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Failure Frame Vol. 6 capítulo 1

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 Failure Frame volumen 6 capítulo 1 en español


Esperaaa...!!
Failure Frame: I Became the Strongest and Annihilated Everything with Low-Level Spells

 De la destrucción al retorno a casa


YA ERA DE NOCHE. Aproximadamente en una hora, estaba prevista una reunión entre los capitanes supervivientes para discutir sus planes futuros.

Se había ganado la batalla, pero seguían llegando informes de los ejércitos supervivientes. Los comandantes vociferaban órdenes a sus subordinados para establecer un perímetro y custodiarlo adecuadamente. Existía la posibilidad que los monstruos siguieran acechando dentro o fuera de la ciudadela.

Ante la convocatoria de la Princesa del Sacro Imperio de Neah, entré en el campamento de Neah con Eve y Slei a mi lado. Se les pidió a ellos que esperaran afuera de la tienda de la Princesa, y les dije que debíamos hacer lo que se nos pedía por ahora.

Así que Seras reveló su verdadera identidad, ¿eh? Hay ventajas en esa decisión. Para empezar, nos facilita explicar nuestra presencia en el campo de batalla. “Seras Ashrain, que una vez sirvió a la princesa Cattlea, se apresuró a unirse a la batalla para ayudarla…” esa es una buena razón para que la Brigada El Lord Mosca esté aquí. Entre otras ventajas.

En cualquier caso, no voy a quejarme de poder ver a la princesa sin todo el molesto alboroto que normalmente implicaría.

Su tienda de campaña parecía similar a la de los nómadas. Asomé la cabeza por la abertura y vi algunas sillas dispuestas en el interior.

“Bienvenido. Por favor, pase.” En el asiento más alejado de la entrada se sentó una chica de cabello plateado con rizos en él. “Me llamo Cattlea Straumms.”

Sus ojos grises eran reflexivos, y el atuendo militar que llevaba era elegante. Sin embargo, su actitud era firme como la de un soldado, inquebrantable.

Estaba flanqueada por dos caballeros sagrados, y frente a ella estaba Seras, vestida con su traje de Espadachín Lord Mosca, sin la máscara. Seras parecía tranquila, pero por sus enrojecidos ojos, pude notar que su reencuentro con la princesa había sido emotivo.

Ella se acercó a mí y bajó su voz para susurrarme al oído. “Lo siento mucho. Estoy segura que ya sabes que dejé escapar mi—”

“Lo sé. No te preocupes por eso”, murmuré en respuesta.

“Gracias”. Seras bajó la mirada a sus pies, llevó su puño a su pecho y la presionó con fuerza. Luego levantó la cabeza, tratando de recuperar la compostura. “La única información que proporcioné sobre usted es que eres un antiguo miembro de Ashint que me salvó de los Caballeros Dragón Negro. Que te debo la vida, en todo caso.”

“Déjame el resto a mí.”

Seras levantó su mirada hacia mí en señal de acuerdo, y se puso a mi lado. Me volteé para ver a la princesa y me arrodillé sobre una rodilla.

“Me parece que es la primera vez que tengo el honor de conocerla — mi nombre es Belzegea, líder de la Brigada El Lord Mosca. Como lo anuncié durante la batalla, este grupo mío fue conocido una vez por otro nombre: Ashint”, dije, manteniendo cuidadosamente mi tono respetuoso.

“Belzegea... El mismo nombre que El Lord Mosca de la leyenda, ¿no es así?”, preguntó Cattlea.

“Si, tomé prestado el nombre de esas leyendas.”

“Entonces supongo que Seras es ahora una fiel servidora del Lord Mosca, ¿quizás la Espada de Belzegea?” Preguntó la princesa con una risita. “Creo que la subordinada más fiel del Lord Mosca fue la primera de sus Juramentos, Asteria. Cuando Seras vino a verme, creo que ese fue el nombre que ella tomó para referirse. Me alegra ver que el mismísimo Lord Mosca confía tanto en ella.”

Sentí que la princesa se levantaba de su silla.

“En cualquier caso, usted fue responsable de nuestra ajustada victoria”, prosiguió ella. “Como comandante del ejército de Neah, permíteme expresar mi gratitud. Si no hubieras acudido en nuestra ayuda, seguramente todos habríamos perecido.”

“Sólo estoy agradecido que hayamos llegado a tiempo para rescatarla del peligro, su Alteza.”

“Magia Maldita, sin embargo... no entiendo la teoría que hay detrás de ella, pero realmente parece ser un poder aterrador. El ejército de estatuas de piedra, ese corcel negro, con varias patas, que tienes... y tus dos Espadachinas Lord Mosca tienen una inmensa destreza en combate. Sin embargo, debo decir que hay algunas ligeras inconsistencias entre tu comportamiento, y los informes que una vez escuché sobre Ashint.”

La explicación no tardó en llegar de mis labios. “Bueno, Ashint estaba dividida internamente en dos facciones. Mi propia facción estaba... en minoría. Los otros soñaban con salir al gran escenario para los asuntos mundiales, pero nosotros deseábamos lo contrario. Es mejor que sigamos como siempre, existiendo en las sombras. Al final, nuestra facción descartó el nombre de Ashint y decidió continuar como la Brigada El Lord Mosca. Buscamos controlar el mundo tras de un velo.”

“¿La otra facción de Ashint simplemente te permitió marcharte? No puedo imaginar que estuvieran dispuestos a dejarte ir tan fácilmente, considerando el gran poder que posees.”

“Muy perspicaz, su Alteza. Se opusieron fuertemente a nuestra partida, y... Bueno, me temo que tendré que dejar el resto de la historia a su imaginación.”

El mundo es consciente que Ashint desapareció repentinamente. Tal vez persiguieron a la Brigada El Lord Mosca en la Tierra de los Monstruos de Ojos Dorados y fueron aniquilados por los monstruos del lugar. O quizá fueron atrapados en una emboscada y aniquilados por la otra facción. Sólo tengo que ser lo suficientemente vago, utilizar los rumores a nuestro favor, y dejar que otros proporcionen sus propias teorías.

“Tras separarnos de Ashint, escuchamos noticias de que usted lideraría las fuerzas de Neah en la próxima batalla contra los ejércitos del Rey Demonio. Tomando en cuenta el afecto que Seras siente por usted, decidimos tratar de ayudar. Teníamos la intención de entrar en el campo de batalla como mercenarios. Sin embargo...”

