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City of Witches capítulo 126

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 City of Witches capítulo 126 en español


Esperaaa...!!
City of Witches - Odile & Odette

 Consuelo II


Parte 1

“Zzz...” 

En cuanto las gemelas acostaron a Siwoo en la cama, éste retorció su cuerpo mientras hacía ruidos peculiares. 

Cada vez que daba vueltas en la cama, el penetrante olor a alcohol impregnaba la habitación. 

“Ugh...” 

“Deberíamos abrir la ventana.” 

“Bien.” 

Sintiendo la necesidad de respirar aire fresco en lugar de saborear el hedor del alcohol, la gemela descorrió el pestillo de la ventana, permitiendo que una suave brisa entrara en la habitación. 

“Sr. Asistente, despierte.” 

“Ugh...” 

“¡Por favor, Sr. Asistente! ¡Despierte!” 

“¡Uuugh...!” 

A pesar de sus repetidos intentos por despertarlo, Siwoo seguía imperturbable. 

Sólo dejaba escapar extraños gemidos mientras retorcía su cuerpo en respuesta. 

Esto fue suficiente para que se rindieran. 

“Muy bien, averigüemos qué hacer primero.” 

“¿Qué pudo haberle pasado?” 

“¿Quizás celebró su recuperación bebiendo?” 

“Si es así, ¿dónde está la Profesora Asociada?” 

“Hm...” 

Las gemelas discutieron varias posibilidades de por qué su querido Sr. Asistente terminó desparramado como una estatua caída en el primer piso de su puesto de avanzada. 

Pero, con la persona que lo sabía todo, Siwoo, durmiendo como un tronco, al final fue un esfuerzo inútil. 

“Por ahora, tenemos dos opciones frente a nosotras.” 

“Una es dejar las cosas como están, ¿verdad?” 

“Sí. La otra es que una de nosotras se quede con él.” 

“Pero, nunca nos darán permiso para pasar la noche...” 

En primer lugar, se estaban escabullendo para llegar a Ciudad Tarot. 

Aunque fuera un día festivo, si mencionaran que se quedarían a dormir, tanto la estricta Sirvienta en Jefe Galina como sus normalmente amables Maestras se enfadarían con ellas, sin duda. 

“Por eso no deberíamos pedir permiso. Por supuesto, deberíamos enviarles una paloma para evitar que se preocupen.” 

“Entonces, ¿les avisamos y ya está...?” 

Odette se quedó desconcertada ante la audaz sugerencia de Odile. 

Sus ideas ocasionales siempre daban un gran susto a la tímida Odette. 

Y esta vez no fue diferente. 

“Um, Hermana, ¿no podemos ir a casa primero y escaparnos por la noche? No quiero que me regañen.” 

“No, quiero quedarme aquí.” 

“¿Y si lo hago sola...?” 

“¡No!” 

Si Odette volviera sola a casa, Galina preguntaría sin duda por el paradero de Odile. Después de una buena reprimenda, era obvio que Odette soltaría toda la verdad. 

Y, si eso ocurría, su apasionada noche con el Sr. Asistente se iría al traste. 

“¿Realmente necesitamos quedarnos aquí...?” 

“Odette, piénsalo. Aunque esté borracho, ha venido a vernos. ¿Entiendes lo que eso significa? ¡El Sr. Asistente nos extrañó muchísimo!” 

“¿E-En serio...?” 

“¡Imagínate lo destrozado que estaría si se despertara y se encontrara solo!” 

“U-Um...” 

“¡No puedo dejar que experimente algo tan cruel como eso! ¡Prefiero que me regañen después! Por eso, ¡estaré a su lado!” 

“Supongo que tienes razón...” 

No hizo falta mucho esfuerzo para convencer a Odette. 

Sobre todo, porque la conversación había avanzado en una dirección en la que ya habían ignorado la opción de dejar las cosas como estaban. 

A pesar de sus quejas, Odette siguió obedientemente a su hermana. 

“De todos modos, ¡comencemos el plan! ¡Enviaré a la paloma!” 

“T-Tengo miedo...” 

