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Hazure Waku Capítulo 223

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 Hazure Waku capítulo 223 en español


Esperaaa...!!
Hazure Waku no "Joutai Ijou Skill" de Saikyou ni Natta Ore ga Subete wo Juurin Suru Made

 La Raza Prohibida


Saqué algunas de mis cosas y las coloqué dentro de una mochila de repuesto.

Luego salí de la habitación, y empecé a caminar por el pasillo con Armia a mi lado.

Por la dirección en la que íbamos, pareciera que estábamos saliendo del castillo.

“¿Siguen hablando el rey Zect y los demás?”

Cuando le pregunté, Armia asintió.

“Un, aún siguen discutiendo sobre ese asunto. Sólo a mí me dijeron que saliera por el momento y me convirtiera en tu guía.”

“¿Está bien para ti saliendo así cuando están teniendo esa conversación?”

“Es una orden de Su Majestad. Y por lo tanto, lo seguiré.”

"También......", Armia continuó.

“En caso de prolongarse tu asunto con Kurosaga, se les asignará una habitación y comida a tus compañeras.”

“Estoy agradecido.”

“Aún desconfías de nosotros, ¿verdad?”

“Después de todo, aún seguimos en un lugar desconocido. Ciertamente confío en el Rey Zect. Sin embargo, sé muy poco acerca de su gente.”

“Un, nosotros tampoco sabemos nada de su grupo. En resumen, estamos en las mismas… Bueno, podemos ir conociéndonos poco a poco.”

“Si ese es el caso... ¿Puedo hacerte algunas preguntas mientras estamos de camino?Será para que podamos conocernos.”

“Está bien.”

De momento, recopilaré algo de información.

La primera sería...

“Mencionaste ser una de las Cuatro Luces de Guerra, pero ¿qué son exactamente?”

Por lo que intuí de ese título, parece ser algo así como líderes de los soldados bajo su mando.

Parece que son así por el estilo, como los llamados Cuatro Reyes Celestiales.

“¿Hmmm? Ahh, es el título dado a las cuatro personas que sobresalieron en combate. A la vez, también son los líderes de sus respectivas legiones, un.”

Lo sabía.

“¿Gratora-dono también es una de ellos?”

“Ella es la Capitana de la Guardia Real del Rey, así que no lo es. Sin embargo...”

Armia respondió al saludo de un soldado orco levantando la cabeza antes de continuar.

“Si nos incluyes a nosotros, las Cuatro Luces de Guerra, Su Majestad, la Primera Ministra y la Capitana de la Guardia Real, a menudo se nos conoce como las Siete Luces.”

“Las Siete Luces de la esperanza que velan el País Lejano, ¿verdad?”

Armia rió ligeramente en respuesta.

“Cuando lo pones de esa manera, me siento un poco avergonzada.”

“Hablando de eso, el estilo de vida de la gente de este país no es diferente del estilo de vida de los Humanos, huh.”

A simple vista, no parece que tuvieran una cultura muy peculiar.

Parece que su estilo de vida es lo más parecido posible al de los humanos.

Esa es la impresión que tuve al mirar a mi alrededor.

Lo único que difiere mucho del mundo exterior sería la proporción de humanos.

“Es la política de Su Majestad, un.”

“¿Sabes la razón?”

“Es para prepararnos para el día en que vivamos en armonía con los humanos... o eso dijo Su Majestad. Sería más fácil integrarnos en la sociedad humana si estuviéramos acostumbrados a su cultura y estilo de vida, o algo así.”

Ya veo.

“Bueno, eso fue algo que escuché de la primera ministra, Lieselotte-sama, cuando me habló refunfuñando de Su Majestad.”

Refunfuñando, huh.

Supongo que la Primera Ministra estaba disgustada con la política del Rey, ¿huh?

En ese momento, noté la mirada inquisitiva en los ojos de Armia.

“—¿Ocurre algo?”

“Dijiste que Anuel-dono te mencionó sobre la ubicación de este país... pero ¿no has escuchado nada de Anuel-dono sobre algunas cosas relacionadas con nuestro país?”

Sé muy poco sobre este país...

Al parecer, ella tenía curiosidad sobre eso.

“Me dijeron que en esa época, ella sólo daba sabiduría y herramientas a la gente de este país... y que no veía desarrollo del país en sí. También dijo que pocas de las personas que conocía en ese entonces, no estarían aquí actualmente.”

