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Failure Frame Vol. 1 capítulo 1

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 Failure Frame volumen 1 capítulo 1 en español


Esperaaa...!!
Failure Frame: I Became the Strongest and Annihilated Everything with Low-Level Spells

 La Diosa y la Invocación


“¡¿TRATAS DE DECIRME que estamos en otro mundo?! ¡¿Qué demonios?!”

La voz de Oyamada resonó en la oscura habitación tallada en piedra, que era suficientemente grande como para albergar a toda la clase 2-C.

Cuando abrí los ojos por primera vez, me encontraba aquí con toda mi clase, en una habitación decorada con lo que parecían antigüedades, o quizá accesorios de alguna película de fantasía medieval. Los nichos[1] de las paredes albergaban lámparas que iluminaban la estancia de piedra con un cálido resplandor.

“¡Todos ustedes han sido elegidos!”, se oyó una voz.

“¡¿Huh?! ¡Más vale que me digas qué está pasando, ahora mismo!”, exigió Oyamada, prácticamente echando espuma por la boca.

Delante de él había una mujer con una diadema, a quien no parecía importarle en absoluto su arrebato.

Definitivamente tiene agallas.

La mujer tenía la piel suave y el cabello gris claro, y sus ojos— ¿eran dorados? ¿Quizá lentes de contacto a color? Pero mis ojos se posaron sobre todo en sus prendas, pulcras, inmaculadas... y escasamente presentes. Llevaba una túnica apenas vistiéndola, casi como una Diosa occidental que verías en un cuadro... o tal vez si aquella Diosa hubiera sido dibujada por un artista de personajes de un estudio de anime.

“Por supuesto, déjame explicarte. Después de todo, soy yo quien te ha invocado aquí”, dijo ella. “Soy la Diosa Vicius.”

Un momento— ¿una Diosa?

Algunos de los chicos comenzaron a susurrar frenéticamente.

“Whoa, así que esto es, como, una de esas historias isekai?”

“¡Totalmente!”

“Vamos, esto es un sueño, amigo.”

“Entonces, ¿cómo es que todos estamos teniendo el mismo sueño?”

“Es demasiado realista como para ser eso.”

Así que... es el típico tropo en el que toda la clase es invocada, ¿huh?

“¡¿Por qué no me trajeron aquí solo?!”

“Ugh, te entiendo.”

“Sí, ella no me eligió a , simplemente tomó a todo el autobús. Esto apesta.”

Había oído hablar de libros y anime como ese: historias isekai, en donde personas normales son teletransportadas a —o incluso renacen en— un mundo de fantasía.

Al menos en esta, no terminamos todos como bebés...

Algunas de las chicas entraron en pánico.

“¡¿Dónde demonios estamos?! ¡No entiendo qué está pasando!”

“Estábamos, como que, en un autobús, ¿verdad?”

“¡¿Estamos muertas?! ¡¿Soy un malditl fantasma en este momento?!”

“¡Muy bien, me atrapaste! ¿Dónde está la cámara?

“¡¿Huh?! ¡Mi teléfono, no se enciende!”

“¿Dónde están mis cosas? ¡No puedes esperar que vaya sin mi maquillaje y mi ropa!”

Supongo que debería seguir la corriente por ahora. Si esto es un sueño, eventualmente me despertaré.

“...”

Levanté la mano y me toqué el rostro, luego me pellizqué la mejilla, con fuerza.

Ouch.

Supongo que no es un sueño... pero el momento en que todo esto sucedió me vino muy bien. Parece que todo el mundo ya olvidó lo que pasó en el autobús.

Miré a mi alrededor. Unas pocas docenas de hombres vestidos como guardias de RPG se colocaron a nuestro alrededor en círculo, armados con espadas y lanzas.

Es inútil resistirse, entonces...

Toda la clase estaba desarmada, por supuesto. Incluso con la destreza atlética de Kirihara, la fuerza muscular de Oyamada, las artes marciales de Sogou y las misteriosas habilidades de lucha que se rumoreaba que tenían las Hermanas Takao, sería un suicidio intentar abrumar a los guardias armados. Tampoco había forma que nuestro profesor Zakurogi intentara hacer algo — la única persona con la que se podía contar para un arrebato era Oyamada.

Zakurogi tomó la palabra.

“No entiendo lo que está pasando aquí”, proclamó, con una voz que intentaba ponernos a todos de acuerdo, “¡pero está claro que deberíamos escuchar lo que esta Diosa tiene que decir!” Su intento de liderazgo se vio socavado por la forma en que no dejaba de robar miradas al pecho de la Diosa — incluso en otro mundo, Zakurogi seguía siendo el mismo tipo.

“Gracias, Sensei”, dijo la Diosa con una sonrisa pulcra. “Si están todos preparados, permítanme que les explique.”

Y empezó a tejer una historia sacada de una novela de fantasía. Aparentemente, había un ser maligno —llamado “el Rey Demonio” o algo así— que había resucitado recientemente. Cada vez que eso ocurría, el Reino de Alión invocaba a Héroes de “otro mundo” para ser “los elegidos” y encargarse de él. La última invocación fue hace 200 años, así que su existencia era más folclore que otra cosa.

Esta habilidad para invocar Héroes dio a Alión una reputación especial en todo el continente — ya que nadie sabía cuándo regresaría el Lord del Mal, por lo que había que estar en el lado bueno de Alión. Incluso más respetada que el Reino era la Diosa Vicius, fuente de esos Héroes invocados. Ni siquiera el Rey de Alión podía poner un dedo sobre los miembros del Culto de Vicius.

De todos los reunidos ante la Diosa, por supuesto Kirihara Takuto sintió que tenía derecho a hablar.

“Entonces, ¿quieres que derrotemos a ese Rey Demonio, supongo?”

“Eso es correcto”, fue la respuesta de la Diosa.

“Hunh. ¿Y si no lo hacemos?”

“Entonces es posible que nunca vuelvas a casa.”

“¿Hay una manera de volver?”

“La hay, pero sólo si derrotas al Rey Demonio.”

“¿Por qué?”, preguntó Kirihara sin rodeos.

La Diosa hizo una señal a uno de sus guardias, quien le entregó un collar negro azabache.

“Para enviarte de regreso, necesito la Esencia del Rey Demonio. Este, es un tipo muy especial de poder mágico.” Levantó dos dedos. “Sólo conocemos dos formas de obtenerlo. La primera, es obtenerla directamente de la fuente — el corazón del Rey Demonio. La segunda, es derrotar al Rey Demonio y recolectar la esencia en forma de cristal cuando muera, usando este collar. No puedo realizar la ceremonia para regresarte a tu mundo sin la esencia de alguna forma.”

“¡Me importa un carajo tu estúpido reino o tu Rey Demonio! ¡¿Qué es lo que me hizo, de todos modos?! ¡Al diablo con esto!”, gritó Oyamada. Claramente, conocer la historia completa no le había tranquilizado.

La Diosa se puso de rodillas ante él y a los demás.

“Héroes, se lo suplico humildemente. Por favor, salven este mundo”, suplicó ella.

“¿H-héroes? ¿Y-yo también soy un Héroe?” Oyamada parecía sorprendido. Tal vez fuera porque estaba acostumbrado a que las personas con autoridad le trataran como a un niño travieso, o simplemente porque le hacía sentir bien que una hermosa Diosa lo llamara Héroe, pero Oyamada se calmó al instante.

“Ustedes son nuestros salvadores — todos y cada uno de ustedes”, declaró ella.

“D-disculpe...” Sogou levantó la mano mientras hablaba. “¿Puedo preguntar una cosa?”

“Adelante.”

“Um... M-mi nombre es Sogou Ayaka”, dijo Sogou, bajando la cabeza.

“¡Oh! Qué educada eres, Sogou-san.”

“N-No, en absoluto.”

“Por favor, continúa. ¿Qué te gustaría preguntar?”

“C-como usted puede ver, todos somos seres humanos normales. Dudo que alguno de nosotros tenga experiencia en batalla.”

Sí... incluso las habilidades en artes marciales de Sogou probablemente no sirvan de mucho en una batalla real a muerte...

“Así que, bueno... usted sigue llamándonos Héroes y salvadores, pero... sinceramente no sé si seremos capaces de ayudarle en algo.”

“Eso no será un problema”, respondió la Diosa con total seguridad. “Todos ustedes tienen poderes especiales. Poderes que otros humanos no poseen.”

“Pero...”, tartamudeó Sogou, “no los tenemos. ¿Qué es lo que no entiendo...?”

“Por supuesto que no crees que tienes poderes”, continuó con el mismo ritmo pausado. “No lo creías... hasta que te invoqué aquí.”

No sé cómo describirlo, pero... parece que ella sabe exactamente lo que va a decir Sogou antes de decirlo. Ella dijo que había invocado Héroes para salvar el mundo antes, ¿verdad? ¿Todos reaccionan así al principio? ¿Está acostumbrada a responder a estas mismas preguntas de la misma manera cada vez — incluso con las mismas palabras?

