Hazure Waku Capítulo 224
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Las Maldiciones Prohibidas
Al oír
el nombre de esa Diosa, Munin preguntó.
“...
¿Cuál es tu razón para hacer eso?”
“Venganza.”
Respondí
con convicción.
Al
escuchar mi respuesta, la mirada de Munin fluctuó.
Parecía
que estaba buscando las palabras adecuadas.
“Belzegia-san,
eso es...”
Como
si las palabras que estaba a punto de pronunciar se le hubieran atascado en la
garganta, Munin se detuvo y agachó la cabeza.
Tenía
los labios apretados.
Poco
después...
“Ummm...”
Como
si hubiera decidido algo, Munin levantó la vista.
“Entiendo.”
Esas
palabras fue lo que dijo la Jefa de la Raza Prohibida.
Haciendo
una pausa, reafirmé lo que ella acaba de decir.
“¿Qué
quieres decir con entiendo?”
“Significa
que cooperaré contigo. Con tu... venganza.”
“......”
Desde
que mencioné las Maldiciones Prohibidas...
Sus
emociones fueron claramente sacudidas.
Era
obvio por su reacción.
Y
mirando sus ojos y su expresión, había en ellos—
Expectación.
Esperanza.
Desde
el momento en que mencioné las Maldiciones Prohibidas, se inquietó.
Sus
rodillas temblaban…
Y
su respiración se volvió pesada.
Era
como si…
—"El momento finalmente
ha llegado."
…
Ella estaba pensando en tal cosa.
Como
si hubiera estado esperando este momento.
Por
eso, le dije con sinceridad el por qué quería obtener el poder de las
Maldiciones Prohibidas.
En
resumen...
“Tú
también tienes algo... contra esa Diosa, ¿verdad?”
Pregunté.
Con
los ojos ligeramente abiertos, Munin apretó los labios.
Y
finalmente, habló.
“Esa
Diosa quiere... borrarnos, la Raza Prohibida, de este mundo.”
Como
para repasar la información que tenía a mano, hablé.
“Cuando
te enteraste de esta información, huiste a este país.”
Con
las manos juntas sobre el regazo, Munin asintió.
“No
sé qué tipo de conjuros son las Maldiciones Prohibidas. Pero como ya sabrás,
las Maldiciones Prohibidas parecen ser un poder que la Diosa considera
inconveniente para ella.”
Munin
deja escapar un suspiro agotado.
“Esta
información se ha transmitido de generación en generación. Nuestra generación
actual... ni siquiera sabe nada del mundo exterior. Si la Diosa nos
encuentra... Ella seguramente matará hasta el último de nosotros.”
Podía
sentir tristeza por la leve sonrisa en los labios de Munin.
“He
oído que, cuando la Raza Prohibida aún vivía en el mundo exterior... muchos de
nuestros hermanos fueron asesinados por la Diosa. Cuando se enteró de la
existencia de las Maldiciones Prohibidas, aparentemente intentó erradicar a la
Raza Prohibida. Pero justo cuando lo estaba haciendo... descendió la Raíz de
Todo Mal.”
En
medio del caos y la confusión por la llegada de la Raíz de Todo Mal…
Los
Semi-Humanos...
Los
Monstruos...
Y
la Raza Prohibida…
Su
migración a gran escala comenzó.
“Se
dice que la Raíz de Todo Mal que descendió en aquel momento era bastante atroz.
Su invasión fue aparentemente tan feroz que hacía temblar a la gente sólo de
pensar en aquella época. Sin embargo... Irónicamente, debido a la ferocidad de
la invasión de la Raíz de Todo Mal, la Diosa y las fuerzas humanas dedicaron
todo para luchar contra ellos. Lo que también significaba que no tenían
recursos para ocuparse de nosotros.”
*
Los
Semi-humanos y los monstruos en aquel momento...
sintieron
que habían llegado al límite de lo que podían hacer para vivir pacíficamente en
este continente.
Los
Semi-Humanos tienden a ser perseguidos.
Incluso
los monstruos que no tienen ojos dorados…
—"Nunca sabrás cuando sus ojos se volverán
dorados."
