es
un poco ruidoso para mí, pensó Tiana con un suspiro, abrumada por el
espectáculo que tenía ante sí. Pero sin darse cuenta, estaba tan absorta como
los demás.
“El primer
puesto es para Infinite Blue. El segundo puesto es para Meteor Arrow. Por
favor, recojan sus ganancias en la ventanilla”, sonó un anuncio chasqueante y mejorado
mágicamente.
Todo el público
comenzó a abuchear. El dragón favorito para ganar la carrera se había resbalado
y caído debido a las condiciones fangosas creadas por un repentino aguacero.
Los otros dragones lucharon por adaptarse también, sumiendo la carrera en el
caos y haciendo que casi todos perdieran sus apuestas.
Pero Tiana, que
había comprado su boleto por puro capricho, eligió en realidad al dragón
ganador. Con su boleto obtuvo una ganancia de diez monedas de oro por la moneda
de plata que había apostado... En otras palabras, sus mil dinas se convirtieron
en cien mil dinas.
“¡Felicidades!”
“Oh, gr-gracias.”
No lo digas en voz alta, espetó Tiana mentalmente al empleado del
hipódromo. Preocupada por los carteristas, guardó las monedas en su cartera y
se apresuró a salir del recinto a toda prisa antes de llamar la atención.
A partir de ese día,
Tiana se obsesionó con las carreras de dragones. Siempre que hubiera carreras
ese día, estaría en el hipódromo siempre que no estuviera buscando trabajo. Ya
no tenía ninguna intención de trabajar allí — pues convertirse en empleada le
quitaría la posibilidad de comprar tickets.
Finalmente renunció
a la búsqueda de trabajo, ya que era una pérdida de tiempo, y pasó los días en
los que la pista estaba inactiva investigando sobre las carreras de dragones.
Encontró todos los datos que pudo sobre los dragones, como cuáles corrían más
rápido en cada situación, y comenzó a estudiarlos detenidamente.
Tiana fue afortunada
y desafortunada a la vez. Su educación fue de gran ayuda; tenía la inteligencia
y la capacidad de llegar a conclusiones mediante la recopilación y análisis de
datos en lugar de tener que confiar en la superstición y adivinación. Por ello,
ganó una buena cantidad de dinero. Además, nunca hizo nada imprudente, como
pedir prestada una cantidad considerable de dinero para una apuesta que la
llevaría a un burdel si perdía.
Tiana era
desafortunada en el sentido de que su suerte en el juego era sólo mediocre.
Equivocarse en una apuesta por muy segura que pareciera era parte del juego.
Nunca perdía lo suficiente como para dejar las apuestas desesperadamente, pero
tampoco ganaba lo suficiente como para enriquecerse. Por el contrario, el juego
fue mermando poco a poco sus ahorros. Cuando por fin recuperó el sentido común,
se dio cuenta de que estaba en problemas.
“... No puedo pagar
el alquiler.”
El departamento que
eligió Tiana era modesto para una noble, pero había lugares más baratos y
dudosos que podría haber elegido. La echarían a patadas si no podía pagar el
alquiler, que vencía en una semana. Se las arreglaría si pidiera un préstamo,
pero no podía confiar en sí misma respecto al dinero. Tengo que encontrar
una fuente de ingresos, sea cual sea el trabajo, pensó ella.
“La única opción que
me queda... es convertirme en aventurera...”
Sintiéndose
desanimada, Tiana se dirigió a un Gremio de Aventureros. Convertirse en
aventurera le permitiría ganar dinero sólo con su habilidad — su historial
académico y sus orígenes no tendrían nada que ver. Sin embargo, había un
problema: Los aventureros novatos necesitaban formar un grupo. La recepcionista
del gremio le dijo que los principiantes tenían prohibido aventurarse solos en
los laberintos.