“¡¡No puedo soportarlo!!”, gritó Oyamada. “Es imposible que esto sea realmente otro mundo. ¡¿Nos estás grabando ahora mismo, verdad?! ¡Ni siquiera es gracioso! ¿Quién escribe estas cosas? ¡Los mataré!”

“Ve y tráelo.” Ignorando el arrebato de Oyamada, la Diosa volvió a hacer un gesto a sus guardias.

Al cabo de un tiempo, un hombre de aspecto harapiento fue escoltado hasta la sala. Tenía las manos atadas con cadenas y parecía inquieto, flanqueado por guardias a cada lado que le hacían avanzar con las puntas de sus lanzas.

“¿Qu-qué es eso?”, preguntó una de las chicas, señalando al otro lado de la sala a la figura con las manos temblorosas.

No era una persona.

Era un lobo de tres ojos.

Al menos, creo que es un lobo...

La criatura era enorme, con tres brillantes ojos dorados centelleantes y pelaje rojo vino. Llevaba un tosco collar sujeto a una pesada cadena, que estaba agarrada con fuerza por un guardia particularmente fornido.

“Este tipo de bestia no existe en tu mundo, ¿verdad?”, preguntó la Diosa.

“¡O-obviamente has pintado un lobo! ¡Vete a la mierda, eso es un disfraz o algo así! ¡Muérete de una vez!” Estaba claro que Oyamada había tomado una decisión.

La Diosa hizo otra señal.

“Grrr... ¡¡Grrrawrrr!!”

El hombre harapiento se estremeció al darse cuenta de lo que estaba a punto de suceder.

“¡¡No!! ¡D-deten—!”

El lobo de tres ojos saltó al ataque, con las garras destrozando a su presa.

“¡¡Aaaaaah—!!”

Una de las chicas gritó, y el estridente sonido resonó por toda la cámara de piedra.

“¡Urraaagh! ¡Guuh! Aaah—”

Los gritos del hombre cesaron bruscamente y se quedó inmóvil. El lobo empezó a alimentarse del cadáver, desgarrando la carne con los dientes.

Uno de los chicos vomitó.

Sin embargo, lo que ocurrió a continuación acabaría con todas nuestras dudas.

La Diosa estiró su brazo hacia el lobo y comenzó a hablar.

“¡Oh fuego sagrado exorcizador, en nombre de la Diosa Vicius cumple con tu deber y purga a este monstruo!”

Un círculo brillante se formó en el aire delante de su mano extendida.

“¡Bola de Fuego!”

En un instante, el lobo fue envuelto en fuego blanco. Luchó y se retorció mientras intentaba escapar, pero fue rápidamente consumido por el infierno y reducido a cenizas. El olor a carne quemada llenó la cámara.

Los chicos, que se habían reunido a un costado, comenzaron a murmurar entre ellos.

“E-eso fue magia real justo ahora, ¿no es así?”

“¿Quieres decir hechicería?”

“¿C-cuál es la diferencia...?”

“Así que estaba diciendo la verdad sobre lo del 'otro mundo', huh...”

“Ella sacó esa prueba rápido, oh hombre.”

“¡Eso fue increíble! Todavía estoy en shock...”

“¡Es un poco emocionante...!”

Fue extraño — no parecían tan disgustados. Actuaban como si fuera una forma divertida de sacudir su aburrida rutina diaria.

Por otro lado, algunas de las chicas habían comenzado a llorar. Otras se desplomaron al suelo, asustadas. La mayoría estaban en estado de shock.

“¿Qu-qué fue eso...?”

“Tiene que ser CG[2]. O un truco de luces, o algo así. ¿Verdad?”

“Urgh... ese olor a carne quemada... me siento enferma.”

“¡No...!”

“¡Yo... yo no puedo soportarlo más! Quiero ir a casa...”

Incluso Kirihara parecía sorprendido. No asustado, por supuesto, pero parecía genuinamente sorprendido por lo que había sucedido. Oyamada sólo parecía enojado, pero por una vez era por sí mismo. Se había estado aferrando a la idea que todo esto tenía que ser falso, pero se demostró inequívocamente que él estaba equivocado. El hecho de verse obligado a aceptar esta realidad lo puso furioso.

Sogou sudaba frío, claramente conmocionada, pero tratando desesperadamente de ocultarlo. Estaba consolando a una de las chicas que lloraba, haciendo gestos tranquilizadores sobre cómo todo iba a salir bien. Probablemente ella sentía que tenía que mantenerse fuerte como representante de la clase.

Incluso en un momento como este... Sogou es fuerte.

La hermana mayor de las Takao empezó a hablar con su gemela.

“Ya veo... así que este es realmente un mundo completamente diferente al nuestro. Tal vez pensar en él como un planeta diferente nos ayude a entender por el momento. Así que, tratando eso como una verdad, necesitamos considerar nuestro mejor curso de acción, Itsuki.”

“Eres tan serena en una situación como ésta... eres increíble, Aneki”, respondió Itsuki.

“Simplemente piensa que esto forma parte de tu entrenamiento mental. En lugar de perder el tiempo en el pesimismo y pánico, intentando negar la realidad que tenemos claramente ante nosotras, debemos aceptar esta situación y analizar las reglas de nuestro nuevo entorno para garantizar nuestra seguridad. No debemos dejar que nuestro pensamiento lógico se vea obstaculizado por la emoción o entorpecido por un sentimiento excesivo. En este momento, sólo debemos cargar con las emociones que sean absolutamente indispensables.”

“Yo... yo simplemente no puedo vencerte, Aneki. Nunca llegaré a tu nivel...”

“Sólo sigue entrenando duro, Itsuki. Puedes hacerlo.”

“Okay... haré lo que pueda, Aneki.”

Ellas actúan tan calmadas... como que, niveles extremos de calma. Aunque supongo que, para empezar, ellas son prácticamente de otro planeta.

Yasu parecía desconcertado, pero mirándolo más de cerca... había una leve sonrisa dibujándose en sus labios.

Me parece extraño...

La expresión de Zakurogi era más fácil de entender — tenía la mandíbula abierta como la estatua de la “Boca de la Verdad” en la que la gente mete las manos.

“Uh... ¡hagamos lo que la Diosa nos pide! No llegaremos a ninguna parte a menos que decidamos confiar en ella, ¡así que debemos asumir que todo lo que nos ha dicho es cierto!”, espetó Zakurogi, con terror en su voz ante la combustión espontánea que acababa de presenciar. Si hubiera tenido una forma de conseguir una gran bandera blanca, probablemente la estaría agitando frenéticamente.

El cadáver del hombre y las cenizas que una vez fueron el lobo, fueron barridos y llevados a otro lugar. Nos condujeron a un pedestal que nos llegaba hasta la cintura, con un cristal engastado en él, y nos ordenaron que pusiéramos las manos en él de uno en uno — una especie de prueba.

Hasta nuestros peores alborotadores seguían las órdenes en silencio. Cuando la Diosa se dispuso a llamarnos por nuestros números de clase, unos cuantos asistentes encapuchados se acercaron para ayudarla. La Diosa nos había mostrado en la cara el peligro que corríamos — yo, al menos, no tenía ningún deseo de resistirme a ella, y sólo podía suponer que el resto de la clase sentía lo mismo.

Me pregunto qué haría ella si yo lo hiciera. Tal vez me atacaría con ese hechizo de fuego... parece una persona que consigue lo que quiere por cualquier medio, y obviamente tiene el poder para respaldarlo.

El primero de la fila, Amakawa puso sus manos sobre el cristal. Al cabo de un momento, brilló con una luz azul, y un murmullo se elevó desde la galería. La Diosa sonrió y juntó las manos.

“Tienes potencial”, dijo ella.

Los encapuchados de otro mundo que rodeaban a la Diosa se esforzaron por inspeccionarnos, sus ojos brillaban a la luz del cristal mientras cada uno de nuestros compañeros tomaba su turno. Las pruebas continuaron de forma muy similar, hasta que llegó el turno de Oyamada.

Al tocar el cristal, brilló bajo sus manos de un rojo cegador — la luz más brillante hasta el momento.

¿Qué significan los colores?

“¡Qué luz tan fuerte!”, gritaron las figuras encapuchadas en señal de alabanza.

“¡Oh!”, exclamó alegremente la Diosa, “¡esto es absolutamente maravilloso!”

“Realmente no lo entiendo, pero... supongo que he superado la prueba, ¿huh? ¡Podría acostumbrarme a este trabajo de otro mundo! ¡Oyamada es material caliente por aquí! ¡Supongo que tendré que ser lo suficientemente héroe para todos ustedes!”

Oh Dios... ¿”material caliente”? Está actuando como un imbécil detestable, como siempre... pero no puedo culparle del todo. Esa roca brillante le acaba de decir que es el mejor. ¿Quién no estaría feliz de escuchar eso?