“Odette, hemos pasado estas vacaciones sin sentido, pero ya que el Sr. Asistente está aquí, ¡podemos darle la vuelta a eso! ¡Intenta ver las cosas de forma positiva!” 

“Okay, lo entiendo, Hermana...” 

Cuando Odile se disponía a subir a la azotea para soltar la paloma mensajera hacia la mansión de la Condesa Gemini... 

Odette, que había estado contemplando el rostro de Siwoo, la llamó: 

“Espera, Hermana, ven aquí un momento.” 

“¿Qué? Pensé que ya habíamos decidido qué hacer.” 

“No es eso... ¿Has notado que hay algo diferente en el Sr. Asistente?” 

“¿Qué quieres decir?” 

Odile observó cuidadosamente el cuerpo extendido de Siwoo. Fue entonces cuando se dio cuenta de algo. 

“Es extraño, ¿verdad?” 

“Cierto...” 

¿Cómo debería expresarlo? Um... En primer lugar, parece mucho más joven que antes... 

Parece que tiene poco más de veinte años...

Pero, eso no fue lo único que ella notó. 

“¿No crees que se ha vuelto más guapo?” 

“¿Verdad?” 

Ella no se había dado cuenta hasta ahora, debido a su rostro sonrojado, su cabello despeinado y su expresión inusual. 

Pero el Siwoo actual tenía un aspecto diferente al Siwoo antes. 

En primer lugar, todas las cicatrices de acné que tenía por toda la cara habían desaparecido y su piel parecía a la de un bebé recién nacido. 

Para empezar, ya era un hombre guapo, pero su estructura ósea parecía haber cambiado un poco, lo que le hacía aún más guapo que antes. 

Por supuesto, este cambio era tan sutil que había que mirarlo muy de cerca para notarlo. 

“¿Quizás su yo más joven era así de guapo?” 

“Quién sabe. De todos modos, voy a enviar la paloma ahora.” 

“Okay.” 


Parte 2

De repente, la habitación se quedó en silencio. 

Siwoo, aún tendido en la cama, abrió los ojos y se tocó suavemente la frente palpitante. 

“¿Me estoy... muriendo...?” 

En cuanto abrió los ojos e hizo un pequeño movimiento, dejó escapar una voz que parecía el jadeo de alguien al borde de la muerte. 

Su resaca era más dolorosa que cuando Ea le atravesó el cerebro. 

Podía sentir su garganta reseca y el dolor de cabeza que palpitaba como una gran campana sonando en su cabeza. 

“¿Dónde... estoy...?” 

Lo último que recordaba era cuando pidió la segunda botella de whisky en el Bar Ballena Blanca y el dueño sacó el corcho. 

Después de eso, todo estaba en blanco. No sabía qué había pasado después ni cómo había acabado aquí. 

Siwoo entrecerró los ojos y miró alrededor de la habitación poco iluminada. 

Por la cama y la disposición familiar de la habitación, dedujo que este lugar era la villa de las gemelas en Ciudad Tarot. 

Cuando intentó levantar el cuerpo, sintió un peso en ambos brazos. 

A su izquierda estaba Odile y a su derecha Odette. 

“...Zz...” 

“...Hmnya...” 

Las gemelas, vestidas con pijama, utilizaban sus brazos como improvisadas almohadas, durmiendo acurrucadas. 

Bueno, no llevaban exactamente pijama. Más bien eran vestidos sueltos de una sola pieza conocidos como calzones. 

Para ser más exactos, eran la ropa interior que siempre habían llevado debajo de la ropa. 

“¿Huh?” 

¿La cagué? 

Sintiendo un ligero pánico, observó cautelosamente su entorno. Incluso cuando hizo ese ligero movimiento, su cabeza empezó a palpitar violentamente. 

Tras observar más detenidamente, se dio cuenta de que las ropas de las gemelas no parecían tan desaliñadas como esperaba. Sólo estaban un poco alborotadas por los movimientos que hacían mientras dormían. 

Imagínate que la hubiera cagado de verdad, pasando una noche apasionada con ellas antes de desmayarme y perder todo recuerdo de ello... Bueno, no es como si no hubiera hecho algo así antes... 

“Phew...” 