“Aquí hay otros como
tú que quieren convertirse en aventureros, así que ¿por qué no intentas
buscarlos?”, sugirió la recepcionista, y Tiana hizo precisamente eso. Se dio
cuenta de que había un montón de carteles en la pared reclutando miembros de
grupo. Estaba examinando uno de ellos cuando un hombre apuesto se le acercó.
“Oye, ¿eres una
maga? ¿Quieres unirte a nuestro grupo?”, le preguntó. En ese momento, los ojos
de Tiana se volvieron asesinos. “... Oh, uh, mi error. Acabo de darme cuenta
que mi grupo ya está completo. ¡Lo siento!”
“¿Hah? Espera, yo
también estoy buscando...”, empezó Tiana, pero el hombre se apresuró a alejarse
de ella antes que pudiera decir “mienbros de grupo”. Su mirada no fue a causa
de él, en realidad; sólo que ver a hombres alegres y guapos le evocaba
recuerdos del que la dejó y le arruinó la vida, lo que la puso visiblemente en
guardia.
Si no fuera por ese
problema, no habría tenido dificultades para encontrar miembros. Incluso podría
haber sido reclutada por un grupo de rango medio, sin necesidad de formar un
grupo con novatos. La habilidad mágica de Tiana era auténtica. Puede que sólo
haya estudiado el oficio en la escuela, pero su instructor principal valoraba
la experiencia práctica, por lo que tenía entrenamiento para acabar con bestias
y monstruos más débiles con magia. A juzgar por su fuerza de combate, era mucho
más hábil que los aventureros novatos que la rodeaban.
Sin embargo, ver a
una persona con su nivel buscando cautelosamente aventureros novatos sólo
sirvió para asustar a la gente, y nadie se acercó a ella. No consiguió formar
un grupo y tuvo que marcharse cuando el gremio cerró.
Los aventureros
salieron del edificio y bajaron a un bar vecino. Al no poder ir contracorriente
de la muchedumbre, Tiana terminó siendo conducida al bar junto a ellos. Tenía
hambre, así que decidió aprovechar la oportunidad para comer.
“Estoy sola”, le
dijo a un empleado, y fue conducida a una mesa que ya tenía un cliente. Al
parecer, la barra estaba llena, así que tuvo que compartir mesa.
El cliente era un
joven de cabello negro y físico de apariencia ágil. Dada su armadura de cuero,
probablemente era un guerrero ligero o un explorador. El bar estaba ocupado
principalmente por aventureros novatos, pero el desgaste de su armadura de
cuero verde oscuro indicaba que ya tenía algo de experiencia. Su presencia
también resultaba extrañamente intimidante al estar sentado solo en la mesa.
Parecía tener la
misma edad que Tiana, pero ella suponía que había pasado por innumerables
batallas. La severidad de sus ojos lo atestiguaba. Está de muy mal humor...
aunque no soy de las que hablan.
Antes de darse
cuenta, otros dos aventureros habían sido conducidos a su mesa. Uno de ellos
era un sacerdote de alta estatura, y el otro era una mujer draconian.
Tiana supuso que
todos tenían sus propios problemas. Sin embargo, ella era la que peor los tenía.
No puedo hacer nada para ayudarlos. Además, si alguien necesita ayuda, ésa
soy yo, pensó, decidiendo ignorarlos.
Los aventureros
novatos de las otras mesas parecían estar pasándolo en grande. La mesa de Tiana
era la única que guardaba un gran silencio. Tras una larga espera, un empleado
finalmente llevó a la mesa la comida y las bebidas que habían pedido con un “Por
favor, disfruten”. Nadie respondió.
Tiana dio un trago a
la cerveza tibia y la frustración que había mantenido reprimida en su interior
brotó de su boca.
““““¡Nunca más volveré a confiar en nadie!””””
Notas
- Nota: Expresión de origen francés que significa "dejad hacer, dejad", refiriéndose a una completa libertad en la economía: libre mercado, libre manufactura, bajos o nulos impuestos, libre mercado laboral, y mínima intervención de los gobiernos. ↩