Oyamada se convirtió en rey por un día — durante unos treinta minutos. Entonces Kirihara puso sus manos sobre el cristal.

“¡I-imposible! ¡Esto no puede ser...! ¿Có-cómo...?”

Hubo un destello de luz dorada — las figuras encapuchadas retrocedieron de un salto, sorprendidos.

*¡Ka-Crack!*

El cristal se hizo añicos y cayó al suelo hecho pedazos.

“¡P-pensar que alguien pudo romper el cristal de medición!”, exclamó una de las figuras encapuchadas, secándose con emoción el sudor de la frente.

“Da igual. Así que estuvo bien, ¿no? No me sorprende”, respondió Kirihara inexpresivo.

La Diosa sonrió ampliamente y aplaudió.

“¡Esto es maravilloso, Kirihara-san! ¡Eres un Clase S, el rango del más alto nivel posible!”, declaró ella.

¿Clase S? Suena bastante importante.

“Pensé que esto era otro mundo - ¿todavía pones calificaciones de alfabeto aquí?”, preguntó Kirihara con recelo.

“He utilizado términos con los que estás familiarizado para facilitarte la comprensión”, respondió ella.

“Hmm. ¿Por qué la Clase S es la más alta?”

“La 'S' significa 'Especial', por supuesto”.

Kirihara se rascó la cabeza.

“Hunh. Cierto... Aunque no es que hubiera hecho algo especial para conseguirlo. Simplemente toqué el cristal, como todo lo demás.”

El círculo de fans de Kirihara lo miró con aún más admiración.

“¡Es tan genial! ¡Sabía que obtendría el mejor rango!”

“¡Takuto-kun sigue siendo alguien especial en un mundo completamente diferente~!

“¡Él es tan maravilloso!”

“¡Protégeme, Takuto-kun!”

Kirihara dejó escapar un suspiro exasperado.

“Romper un cristal no me hace especial... es algo que solo pasó, ¿sí?”

Oyamada se acercó sigilosamente a la Diosa.

“¡¿Qu-qué clase soy, entonces?! Soy algo especial, ¿verdad?”

“Eres un Clase A, Oyamada-san.”

“¡¿Y qué hay por encima de la A?!”

“Eso sería Clase S.”

“A un paso de la cima...”, dijo apretando los dientes. “Aw hombre, parece que no puedo estar a la altura de Takuto...”

La Diosa hizo una señal para que trajeran otro cristal, y los fragmentos del viejo fueron barridos.

Las mediciones continuaron.

“¡N-no es posible—! Esto es—”

Otra oleada de incredulidad recorrió las figuras encapuchadas cuando llegó el turno de Sogou Ayaka. Su luz emitió un brillante destello plateado, y...

*¡BOOM!*

El orbe se hizo añicos, lanzando una nube de polvo fino en todas las direcciones.

*Cof, cof—* ¡¿O-otra vez el cristal?! Nunca había visto una reacción así, Diosa”, balbuceó una de las figuras encapuchadas.

La Diosa volvió a sonreír y se quitó elegantemente el polvo de su rostro.

“Dos héroes de la Clase S en un mismo grupo... esto es realmente extraordinario.”

Sogou y Kirihara tienen el mismo índice de poder, entonces... Realmente son los protagonistas del 2-C.

Tras un cristal de repuesto, las mediciones volvieron a estar en marcha. Las siguientes sorpresas fueron las Hermanas Takao, aunque en realidad no fueron tan sorprendentes, supongo. La luz de Itsuki brillaba de color amarillo, mucho más que la de todas las estudiantes que la precedían. Pude ver cómo aumentaba la emoción de la Diosa.

“Otra clase A— ¡Y ya van dos! ¡Asombroso, de verdad! Dos héroes de clase S y dos de clase A... ¡este grupo ya tiene el mayor potencial que jamás he visto!”

A continuación, Takao Hijiri puso las manos sobre el cristal, esparciendo una luz blanca que iluminó toda la sala con su resplandor durante un largo momento antes de desvanecerse.

“E-esto es increíble...”, dijo la Diosa con los ojos muy abiertos, temblando de emoción como si fuera gelatina en un terremoto. “¡T-tres héroes de clase S...! ¡Normalmente tenemos suerte si conseguimos al menos uno! ¡Estos son los mejores resultados que haya visto jamás!” Con lágrimas en los ojos, extendió los brazos en éxtasis, inflando su amplio pecho en señal de triunfo.

Así que supongo que es propensa a sobreactuar.

“Bueno, entonces, ¡continuemos! El siguiente, por favor”, gritó con otro elaborado gesto de barrido.

Después de Takao, todos los resultados fueron promedio durante un rato, y las respuestas de los espectadores fueron mucho menos entusiastas.

Finalmente, llegó mi turno — Mimori Touka.

Me puse delante del cristal, nervioso, sintiéndome examinado y sondeado. Deslicé las manos sobre la superficie del orbe.

Tragué saliva.

Bajo mis manos, una tenue luz se alzaba en el interior del cristal. Era suave — incluso débil. De color púrpura.

Dorado, plateado, negro, blanco... eran colores que yo consideraba que tenían un significado especial.

Púrpura, huh...

El mío fue el único resultado púrpura hasta el momento.

¿Qué significa esto...? Esta luz es la más débil que alguien ha tenido hasta ahora, ¿no es así?

“¡Siguiente! ¡Coloca tus manos sobre el cristal!”

La Diosa ni siquiera reaccionó — siguió adelante, ignorándome por completo. También era la primera vez que sucedía.

¿Ni siquiera merezco un comentario? ¿En serio?

“Disculpe, pero... mi Clase es—”, intenté hablar.

“¡Siguiente~!”

Ignorado. Otra vez. Es como si ni siquiera estuviera aquí.

Regresé lentamente a mi lugar.

Un personaje de fondo. Incluso en este mundo, eso es todo lo que tengo, ¿huh?

Aunque, esta es la realidad. No es como si ser invocado a otro mundo hiciera especial a un tipo como yo. Esto es lo que soy.

Soy Mimori Touka. Eso debería ser suficiente. Pero siempre hay una jerarquía, en todo tiempo y en cada lugar. Siempre está ahí, y nunca puedes escapar de ella.

A mi prueba le siguieron un puñado más de resultados promedio — todos aparentemente mejores que el mío, al menos. La Diosa no dejó de comentar atareadamente cada una de las mediciones, aunque acabara repitiendo “¡Oh, qué espléndido!” más de un par de veces.

Finalmente, el último alumno dio un paso al frente para ser medido.

“Parece que encontramos a todos los peces gordos en la primera mitad”, dijo ella, llevándose una mano a la mejilla. “¿Pero tres héroes de Clase S y dos de Clase A...? Simplemente maravilloso. ¡No puedo esperar más, sería codiciosa!”

El último estudiante era Yasu Tomohiro. Puso su mano temblorosa sobre el cristal, respiró profundo y tragó saliva. Sin embargo, al observarle, pude ver una tranquila confianza oculta bajo la ansiedad. Era como si Yasu supiera que su destino estaba en manos del orbe, y aceptarlo le proporcionaba una especie de calma.

Las figuras encapuchadas retrocedieron en estado de shock.

“¡No... no puede ser!”

El orbe se envolvió de un negro azabache, lanzando una llamarada de humo oscuro hacia las vigas.

“Diosa. É-él podría ser...”

“Así parece. Ha pasado mucho tiempo desde que vi al cristal reaccionar así... no desde que el Héroe de la Oscuridad lo alteró hace tantos años.”

La boca de Yasu se curvó en una sonrisa, que se amplió en una sonrisa burlona. Luego soltó una carcajada.

“Lo sabía... Ya era hora”, dijo Yasu. En un instante — se había producido un cambio repentino en él, el Yasu nervioso que yo conocía había desaparecido. Con audacia, volteó hacia la Diosa.

“¡Dime mi rango, Diosa!”

“Eres un Héroe de clase A”, respondió ella.

“Hmph. Igual al de Oyamada. Me imaginaba que ese siniestro humo negro lo convertiría al menos en Clase S, pero aun así...”

Oyamada se levantó indignado y giró hacia Yasu.

“¡¿Qué fue eso, Yasu?! ¿Quieres volver a intentarlo, pero mostrando algo de respeto esta vez? ¡¿Obtienes algunos resultados medio decentes y de repente eres un hombre importante?!”

Por un momento, Yasu retrocedió — quizá por la costumbre. Pero se recuperó enseguida y le devolvió una sonrisa rebelde.

“Estamos al mismo nivel, tú y yo.”

“¡¿Huh?!”

Ahora era el turno de Yasu. Infló el pecho y se acercó a Oyamada.

“Los dos somos Héroes de Clase A, ¿huh? Iguales. Así que, ¿por qué no llevarse bien?” Sonrió con rebeldía, con una voz burlona. “¿Qué te parece, Oyamada~?”

“¡¿Te crees mejor que yo?! ¡Te mataré, Yasu! ¡Te m—!”