Así
es como los consideraban peligrosos.
Mientras
la mayor parte del continente sentía temor por la invasión de la Raíz de Todo
Mal...
Algunos
de ellos comenzaron a hacer planes para esconderse en algún lugar.
Un
lugar seguro para vivir donde los humanos no pudieran encontrarlos.
Ellos
pensaban que sería grandioso que existiera tal lugar para ellos en alguna
parte.
Entre
los que planeaban qué hacer, estaba el Rey Inmortal Zect.
Lo
que tenían sus ojos en ese momento— era una enorme ruina subterránea.
Una ruina que aún se
desconoce su existencia en el continente.
En
ese momento…
Quien
les dio una mano fue Anarveil.
Ella
les dio sabiduría y herramientas que necesitaban.
Y
así, liderados por el Rey Inmortal Zect— tuvo lugar una migración a gran
escala.
*
Hablando
hasta ahí, Munin se detuvo un momento.
¿Está pensando en sus hermanos
del pasado que fueron masacrados?
Tras
un momento de silencio, como si rezara por ellos, volvió a abrir la boca.
“En
aquel tiempo, durante el gran caos causado por la Raíz de Todo Mal... La única
oportunidad fue cuando la Diosa y los humanos tenían las manos ocupadas
lidiando con la Raíz de Todo Mal.”
“Ya
veo... Así es como tu pueblo, la Raza Prohibida, escapó de los ojos y las manos
de la Diosa. Sin embargo—”
La
Diosa no ha renunciado a erradicarlos todavía.
Parece
que Munin se acaba de enterar.
Debió
enterarse cuando el mensajero del Rey Zect vino a "molestarlos".
Y
se enteraron por mí de que Vysis estaba planeando algo contra ellos otra vez.
Hace
poco, un grupo llamado la Espada Heroica se enteró de este lugar.
Y
que la Diosa posee otra Bestia Divina además de Nyaki.
Actualmente,
los subordinados de la Diosa están probablemente de camino a este lugar.
“Como
dije, la Diosa no ha renunciado a eliminar a tu gente, la Raza Prohibida, de
este mundo todavía.”
“Ese
parece ser el caso.”
Cabizbaja,
Munin bajó los hombros.
Sin
embargo, inmediatamente levantó la mirada.
“La
Diosa debió enterarse más tarde de que la Raza Prohibida había desaparecido de
este continente en algún momento. Junto con un gran número de Semi-Humanos y
Monstruos. La razón por la que no pudo encontrar este lugar durante mucho
tiempo… El Rey Zect adivinó que era porque Anarveil-sama había tomado algunas
medidas para ayudarnos mientras ella sigue en el mundo exterior.”
“...
Ya veo.”
Es
de ella, Erika, de quien estamos hablando.
Es
posible que ella haya tomado algunas medidas para prevenir el descubrimiento de
este lugar.
“Pero
como Belzegia-san sabe, la Diosa nunca renunció a perseguirnos. Sí… Supongo que
probablemente nunca se dará por vencida. Hasta que nuestra gente, la Raza
Prohibida— fuera completamente erradicada.”
“Eso
es lo que yo pienso también.”
Sin
embargo, por el contrario.
Eso
muestra completamente su punto débil.
La
existencia de las Maldiciones Prohibidas.
La
cautela de la Diosa hacia ellas reafirma esto.
“En
el caso—”
Los
ojos de Munin se abrieron con claridad.
“Si
la Diosa no es derribada, nunca llegará el día en que nuestro pueblo, la Raza
Prohibida — los Kurosaga pueda descansar en paz.”
“Eso
significa...”
“Sí,
Belzegia-san.”
Munin
se levanta de su asiento.
“Si
es para derrotar a esa Diosa, nosotros, la Raza Prohibida, cooperaremos
contigo.”
Ojos
llenos de fuerte determinación.
Fijamente
me miró con esos ojos.
Al
recibir su mirada, bajo mi máscara — sonreí.
Nuestros
deseos se alinearon.
Mis
deseos, y los deseos de la Raza Prohibida.
Supongo
que debería ser obvio.