La princesa asintió en señal de comprensión.

Aunque no sabría decir si ella realmente cree en lo que decimos.

Dio un solo paso hacia mí.

“Sir Belzegea, levántase si lo desea. Prácticamente no eres un soldado bajo mi mando.”

Me levanté y Cattlea miró hacia mí. La princesa era una cabeza más baja que yo.

“Debo expresarte mi gratitud por haber salvado la vida de Seras”, dijo ella.

Hice una reverencia. “Me costaría vivir conmigo misma si hubiera permitido que ella cayera en manos de Bakoss.”

“Por eso Seras siente la obligación de servirle y seguirle, Sir Belzegea. ¿Te ha contado los detalles de su historia?”

“¿Respecto a su huida de Neah? Si, ella lo hizo.”

“Sir Belzegea”, dijo la princesa, claramente buscando cambiar de tema. “Entiendo que has venido a ayudarme... pero no tienes la intención de servir a mi lado permanentemente, ¿verdad?”

La verdadera identidad de Seras ha sido revelada al mundo. Las noticias de la supervivencia de Seras Ashrain se difundirán desde el ejército de Neah sin importar lo que suceda; eso no se puede frenar ahora. Además, la Diosa ya tenía un ojo puesto en ella cuando todavía era sólo una Caballera Sagrada de Neah. Mientras Seras esté al lado de la princesa, la Diosa intentará llevársela.

Eso significa que no podemos quedarnos aquí más tiempo. Quiero reducir al máximo las posibilidades de encontrarme con la Diosa. En la batalla usé mi “magia maldita” y esas armas mágicas de Erika para tratar de enturbiar las aguas. El plan era ocultar nuestras identidades. Pero con el secreto de Seras al descubierto, ese plan se desvanece.

Esa Diosa asquerosa definitivamente va a estar interesada en nuestra Brigada El Lord Mosca... Así que, debemos encontrar otro lugar tan pronto como sea posible.

Una vez tomada la decisión, respondí: “Tengo la intención de abandonar este lugar antes del amanecer de mañana y retomar mi propio viaje. Tengo mis propios objetivos que debo perseguir. Pero, si Seras insiste en quedarse a su lado, entonces cumpliré sus deseos.”

Seras parecía un poco desconcertada, y apresuradamente trató de hablar. “Yo—”

“En este momento, Seras es tu espada — al menos así es como ella me describió su posición”, dijo la princesa, interrumpiendo a Seras sin que tuviera la oportunidad de hablar.

Va a ser peligroso, pero si Seras es firme entonces no hay nada que pueda hacer para detenerla. Estoy en un viaje de venganza personal, después de todo. Siempre he dicho que puede irse cuando quiera. Es solo que... si ella elige permanecer al lado de la princesa, me preocuparía esa Diosa asquerosa y sus planes para Seras. Tengo la impresión que esta princesa podría ser capaz de encarar a Vicius, pero...

“¿Quiere que Seras regrese a su lado, como miembro de los Caballeros Sagrados de Neah, su Alteza?”

“No.” Sonrió ella. “Incluso si regresara a mi lado, la Diosa sin duda trataría de utilizarla para algo indebido. No estaríamos juntas en verdad. Mi preciosa Seras sería consumida por las intenciones que Vicius tiene para ella.”

Así que la princesa tampoco le tiene mucho aprecio a la Diosa, ¿huh? Ella parece saber mucho sobre la Diosa también — bien podría preguntar.

“Mis disculpas por la pregunta descortés, pero... Por casualidad, ¿alberga algún tipo de rencor hacia la Diosa Vicius, su Alteza?”

“Así es.” Sus ojos se suavizaron, y volteé a mirar a Seras. Ella dio un respiro y rápidamente se tocó la oreja derecha.

Oreja derecha — es nuestra señal para saber cuándo alguien dice la verdad. A Cattlea no le agrada la Diosa. Pero entonces... la princesa también sabe que Seras puede detectar mentiras.

“Hiciste un gesto sencillo para facilitar que Seras determinara si tu declaración era cierta, ¿verdad?”, preguntó la princesa. “Eso hace que estos asuntos sean más sencillos ahora, ¿no es así? Si ambos hablamos con el corazón, no hace falta andar con rodeos, ¿no te parece?”

Seras parecía un poco incómoda, y vi un atisbo de culpabilidad en su rostro por haber utilizado su habilidad en la princesa.

“Entonces, ¿no quiere que Seras se reúna con la Diosa?”, pregunté.

“Por supuesto que no. En primer lugar, ¿por qué crees que le ordené que me dejara y escapara de mi castillo en Neah?” Ella caminó hacia mí y tomó mis manos. “Y entonces... ¿Puedo dejar a Seras a tu cuidado?”

“¿Está segura que soy digno de eso?”

“Eso parece bastante irrelevante en vista de lo profundamente enamorada que ella está de usted.”

Los dos caballeros sagrados al lado de la princesa se sonrojaron, y los oí sobresaltarse.

“¡¿Princesa?!”, dijo Seras, como si la hubieran sorprendido totalmente.

“¿Hay algún problema?” Cattlea siguió sonriendo, con sus ojos fijos en los míos.

“No. Yo también atesoro a Seras, naturalmente”, respondí.

“¿Ella es muy especial para ti?”

“Sí.”

“¿Y estás atendiendo sus necesidades como mujer, como deberías?”

“Yo... tengo la intención de hacerlo. Sí.”

La princesa asintió complacida y su sonrisa se amplió. “Entonces me alegra saber que el sentimiento es mutuo.”

“Sir To—”

“Seras.”

... Definitivamente estaba a punto de llamarme Sir Too-ka justo ahora.

La boca de la princesa se torció en una sonrisa irónica.

“Ser capaz de saber cuándo alguien está diciendo la verdad puede ser bastante difícil a veces, ¿no?” La princesa soltó mis manos y lentamente se alejó de mí, mirando a Seras, cuya expresión delataba lo rápido que latía su corazón.

Supongo que la princesa predijo que esto podría suceder.

“Antes que vinieras, le conté a Seras sobre algunas noticias. ¿Te gustaría escuchar lo que le dije?”

Después que terminara la batalla, Seras apenas le había dado a la princesa información sobre mí, pero Cattlea, por el contrario, parecía haberle informado mucho a Seras.