Por eso, ella dijo que casi no tenía sentido dar información "antigua" que tenía de aquella época.

Eso es lo que me dijo Erika, también conocida como "Anuel".

Además, dijo que probablemente había muy pocas personas con vida de las que ella conocía, aparte del rey Zect.

Su rostro parecía un poco triste al hablar sobre esto, así que no insistí más.

Los que tienen una corta duración de vida...

Y los que tienen una larga esperanza de vida.

Supongo que aquí es donde entra en juego la "discrepancia" entre ambos.

A medida que los años transcurrían, el número de personas que conocía se reducía.

Supongo... que también es el mismo caso para Seras de raza longeva, huh.

De todos modos, asentí en respuesta a la pregunta de Armia.

“Yo, por mi parte, no conozco a Anuel-dono. Escuché que el número de personas de este país que conocieron a Anuel-dono en persona, podría contarse sólo con los dedos de una mano— En otras palabras, sólo unas pocas razas longevas, incluyendo a Su Majestad. Nadie entre los Cuatro Luces de la Guerra la conocía. Por lo tanto, para nosotros, Erika Anarveil podría decirse como un ser de leyenda, un.”

Una leyenda viviente, huh.

Entonces, volví a cambiar el tema de conversación.

“—Por eso podría decirse que soy ignorante en todo lo referente a este país. Así que, estaría agradecido si Armia-dono pudiera enseñarme algunas cosas.”

“¿Hmmm? Aunque no estoy segura de ser la persona adecuada para enseñarte. ¿Hablas en serio?”

“Creo que por la conversación que tuvimos... es fácil hablar con Armia-dono, y tus respuestas a mis preguntas fueron claras. Es por eso que pensé que eres la persona adecuada para esto.”

“¡¿Mhmmnnhh?! ¡Bien entonces, lo haré!”

Con las manos en las caderas, Armia hinchó el pecho orgullosamente.

Me pregunto si es porque estaba respirando por la nariz según lo que escuchaba... pero incluso el velo de su rostro parecía como si estuvieran esponjosamente empujados hacia afuera de su boca.

Cómo decirlo— Qué mujer fácil engañar es.

Incluso siendo así...

Mientras la parte superior de su cuerpo mantenía su postura, la parte inferior se deslizaba hacia delante a una velocidad lenta.

La parte inferior del cuerpo de una Lamia es capaz de moverse mientras controla hábilmente su velocidad, huh.

“......”

Creo que es muy divertido observar a los Semi-humanos.

◇◆◇

Y así...

Caminamos hacia nuestro destino, con Armia enseñándome muchas cosas.

Gracias a esto, creo que he conseguido una buena cantidad de información.

Después de salir del castillo, nos dirigimos al Distrito Oeste.

Ese muro de roca que rodea la ciudad del castillo...

Al ver de cerca el muro de roca, pude ver pasadizos y puertas en algunos lugares.

Al parecer, el distrito urbano que se ve desde el castillo no es lo único que hay en este país.

Al parecer, el país continúa más allá de los pasadizos y puertas de ese muro de roca.

 

Después de atravesar el Distrito Oeste, entramos en uno de esos pasadizos.

Este pasadizo parece uno de los que se pueden encontrar en las mazmorras artificiales.

Gracias a las piedras brillantes de alrededor, el pasadizo estaba ligeramente iluminado.

 

Después de atravesar el pasadizo, nos encontramos en un espacio abierto.

En pocas palabras, este lugar es una "aldea construida en una cueva".

Esa fue mi primera impresión.

En la parte interior de la cueva, pude ver un lugar que parecía un manantial.

Cerca de este, había una pequeña arboleda con varios árboles.

Las paredes y el techo que rodeaban la cueva, estaban parcialmente tallados con diferentes motivos.

Supongo que este lugar debe haber sido alguna vez parte de una ruina.

Y— Aunque no hay muchos de ellos, pude ver algunos seres con forma humanoide.

Las personas que caminaban alrededor tenían el cabello plateado.

Sus ojos eran de un gris claro, casi cercano a la plata.

Es sólo que...

Tienen algo que los humanos normales no poseen.

Alas negras.

Al parecer era una raza alada.

... Ya veo.

Así que ellos son— la Raza Prohibida.