Esa
Diosa de mierda parece ser capaz de vivir para siempre.
Si
no muere, vivirá continuamente.
Siendo ese el caso...
La
Diosa debe ser aplastada.
Sí.
La
única manera que ellos sobrevivan— es aplasándola.
Esa
diosa malvada.
Poniéndome
de pie.
Entonces,
incliné la cabeza.
“Por
tu disposición a cooperar, tienes mi gratitud. Siente mi corazón con alivio
sabiendo que un aliado confiable está de mi lado.”
Levantando
la cabeza, continué.
“Ahora
bien, con eso decidido...”
Aunque
logré ganarme su cooperación...
¿Qué
debo hacer ahora?
“Munin-dono.”
“Puedes
parar con esa forma rígida de dirigirte a mi, ¿sabes?”
La
expresión severa que tenía antes se suavizó un poco.
Riéndose,
la mirada de Munin se suavizó.
“Incluso
te estoy llamando Belzegia-san también de todos modos.”
“...
Entonces, será Munin-san. ¿Podrías decirme qué sabes sobre las Maldiciones
Prohibidas? A decir verdad, lo único que sé de ellas es que 'Estas Maldiciones
Prohibidas pueden adquirirse en el Libro de Hechizos de Encantamientos, y
parece que son efectivas contra la Diosa'.”
Sí, la verdad es que...
Sorprendentemente sé poco
sobre las Maldiciones Prohibidas.
Al
escuchar lo que dije, los ojos de Munin se entrecerraron—
“Entendido.”
—y
sonrió.
“Bueno,
entonces, lo primero que necesitas saber es que... Como su nombre indica,
nosotros, la Raza Prohibida somos capaces de leer una escritura antigua
especial que se considera 'Prohibida'. Por cierto—”
Munin
sonrió irónicamente.
“El
nombre de 'Raza Prohibida' es como nos catalogó la Diosa, y de algún modo se
nos quedó grabado. En otras palabras, en realidad no nos llamamos así.”
“El
nombre original de tu pueblo era "Kurosaga", ¿verdad?”
“Sí.
Sin embargo, nos enseñaron desde pequeños que 'éramos una raza prohibida'. Por
lo tanto, realmente no tenemos mucha resistencia a ser llamados la 'Raza
Prohibida'. Así que, por favor, no te preocupes por eso.”
“Entiendo.”
—"No nos importa que nos llamen Raza Prohibida."
—Parece que estoy siendo
notificado como tal.
“¿Sabes
cómo invocar la Maldición Prohibida?”
“Nunca
la he invocado, ni he visto antes un Libro de Hechizos de Encantamientos. No
hay ni un solo Libro de Hechizos de Encantamientos en nuestra aldea.”
Así
que por eso...
“Sin
embargo…” Munin continuó.
“Sé
cómo invocarlo.”
“——”
Son
buenas noticias.
Ahora,
no tengo que buscar la manera de invocarlo por mi cuenta.
Munin
comenzó a explicar la invocación.
“Primero,
se debe leer el conjuro del libro de hechizos. Luego— 'Fijarás' la Maldición
Prohibida sobre ti.”
Suena como si fueras a
pulirte con estas Maldiciones Prohibidas.
“Luego,
un patrón será impreso en una parte del cuerpo. Por lo que me dijeron, si uno
quiere lanzarlo en ese estado, se tendría que recitar el encantamiento
nuevamente y entonces, se activará. También... Requiere poder mágico para
activarse. Nosotros, los Kurosaga, somos expertos en refinar y manipular el
poder mágico, así que no debería haber ningún problema. Es sólo que... En realidad,
el aspecto más importante es que— ¿Belzegia-san? ¿Hay algo que te molesta?”
Parece
que inconscientemente me había llevado la mano a la barbilla.
“Es
que, quiero preguntar algo antes del proceso de activación...”
Ordenando
la pregunta que tenía en mente, pregunté.
“La
naturaleza de esta Maldición Prohibida... En otras palabras, qué tipo de efecto
y cuán efectivo es el encantamiento. ¿Seguirán siendo desconocidos hasta que
realmente lo uses tú misma?”