En un instante, la Diosa estaba entre ellos, círculos mágicos apareciendo de sus manos nuevamente.

Es casi como si los estuviera apuntando con una pistola...

“Ambos son buenos héroes de Clase A, así que ahórrense la rivalidad. Permitiré pequeños desacuerdos, pero no permitiré en absoluto que los Héroes luchen entre sí. ¿Está claro?”

La Diosa sonrió.

“Al fin y al cabo, todos nuestros héroes de Clase A son recursos valiosos para mí.”

Oyamada se quedó congelado. Yasu dio un paso atrás. Me estremecía la columna sólo de verlos.

¿De verdad estaba a punto de matarlos a los dos?

Sé que me siento intimidado por ella, pero es más que eso... Esto debe ser lo que se siente al encontrarse cara a cara con un depredador. Estoy congelado. Ni siquiera tengo ganas de correr.

“Entonces está decidido, ¿no es así? Ahora, déjame mostrarte cómo usar tus poderes.”

“¡Abrir Estado!”

Esas palabras resonaron en todas direcciones, superponiéndose y mezclándose en el aire.

Al pronunciar esa frase aparecieron patrones en la palma de la mano, y una pantalla de aspecto holográfico sobre ella.

“¡Ya lo entendí! Así es como comprobamos nuestras habilidades, ¿verdad? ¡Es como un juego!”

“¡Aquí viene el típico cliché de visualización de estadísticas isekai!”

“¿Qué es esto? ¿Es el árbol de habilidades?”

“Sin embargo, nada de esto parece real, ¿verdad? ¡Eso encajaría perfectamente en un VRMMO!”

Los chicos charlaban animadamente mientras hurgaban en sus nuevas pantallas.

“Oigan, nerds — no sabemos mucho de juegos, así que será mejor que nos enseñen, ¿entendido?”

“Funciona de forma parecida a un smartphone... Sabemos hacer esto, ¿verdad?”

“Parece totalmente un juego de red social, ¿verdad? ¿Las bonificaciones de inicio de sesión de mis juegos de casa se transfieren?”

“¡Al menos no hay rasgos de belleza ni nada!”

“¿Qué es una habilidad?”

“Son, como que, ¿movimientos especiales, creo?”

“Whoa, ¿cómo matar de un solo golpe? ¡Eso es totalmente psicópata!”

“¡Oh, ya entiendo! ¡Deshazte de la 'S' y tienes 'M-A-T-A-R'! ¡Eso es aterrador!”

Hace unos minutos, esas mismas chicas habían estado llorando por el incidente del lobo. Algunas de ellas incluso habían vomitado.

Ya están en pie, ¿huh? Eso fue rápido.

“He creado un sistema de estadísticas eficiente al que debería ser fácil adaptarse. Como Diosa, puedo hacer fácilmente este tipo de alteraciones para adaptarme a sus necesidades y traducir sus nuevas habilidades en algo fácil de entender.”

Eso explicaba por qué todo se parecía tanto a un videojuego — todos los de la clase tenían al menos algo de experiencia con ese tipo de cosas. La pantalla de estadísticas tenía incluso una pantalla de inicio similar a la de un smartphone.

Podría acostumbrarme a estas cosas. Supongo que una Diosa puede hacer prácticamente cualquier cosa.

“¡¿E-esto es…Dragonic Buster?!” exclamó una figura encapuchada, mirando por encima del hombro de Kirihara con asombro. “¡Increíble! ¡Kirihara-dono ya puede usar una de sus habilidades! Y estas estadísticas... ¡¿es realmente una habilidad de nivel 1?!”

“Entonces, uh... ¿estás diciendo que soy bueno?”, respondió Kirihara.

“Los Héroes que pueden usar sus habilidades inmediatamente desde el nivel 1 son raros— ¡sólo recuerdo unos pocos de invocaciones anteriores!”

“Huh. Para ser sincero, no parece gran cosa.”

Su rebaño de chicas giró de nuevo hacia él en señal de adoración y anhelo.

“Takuto es tan increíble...”

“¡Incluso su personalidad es sexy! ¡Oh, Kirihara-kun...!”

“¡Es tan humilde!”

“¡Incluso en otro mundo, podemos contar con él!”

“¡Quiero estar contigo! ¡Cásate conmigo!”

El siguiente arrebato de las figuras encapuchadas vino de las cercanías de Sogou.

“¡E-El árbol de habilidades de Sogou-dono! ¡Nunca había visto una sola rama como esta! ¡Es un árbol Especializado!”

“¿Especializado...?”, respondió Sogou.

Sogou no parecía saber mucho de juegos — aún le costaba entender el vocabulario.

Bueno, tampoco es que sepa lo que es un árbol Especializado. Sin embargo, suena impresionante.

“¡Oyamada-dono y Yasu-dono también son auténticos Héroes de Clase A! Sus estadísticas son muy superiores a las de los rangos normales, ¡incluso en el nivel 1! Y Oyamada-dono tiene +500 de vitalidad”, añadió la Diosa. Pasó directamente a explicar otras estadísticas.

Aparentemente, las estadísticas mostradas no eran lo único que definía lo buenos que éramos. Teníamos estadísticas básicas y modificadores de estadísticas, pero sólo los modificadores eran visibles en nuestras pantallas de estadísticas. Nuestra estadística base era la que teníamos antes de ser invocados — una representación de nuestra fuerza en la Tierra. Si añadíamos el modificador a la estadística base, esa era nuestra estadística actual en esa categoría.

¿Eso significa que podríamos bajar nuestros HP a cero y seguir sobreviviendo gracias a nuestra estadística base oculta? Hmm...

La explicación de las estadísticas nos llevó al Rincón de P&R con la Diosa, y fue entonces cuando la discusión realmente cambió. Ya no había preguntas sobre la invocación que acabábamos de experimentar. En su lugar, todo el mundo se centró en sus propias estadísticas y en aprender más sobre este nuevo mundo.

Bueno, todos los fuertes estaban dando un paso adelante para aprender más. Otros habían perdido las ganas de seguir y se reunían en un rincón de la sala, desvaneciéndose en el fondo.

Cayendo en la desesperación. Regodeándose en la tristeza. Incapaces de aceptar la realidad.

Había muchas formas de acabar en ese rincón...

“¡No puedo ver bien!”, se quejó otra figura encapuchada. Eché un vistazo para ver al que se quejaba merodeando cerca de las Hermanas Takao.

“¿Qu-qué pasa con estas dos? Es como si... emanaran una presencia extraña...”

“Son hermosas, demasiado— ¡casi tan hermosas como Sogou-dono! ¡Me atrevería a decir que son tan celestiales como la renombrada Seras Ashrain!”

“¡Ten cuidado de no subestimarlas! ¡Son Héroinas clasificadas como Clase S y Clase A!”

Parecía que incluso la gente de este mundo se sentía repelida por el aura única que las Hermanas Takao llevaban consigo a todas partes. Las figuras encapuchadas intentaban vislumbrar sus estadísticas desde varios pasos de distancia.

Las Hermanas Takao son incluso un problema para estos tipos, ¿eh?

La hermana mayor observó con calma a sus perseguidores.

“Si esto puede proporcionarnos una forma de volver a nuestro mundo, aprender a utilizar este extraño sistema de estadísticas en nuestro beneficio debería ser nuestro objetivo inmediato, Itsuki. Una vez que se nos permita vagar libremente, recopilaremos más información.”

“Soy una boba, así que me limitaré a seguirte, Aneki”, respondió Itsuki.

“Conocer tu propia ignorancia es el primer paso hacia la iluminación, Itsuki.”

Je, je, no puedo evitar que fuera brawn[3] de esta manera.”

“Eso fue muy divertido, Itsuki.”

“D-divertido... Siempre eres tan seria, Aneki...”

“Soy una persona seria, supongo.”

¿Estarán desconcertadas por lo que ha pasado...? Tengo que aprender a ser más como ellas.

“¡Abrir Estado!”

Echemos un vistazo... Mis estadísticas son...

“¿Huh?”

 

Too-ka Mimori

Nivel 1

HP: +3 ; MP: +33

Ataque: +3 ; Defensa: +3 ; Vitalidad: +3

Velocidad +3 ; Inteligencia: +3

Título: Héroe de Clase E

 

Mis estadísticas se ven... realmente bajas.

Ella dijo que Oyamada tiene +500 de vitalidad, ¿verdad? Mi MP es el único superior a tres...

Héroe de Clase E... si eso es por orden alfabético, debo de estar muy abajo en la lista.

Mi corazón se desplomó.

Incluso escribieron mal mi nombre — es Touka, con “U”. Y el raro guion hace que parezca que soy extranjero... ¿quizá esté relacionado con la pronunciación de aquí? Pero en serio, incluso siendo un Héroe elegido en otro mundo, no se molestan en escribir mi nombre correctamente. Soy un personaje de fondo de principio a fin.