Todos parecían estar mirando hacia aquí.

Para ser específicos, sus miradas se dirigían principalmente hacia mí.

En el País Lejano, hay muchas razas con diversas apariencias.

Sin embargo, no sé si se debía a mi traje del Rey Mosca, pero parece que mi apariencia es particularmente inusual.

Probablemente se deba a que no están acostumbrados a ver a alguien como yo.

Sin embargo... No parece que estén siendo vigilantes conmigo.

Probablemente esto se deba al hecho que Armia, una de las Cuatro Luces de Guerra, me acompañaba.

“Este es el pueblo donde viven los Kurosagas.”

Dijo Armia, agitando su mano como una guía turística.

 

“Ya le avisé sobre tu llegada, pero de momento, iré a ver a la jefa. Espera aquí un momento.”

“Entendido.”

Miré a Armia mientras su espalda se alejaba.

No pasó mucho tiempo, pero ¿quizás fue porque habíamos hablado por el camino?

Siento que su actitud hacia mí se inclina hacia un lado positivo, lo suficiente como para que me muestre su espalda.

“......”

¿Hmm?

Me fijé en una chica joven con el cabello corto que me miraba fijamente.

A primera vista, parecía un chico apuesto, pero era una chica.

Por su aspecto… Parece estar en la adolescencia.

Parece una chica dócil.

Cuando giré para mirarla— se dio la vuelta y salió corriendo.

 

Después de un momento, Armia volvió.

“Bueno, entonces, sígueme, Belzegia-dono.”

Me llevaron a un edificio en el interior del pueblo.

Era una casa hecha de barro.

Mirando a las casas aledañas, este parece comparativamente más grande.

Al regresar la vista a la casa de barro, no vi a nadie vigilando la entrada.

Esta casa de aspecto antiguo parecía discreta y tranquila.

“Sigue.”

"Pasa", me instó Armia.

“Armia-dono, ¿no vienes conmigo adentro?”

“Un, la jefa quiere hablar contigo a solas. Por eso, te esperaré por aquí.”

“Entiendo.”

“Una vez dentro, un... Sigue de frente por el pasillo, luego gira a la izquierda. En la habitación del final de ese corredor, encontrarás a la Jefa Munin.”

Entré por la puerta abierta... o mejor dicho, por este lugar que parecía más un vestíbulo.

Era una casa antigua, pero el interior parecía estar en constante mantenimiento.

Por lo limpio que estaba este lugar, podía sentir la naturaleza meticulosa de la gente que lo cuidaba.

Seguí la dirección que me habían indicado.

 

Al llegar a la habitación del final del pasillo, llamé hacia la puerta.

“Soy Belzegia.”

“Adelante.”

La suave voz de una mujer, respondió a mi llamada.

“Disculpe mi intromisión.”

Diciendo esto, abrí la puerta y entré.

La habitación a la que llegué era bastante espaciosa.

Había una gran silla de madera cerca de la pared frontal.

La silla estaba profusamente cubierta con un montón de tela.

Parecía que la habitación estaba iluminada por la luz anaranjada de una lámpara...

Sin embargo, no parecía llegar a todas las zonas de la habitación, ya que había creado sombras en muchos lugares de esta.

Cómo decirlo…

Parece una mini sala de audiencias.

Entonces...

“¿Cuál fue el motivo de tu visita?”

Gritó una mujer elegantemente erguida.

Su cabello era lo suficientemente largo como para cubrir su espalda.

Como el resto de la Raza Prohibida, su cabello era plateado.

Es un plateado más intenso que el de esa Diosa de m*erda.

Su cabello estaba cuidadosamente dividido a izquierda y derecha.

La cual caía por delante de los hombros, cubriendo su pecho.

Y detrás de ella... había unas alas negras.

Su piel era blanca.

Se podría decir que era alta.

Es un poco más baja que yo, pero debería ser más alta que Seras.

Supongo que su altura se aproxima al de Erika...

No era delgada.

Pero tampoco era gorda.

Tiene unas cejas finas que parecían ser dibujadas con un pincel.

Me miró con ojos que parecían rasgados.

Sin embargo, a diferencia de las personas con ojos rasgados que conocía, la impresión que me dio su rostro bien formado — fue de dulzura.

Desde la primera impresión que tuve de ella, no parecía que fuera una persona severa.

