City of Witches capítulo 34
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City of Witches capítulo 34 en español
Ciudad Ars Magna III
Parte 1
Flora puso cara de extrañeza cuando oyó
que Amelia le pedía que hiciera un traje a un hombre.
“Sabes dónde estás, ¿verdad? Este es un
lugar donde hacemos hermosos vestidos para brujas.”
“He oído que cuando se trata de
confeccionar ropa, este lugar de Gehenna es insuperable.”
Flora dio una calada a su pipa mientras
se preguntaba por qué Amelia había traído a un esclavo a este lugar que era
utilizado por brujas para hacer hermosos vestidos, a pesar que parecía ser
consciente de eso.
Desde la perspectiva de Siwoo, Flora tenía
la expresión que tendría el dueño de una frutería si le pidieran una caballa
salada.
“Le agradezco el cumplido, pero no me
entusiasma mucho hacer un traje para un hombre, sin embargo, me gusta la idea
de hacer un hermoso vestido para una mujer.”
Flora no rechazó de plano la petición de
Amelia, probablemente debido al hecho de que ésta era baronesa.
Siwoo se inquietó al notar su falta de
deseo de hacer un traje para un esclavo.
“Pagaré el traje.”
“El dinero no es el problema. No haré un
traje si no estoy motivada.”
Al oír las palabras de Flora, Amelia sacó
un frasquito de perfume de su manga.
El frasquito, de
15 ml, estaba lleno de un encantador líquido morado. Dado el tamaño del frasco,
era más apropiado referirse a él como una “ampolla” que como un frasco de
perfume.
Flora, que se
había cruzado de brazos con una expresión de desgano en el rostro, giró la
mirada hacia el perfume que Amelia sacó y lo sostuvo en la mano.
“¿Es el 'Perfume
de la Fatiga'?”
“Sí, te daré dos
de estos perfumes a cambio de que hagas un traje para él.”
“¿Dos de ellos?”
La actitud tibia
de Flora dio un giro de 180 grados al coger el frasco de la mano de Amelia con
una amplia sonrisa en el rostro.
Al igual que los
vestidos a medida de Flora eran una sensación entre las brujas, el perfume de
Amelia también lo era.
Como a Amelia no
le interesaba ganar dinero, la cantidad de perfume que producía era
extremadamente pequeña en comparación con la demanda, lo que aumentaba aún más
su valor.
Por eso, se decía
que el perfume que fabricaba era tan popular que se agotaba rápidamente en el
Salón del Tejado Rojo a pesar de ser un artículo muy caro.
Siwoo recordó
haber oído decir a su amigo Takasho que Sophia fue quien recibió y distribuyó
el perfume de Amelia.
Siwoo vio a Flora
aceptar extasiada el perfume de Amelia, así que quizá Takasho tenía razón sobre
su popularidad.
“Bueno, esto es
suficiente para motivarme para hacerle un traje. Ya que necesito primero
medirle la talla, ¿por qué no vienes aquí?”
Viendo lo
encantada que estaba Flora, parecía como si quisiera ponerse a trabajar de
inmediato.
Entonces, un
hombre salió, levantando la cortina adornada con la bandera de la sastrería que
colgaba en la esquina.
“Oh, ¿es un
cliente?”
Salió un hombre
rubio, alto y guapo, parecía tener el mismo carisma que tendría el capitán de
un equipo de fútbol americano de instituto.
“Jake, te dije
que esperaras adentro.”
“Estaba
durmiendo, pero cuando me desperté me sobresalté al ver que mi amada no estaba
a mi lado, ¿tú no habrías reaccionado de manera similar?”
“Eres tan lindo.”
La voz del hombre
era grave y parecía que hablaba con un toque de narcisismo. Se acercó a Flora,
aún en jeans, y le rodeó la cintura con los brazos.
Sorprendentemente,
permaneció en esa postura mientras se presentaba.
“Hola, soy Jake
Robert.”
Tras inclinar la
cabeza para saludar a Amelia, empezó a besar a Flora.
Flora aceptó
encantada su lengua.
Un hombre y una
bruja empezaron a besarse apasionadamente al estilo americano delante de Amelia
y Siwoo.
“Splash...
splop.”
“Slurp, slurp,
slurp.”
Siwoo se quedó
atónito ante el repentino cambio de ambiente.
Siwoo se sintió
avergonzado y se preguntó si era apropiado que actuaran así delante de los
clientes.