La sorpresa que se llevó nada más despertarse lo dejó algo confuso. 

Entonces, sintió una punzada de dolor en el corazón. 

¿Qué estará haciendo Amelia ahora mismo? Ese pensamiento cruzó su mente. 

Lo ignoró con fuerza, antes de retirar los brazos con cuidado para que sus movimientos no molestaran a las gemelas dormidas. 

Antes que nada, necesitaba un poco de agua. 

De lo contrario, sentía que iba a vomitar. 

Siwoo abrió torpemente la puerta y bajó las oscuras escaleras. 

  En ese momento, su estómago se revolvió incómodamente, tal vez debido a la repentina sacudida de movimiento que hizo. 

“¡U-Ugh... Uegh...!” 

Se agarró con fuerza a la barandilla mientras vomitaba. 

Pensamientos como que no debería vomitar aquí ni siquiera se le pasaron por la cabeza debido a lo repentino que fue todo. 

Entonces, cuando sintió que había vomitado todo... 

“¿Huh...?” 

Ah, mierda. Maldijo en silencio. 

Para su sorpresa, sólo unas gotitas de saliva y ácido estomacal estaban esparcidas por el suelo. 

No sabía cuánto tiempo llevaba acostado, pero no podían haber pasado más de unas horas para que su estómago terminara de digerir lo que había estado comiendo. 

“Ugh...” 

Entonces, se limpió bruscamente la saliva que le colgaba de la comisura de los labios. 

En circunstancias normales, esto no le molestaría mucho, pero en este momento era diferente. 

Sentía la cabeza caliente, pero el aire de la noche se le pegaba a la piel, helándole hasta los huesos. 

Siwoo se dirigió a la cocina con paso inseguro, cogió una botella de agua con tres rodajas de limón y se la bebió de un trago. 

La sensación relajante le hizo sentir como si el agua se hubiera llevado el persistente olor a alcohol mientras fluía por su estómago. 

El agua le goteaba por la barbilla, humedeciéndole la ropa, pero no le prestó atención y se bebió casi la mitad de la botella de un trago. 

“Uf... Por fin puedo respirar...” 

Se quedó allí de pie mientras sostenía la botella de agua durante un rato, su mente estaba nublada. 

Había tantas cosas en las que tenía que pensar, pero no sabía por dónde empezar. 

La única sensación que tenía en ese momento era una opresión en el pecho, como si algo le hubiera impedido bombear sangre. 

Al final, decidió no pensar en nada y dejar las cosas como estaban. 

“Uh...” 

Algo goteó de sus ojos. 

No sabía por qué de repente se sentía triste o por qué sus lágrimas de repente corrían por su rostro. 

O por qué sentía como si su corazón se hubiera hecho añicos. 

“¿Sr. Asistente?” 

Justo cuando estaba a punto de dejar la botella de agua... 

Una voz somnolienta resonó desde atrás. 

Miró hacia atrás y vio a Odile frotándose los ojos mientras reprimía un bostezo. 

“Me asustaste, por qué desapareciste de repente... *hoaahm...*” 

Pero, su esfuerzo resultó inútil ya que dejó escapar un bostezo de todos modos. Instintivamente se llevó la mano a la boca, levantando sutilmente el vestido de una sola pieza que llevaba, mostrando momentáneamente su pequeño ombligo. 

“Sra. Odile...” 

“¿Parece que recuperaste la memoria por completo?” 

“... Sí.” 

En contraste con las gemelas que estaban encantadas de verlo, su respuesta carecía de entusiasmo. 

Pero Odile no podía hacer nada al respecto. 

Probablemente aún no se le ha pasado la borrachera. O quizá aún tenga sueño. 

Odile estaba cerca de la ventana de la sala de estar, bañada por la luz de la luna, mientras que Siwoo estaba dentro del comedor poco iluminado. Como resultado, Odile no podía verle la cara. 

“¿Puedes traerme agua? Tengo sed.” 

Odile se acercó a Siwoo mientras arrastraba sus pantuflas. Cuando extendió los brazos, se sobresaltó. 

El motivo fueron las lágrimas que caían por los ojos de Siwoo y lo miró con ojos preocupados. 