“No, supongo que deberíamos presentarnos primero, ¿verdad?”

La mujer que parecía ser la Jefa sonrió ligeramente.

No sé si fue por mi apariencia, pero pude sentir nerviosismo en su voz.

Pero aun así, su voz suena relajante a mis oídos.

No sé si debería decir que era una voz que sonaba compasiva...

¿Cómo decirlo…?

Podría ser mayor de lo que pensaba.

Tenía la calma que uno puede sentir de un "adulto".

“......”

No, bueno, si dijera eso, ¿entonces qué pasaría con esa bruja tan mayor?

Creo que su ropa se parece a las llamadas togas.

Es algo así como el atuendo de los que se ven en las pinturas de la Antigua Grecia...

O tal vez, supongo que también se podría decir que…

 

"Parece la vestimenta de un chamán"

 

Algo así como el atuendo que llevaría alguien que dirige un oficio religioso.

Mirando de cerca, había algunas partes delgadas y bastante transparentes en la tela blanca de su ropa.

Supongo que por eso me parece que ella es demasiado reveladora.

El velo que llevaba en la cabeza también era parcialmente transparente.

El diseño era un poco parecido a los velos que llevaban las monjas.

Me parece que se llamaban velos de hermana o algo así.

Hablando de eso...

Seras también llevaba un velo así cuando usaba el seudónimo de Mist.

Sin embargo, comparado con el que llevaba Seras, el que lleva la mujer que tenía delante parece un poco menos de monja.

“Soy la Jefa de la Kurosaga, Munin.”

La Jefa se puso de puntillas y se presentó.

Le devolví la reverencia en respuesta.

“Una vez más... Soy el líder de un grupo mercenario llamado Escuadrón del Rey Mosca, Belzegia es mi nombre. Gracias por darme esta oportunidad de hablar con usted.”

Asintiendo con la cabeza, Munin sonrió ligeramente.

Y luego...

“Por favor, siéntese.”

Me instó a sentarme en una silla cercana.

Siguiendo su consejo, me senté en la silla más cercana a Munin.

Ella se sentó de nuevo en su sitio.

“Bien entonces, déjame preguntarte una vez más...”

Al decir esto, Munin colocó con gracia las manos sobre su regazo.

“¿Cuál es el motivo por el que has venido a visitarnos, la Raza Prohibida?”

Preguntó ella.

“Sí. ¿Te importa si voy directo al grano y digo lo que deseo?”

“—Por favor, hazlo.”

Levanté la mochila, que había colocado en el asiento, de mi costado.

Y de su interior, saqué cierto libro.

El Libro de Hechizos de Encantamientos.

Cogí uno de los tres libros que tenía en la mano y se lo puse frente a ella.

Entonces, Munin tragó saliva.

“Eso es...”

“He oído que sólo tu pueblo, la Raza Prohibida, puede leer las palabras escritas en este libro de hechizos. Quiero adquirir el secreto que contiene este libro de hechizos... el poder de las Maldiciones Prohibidas.”

“—Las Maldiciones Prohibidas.”

Munin, que había estado tranquila y serena hasta ahora, jadeó.

Sus ojos rasgados se abrieron de par en par.

Con su jadeo, ahora podía ver sus pupilas grises cenicientas con un toque de azul.

Sus ojos, que parecían joyas, temblaron ligeramente.

“.....”

Al verla fijamente, observé cada uno de los movimientos de Munin.

“Ummm...... ¿Qué sucede...”

¡Gulp!

Más fuerte que antes, nuevamente tragó saliva— antes de preguntar.

“¿Cuál es tu propósito... para tratar de adquirir el poder de las Maldiciones Prohibidas?”

Miró la mano izquierda que una vez había alzado el dedo del medio hacia "esa persona".

Sosteniéndola frente a mí, respondí.

“Es para poder aplastar a alguien. Tan profundo... que nunca será capaz de levantarse de nuevo.”

Con sus ojos aún temblorosos, Munin intercambió miradas conmigo.

Sus piernas expuestas temblaban ligeramente.

Se puso la mano en el pecho y respiró profundo.

Como si intentara calmarse.

Y entonces…

“¿Quién es esa persona?”

“Una Diosa.”

Sintiéndome ligeramente irritado por sólo mencionar su nombre— continué.

“La Diosa de Alion, Vysis.”



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