“Muy bien, escuchémoslo,” dije asintiendo.

“Seras, ¿le informarás a Sir Belzegea de mis intenciones?”

“Ah, s-sí, por supuesto”, respondió Seras respetuosamente, endureciendo su expresión. “La princesa Cattlea, si puede asistirnos en algo, tiene la intención de ayudarnos como agradecimiento por nuestra ayuda en la batalla. ... Y como agradecimiento a mi amo por salvarme de los Caballeros Dragón Negro.”

Supongo que también salvé a Seras del padre de la princesa. El Emperador Sagrado de Neah fue quien ordenó la muerte de Seras en primer lugar. Pero es posible que la princesa ya se haya dado cuenta de eso a partir de las cosas que Seras le ha contado y de sus propias sospechas.

Ella sabe enfadarse cuando es necesario. Como aliada me alegra tenerla de mi lado, pero como adversaria sería un problema.

“En estos momentos mi prioridad principal es recuperar Neah de las manos de los bakosianos y reconstruirla”, dijo la princesa. “Estoy agradecida, pero le ruego que comprenda que mi ayuda está limitada por las circunstancias.”

“Lo entiendo”, respondí. “Si alguien pregunta hacia dónde fuimos, ¿podría decirles que viajamos hacia el norte?”

“¿Al norte?”

“Sí. Si pudiera, simplemente podría explicarles que teníamos previsto viajar al norte a cualquiera que pregunte.”

“De hecho, eso es solo un favor minúsculo.”

Considerando que nos dirigimos al oeste, esta es sólo una forma de sembrar la confusión. Si la princesa le dice a la Diosa exactamente lo que le acabo de decir, tampoco estaría mintiendo exactamente. Si la acusan de mentirosa, ella puede decir que “Belzegea” le dio información falsa.

Una vez solucionado esto, de paso le pedí a la princesa unas cuantas cosas más. Se lo agradecí, pero no era mucho lo que necesitaba de ella.

“¿Es eso todo lo que pides?”, me preguntó una vez que terminé, un poco desilusionada debido a que mis peticiones eran demasiadas simples.

“La Brigada El Lord Mosca se apresuró a acudir en su defensa porque sentimos que debíamos salvarle, no en pos de una recompensa.”

Si yo creyera que ella podría concederme, mi petición sería que nos ayudara a ocultar cualquier rastro que alguna vez estuvimos aquí. Tenemos comida, agua y dinero más que suficientes.

“Pero necesitamos desaparecer. No creo que podamos volver a ayudarles en el futuro.”

“Eso no será un problema. A juzgar por los demonios del Círculo Interior que aparecieron en esta última batalla, el único enemigo al que todavía tenemos que enfrentarnos que es más poderoso que Einglanz, es el propio Rey Demonio. La mayor amenaza para nuestra defensa del sur fue derrotada precisamente en este lugar, a las afueras de la ciudadela.” La princesa sonrió confiadamente. “Sin mencionar que... con Ayaka Sogou liderando a los Héroes reunidos, en mi opinión, nuestro frente no se desmoronará tan fácilmente.”

Ella tiene razón, Sogou es mucho más fuerte ahora, y parece que puede cambiar el tamaño y la forma de sus armas a voluntad. Tras derrotar a ese demonio del Círculo Interior, debe haber conseguido mucha EXPERIENCIA. Mientras el Rey Demonio no aparezca por aquí, Sogou debería ser capaz de enfrentarse a cualquier cosa que se les presente. El frente del sur no ha caído — tiene suficiente fuerza para recuperarse mientras el Rey Demonio está fuera luchando en el este.

“En cualquier caso, creo que el peligro ha pasado, por el momento”, dijo la princesa. “Me esforzaré por atender sus peticiones urgentes de inmediato.” Entonces se dirigió a uno de sus caballeros asistentes. “Dorothy, llama a Makia, ¿puedes?”

El caballero sagrado hizo lo que se le ordenó, y regresó unos momentos después con una caballera sagrada a cuestas. Makia era de baja estatura, y su atuendo tenía un estilo inusual para un caballero, casi como si fuera una lolita fanática de la moda gótica. Tenía el cabello largo y negro y ojos rojos; y aunque era bastante bajita, no parecía que fuera una niña.

“Esta es Lady Makia de la casa Renaufia. Alguna vez fue Vice-Capitana, y ahora es la Capitana de los Caballeros Sagrados de Neah y tomó el lugar de Seras tras su desaparición.”

“Hmph, a pesar de mi apariencia yo también soy mayor que Lady Seras”, dijo la Capitana, inflando el pecho. Seras le dedicó una sonrisa irónica.

“Con esta adorable apariencia externa suya, a menudo se enfrenta a... malentendidos,” añadió Seras. “Pero Makia es una espadachina sumamente talentosa. También es una de las pocas que domina los hechizos de encantamiento en todo el continente, y—”

“Lady Seras”. Makia la interrumpió, lanzando un guiño y señalando el exterior de la tienda con un pulgar por encima del hombro. “Tal como se ordenó, hemos terminado de recuperar los restos de ese carruaje de guerra suyo.”

Dirigí una mirada a Seras, y ella hizo una ligera reverencia hacia mi persona.

“Pensé que optarías por no elegir en abandonar el carruaje aquí”, me dijo Seras. “Así que hice que los caballeros sagrados lo recuperaran a nuestro favor. Los propios caballeros son los únicos que llevaron a cabo esta tarea, y como su antigua capitana puedo dar fe de su secretismo.”

Teníamos que eliminar cualquier rastro de que la Brigada El Lord Mosca estuvo alguna vez allí. Tenía la intención de ocuparme personalmente de los restos del carruaje de guerra. Sin embargo, parecía que mi competente vice-capitana ya había tomado la iniciativa.

“Gracias por tu rapidez mental, Seras”, dije.

Sus ojos revolotearon con gracia hacia abajo y volvió a inclinarse. “Me siento honrada de recibir el cumplido.”

“Bien, entonces, Seras... Para dejar todo claro, ¿pretendes continuar con nosotros como miembro de esta Brigada El Lord Mosca?”

“Si quiero. No tengo ninguna duda al respecto.” No había ni una pizca de duda en su voz.

“Si ese es el caso, entonces deberías cumplir tu otro objetivo.”