Munin
parecía haber empezado a pensar en ello también.
“Me
enseñaron que hay más de un tipo de Maldición Prohibida… pero no estoy muy
segura de si hay alguna forma de determinar qué tipo de conjuro era antes de
activarlo— Supongo que sí, ciertamente eso sería...”
Sus
ojos se abrieron, y me miró con sus ojos rasgados.
“¿Te
importaría... si miro uno de los Libros de Hechizos de Encantamientos un
momento?”
“Aquí
tienes.”
Desaté
el nudo que rodeaba el libro de hechizos en forma de pergamino y se lo entregué
a Munin.
Al
recibirlo, ella lo desplegó.
Sujetándolo
por la parte superior e inferior del pergamino, Munin empezó a inspeccionarlo.
Eventualmente—
Sus ojos se abrieron de par en par.
Después,
se puso a mi lado y señaló algo en la parte inferior del libro de hechizos.
“Este
no es el encantamiento para un Hechizo de Canto.”
“¿No
es un encantamiento?”
En
nuestra ubicación actual...
Si
volteara mi cara hacia el costado, vería inmediatamente el rostro de Munin
junto a la mía.
“Esta
parte aquí, menciona los efectos de la Maldición Prohibida.”
“——”
Para
ser honesto...
Pensé
que tendríamos que deducir el efecto del contenido del canto.
Sin
embargo, parece que los efectos están cuidadosamente escritos.
“...
Y entonces, ¿qué efecto tiene esta Maldición Prohibida?”
“Tiene
'el poder de borrar y sellar cualquier habilidad de tipo Barrera que tenga un
Dios'.”
En
mi mente, los recuerdos de aquel
momento regresaron.
La
escena de aquel momento... Y la
irritante voz de esa Diosa de mierda.
"Mi <Burbuja de Disipación> siempre actúa
como una barrera protectora a mi alrededor."
Barrera protectora.
Eso significa— Es algo así
como una delgada "pared" que cubre su cuerpo.
"Veamos... aunque sea contra un Rango E como tú,
es una defensa absoluta que me protegerá automáticamente de Hechizos de Tipo
Estado Anormal como el tuyo."
Defensa absoluta.
Eso significa, que
"tiene habilidades defensivas".
Y por lo tanto, es una
habilidad de tipo Barrera.
No puedo asegurar que esta
Maldición Prohibida se encargue completamente de esa burbuja suya.
No hay ninguna cosa en la
vida de la que uno pueda estar seguro.
Por lo tanto— no puedo
decirlo con seguridad.
Sin embargo...
“Eso
es suficiente para mí.”
Miré
el libro de encantamientos que tenía delante.
Colocando
mi dedo índice en el centro, dije.
“Eso
ya vale lo suficiente— como para arriesgarme.”
◇◆◇
“Por
cierto, Munin-san.” Dije, guardando el Libro de Hechizos de Encantamiento.
“Iría
directamente al grano. Pero hay algo que me gustaría preguntarte... ¿Es posible
que una persona no alfabetizada pueda "fijar" esta Maldición
Prohibida? En otras palabras… Si uno puede aprender a leer y es capaz de leer
el encantamiento por sí mismo, aunque no pertenezca a la Raza Prohibida, ¿no
podría utilizarlo?”
Entonces,
Munin puso un rostro de preocupación.
“Es
posible— e imposible.”
Posible
e imposible.
Podría
significar que mi pregunta podría responderse de cualquier manera.
Munin
debió entender la ambigüedad de mi pregunta.
Inmediatamente
añadió más información.
“En
conclusión, el proceso de "fijar" es posible.”
“Sin
embargo, hay otro problema.”
“Sí.”
Fwish...
Mientras
decía esto, Munin desató el nudo cerca de su hombro.
La
tela anudada se desató, y su velo comenzó a deslizarse hacia abajo.
Munin
se alejó unos pasos y me dio la espalda.
A
continuación— Se bajó la prenda hasta la cintura.
La
parte superior de su cuerpo quedaba completamente al descubierto.
Cubriéndose
los pechos con un brazo, Munin se dio la vuelta suavemente.