De todos modos, ¿dónde está el árbol de habilidades?

Miré fijamente, como si algo fuera a aparecer si miraba más tiempo.

“No hay ninguno”, suspiré.

Intenté hojear hacia abajo como todos los demás, pero no apareció nada, solo un espacio vacío. Solo había la raíz en la parte inferior, un cuadrado etiquetado como “Habilidades Únicas”. Todos los demás tenían un diagrama de ramificación simple que se extendía hacia arriba, presentando todas sus habilidades, pero el mío era solo un tocón[3].

“Ni siquiera hay un brote en el mío, huh.”

“¡Oh, cielos!”, exclamó la Diosa.

“¡¿Qu—?!”

De repente la noté detrás de mí, inclinándose sobre mi hombro para ver la pantalla de estadísticas que tenía en la mano.

“Disculpe, pero... ¿qué sucede con mis estadísticas?”, pregunté.

No hubo respuesta. Regresó en silencio con los demás y empezó a responder de nuevo a sus preguntas.

“Ignorado, ¿huh?”

Los adultos tenemos derecho a rechazar sus preguntas. ¿Lo entiendes?

Esas fueron palabras de sabiduría de mi antiguo maestro, T***gawa-sensei. Parecía que también se aplicaban aquí.

“Incluso aquí, sólo soy un personaje de fondo.”

¿A quién le importa? La clase E parece bastante baja, pero sigo siendo un Héroe, ¿verdad? Estoy seguro de que hay un lugar para mí aquí, en alguna parte. Viviré en el fondo de este mundo, como un NPC o algo así. Pasaré desapercibido y me las arreglaré como siempre lo hice.

Me senté en el suelo con las piernas cruzadas, pensativo, ojeando distraídamente mis paneles de estadísticas.

“Oh, así es como funciona.”

Si hago clic aquí, supongo que aparecerán mis Habilidades Únicas.

“Veamos...”

 

Habilidad Única: Aplicar Efecto de Estado / Disponible para su uso

 

Huh. Kirihara obtuvo “Dragonic Buster” y yo “Aplicar efecto de estado”. La mía suena bastante aburrida en comparación.

“¿Hmm? ¿Mi árbol de habilidades está... al revés?”

Traté de deslizar hacia arriba.

“Hey, está creciendo en la dirección opuesta.”

Los árboles de los demás crecían hacia arriba, pero el mío estaba formado por unas pocas líneas tenues que se marchitaban bajo la raíz — tan tenues que al principio no las había notado. Pero, aunque las líneas eran tenues, la información sobre las habilidades en sí era clara.

 

Paralizar: Nivel 1

Dormir: Nivel 1

Veneno: Nivel 1

 

Entonces, ¿tengo tres de estas habilidades de “Aplicar efecto de estado”...?

A veces solía jugar a juegos de red social y RPG, así que los nombres de las habilidades al menos me resultaban familiares.

La cuestión es si son buenas o no. Soy Clase E, así que probablemente apestan, ¿verdad? ¿Pero no dijo uno de esos encapuchados que poder usar tus habilidades en el nivel 1 era increíble? Muy bien... puedes hacerlo... es hora de preguntarle a la Diosa qué sucede. ¿Dónde está ella?

Ella estaba hablando con alguien — aunque no era uno de esos encapuchados. Por reflejo, me escondí detrás de un pilar.

Ugh, ¿por qué me estoy escondiendo de esta forma? Supongo que ser ignorado dos veces me afectó mucho. Tengo que ser valiente... respira profundo.

Okay, estoy listo.

Reuní todo mi coraje y determinación para salir de detrás del pilar, y... ni siquiera pude dar un paso en su dirección.

“Escuché que hay un Clase E mezclado entre ellos.”

¿Están hablando de mí?

“¿Qué debemos hacer, Vicius?”

¿Está usando el nombre de pila de una Diosa...? ¿Quién es ése?

“No te preocupes. Incluso los Héroes la Clase E tienen un papel que desempeñar”, respondió ella.

✧❂✧

Diez minutos después, no pude evitar notar que había muchos más guardias rondando por allí. Había al menos treinta más que la última vez que lo comprobé... y los nuevos parecían aún más duros que los primeros.

La cantidad y la expresión en los rostros de los nuevos guardias lo decían todo —definitivamente no iban a dejarnos escapar.

O tal vez... ¿no iban a dejarme escapar a mí, específicamente?

Los guardias me observaban claramente — se dirigían hacia mí por la izquierda y derecha.

“Están advertidos— ninguno de ustedes intente nada”, comenzó un guardia a mi derecha, agarrando la empuñadura de su espada. “Puede que sean Héroes de otro mundo, pero invocados así recién llegados, no son rivales para nosotros.”

Así que nos matarán si nos pasamos de la raya...

“¡Héroes~! ¡Por favor, pasen a la siguiente sala!”, ordenó la Diosa. La clase se alineó detrás de ella mientras se daba la vuelta para llevarnos a otro lugar.

“T-todos... escuchen lo que dice la Diosa, ¿de acuerdo...?”

Zakurogi seguía intentando a medias liderar la clase, pero la mayoría le ignoraba de forma descarada. Su prueba de medición con el cristal lo había clasificado en un Clase D — la Diosa había explicado que los adultos de más de veinticinco años eran más propensos a caer en los rangos inferiores, razón por la cual solían elegir a los más jóvenes para invocarlos.

La baja clasificación había provocado un cambio en Zakurogi — su liderazgo seguro de sí mismo de antes había desaparecido por completo, y los estudiantes habían dejado casi por completo de pedirle cualquier tipo de orientación. ¿Por qué lo harían? Él estaba más abajo que ellos en esta nueva jerarquía, y no es que se hubiera ganado el cariño de la clase con su personalidad o sus habilidades de enseñanza en la Tierra. La Diosa había asumido fácilmente el papel de profesora.

Nos condujo a una sala con lo que parecía un gran círculo mágico en el suelo.

“¿Podría el estudiante cuyo nombre pronuncie dar un paso adelante hacia el centro del círculo?”, anunció la Diosa. “¡Oh, y después que este asunto final esté resuelto, todos tendrán algo de tiempo para relajarse!”

Esa última declaración fue recibida con sonrisas y un alivio tangible — sin duda, la cabeza de todos había estado dando vueltas desde que llegamos aquí. Finalmente, tendrían un descanso de todo esto.

Oyamada levantó la mano.

“A todo esto, ¿para qué sirve esta sala?”

“Para la ceremonia”, respondió la Diosa.

“¿Ceremonia? ¿Vas a invocar a alguien más aquí, entonces?”, preguntó Kirihara.

Ella aplaudió ligeramente y sonrió.

“Too-ka Mimori-san”, anunció ella. “Por favor, pase al centro del círculo.”

“¿Huh...? ¿Yo?”

Recordé lo que la Diosa había dicho antes...

“No te preocupes. Incluso los Héroes de la Clase E tienen un papel que desempeñar.”

Tragué saliva.

¿Qué quiere ella que haga...?

“¡Nnh!” Me quedé congelado, aterrorizado de dar ese paso.

“Ve.” Sentí que uno de los guardias me clavaba la punta de una lanza en la espalda. “¿Quieres morir?”

No hay adónde huir... Tengo un mal presentimiento sobre esto, pero no podría defenderme aunque quisiera.

Escoltado por guardias, me dirigí al círculo mágico. Me armé de valor y hablé.

“¿Disculpe, Diosa?”

“¿Sí?”, respondió ella.

Al menos esta vez no me ignora. Supongo que es más difícil salirse con la suya cuando todo el mundo está centrado en mí.

“¿Qué es lo que pasa? ¿Por qué soy el primero?”

“Too-ka Mimori, de todos los héroes de la clase 2-C, tú eres el de menor rango.”

Sí, lo sé. Soy el único de la Clase E, ¿verdad?

“Desde el principio de los tiempos, los Héroes de más bajo rango nunca han sido de ninguna utilidad. En su lugar, tienden a aferrarse a sus compañeros de mayor rango y tirar de ellos hacia abajo a través de su incompetencia. Así que, con el tiempo, decidí que todos los Héroes que caigan en la Clase E... sean eliminados.”

“¿Qu-qué...?”

¿Eliminado...?

“Desgraciadamente, hacer eso aquí y ahora daría a los otros Héroes invocados un shock desagradable — algunos de ellos podrían tener un inconveniente apego a ti, después de todo. En el pasado, intenté transportar a los Héroes de la Clase E a una celda aquí en el palacio para matarlos en secreto, pero incluso entonces, la noticia salió a la luz y causó problemas entre los pesos pesados. Así que por eso decidí...” la Diosa abrió los brazos magnánimamente, “dar a los Héroes de rango más bajo una oportunidad de redimirse.”

“¿Una oportunidad para redimirme...? ¿Qu-qué significa eso?”

“Este círculo mágico de teletransportación te enviará a las ruinas”, declaró ella.

“¿Ruinas...?”