... Despedirse de Cattlea Straumss — de la propia princesa. Mi plan inicial era que lo hiciera en secreto, sólo ellas dos, pero con su identidad revelada, eso ya no era necesario.

Seras volteó para mirar a Cattlea.

“Princesa... ¿Puedo tener un momento de su tiempo?”

Los ojos de Cattlea se suavizaron y también sonrió. “Por supuesto, Seras.”

Tiene una sonrisa tan natural cuando está cerca de Seras. Tal vez ése sea su yo real — el del interior.

“Si el tiempo lo permite, me gustaría hablar con usted hasta la mañana.” Lágrimas se formaron en las esquinas de los ojos de Seras.

“Estaremos en el exterior — por favor, tómense su tiempo”. Les di la espalda a las dos y salí. Makia y los otros caballeros sagrados me siguieron. La noche era oscura, y las hogueras estaban encendidas dentro y fuera del campamento. Me alejé un poco de la tienda, cuando la voz de Makia me detuvo.

“¿Hay alguna razón por la que no quieres decirnos quién eres?”, dijo tras de mí.

“Tengo mis razones.”

Mi voz está distorcionada además de ocultar mi rostro — es lógico que sienta curiosidad. No tengo ningún poder de transformación como Seras y Eve, y no quiero que nadie de la clase 2-C descubra quién soy en realidad. Puedo despistarles con mi actuación, pero una vez que vean mi verdadero rostro no habrá nada que pueda hacer para despistarlos.

“¿Puedo hacerte una pregunta sobre tu verdadera identidad?”, preguntó ella.

“No te puedo prometer en darte una respuesta honesta.”

“¿Eres— humano?”

“Ya veo. ¿Crees que, por ocultar mi rostro, soy uno de las razas semi-humanas?”

“No, no es eso. Es que... Lady Seras es una Alta Elfa, ¿sabes?”

“¿…?”

No tenía ni idea de a qué quería llegar. La caballera suspiró y continuó.

“Es difícil que los humanos y los Altos Elfos tengan hijos entre sí, ¿no? Si eres un humano— va a ser difícil. Eso es todo”, dijo ella. Es un asunto muy personal para un consejo no solicitado, pensé. Ella se encogió de hombros. “Al menos no pareces un mal tipo.”

“Hmm, ¿cómo puedes saberlo habiendo transcurrido tan poco tiempo?”

Makia giró su cabeza hacia el otro lado. “Redujiste la velocidad de tu paso por mí.”

Bueno, si no lo hubiera hecho, ella habría tenido que trotar un poco para alcanzarme debido a que sus piernas son muy cortas.

Ella hizo un puchero por un instante, luego me miró. “Tengo que agradecerte. Nunca pensé que volvería a ver a Lady Seras.”

“Parece que realmente la admiras.”

“Ella es un ídolo para todos nosotros, los Caballeros Sagrados. Es fuerte, hermosa, elegante, amable... Pero siento que hay algo diferente en ella ahora.”

“¿A qué te refieres?”

“Creo que ella se ha acostumbrado a dejar que sus emociones afloren. Antes era mucho más estoica. Menos expresiva. Creo que por eso parecía una especie de presencia divina cuando nos conocimos.” Makia dejó de caminar y miró hacia sus zapatos. “Cuida de ella por nosotros, ¿okay?”

“No tengo intención alguna de tratarla mal. Ella es importante para mí.”

“Es bueno escuchar eso.” Makia de manera serena se quitó el cabello de la cara. Los otros dos caballeros sagrados se habían marchado, pero Makia se quedó a mi lado como si le hubieran ordenado vigilarme.

“Has vuelto.” Eve caminó hacia mí con Slei a cuestas. Estábamos a cierta distancia de la tienda. “¿Dónde está Asteria?”

“Está con la princesa Cattlea, disfrutando un tiempo juntas antes de despedirse.”

“Hmph... ya veo. ¿Por qué caminas junto a una niña?”

Makia frunció el ceño y sus sienes comenzaron a temblar. “¡Soy la actual Capitana de los Caballeros Sagrados de Neah, Makia Renaufia...!”

“Hmph, mis disculpas”, dijo Eve. “Eres una niña muy capaz, entonces.”

“¡Qué grosera! Soy mayor que Lady Seras, ¡para que lo sepas!”

“Mis más profundas disculpas, entonces. Mi nombre es Astorva, la Segunda Espada de los Juramentos de Belzegea.”

Eve me miró en busca de aprobación, y asentí en respuesta. Astorva era el seudónimo de Eve — otro nombre tomado de la leyenda del Lord Mosca.

“¿Tienes alguna razón para ocultar tu identidad, junto con la de este amo tuyo? Ahora me dirás que eres Eve Speed, desaparecida en la Tierra de los Monstruos de Ojos Dorados... o alguna otra tontería por el estilo, ¿eh?”

“¡¿Qué?!” La angustia de Eve por esta inverosímil suposición fue notoria.

La manera en que Eve se lo tomó no puede ser interpretada como algo natural. Parece que Makia también se dio cuenta que acaba de dar en el clavo.

“Astorva.”

“¿Qu-qué sucede, mi amo?”

“¿Por qué no te quitas la máscara y le muestras tu rostro?”

“¿Eh? Oh...”

Eve entendió mi razonamiento. Ella estaba en su forma humana, así que era mejor revelar eso que estar bajo una nube de sospecha. Podríamos mostrarle a Makia que Eve no era un Leopardman y revelar su “verdadero rostro”.

Eve se quitó la máscara.

“Prácticamente ya no puedo llamarte Eve Speed, ¿verdad?”, dijo Makia, suspirando mientras observaba a Eve agitando sus gruesas coletas de un lado a otro. La sospecha desapareció de su voz. “Sin embargo, me encantaría tener a una guerrera famosa como Eve Speed de mi lado, en serio.”

Eve, por su parte, cerró los ojos y nos sonrió alegremente a ambos.

“Ahh... Realmente se siente bien quitarse esa cosa. ¿Ah? ¿Qué es lo que está mirando todo el mundo?” Algunos de los soldados que se movían por el campamento se habían detenido a mirar a Eve, y ella examinaba sus rostros con confusión. “¿Qu-qué es todo esto?”

Todos se habían quedado prendados de ella. Al principio supuse que sólo estaban interesados en ver lo que había debajo de la máscara, pero ahora que habían visto su verdadero rostro, estaban interesados en ella por una razón totalmente diferente.