“Por
favor, mira esto.”
Unas
alas negras brotaron alrededor de sus omóplatos.
En
medio de las raíces de sus alas—
Un
poco por debajo del cuello, un patrón dibujado estaba allí.
Era
de color gris claro.
Sin
embargo, no parecía que fuera un tatuaje.
“Se
dice que este patrón representa dos alas, un brazo, un ojo, una espada, un
escudo... y una cadena.”
Aunque
es difícil de entender sin su explicación...
Si
divides ese patrón en partes, ciertamente podía ver que realmente se ve así.
Era
un símbolo demasiado simplificado que uno no habría entendido lo que
significaba a menos que se lo dijeran.
En fin...
¿Cuáles eran las intenciones
de Munin al mostrarme esto?
Quizás...
“¿Sólo
puede ser usado por alguien que tiene este patrón?”
“Si
es sólo "fijar" el Hechizo Prohibido, es posible que cualquiera lo
haga. Sin embargo... 'Si alguien que no lleva este patrón usa la Maldición
Prohibida, morirá'.”
“......”
“Por
lo que me dijeron... Experimentará un inmenso dolor y la sangre brotará de su
cuerpo hasta que pierda la vida.”
Con
un tono que parecía querer sonar siniestro, empezó a ponerse la ropa.
Por
su descripción, suena como una combinación de <Paralizar> y
<Berserk>.
Sin
embargo, ya veo...
“Por
eso, dije 'es posible e imposible'.”
Una
persona sin ese patrón sólo puede "fijar" la Maldición Prohibida.
Sin
embargo, usarlo significaría su muerte.
Fumu.
“Por
cierto…” Pregunté de nuevo.
“Si
una persona sin ese patrón lo usa... ¿se activa el hechizo en sí, aunque el
usuario muera?”
“......”
“Supongo
que eso es desconocido, huh”
Activando
una Maldición Prohibida a cambio de su muerte.
No… Sin embargo...
Incluso
si eso fuera posible—
“Desafortunadamente,
no.”
Munin
negó con la cabeza disculpándose.
No funcionará, huh...
Simplemente
morirás sin siquiera conseguir que se active.
Si
ese es el caso...
“Entonces,
para activar las Maldiciones Prohibidas, necesitaré la ayuda de uno de la Raza
Prohibida que tenga esa marca.”
Munin
asintió.
“Además,
con respecto a la Raza Prohibida que posee esa marca... Sólo otra persona de la
aldea y yo la poseemos.”
No
todos los de la Raza Prohibida tienen patrones.
Sólo
hay dos personas que lo tienen.
“Por
eso, tendría que estar presente cuando llegue el momento.”
“Estoy
agradecido por eso pero… ¿estás segura? Se supone que eres la jefa, ¿no?”
Al
oír mis palabras, los ojos de Munin se abrieron un poco— y una pequeña sonrisa
apareció en sus labios.
“Es
exactamente porque soy la Jefa que estoy haciendo esto. Creo que debo hacerlo
por el futuro de los Kurosaga. Esta es mi misión como Jefa.”
Su
sonrisa era suave, pero llena de determinación.
Me
arrodillé y volví a inclinar la cabeza.
“...
Entiendo. Por tu determinación, te doy las gracias desde el fondo de mi
corazón... Me comprometo a hacer todo lo posible para que tu determinación
nunca se eche a perder. Con todas mis fuerzas... ¡aplastaré a la Diosa Vysis!”
Enderezando
su postura en respuesta, Munin juntó las manos frente a su estómago.
Riendo,
inclinó ligeramente la cabeza y sonrió.
“Sí.
Yo también te lo agradezco de todo corazón.”
Al
decir esto, la sonrisa en sus labios se convirtió en una amarga.
“Sin
embargo... Hay una cosa más que realmente necesitaríamos para usar las
Maldiciones Prohibidas, además del poder mágico.”
Parece
que todavía hay algo que necesito encontrar.
“Necesitaríamos
un 'médium'.”
“Un
medium...”
“Lo
siento mucho, pero ese médium no existe en esta aldea desde hace mucho tiempo.