Sin embargo, eso
no era lo más sorprendente.
La relación de
Flora y Jake parecía muy natural.
Siwoo tuvo este
pensamiento porque, a juzgar por lo unidos que estaban, la relación de Flora y
Jake no era similar a la de una bruja y su esclavo.
Además de poder
hablar cómodamente, Flora tenía una actitud relajada sobre cómo Jake la trataba.
Eran una pareja
que alardeaba descaradamente del amor que sentían el uno por el otro.
Es decir, a pesar
que uno era esclavo y la otra su ama, tenían una relación de igual a igual.
Eso es lo que se
veía.
Siwoo se sintió
avergonzado por alguna razón, así que miró a Amelia para ver su reacción.
“¡......!”
Cuando Amelia vio
lo que estaba pasando delante de ella, la forma de sus cejas indicaba que
estaba asombrada en un 75%.
Tenía los ojos
muy abiertos por la sorpresa y sus largas pestañas temblaban.
Parecía que
estaba a punto de abrir la boca.
Flora envolvió su
lengua con la de Jake mientras sus labios se superponían.
Cuando separaron
los labios y se apartaron lentamente, un largo hilo de salvia conectó las puntas
de sus lenguas.
“Phew, ¿no
hace demasiado calor? Espérame dentro tranquilamente.”
“Qué dama tan
encantadora eres... Bien, entonces ven rápido, cariño.”
Flora le dio una
palmada en las nalgas a Jake después del beso, y Jake lanzó una frase sucia antes
de marcharse.
Amelia se frotó
los ojos para comprobar si algo andaba mal con ellos.
Pero cuando
Amelia vio a lo lejos a Jake regresando a la habitación —detrás de la cortina
con banderas adornadas— tuvo la certeza de que lo que había presenciado era la
realidad.
“Él es guapo,
¿verdad? No te lo daré incluso si te quedas mirándole así.”
Flora sonrió
ligeramente al notar que Amelia miraba fijamente a Jake.
La curiosidad de
Amelia se apoderó de ella e hizo una pregunta que iba en contra de su buen juicio.
“¿Ese hombre es
un esclavo?”
“Aunque es un
esclavo, también es mi novio.”
¿Su novio? Sin
embargo, ¿no era sólo un esclavo?
Amelia estaba
totalmente desconcertada.
A pesar de
haberlo visto con sus propios ojos, seguía siendo incapaz de comprender la
relación entre esa bruja y su esclavo.
¿Cómo podía una
bruja tener una relación romántica con un esclavo?
“¿No es lindo? Lo
recogí de un orfanato cuando tenía siete años y lo crie. A pesar de lo bien que
ha crecido, a mis ojos sigue siendo un niño.”
Amelia era
consciente de que algunas brujas mantenían relaciones físicas con sus esclavos,
pero aun así, Amelia lo despreciaba porque le parecía muy poco adecuado para
una bruja.
Ella creía que
una bruja estaba predestinada a seguir el camino de la hechicería. Las
relaciones con hombres sólo obstaculizarían el camino de una bruja hacia el
dominio de su brujería.
A Amelia le parecía una pérdida de tiempo
salir con hombres y quedarse de brazos cruzados sin hacer ninguna investigación
mágica.
Además, Flora y
Jake parecían ser una pareja de verdad al ser sinceros sobre su relación...
“Esto es un poco raro.”
“En ese caso, tampoco será fácil por tu
parte. Viniste hasta la sastrería para vestir a tu amado esclavo con ropa fina.”
“No es así.”
Amelia replicó enfadada cuando Flora la
confundió en una relación con Siwoo, pero a Flora no pareció importarle.
“De todas formas, el Cariño nos está
esperando, así que no perdamos más tiempo.”
“Ya dije que no es así.”
“Bien, ¿por qué te enfadas tanto?”
Flora caminó con gracia y confianza
guiando a Siwoo mientras llevaba unos tacones tan afilados como cuchillas.
Parte 2
Siwoo entró en la habitación de la sastra.
Amelia prefirió quedarse en el vestíbulo
con una mirada hosca en su rostro.
En contraste con el orden y la pulcritud
del vestíbulo, la sala de corte estaba abarrotada de diversos adornos, joyas y
maniquíes, lo que le daba un aspecto descuidado.
“¿Podría ponerse con los brazos
extendidos en ese taburete de ahí? Tengo que tomarle las medidas.”