“Amo, ¿tengo algo en mi rostro?”

“Se podría decir que eres una raza rara”, le dije.

“Hmph, no te entiendo.” Eve ladeó su cabeza hacia un lado como una niña.

“Ahora mismo, probablemente eso sea lo mejor.”

“Hmph... está bien.”

Bueno, parece que eso es lo suficientemente bueno para ella.

“Y entonces... Mi amo, ¿qué debemos hacer ah...?”

“¡Capitana Makia!” Un soldado corrió a su lado y nos miró a Eve y a mí.

“¿Qué sucede?”

“Hay una solicitud de Lady Ayaka Sogou. Desea reunirse con Sir Belzegea.”

Sogou, eh... ¿Qué debo hacer? Después de que ella eliminara a ese demonio del Círculo Interior, dijo que quería agradecerme nuevamente más tarde. Supongo que dije que me reuniría con ella de nuevo, pero no creí que me escuchara. ¿Debería reunirme con ella?

Sería más sospechoso negarse.

Ella no está siendo agresiva... sólo está agradecida con alguien que le salvó la vida cuando estaba en peligro. Además, los Héroes del 2-C podrían convertirse en un problema para mí en el futuro, y esta es una buena oportunidad para hacerme una idea de a qué me enfrentaré. Esta podría ser la oportunidad perfecta para reunirme con ella.

A menos que...

“¿Todo el grupo de esos Héroes increíblemente poderosos viene sólo para verme?”, pregunté.

“Ah— no, creo que Ayaka Sogou es la única heroína de clase S presente. Los demás son de clase B o inferior, si no recuerdo mal”, respondió el soldado.

Ya veo. Esto pone en perspectiva lo que dijo Zweigseed durante la batalla. Dijo que Sogou era el único obstáculo para su victoria. Si se trata sólo de Sogou, creo que podré despistarla con mi actuación. Kashima— bueno, si ella estuviera aquí, creo que también estaría bien. Hijiri sería mucho más difícil de engañar.

¿Pero los demás son todos de clase B o inferior? Tengo entendido que las hermanas Takao trabajan en equipo, así que, si Hijiri no se encuentra aquí, Itsuki tampoco estará. ¿Pero Oyamada y Yasu tampoco están?

En el lapso de unos segundos, tomé mi decisión.

“De acuerdo. Me reuniré con ella— por favor, guíame el camino. ¿A menos que tenga alguna objeción, Capitana?” Pregunté.

“Ninguna en absoluto. Yo también te acompañaré, por supuesto.”

“De acuerdo. En ese caso, acepto.” Le hice una seña a Eve para que me siguiera.

“Hmph. ¿Yo también? Muy bien, entonces.”

Eve se había encontrado con las Hermanas Takao en la Tierra de los Monstruos de Ojos Dorados, pero si ellas no estaban presentes no había riesgo que su identidad se filtrara. Me incliné cerca de Eve, acercando la boca de mi máscara a su oído.

“No hables a menos que sea realmente necesario”, susurré. Tras un momento de confusión, Eve pareció entender y asintió.

Puede que las hermanas Takao no estén, pero puede que Kashima esté aquí. Se había encontrado con Eve en el bosque. La voz y la apariencia de Eve son diferentes en este momento, pero quiero evitar cualquier posibilidad que Kashima pueda captar algo que pueda revelar el juego. La otra única preocupación sería Ikusaba Asagi.

Cuando llegamos al campamento de Sogou, esa preocupación se desvaneció de inmediato. No había rastro de Ikusaba ni de Kashima. Algunos de los Héroes reunidos aquí habían sido seguidores de Kirihara, mientras que a los demás los reconocí pertenecientes a otras camarillas y grupos de amigos. En el rostro de algunos de mis compañeros se percibía un ligero temor, probablemente debido a la inquietante apariencia de mi máscara y mi traje del Lord Mosca.

Supongo que debería haber esperado esa reacción — a diferencia de los locales, ellos no han oído las leyendas y no están acostumbrados a ver a las personas vestidas como El Lord Mosca.

“Ah.” Sogou notó mi presencia y trató de hablar, pero pareció tropezar con sus palabras.

Seguramente quería llamarme por mi nombre.

Me detuve y realicé una profunda reverencia.

“Me llamo Belzegea. Antiguo miembro de Ashint, actual Capitán de la Brigada El Lord Mosca. Es un gran honor reunirme con los Héroes de Otro Mundo que vinieron a salvar nuestro mundo.”

“E-En lo absoluto. ¡En la batalla, fuiste tú quien nos salvó!” Sogou parecía sinceramente agradecida, pero algo avergonzada. Tenía una muleta bajo un brazo, pero no parecía tener ninguna herida visible. ¿Un esguince de tobillo o algo así? “Ejem, permíteme que me presente una vez más. Mi nombre es Sogou Aya... No, Ayaka Sogou. Muchas gracias por salvarnos del peligro en la batalla de hoy.”

Tan educada como siempre — así es como es ella.

“No hay necesidad de agradecer. Tengo entendido que has hecho más de lo que te corresponde en la lucha. Dime, esas armas de plata que pueden expandirse y contraerse — ¿son armas mágicas, quizás? Estoy fascinado por ellas.”

“Ah, no. Esa es mi habilidad única. Como Héroe, yo...” Quizá por mi interés, Sogou continuó explicando lo que sabía sobre su habilidad única con lujo y detalle. Asentí mientras hablaba y exclamaba con asombro de vez en cuando.

“Hmm. ¡Estas habilidades únicas son poderes realmente asombrosos de contemplar!”

Muy bien, ahora tengo una buena idea de lo que hace la habilidad única de Sogou.

“Estoy seguro que los Héroes de más alto nivel tienen las habilidades únicas más sorprendentes de todas... Hmm, todo es tan fascinante...” Fingí curiosidad. “Dígame Lady Ayaka, ¿qué clase de habilidades milagrosas poseen los demás Héroes?”

Tratándose del hombre que acababa de salvarle la vida, no era una pregunta nada sospechosa.

“Ejem, bueno sólo puedo decirte de los que conozco...”

Perfecto.

Sogou habló sobre las habilidades únicas de todos los Héroes de clase superior, hablando primero de Kirihara Takuto. Por desgracia, ella no sabía mucho sobre las habilidades de ninguna de las hermanas Takao. Luego pasó a los Héroes de clase A — Oyamada Shougo, Yasu Tomohiro y Takao Itsuki.