“¿Q-Qué pasa? ¿Te duele algo?” 

Rápidamente, Siwoo se secó los ojos con la manga. 

No quería mostrarle su desagradable apariencia de ahora. 

“No, estoy bien.” 

“¿Estás seguro?” 

“¿Vine aquí por mi cuenta? No hice nada grosero, ¿verdad?” 

Intentó deliberadamente cambiar el tema de la conversación. 

Odile, todavía preocupada, asintió suavemente. 

“Aparte de irrumpir de repente y acostarte en una posición extraña, no hiciste nada grosero.” 

“Ya veo. Lo siento.” 

“¿Por qué te disculpas? ¿Ya lo olvidaste? Usted es el benefactor que nos ha salvado la vida dos veces, Sr. Asistente. Mientras no incendies este lugar— no, no me molestaría aunque lo hicieras.” 

Odile le dio unos golpecitos suaves en el brazo mientras le consolaba con el tono más tranquilizador que podía emitir. 

“No haré algo así.” 

Siwoo dejó escapar una risita débil. 

Quizá se debiera a la naturaleza juguetona de Odile, pero se sentía mucho mejor que cuando había estado solo y aturdido. 

“De todos modos, ¿dijiste que querías agua?” 

“Sí.” 

Siwoo sirvió agua en un vaso colocado junto a la estantería y se la dio a Odile. 

Ella cogió el vaso y se bebió el contenido de un trago. 

“¡Ah! ¡Qué refrescante!” 

Aunque una bruja como ella no necesitaba beber agua, sentía la garganta anormalmente seca, quizá por el fuerte olor a alcohol que desprendía Siwoo. Por no hablar de que había usado su brazo como almohada improvisada y se había quedado dormida no hacía mucho. 

Después de dejar el vaso, Odile llamó a Siwoo, que seguía aturdido. 

“Um, ¿Sr. Asistente?” 

Su llamada hizo que Siwoo girara la mirada hacia ella. 

Hacía un rato, su mirada parecía tan distante, a pesar de que ella estaba justo enfrente. 

Pero en este momento, Odile podía sentir que le estaba prestando toda su atención. 

“¿Sí?” 

Odile, de pie inclinada bajo la tenue luz de la luna, sujetaba con fuerza el dobladillo de su vestido mientras le acariciaba el cabello. 

Tras una breve vacilación, apretó los labios. 

“No voy a entrometerme. Pero, si estás pasando un momento difícil, puedes pedirme ayuda.” 

Ella lo miró brevemente antes de desviar la mirada y continuar con sus palabras. 

“Estoy de su lado, Sr. Asistente.” 

En cuanto oyó aquellas tiernas palabras, sintió como si la muleta en la que se apoyaba se hubiera desmoronado. 

Como si se hubiera liberado un corcho de su mente. 

Una oleada de emoción le embargó. 

Sin darse cuenta, tiró de Odile, que estaba frente a él, y la abrazó con fuerza. 

Su cuerpo menudo y suave se estrechaba entre sus brazos. 

“¡Eek!” 

En respuesta, Odile dejó escapar un sonido de sobresalto. 

“¡S-Sr. Asistente...! ¡Me sorprendiste!” 

Al principio, sólo se sintió sorprendida cuando Siwoo hizo eso de repente, pero pronto se dio cuenta de que a él le temblaban los hombros. 

Estaba llorando. 

El calor que emanaba de su cuerpo provocó una sensación de pérdida que fue pintada vívidamente por las olas de emociones. 

En ese momento, todo lo que Siwoo quería era alguien a quien aferrarse. 

Al poco tiempo, los hombros de Odile estaban mojados debido a las lágrimas. 

Al ver esto, ella acarició suavemente la cabeza temblorosa de Siwoo. 

“Está bien... No me iré a ninguna parte... Estoy aquí contigo, Sr. Asistente...” 

Ella le dio unas palmaditas en la espalda mientras le abrazaba la cabeza. 

La chica podía sentir cómo se le humedecían la nariz y los ojos, pero no soltó a Siwoo de su abrazo hasta que finalmente este se calmó. 


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