“De acuerdo.”
Siwoo estaba de pie allí, aturdido,
cuando Flora le habló y señaló el reposapiés.
Flora sacó una cinta métrica y empezó a
medir la cintura de Siwoo.
Flora estaba tomando medidas de la
longitud del pecho, la cintura y el brazo de Siwoo con sus hábiles movimientos
de mano.
Posiblemente por aburrimiento, Flora
empezó a hablar con Siwoo, rompiendo el silencio.
“Vaya, ¿no estás sirviendo a una bruja
encantadora? Su predecesora Marigold, era un poco más madura.”
“Bueno, um...”
“Siéntete libre de hablarme casualmente.
Ahora eres un cliente, ¿no?”
Flora era una bruja de ambiente
agradable. Siwoo ya lo había notado en sus interacciones con su esclavo.
Siwoo vio que Flora admitía con orgullo
que mantenía una relación con un esclavo, y no sintió que ella lo menospreciara
en comparación con otras brujas. Quizás era apropiado sentirse a gusto con
ella.
Siwoo también pudo relajarse un poco
porque se sentía tratado como un ser humano.
“Entonces, ¿puedo preguntarle qué tipo de
perfume ha recibido de la Srta. Amelia?”
“Oh, ¿el Perfume de la Fatiga?”
Flora sacó el perfume que acababa de
recibir.
“Cuando huelas este perfume, te sentirás
extremadamente cansado. Tu cuerpo se pone rígido como si hubieras trabajado
demasiado, tus párpados se vuelven pesados, y si intentas mantenerte despierto,
te dolerá la cabeza.”
“Ya veo.”
“Extraño,
¿verdad?”
Esto sí que le parecía extraño a Siwoo.
No era una droga para aliviar la fatiga;
más bien, era una droga que causaba fatiga. Siwoo, que había estado
experimentando la falta de sueño durante un tiempo, no lo necesitaba.
“Las brujas no necesitan dormir, ¿verdad?
Quizá por eso es tan difícil dormir bien. Una bruja nunca volverá a sentir esa
sensación refrescante después de un duro día de trabajo. ¿Puedes tomar un
respiro? Uno grande.”
—Huff
Continuó hablando mientras volvía a medir
el pecho de Siwoo después de que éste hubiera inspirado.
“Sólo oler este perfume me transporta a
aquellos días. ¿Debería llamarlo perfume nostálgico?”
“¿No puedes usar somníferos u otra magia?”
“Puedo dormir, pero es artificial. Lo
importante es que sea natural.”
“Ya veo.”
Aunque Siwoo no
entendía del todo lo que se sentía al ser una bruja como Flora, había muchas
cosas que las brujas no entendían pero que aun así conseguían llevar a cabo.
“He tomado todas las medidas que
necesito. No te importará que adorne tu traje a mi antojo, ¿verdad?”
“Por supuesto, haz lo que creas
conveniente.”
Como Siwoo no sabía mucho de trajes,
decidió que era mejor dejarlo en manos de un profesional en una situación como
ésta.
“Tienes una hermosa cintura delgada, creo
que un estilo italiano te quedaría bien. Quita los patrones aquí, añade arrugas
al final de los hombros, usa un estilo de bolsillo Labarca y abotona al estilo
Strafatto. Parece que las hombreras son innecesarias... ¿No sería mejor
mantenerlo informal prescindiendo del cinturón? Hacer la solapa un poco más
ancha hará que las piernas parezcan más largas. Lo prefiero sin puños, ¡GENIAL!”
Flora hablaba
consigo misma sobre cómo estilizar el traje y esas cosas, pero Siwoo no tenía
ni idea de lo que estaba hablando.
De repente, la tela que trajo Flora
empezó a flotar en el aire, y docenas de agujas, tijeras e hilos empezaron a
acolchar la tela en todas direcciones.
Flora confeccionó hábilmente el traje
incluso más rápido que algunas fábricas, que utilizaban métodos eficientes y
también atajos para acelerar la producción.
La sincronización era tan impecable que a
Siwoo le resultaba imposible seguir el ritmo.
“Es genial, ¿verdad?”
Flora soltó una risita cuando Siwoo, que
observaba inexpresivo el procedimiento de confección del traje, exclamó lo
hábilmente que estaba empleando sus habilidades para completar el traje.
“Si llevas más de 400 años confeccionando
ropa, como mínimo deberías ser capaz de hacer esto.”