“Si consigues encontrar el camino a través de las ruinas hasta la superficie, prometo no interferir más contigo. Alión te perdonará la vida.”

“¿S-son estas ruinas... peligrosas?”

“¿Quién sabe? Bueno, la mayoría de los criminales peligrosos de Alión son enviados allí para cumplir sus condenas, pero— no necesito responder a esas preguntas tuyas~”

¿Ella... realmente habla en serio...?

Incluso si la Diosa intentaba ser ambigua, la respuesta era bastante clara — nadie regresaría vivo de las ruinas. Era un tiradero — una forma cómoda de matar a los prisioneros sin tener que apretar el gatillo. Las ruinas harían el trabajo por ti.

O tal vez podría haber más monstruos como ese lobo de tres ojos.

“Quizá no comprendas del todo tu situación. Estoy segura que el nombre de las ruinas te ayudará”, dijo la Diosa lenta y deliberadamente. “Se llaman... las Ruinas de la Eliminación.”

Bajé la cabeza y apreté los puños.

Eliminación... ¿por qué está sucediendo esto...?

“¡Oh!”

Todavía hay algo— ¡un último rayo de esperanza! ¡Esto podría salvarme!

“¡Diosa!”

“¿Sí?”

“¡Tengo algo que decirte! ¡M-mi habilidad! ¡Ya puedo usar mi Habilidad Única!”

La Diosa se llevó una mano a la mejilla.

“¿Y...?”

¿Eh? ¿Por qué no reacciona?

“¡C-comprobé el panel de estadísticas, y dice 'disponible para usar'! Eso es bueno, ¿no es así?”

“Si fuera una habilidad de Clase A, tal vez...”

“¡Mi habilidad se llama 'Aplicar Efecto de Estado'! Creo que me permite, como que, paralizar o envenenar cosas—”

La Diosa suspiró.

“Escúchame... en este mundo, los hechizos de efecto de estado son casi totalmente inútiles.”

El tiempo se congeló.

“¿Huh...?”

¿Sin valor?

“Casi nunca dan resultado. Rara vez tienen éxito cuando se usan en los monstruos de nivel más bajo, y mucho menos en los de nivel medio o superior. E incluso si milagrosamente consigues que uno funcione, los efectos son menores y la duración es extremadamente corta. Siempre han resultado así.”

“E-eso no puede ser—”

“En otras palabras, sacaste una mano perdedora, como corresponde a un Héroe de Clase E.” Jugó distraídamente con su cabello mientras continuaba. “Y tengo que decir que tus modificadores de estadísticas son absolutamente pésimos. No hay esperanzas de que mejoren mucho ni siquiera con la subida de nivel — no me sorprendería que mejoraras incluso más lento que un humano completamente promedio.”

Entonces... ¿por qué me llamaste Héroe? Me traes aquí, me llamas Héroe... ¡¿y luego me tiras, así como así?!

“¡P-pero espera! La eliminación no es un tanto demasiado exces...”

“Ugh.”

Me interrumpió un sonido de disgusto.

“Esto es patético.”

Era Kirihara.

“Me estás haciendo perder el tiempo. Podría estar haciendo cualquier otra cosa ahora mismo, ¿pero tengo que escucharte? Te dejamos en paz cuando merodeabas en el fondo, ¿y así es como nos lo pagas?” Dejó escapar un suspiro irritado. “Solo termina con esto de una vez. Todo el mundo te está esperando. Las chicas están cansadas, ¿lo ves? Lo siento por ellas— ¿tú no?”

Las chicas parecían absolutamente cautivadas por sus palabras.

“¡K-Kirihara-kun!”

“¡Es tan amable!”

“¡Es como si supiera exactamente lo que queremos antes de que tengamos que decirlo! “¡Es tan considerado!”

“¡¿Quién se cree que es ese Mimori-kun?! ¡Necesita leer la atmósfera aquí!”

Ja, él no puede leer la atmósfera — ¡él mismo está prácticamente hecho de aire!”

¡Pfff! Tienes razón— ¡eso es divertidísimo!”

“¡Deja de lloriquear!”

“¡Termina con esto de una vez!”

“¡Estamos cansados, así que deja de hacernos perder el tiempo!”

“¡¿No sabes cuándo rendirte?!”

Los chicos se habían unido en algún momento. Oyamada sonreía. Entonces alguien salió de entre la multitud y empezó a acercarse a mí.

Era Yasu Tomohiro... y había compasión en sus ojos.

“¿Estás bien, Mimori?”, dijo él, poniendo ambas manos sobre mis hombros.

“Y-Yasu...”

Sus ojos se entrecerraron.

“Espera un segundo, Mimori. Escúchate lo que dices.”

“Uh, ¿Qu-qué...?” Tartamudeé.

“Es Yasu-san. Tú eres un Clase E, el último del montón. Yo soy un Clase A. Muestra un poco de respeto.” La compasión había desaparecido de los ojos de Yasu, y una nueva expresión estaba surgiendo — me miró como si yo fuera escoria en la suela de su zapato, como si supiera con total certeza lo superior que era.

✧❂✧

¿Cuándo fue la última vez?

Oyamada terminaba de darle una paliza a Yasu. Por casualidad vi el final — Yasu estaba en el suelo, Oyamada le escupió y se fue.

Me armé de valor y me acerqué. Yasu estaba cubierto de barro — recuerdo haber pensado que Oyamada se había excedido esta vez.

“Deberías hablar de esto con un profesor o alguien superior. Alguien que no sea Zakurogi.”

No contestó.

“Vamos, iré contigo. Eso ya es demasiado, incluso en el caso de Oyamada. Quiero decir, yo también le tengo miedo, pero también estoy... enfadado. No puede seguir saliéndose con la suya.”

Me acerqué a él, tratando de ayudarlo a ponerse de pie.

“Terminemos con esto de una vez, Yasu.”

“¿Por qué tienes que ser tú?”, estalló Yasu. Me apartó la mano de un manotazo. “¡Nadie me desprecia, Mimori! ¡Y menos alguien como !”

“¿Qu-qué...?” Me quedé estupefacto.

“¡¿Crees que estás por encima de mí?! ¡Púdrete! ¡Soy mejor que , al menos!”

Fue entonces cuando me di cuenta.

soy aire

Soy un NPC.

No estoy ni en la cima ni en la parte baja, ni siquiera en la escala. A nadie le importa si estoy aquí o no. Apenas se fijan en mí, sólo soy parte del fondo.

Pero Yasu no era como yo. Estaba en lo más bajo de la jerarquía escolar, pero seguía formando una parte muy importante de ella, y nunca dejaba de pensar en su lugar en ella.

“¡Tú no eres mejor que yo! No necesito tu compasión, ¿entiendes? ¡Eso me revienta! ¡Vete ya a morir por ahí, Mimori! ¡Fuera de mi vista!”

Aquello podría haber sido cuando lo noté por primera vez.

La jerarquía de todo.

✧❂✧

Yasu se inclinó cerca de mí.

“Es justo lo que esperaba”, murmuró él. “Lo sabía... sabía que se avecinaba un cambio, ¿sabes? Sabía que me esperaba un regreso. Iba a ir a una universidad de primera clase, conseguir un trabajo en una empresa de élite y triunfar en la vida— no como estos imbéciles. Al menos la mitad de ellos ya están por debajo de mí. Son idiotas con poca visión de futuro, ajenos al panorama general, ¿entiendes?”

Es como una persona diferente... ¿o es éste el verdadero Yasu Tomohiro?

Sólo había visto este lado de él una vez antes.

“¡Vete ya a morir por ahí, Mimori! ¡Fuera de mi vista!”

¿Ese era su verdadero yo?

Continuó con su diatriba en voz baja.

“Oyamada es horrible, por supuesto, pero Kirihara no es mucho mejor. Los dos son tan engreídos. Y todos los idiotas engreídos que fingen ser buenas personas — espero que enfermen y mueran. Las únicas personas que valen la pena en esta clase son Ayaka, Hijiri e Itsuki. El resto son basura. Lo más bajo del maldito barril.”

Ahora incluso llamaba a las chicas por su nombre de pila — podía recordar cómo solía balbucear nerviosamente “S-Sogou-san”.

“Aaah... qué bien me sentó esto”, me dijo al oído, luego me dio la espalda y se alejó con un gesto de la mano.

“Muy bien, entonces. Inténtalo lo mejor que puedas, supongo — no te queda mucho tiempo de vida, Héroe basura.”

Me quedé en silencio. Ahora lo entendía. Yasu estaba extasiado y sólo necesitaba decírselo a alguien. No podía hablar con el resto de la clase, pero Mimori Touka, el Héroe de la Clase E, estaba a punto de irse para siempre y luego morir. Nadie me creería si intentaba desenmascararlo — cualquier cosa que dijera no serían más que los últimos gritos amargos de un perdedor que no podía aceptar su destino. Yasu me había utilizado como una salida segura para su regodeo.