También— El médium era aparentemente tan difícil de encontrar como los Libros
de Hechizos de Encantamientos.”
“Sin
embargo, ¿has visto uno de estos médiums? ¿Podría describir su forma o algo
notable sobre él…?”
“Lo
siento... nunca lo he visto, así que no puedo decir mucho al respecto.”
“No.
Eso no es algo por lo que tengas que disculparte, Munin-san.”
Con
el rostro desencajado, Munin parecía cabizbaja.
“Umm,
en caso que sepas sobre este ítem... Escuché que antes que evacuaran a este
país, estaban adquiriendo el medium 'en las Montañas Nashul en el oeste del
continente'. Sin embargo, parece que ya se consideraba un ítem raro en su
época... Así que adquirirlos hoy en día es—”
“No
estoy muy segura…”, volvió a decir Munin disculpándose, negando con la cabeza.
“......”
Ya veo.
No
puedes aprender las Maldiciones Prohibidas simplemente leyéndolas.
Necesitarías
un médium que hiciera de "intermediario" entre el Libro de Hechizos y
el aprendiz.
“¿Son
consumibles esos médiums? ¿O tal vez, sólo necesitarías uno de estos médiums
para lanzar repetidamente la Maldición Prohibida”
“Se
dice que se consumen cuando se invoca en tu cuerpo. También he oído que el
patrón que está fijada en el cuerpo de uno también desaparecería tras haberlos
usado.”
Eso
significa...
Las
Maldiciones Prohibidas sólo podrían activarse en función al número de médiums
que podamos adquirir.
No es como una habilidad que
se puede usar repetidamente mientras tengas MP, huh.
En
resumen— son hechizos que no debo desperdiciar.
Cuando utilice la Maldición
Prohibida, debo asegurarme de usarla sólo en el momento decisivo.
… Sin embargo, es un ítem
raro, uh.
Llevándome
el pulgar a la barbilla, hablé.
“Hablando
de ítems raros... sé algunas cosas sobre los países del oeste.”
Sí…
El
Principado Jonato y el Imperio Mira.
Estos
dos países estaban en el oeste del continente.
Escuché
que Jonato ha estado acaparando ítems raros que ellos llaman "Reliquias
Sagradas".
Estoy
seguro que Mira también tendría una gran casa del tesoro con una gran cantidad
de ítems raros.
Además,
no creo que sean países que ofrezcan todo a la Diosa.
Y
lo que es más importante, esos dos países se encuentran en la región occidental
del continente.
Y
además, las montañas donde se puede obtener el médium raro también se encuentra
en el oeste.
“......”
He
oído que Jonato sufrió muchos daños en la última gran invasión.
Su
capital real aparentemente sufrió daños considerables.
Si
es ahora— podría ser inesperadamente fácil para nosotros infiltrarnos.
Si recuerdo correctamente, de
acuerdo a la información obtenida de la Espada Heroica...
Parece que su general, el
hermano del Emperador Loco, está tras la Bestia Divina, uh.
Se
me hace difícil sacar a Nyaki de este país.
En
la medida de lo posible, no quiero hacer un acto como este tampoco.
Sin
embargo, realmente no necesito sacar a Nyaki de este país...
Pero
con su estancia en este país, ¿no podría hacer uso de su presencia como una
palanca en mis negociaciones con ellos?
“Si
hay algo que pueda hacer para ayudarte a conseguir el médium, por favor no
dudes en hacérmelo saber. Lo que quiero decir es, ummm… Si vas a emprender un
viaje para encontrarla, me gustaría acompañarte. Ah— No tienes que preocuparte
por mis alas. Puedo hacerlas más pequeñas, aunque me resultaría difícil
mantenerlas ocultas durante mucho tiempo. Además... te las enseñaré más tarde,
pero los portadores del patrón también tenemos algunas habilidades especiales
convenientes que podríamos utilizar...”
Reflexionando
un rato, con el pulgar aún en la barbilla, la miré.
“Por cierto, Munin-san, ¿cómo se llama ese ítem raro?”
“Se llama Piedra del Dragón Azur.”