“¡¿400 años?!”
Aunque la vida de una bruja era infinita,
la marca solía pasar a una sucesora después de unos 100 años, o 200 como
máximo.
Al llegar a cierto punto, no podían utilizar
sus habilidades para avanzar en sus investigaciones porque se quedaban
estancadas a un cierto punto, y finalmente perdían toda motivación para llevar
a cabo investigaciones mágicas que les permitieran avanzar en su rango como
brujas.
“Soy un poco vieja, ¿no? Disfruto más
confeccionando ropa que haciendo magia. Pido disculpas a mi predecesora, pero
¿qué debo hacer? Fue su error elegir a una bruja egoísta como aprendiz.”
Flora terminó el traje en menos de un
minuto mientras reía sarcásticamente.
Aunque el traje se hiciera en una
fábrica, seguiría llevando más tiempo que la sastrería de Flora.
“Intenta ponerte el traje.”
El traje se completó en un maniquí vacío
en un abrir y cerrar de ojos.
Siwoo se puso el traje y se miró en el
espejo, sorprendido por su nuevo aspecto.
El cuerpo de Siwoo se adaptaba
perfectamente al traje, confeccionado con un tejido azul marino oscuro por la
mejor sastra de Gehenna.
Era obvio que Flora lo había
confeccionado midiendo sólo su talla, y sin embargo no le producía ninguna
molestia ni incomodidad al mover o doblar el cuerpo.
Pero lo más importante era el aspecto del
traje.
El traje era el epítome de la perfección
en todos los aspectos posibles, incluso si Siwoo saliera al mundo con él
puesto, dejaría a todo el mundo preguntándose si había sido confeccionado para
que le quedara tan impecablemente.
Siwoo sólo llevaba ropa de trabajo raída
todos los días, así que cuando se ponía un traje tan fino, se veía extrañamente
diferente y encantador en el espejo.
“Es por eso que la ropa se llama alas.”
“Salió bien, ¿verdad?”
Flora se rio con ganas, como si ya
supiera que a Siwoo —que parecía satisfecho al mirarse en el espejo— le
gustaría el traje.
“¿Has usado muchos trajes?”
“No, y hace tiempo que no lo hago...”
“Se supone que no debes cerrar el botón
de abajo. También la corbata, ven aquí.”
Flora desabrochó la corbata que Siwoo
había atado torpemente y la volvió a atar bien.
Al mismo tiempo, Flora volvió a mirar
atentamente la línea del cuerpo de Siwoo.
“No está mal, ya que Jake y tú tienen la
misma talla de zapatos, te daré un par de zapatos de Jake.”
“Ah, estoy muy agradecido.”
“Si estás agradecida, deberías
expresárselo a la bruja de fuera.”
Flora se tapó la boca con una sonrisa.
Siwoo no pudo evitar pensar que tener a
Flora como ama no sólo le habría hecho la vida mucho más fácil, sino también
más feliz.
No estaba contento por el hecho de tener
que convertirse en el esclavo exclusivo de Amelia.
A pesar de no ser
del todo sincero, no se puede negar la gratitud que Siwoo sentía hacia Amelia,
que le había vestido con un traje tan fantástico.
Ella le había atormentado durante cinco
años, por lo que recibir semejante regalo le hacía sentirse incómodo.
“Qué desastre, vamos a arreglarte un poco
el cabello y la barba.”
Siwoo se limpió el rostro y se aplicó
aceite de pomada en la cabeza mientras Flora recitaba el conjuro mágico.
Siwoo estaba perfectamente vestido frente
al espejo.
Aunque el peinado podía parecer un poco
excesivo, la decoloración de su cabello y la pomada estaban tan cuidadas y
limpias que daban la impresión de haber sido hechas en una barbería, y
combinaban perfectamente con el nuevo atuendo de Siwoo.
Con este aspecto, Siwoo quedaría descalificado
al instante en cualquier entrevista de pequeñas o medianas empresas.
Daría al entrevistador la impresión de
que Siwoo era 'Un punk con una cuchara de oro en la boca, por lo que le
resultaría difícil adaptarse a la vida social'.
“Estos zapatos te quedan fantásticos. Como un hombre rico, ahora es el momento de presumir.”
Flora empujó la espalda de Siwoo mientras atravesaba la cortina y entraba en el vestíbulo donde Amelia esperaba pacientemente.