“¿Qué dijiste, Yasu?”. preguntó Oyamada con una mueca de desprecio.

“Me ofrecí a escuchar sus últimas palabras”, dijo Yasu despreocupadamente, “pero es inútil — ni siquiera me escuchó. Está más desesperado de lo que pensaba.”

Me quedé allí de pie, congelado en el lugar.

¿Qu-qué demonios? ¿Qué hice yo para merecer esto...?

Nada de esto tenía sentido. Era absurdo. Sentí que la rabia indignada crecía en mi interior, a punto de estallar.

La Diosa giró sus palmas hacia el círculo mágico.

“Comencemos la ceremonia.”

El suelo bajo mí empezó a brillar.

Es inútil. Nadie vendrá a salvarme, y no hay forma de que esta Diosa de corazón frío me muestre misericordia.

Los guardias que rodeaban el círculo mágico prepararon sus arcos, y las figuras encapuchadas levantaron las manos en mi dirección y bajaron la cabeza.

“Si intentas escapar del círculo mágico, mis guardias te matarán.” La diosa sonrió en señal de advertencia. Ninguno de mis compañeros de clase se movió para ayudarme — nadie se atrevía a salirse de la fila con guardias armados rodeándonos, y Kirihara, en lo más alto de la jerarquía, prácticamente me había condenado él mismo.

Es más que eso — ¿quién arriesgaría su vida para salvar a un personaje de fondo? Nadie. ¿A quién le importa si los NPCs mueren? Esta es la historia de la búsqueda de los Héroes elegidos para derrotar al Rey Demonio. No necesitan a Mimori Touka para eso.

*RUIDO SORDO*

La Diosa arrojó algo a mis pies.

“¿Qué es esto...? ¿Una bolsa de cuero?”

“Eso”, dijo ella, “es tu único ítem. Cuando se invoca a los Héroes, aparece un ítem mágico único junto a cada uno de ellos. Esa bolsita de mala calidad es tuya.”

Le di la vuelta al endeble objeto entre mis manos.

“Mi... ítem mágico...”

Un murmullo inquieto se elevó desde la clase 2-C — era la primera vez que alguno de nosotros oía hablar de ítems mágicos. Pero, como de costumbre, la Diosa tenía una respuesta preparada.

“¡No se preocupen! Mientras aún dormían tras la invocación, recogí los ítems para guardarlos — y los están esperando en la sala contigua. Estoy segura de que serán muy eficaces cuando los tengan en sus manos.”

Esta Diosa... sabía exactamente lo que estaba haciendo. Si nos hubiéramos despertado de la invocación con poderosos ítems mágicos en nuestras manos y hubiéramos decidido rebelarnos, eso podría haberle causado problemas. Por eso nos los quitó — por precaución.

La Diosa se rio.

“¡Estos ítems mágicos son una razón más para amar la invocación de Héroes! Bueno, de todos modos”, dijo ella, dirigiendo su mirada otra vez hacia mí y a mi bolsa, “intenté verter un poco de maná en ella, pero parece que para lo único que sirve tu pequeña y triste bolsita, es para emitir luz.”

“¿Luz?”

“Es una lámpara, ¿cierto? Las ruinas son oscuras, así que debería serte útil en un futuro muy cercano. Hay un cristal de conducto de maná unido a ella para que puedas verter maná en la bolsa. Si logras llegar a la superficie de una pieza, ¡podrías vender esto y ganar lo suficiente para vivir por un tiempo! ¡Maravilloso!” La Diosa volvió a extender los brazos y dirigió a los demás.

“¿Todos ustedes fueron testigos de lo que acaba de suceder aquí? ¡Le ofrecí clemencia a Too-ka Mimori! ¡Incluso al más bajo de los bajos debe dársele una oportunidad! Soy una Diosa compasiva, amable incluso con los débiles. Incluso me rebajaré a bendecir a un Héroe de clase E mientras me deshago de él.”

Ella giró de nuevo hacia mí.

“¡Pero los demás no necesitán mi compasión! ¡Todos son mejores que Too-ka Mimori! ¡Cada uno de ustedes es poderoso por derecho propio!”

El círculo mágico brillaba cada vez con más intensidad, y la voz de la Diosa se elevaba con él.

“Cada uno de ustedes es un Héroe, pero incluso entre los Héroes, ¡hay un orden! ¡Supongo que algunos de ustedes están preocupados por su rango o por no ser tan buenos como los demás! ¡Por favor, no tengan miedo! ¡Todos ustedes han sido elegidos! ¡Cada uno de ustedes es extraordinario! ¡Miren! ¡Miren a Too-ka Mimori!”

Toda la clase giró para mirarme al unísono.

“¡Él también es inconfundiblemente un Héroe... pero es diferente a ustedes! ¡Todos ustedes son Clase D o superior! ¡Son mejores que él! ¡Tienen una ventaja innata en este mundo!”

“No se preocupen. Incluso los Héroes de Clase E tienen un papel que desempeñar.”

Finalmente entendí lo que quería decir con eso.

Soy un sacrificio. Los Héroes de la Clase S y la Clase A ya se sienten bien consigo mismos, pero los de la Clase B a la D probablemente se sientan inferiores e inseguros sobre su clasificación promedio. Sin embargo, si alguien como yo que está por debajo de ellos, siempre tendrán a alguien a quien mirar por encima del hombro y sentirse superiores. Así pueden construirse su propia imagen.

“Al menos soy mejor que Mimori Touka. Me alegro de que no me enviaran a las Ruinas de la Eliminación. Todavía estoy aquí. Soy uno de los afortunados.”

Esta es la ceremonia que la Diosa preparó para ellos. Una gran mentira. Una ilusión. Y yo como chivo expiatorio. Por eso tiene que dejar claro que yo también soy un Héroe — incluso entre los Héroes, han sido elegidos.

“Maldita sea...”

Así que esta es mi “papel a jugar”, ¿huh? Probablemente haya monstruos aún peores que ese lobo de tres ojos en las Ruinas de la Eliminación. Todo lo que tengo son hechizos sin valor y estadísticas sin esperanza.

Voy a morir.

“¡Espera, por favor—!”, se oyó una voz.

Levanté la vista y vi a Sogou Ayaka caminando con determinación hacia la Diosa.

“¡Esto está mal! Mimori Touka es uno de nuestros compañeros de clase”, protestó ella.

“¡Whoa, whoa! ¡No seas grosera, Sogou!”, dijo Zakurogi, interponiéndose entre ella y la Diosa.

“¡Eres nuestro profesor, Zakurogi-sensei! ¡Contrólate! ¡Es tu deber proteger a los estudiantes a tu cargo!”

“¡¿Qu-qué importa eso ahora?! Eres una chica lista, ¡¿por qué no puedes ver la realidad de lo que está pasando?! No hay nada que podamos hacer para ayudarlo...”, replicó Zakurogi. “¡Y de todas formas es culpa de Mimori! ¡Es un Clase E!”

“¡Él no eligió ser Clase E! ¿Por qué todo el mundo está de acuerdo con esto? No podemos dejar que lo envíe a las Ruinas de la Eliminación, o—”

“Sogou-san, Clase S, ¿verdad?”, interrumpió la Diosa. “No me dejas otra opción.”

Bajó los brazos, y en un instante estaba de pie, a espaldas de Sogou.

“¡Atemi!”

Descendió rápidamente su mano sobre la nuca de Sogou.

“¡¿Nh?!”

Sogou giró con un movimiento que parecía sacado de un manga de peleas. Aprovechando el impulso de su giro, esquivó la mano de la diosa con la suya.

¿Son esas antiguas técnicas de artes marciales?

Sogou se colocó en una impresionante posición de combate.

“¡No me derribarás tan fácilmente— ghhh!”

El puño de la Diosa golpeó como un martillo el estómago de Sogou.

“El primer golpe fue una finta. ¿De verdad pensaste que ese era mi ataque principal?”

“Aah... Nggh...”

Los ojos de Sogou se pusieron blancos mientras se desplomaba en el suelo y yacía inmóvil.

“S-Sogou...”

Me di cuenta de que me estaba acercando a ella. Sólo estaba haciendo su trabajo como representante de clase, lo sabía... pero aun así significaba mucho para mí que hubiera intentado ayudar.

Sin embargo, al mismo tiempo, nunca me había sentido tan miserable e impotente como en aquel momento.

La Diosa llamó a varias mujeres para que cargaran a la inconsciente Sogou en una camilla y la sacaran de la sala.

“Es una Heroína de clase S. Trátenla con sumo cuidado o les someteré a un destino peor que la muerte. ¿Entendido?”

Las mujeres asintieron, aterrorizadas, y sacaron a Sogou de la sala.

“Prosigamos.”

Mientras la Diosa reanudaba su ceremonia, pude oír a mis compañeros del 2-C susurrar entre ellos.

“Sogou-san es tan amable...”

“La Diosa fue un poco aterradora, ¿no crees?”

“¡Derribó a Sogou-san de un solo golpe...!”