Cuando habló de las respectivas habilidades de Oyamada y Yasu, la expresión de Sogou se oscureció. Continuó explicando la ausencia de ambos. “—Y por eso los dos se separaron de la clase... En estos momentos no sabemos dónde se encuentran alguno de ellos. Estoy segura que hay grupos de búsqueda de cada ejército buscándolos.”

Además de no saber su ubicación— no está del todo claro si siguen vivos o muertos.

“Rezo por que estén vivos y a salvo”, dije asintiendo, tratando de sonar sincero. “Pero ahora veo — el poder de los suyos, los Héroes, debe funcionar de una manera muy diferente a la magia y encantamientos que existen en nuestro mundo. Muy diferente de mi propia magia maldita, también. Esto ha sido muy esclarecedor, muchas gracias, Lady Ayaka.”

“¡N-no, en absoluto! Mis disculpas por repetirlo... pero hoy nos salvaste. Es todo gracias a usted que...” Ella volteó a mirar a los estudiantes reunidos detrás de ella.
“... Que todos los que están aquí están sanos y salvos.”

Kirihara y las hermanas Takao están en el frente este... y la mayoría de los estudiantes aquí son hombres. ¿Eso significa que Ikusaba Asagi, Kashima y todas las demás chicas están luchando en el oeste? Eso es suponiendo que todos los demás fueron asignados aquí al frente sur.

El resto de la clase se reunió para alabar a la Brigada El Lord Mosca.

“¡Muchas gracias! ¡Salvaste nuestras vidas!”

“¡Esa cosa de la magia maldita es increíble!”

“¡Si no hubieras aparecido, ya estaríamos todos muertos!”

“ ¿Qu-quien es esa hermosa chica a tu lado? ¿Es Seras Ashrain?”

Todos y cada uno de ellos tenían un aspecto agradable y fresco ahora. ¿Qué pasó con los niños de voluntad débil que no hicieron nada cuando esa Diosa asquerosa se deshizo de mí? Minamino Moe estaba de pie — cambiado a su manera, lo supuse, pero eso no fue lo que me llamó la atención.

Allí estaba yo, mirando a los que me habían dirigido miradas perversas cuando fui desechado. Los que me miraron de manera triunfal, incitados por las burlas de la Diosa. ¿Dónde están esos rostros ahora?

Todos ellos son como hojas flotando en un río, yendo a donde la corriente los lleve. No piensan en crear sus propias corrientes, y nunca luchan contra la corriente — simplemente se dejan llevar por sus emociones y sentidos a donde el río los lleve. Probablemente ni siquiera son conscientes de ello... ni siquiera ven el río como algo malo.

Esa Diosa asquerosa los incitó, y ellos se animaron. Y luego se lanzaron a la batalla, con la muerte acercándose, y la superaron. Y simplemente aceptaron esto como si fuera un estado completamente natural de las cosas.

Eran mentalmente maleables — si yo hiciera una corriente más fuerte, podría trabajar con algunos de ellos. El problema eran los que no seguían la corriente, los que abrían su camino a su manera.

El primero de ellos fue la propia Diosa asquerosa, luego Kirihara Takuto e Ikusaba Asagi. Takao Hijiri haría su propio camino, pero sólo si pensaba que los demás estaban equivocados. Sin mencionar que...

Miré a Sogou Ayaka a través de las rendijas de mi máscara.

Nuestra amigable representante de clase. No parecía el tipo de persona que utilizaba artimañas y engaños para forjar su propio camino. Más bien era una persona sencilla, honesta y firme en todo lo que hacía y terminaba cambiando la corriente, fuera su intención o no. Además, acabaría atrayendo a otros como ella, que no se dejarían llevar tan fácilmente.

Pensándolo de esa manera... Sogou y Kirihara podrían ser polos opuestos en su núcleo, aunque ambos atrajeran seguidores. Sin embargo, a veces resultaba difícil saber si Kirihara intentaba activamente ser manipulador o no.

En todo caso…

Esa Diosa asquerosa.

Kirihara Takuto.

Ikusaba Asagi.

Takao Hijiri.

Si consigo eliminarlos, ponerlos de mi lado, o neutralizarlos de alguna manera... los otros deberían caer en su lugar.

“Belzegea-san, ya lo he decidido”, dijo Sogou al acercarse a mí, apoyándose en su muleta. Sus ojos tenían una claridad perfecta, sin una pizca de nubosidad. “Voy a ser más fuerte que nadie.”

“¿Hmm?”

“Si me vuelvo más fuerte, podré proteger a todos. Lo vi claramente en la batalla de hoy. No dejaré que nadie más muera”, dijo con convicción en su voz, casi como si estuviera hablando consigo misma. “Sé que no le agrado a todo el mundo en mi clase, y hay algunos que hablan con dureza de las cosas que hago. Pero voy a proteger a mis compañeros de clase con todas mis fuerzas. A todos y cada uno de ellos.”

“Qué actitud tan maravillosa”, dije.

Sogou bajó la mirada hacía sus pies.

“Por eso voy a ser más fuerte. Más fuerte, más fuerte... Lo más fuerte que pueda ser.” Apretó los puños con fuerza. “Hay cosas que no se pueden proteger con sólo palabras — se necesita fuerza real para defenderlas. Aprendí eso en la batalla de hoy. Vi pruebas más que suficientes en el campo de batalla de lo que me gustaría admitir.”

Sogou se mordió el labio y continuó con una voz apenas perceptible. “Y en aquel entonces... Cuando se deshicieron de Mimori-kun, si yo hubiera sido más fuerte, las cosas no habrían terminado de esa manera. Si yo... Si yo hubiera sido más fuerte que la Diosa en aquel entonces... Si tan solo tuviera poder.”

“¿Mencionaste hace un momento que algunos de los otros Héroes se oponen a ti?”

Sogou estaba absorta en sus pensamientos y se sobresaltó ante mi pregunta.

Y continué: “¿Protegerías incluso a los que rechazan tu protección?”

“Sí”, respondió ella sin dudar. Sogou miró alrededor del campamento, observando el horizonte. “Hay un hombre llamado Banewolf-san, actualmente lo estamos buscando.”

Bajó la mirada hacia la muleta que la sostenía, en silencio durante unos segundos, antes de volver a mirar hacia el castillo. “Si mi cuerpo obedeciera mis órdenes, yo también saldría a buscarlo. Él... Bane-san nos protegió, incluso si eso significaba arriesgar su propia vida. No hacía mucho que nos conocía, y hubo algunos que rechazaron su ayuda, pero nos protegió de todos modos. Siempre se preocupó por nosotros. Arriesgó su vida para dejar escapar a los soldados del muro del sur. No, no fue sólo Bane-san. También fue Agit-san, y los demás... Los poderosos deben proteger a los débiles, creo que aprendí eso de ellos.”

Sogou sonrió un poco. “Aunque no creo que Kirihara-kun, Oyamada-kun o Yasu-kun estén de acuerdo...”

“Incluso en ese caso, tú—” Pocedí, pero ella aún no había terminado.

“Si hay alguien ahí fuera que intentara hacer daño a la gente que he decidido proteger... entonces me interpondré en su camino, con toda mi fuerza. No importa lo que pase. No dejaré que nadie más muera”. Sogou volteó a mirar a sus compañeros de clase. “Yo... yo voy a volverme fuerte. La persona más fuerte del mundo.”

Representante de clase... ¿Qué voy a hacer contigo?

Un soldado llegó corriendo hasta los otros Héroes del 2-C, y tras darles un breve mensaje, Minamino Moe se acercó rápidamente corriendo hacia nosotros.

“¡Ayaka-chan! ¡Dice que han encontrado a Bane-san!”

“... ¡¿Eh?!”

Había lágrimas en los ojos de Minamino. “¡Está vivo!”

“¿E-estás seguro...?”, preguntó Ayaka.

Los otros Héroes jadeaban asombrados.

“Lo siento, Belzegea-san... Yo...”

Ya tenía casi toda la información que necesitaba.

“Parece que has recibido buenas noticias. Por favor, no dejes que te retrasemos.”

“Sí, gracias. Muchas gracias por salvarnos hoy. Hasta que nos volvamos a encontrar.”

“... Sí. Si alguna vez tenemos la oportunidad.”

Sogou Ayaka. Ella sólo sigue su propio desinterés puro. Aún no sé en qué dirección caerá. De todos nosotros, ella podría ser la más cercana al ideal de “Héroe” que todos tenemos. Al mismo tiempo, eso también la convierte en un comodín — en cierto modo la más difícil de leer.

Ella necesita esa muleta debido a la carga que su técnica de kyokugen al estilo Kisou supone para su cuerpo. Entonces, se recuperará, tarde o temprano.

Observé a Sogou mientras sus compañeros de clase la ayudaban a marcharse. Ella podría ser la persona más dura con la que tendría que lidiar...

Luego de eso, volteé hacia atrás.

“Vamos, Asteria.”

Eve nos siguió mientras caminábamos, y me puse a reflexionar sobre el futuro.

La clave sería por cuánto tiempo podría resistir el Imperio Demoníaco. Mientras los Héroes estaban afuera luchando, la Diosa tenía menos peones a su disposición. Si estoy en lo cierto en que el Imperio Demoníaco venía a atacar a esa Diosa asquerosa... Conociéndola, lo más seguro es que los enviara a la batalla mientras ella se quedaba en Alión para estar fuera de peligro.

El Rey Demonio también había aparecido en el este. ¿Qué fue lo que dijo Zweigseed antes de morir...? Algo sobre que Einglanz era estratégicamente importante para su ejército. Podría haber sido un peón importante del Rey Demonio.

¿Se retiraría el Imperio Demoníaco una vez que se enterara de lo sucedido aquí en el frente sur? Si el Rey Demonio se retirara hacia el norte tras enterarse de la muerte de Einglanz, ese sería el mejor resultado para mí. Pero si Kirihara y los demás en el frente del este terminaban derrotándolo, eso complicaría mucho más las cosas.

Si Kirihara o uno de los otros resultaban gravemente heridos hasta el punto de no poder seguir luchando, y luego si el Rey Demonio optaba por esconderse en su imperio del norte, el resto de los Héroes de clase S no tendrían más remedio que ir tras él. Eso sacaría temporalmente a todos los del 2-C mi mayor obstáculo para aplastar a la Diosa del panorama.

Al menos, los Héroes de clase S tendrían que dirigirse al norte. Mientras ellos no estuvieran, yo tendría que averiguar cómo usar esa magia prohibida y aplastar a esa Diosa asquerosa.

Supongo que a partir de ahora es una carrera contra el tiempo... ¿Morirá primero el Rey Demonio o la Diosa?

Si pudiera completar mi venganza cuando los Héroes de clase S estuvieran lejos, no tendría que preocuparme más por Sogou Ayaka. Para seguir adelante, necesitaría más información sobre los movimientos de los Héroes de clase S. Se me ocurría una forma de conseguir esa información regularmente, pero si Sogou Ayaka iba a interponerse en mi camino en el futuro, ¿qué pasaría si le revelaba mi identidad?

Ella acaba de declarar que protegería a sus compañeros pase lo que pase. ¿Pero qué pasaría si la persona que los atacara resultara ser otro miembro del 2-C? Quedaría atrapada en el medio se estaría contradiciendo a sí misma sin importar lo que respondiera. El que se interpusiera en su camino como enemigo resultaría ser uno de los mismos compañeros a los que ella juró proteger.

¿Qué haría Sogou Ayaka, si Mimori Touka que creía muerto, apareciera ante ella?

Se crearía una apertura ella bajaría la guardia. Y si tuviera que eliminar a otro miembro de la clase, yo tenía una forma de utilizar mi habilidad única para neutralizar a Sogou sin herirla. Podía utilizar mis habilidades de efecto de estado para ello.

Sogou fue contra la Diosa cuando ésta se deshizo de mí. Si la hiriera para lograr mis objetivos, no sería mejor que las personas que se rieron cuando Vicius me desechó.

“¿Qué sucede?” Preguntó Makia de repente.

“Oh... La heroína de otro mundo, parecía una chica de edad tierna, pero en su interior hay un buen soldado. Estoy un poco impresionado”, respondí.

“Hmm, impresionado por ella entonces, ¿huh?”

“Sí.”

Un soldado vino a por Makia, y ella volteo hacia mí cuando él se fue.

“Regresa a la tienda cuando te apetezca. Ha surgido algo de lo que tengo que ocuparme.”

“¿No necesitas vigilarme?”, pregunté.