“¿Incluso con movimientos como ese, la Diosa no puede vencer a ese tipo Rey Demonio?”

“¿Cómo de fuerte será él...?”

Kirihara fruncía el ceño. Oyamada tenía el descontento escrito en su cara. Incluso Yasu tenía la mandíbula apretada por la ira.

“¡Todos! ¡Atención, por favor! ¡Miren bien a este Héroe antes de desecharlo! ¡Esto es lo que les pasa a los que no tienen poder, a los perdedores y a los desertores! Pero ustedes, ¡ustedes son los ganadores! ¡Mírenlo con compasión y piensen bien en el terrible destino que le espera!”

La Diosa les instó a continuar.

¿No quieres acabar como él? Fortalécete. Cumple con tu deber hacia mí.

“Púdrete...”

Casi sin darme cuenta, levanté el brazo y apunté a la Diosa. Ella levantó una ceja y me miró.

“Vaya, vaya.”

Extendí la mano hacia ella, imitando sus movimientos de cuando quemó al lobo de tres ojos. Objetivo fijado.

“¡P-paralizar!”

Le lancé mi única arma. No tenía ni idea de si funcionaría. Sólo... exploté. Tenía que hacer algo. Toda mi rabia fue expulsada en esa sola palabra.

“Eso fue muy grosero de tu parte”, dijo la Diosa con calma. “¿Realmente pensaste que funcionaría?”

Sin efecto.

“Aah...” Mi brazo cayó inerte a mi costado.

“Te lo explicaré de un modo que hasta un Héroe de Clase E pueda entender”, dijo la Diosa con los ojos entrecerrados. “Mantengo unaBurbuja de Disipaciónprotectora a mi alrededor en todo momento... que me hace completamente inmune a los hechizos de efecto de estado.”

Lástima. Qué desprecio.

“Y ahí está. Los momentos finales del Héroe perdedor.”

El círculo mágico comenzó a retumbar.

Sé que viene... en cualquier momento voy a ser teletransportado.

Dragonic Buster.”

Una repentina oleada de blanco. Una luz como un grueso rayo láser pasó disparada junto a mí, apenas rozando mi hombro. Me di la vuelta para ver un agujero abierto en la pared detrás de mí con un enorme *¡boom!*.

“Huh, parece que el mío funciona, aunque...”

Kirihara había usado su Habilidad Única de Clase S.

¿Trataba de darme...? Ni siquiera puedo decirlo.

“La habilidad de Mimori era tan penosa que me preguntaba si la mía era parecida. Pero parece que hace mucho daño incluso cuando lo hago a medias. Siento haber roto tu pared.”

Kirihara me miró con una indiferencia repugnante, como si yo fuera una mancha asquerosa que no podía quitarse.

“Quítate del medio de una vez, basura de Clase E.”

“¡—!”

Lo sé... no puedo esperar que nadie vaya contra la Diosa por mí. No hay nada que ninguno de ustedes pueda hacer. Pero... ¿de verdad es lo último que tienes que decirme, Kirihara? Soy tu compañero de clase, sentenciado a muerte. ¿Y eso es todo?

“¡Increíble!”, exclamó una de las figuras encapuchadas. “¡Tanto poder, y en el nivel 1, ni más ni menos! ¡Serás un Héroe emocionante de ver, Kirihara-dono!”

“¿Huh?” Dijo Kirihara, que parecía distraído. “Hay un mensaje que dice que mi nivel de habilidad ha subido o algo así.”

“¡Increíble!”, gritó otra figura encapuchada. “¡¿Sube de nivel tras usarlo una sola vez?! ¡Tus modificadores de estadísticas son un espectáculo para la vista! ¡Nada que ver con este patético Héroe de Clase E!”

La luz que me rodeaba era cada vez más intensa. El tiempo pasaba. Lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. Apreté los puños con fuerza a cada lado.

“Qué demonios...”

Oyamada empezó a reírse.

“Oh, ¡¿así que el Héroe de mierda ya se rindió?! ¡Ja, ja, ja! Eso es el karma para ti, ¡¿huh?! ¡No deberías haber intentado iniciar algo conmigo en el autobús! ¡Es una pena que no pueda ver morir tu miserable trasero, Mimori!”

No eran sólo lágrimas — todo tipo de emociones brotaban de mi interior. Miedo... y rabia.

“Deja atrás tus preocupaciones mundanas y sumérgete en un sueño pacífico, Too-ka Mimori...”, dijo la Diosa con aire autocomplaciente.

Levanté la cabeza y abrí los ojos.

Los rostros de mis compañeros de clase eran engreídos y superiores, con voces burlonas y abusivas. Todos estaban en mi contra — bueno, quizá no todos, pero no tenía tiempo ni capacidad para distinguir entre amigos y enemigos. Lo único que veía al abrir los ojos era gente que me miraba por encima del hombro.

No... esas dos no. Ellas no forman parte de esto.

“¿Qué piensas, Aneki?”

“Escoria. Todos ellos.”

Las Hermanas Takao giraron rápidamente sobre sus talones y se dirigieron hacia la puerta.

“Vamos, Itsuki. Entiendo lo que pretende la Diosa Vicius, pero todo esto es de muy mal gusto.”

“Lo siento por Mimori, pero ahora no tenemos poder para detener a la Diosa. Así que, ¡adiós! No quiero mirar, así que nos vamos a la habitación contigua, ¿okay?”

“¿A... dónde creen que van?”, les gritó uno de los encapuchados. Las Hermanas Takao le ignoraron, así que los guardias empezaron a moverse en su dirección.

“¡Déjenlas!”, ordenó la Diosa.

“¡Pero Diosa—!”, protestó uno de los guardias.

“No creo que sea prudente obligar a esas dos a cooperar. Al fin y al cabo, son Heroínas de Clase S y Clase A. Ten cuidado al tratar con ellas... especialmente con la Clase S.”

Es como si nada llegara a esas dos...

La Diosa giró hacia mí.

“Acabemos con esta teletransportación, ¿okay? Too-ka Mimori, ¿tienes unas últimas palabras?”

Últimas palabras, ¿huh?

Sentí que se desvanecía.

El filtro que siempre mantenía se disolvió, y algo que guardaba encerrado muy dentro —el verdadero Mimori Touka— afloró a la superficie. Lo había estado conteniendo todo este tiempo... Vivía desdentado, inofensivo para todos y contra todos sacrificándome sólo para salir adelante.

Pero siempre supe lo que estaba haciendo, muy en el fondo. Mi verdadero yo siempre estaba ahí, en alguna parte. Una parte de mí intentaba ser una buena persona, pero el otro lado, más violento, siempre estaba a punto de liberarse.

Siempre había mantenido a mi verdadero yo enjaulado.

“...”

Se acabó. ¿A quién le importa ahora? Las cosas están terriblemente mal, y sin embargo...

Mirando hacia el suelo, mi rostro se torció en una sonrisa salvaje.

Me eché a reír.

“Vete a la mierda, Diosa Inmunda.”

Me sorprendí a mí mismo, pero me sentí... liberado.

Mis compañeros parecían sorprendidos. La Diosa estaba inexpresiva, con densos y oscuros lagunas nublando sus ojos.

“Te mantuve en la oscuridad por compasión, pero... si así es como me pagas, no tengo motivos para contenerme. He usado el nivel más bajo de las Ruinas de la Eliminación para deshacerme de muchos guerreros fuertes pero inadecuados a lo largo de los años. Ninguno ha salido vivo. Envío periódicamente un grupo de exploradores a la entrada de las ruinas para comprobar un marcador secreto que me indicará si alguien ha escapado... pero ese marcador nunca se ha activado. Nadie ha sobrevivido a las ruinas.”

La Diosa sonrió radiante de oreja a oreja.

“Espero que mueras de una forma desagradable y lamentable, Too-ka Mimori.”

Una fuerte y pálida luz me consumió.

“¿Compasión?”, escupí. “Sí, claro. Seguro que antes no te apetecía responder a mis preguntas.”

Miré fijamente a la Diosa — objetivo fijado.

“Si alguna vez regreso con vida, será mejor que estés preparada.”

“¿Si alguna vez regresas? Ja, ¡eres todo un bufón! Un último suspiro digno de un desgraciado desechable.”

Me sentí extraño... mareado. Mi vista se desvaneció.

Me pregunto si esa Diosa Inmunda aún puede verme.

Too-ka Mimori, Héroe desechable... levantó su dedo medio hacia ella.



Referencias

  1. Nota de RKB7: Un nicho es como un “hueco poco profundo en una pared”.
  2. Nota de RKB7: Computer Graphics (CG) es el campo de la informática visual donde se utilizan computadoras para generar o modificar imágenes o videos.
  3. Nota de RKB7: Una persona físicamente atractiva en lugar de inteligente.
  4. Nota de RKB7: Parte del tronco de un árbol que queda en el suelo y unida a la raíz cuando es talado por el pie.



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