“Creo que ya no es necesario”. Se encogió de hombros y se fue.

No percibí a nadie más en las cercanías.

“Ya puedes hablar”, le dije a Eve, dejando de lado toda formalidad.

“Hmph.”

“Siento hacer que te quedes ahí en silencio.”

“No me molesta... es que en este momento me siento como un peso muerto”, dijo ella.

“No, has estado haciendo un buen trabajo aquí en el campamento.”

“¿En serio?”

Varias personas especialmente los soldados masculinos habían estado mirando a Eve todo el tiempo que habíamos estado caminando. Una chica hermosa como ella era ideal para distraer al sexo opuesto. Si ellos se quedaban mirándola, me ignorarían a mí.

Le expliqué este hecho a Eve, y ella gruñó levemente en respuesta.

“Se siente extraño que los humanos te miren de esa manera”, dijo ella.

“Solo es otra herramienta que puedes usar en tu beneficio, eso es todo.”


MIENTRAS TANTO, EN ALGÚN OTRO LUGAR...

LA MITAD DE LAS TROPAS destinadas al frente sur se encontraban en la capital de Magnar, Shinad, cuando llegó noticias del rápido avance del enemigo hacia el sur. Sin embargo, el ejército del Rey Demonio era rápido — demasiado rápido.

Cuando el enemigo llegó, no hubo tiempo de esperar a los refuerzos. El Rey Lobo Blanco y sus fuerzas salieron a enfrentarse a ellos en la batalla. No pasó mucho tiempo para que se retiraran ante una probable derrota.

Tras pasar varias horas, la puerta del castillo se abrió y las fuerzas del Rey Demonio cayeron sobre ellos como una avalancha. Toda la ciudad se transformó en un feroz campo de batalla, hasta que el Emperador Salvajemente Hermoso y su Brigada del Sol del Imperio de Mira se unieron a la contienda. Por suerte, no había más demonios del Círculo Interior en el frente sur. Aunque las bajas fueron cuantiosas, la Alianza Sagrada ganó la batalla.

Pero Shinad, la capital del Reino de Magnar, sufrió graves daños. Para colmo de los males, el Rey Lobo Blanco desapareció en medio de la batalla. Todos los grupos de búsqueda regresaron con las manos vacías, y su paradero siguió siendo incierto.

En el frente oeste, las fuerzas enemigas empujaron a la Orden Sagrada de la Purga de Yonato, desde el norte de Magnar hasta la frontera norte de su propio territorio. Cuando el avance de Yonato parecía tener éxito, el enemigo desplegó sus demonios del Círculo Interior en el campo de batalla y el curso de batalla cambió en un instante.

El ejército del Rey Demonio siguió avanzando, tratando de destruir el Ojo Sagrado, que había sido su objetivo durante mucho tiempo. Dirigidos por el demonio del Círculo Interior Dreykuvah, sus fuerzas llegaron finalmente a la capital de Yonato. Yonato se preparó para desplegar su antigua arma, la Caballería Sagrada, junto con un grupo de Héroes de Otro Mundo liderada por Ikusaba Asagi. Las fuerzas de Yonato lanzaron un contraataque desesperado.

Ante la invasión de los ejércitos del Rey Demonio, todo el continente sangró con una feroz resistencia. Sin embargo, ningún lugar fue tan terrible como el Frente Oeste.


KASHIMA KOBATO

LA CIUDAD CAPITAL DE YONATO estaba en ruinas.

“Curia...”

Mientras Curia Guilstein —Sacerdotisa Sagrada de Yonato— era llevada en camilla, la reina se apresuró a ir a su lado.

El lienzo que la sostenía estaba teñido de un rojo vivo, goteando y salpicando contra el suelo empedrado que había debajo. La reina de Yonato estaba pálida y miraba a Curia con una expresión de dolor. La hermosa cabellera plateada de la Sacerdotisa Sagrada estaba extendida y colgaba de los bordes de su camilla, medio empapada en sangre de rojo intenso. La reina envolvió sus manos con las de Curia.

“Oh, Curia... ¿Qué te hicieron?”

Había un denso charco de sangre donde yacía la Sacerdotisa Sagrada antes de ser colocada en la camilla. Una mirada a ella fue suficiente para saber que su amiga apenas resistía.

El rostro de Curia afortunadamente no había sufrido daños, pero su cuerpo estaba en un estado terrible. Era un milagro que no la hubieran destrozado por completo, incluso era extraño que aún pudiera respirar en su estado actual.

“Por suerte tenemos algunos hechizos de curación de nuestro lado, ¿eh?” dijo Ikusaba Asagi. Estaba de pie a cierta distancia de ambas, observando cómo la reina caía en la desesperación. Asagi hizo un gesto hacia algunas de las integrantes de su grupo. “¿Quiere que envíe a algunas de ellas con usted? Las habilidades que tenemos los Héroes parecen mucho mejores que la magia de este mundo, ¿sí?”

La reina levantó la cabeza con una lentitud dolorosa — el color desapareció de su rostro. La expresión que mostraba era una mezcla compleja de emociones, pero tras pasar unos segundos se le pasó, y volteó hacia Asagi.

“Por favor, ayúdala.”

“Claro que sí”. Las tres chicas a las que Asagi había hecho un gesto, se pusieron en marcha. “Siento llamarlas justo después de la batalla, pero ustedes tres tienen que ponerse a trabajar.”

“¡C-claro!”

“E-entonces, vayamos.”

“E-está bien.”

Ellas se precipitaron en dirección a la camilla, y la reina comenzó a hablarles con voz débil. Pronto se llevaron a la Sacerdotisa Sagrada junto a la reina y las tres sanadoras de Asagi no muy lejos.

Asagi puso sus manos detrás de su cabeza y miró con calma. Detrás de ella yacía lo que parecía ser un robot de caballería al estilo de fantasía, que estaba medio destruido y apoyado contra la pared en ruinas del edificio. Se trataba de la legendaria “Caballería Sagrada”. Había pedazos de escombros, paredes del castillo y ladrillos esparcidos a su alrededor. Enredado en la parte superior de la Caballería Sagrada en ruinas, yacía un enorme monstruo con una lanza atravesada por la boca y perforando su cráneo.

Dreykuvah, recordó Kobato. Un demonio del Círculo Interior...

Asagi giró hacia atrás y miró el cadáver del demonio con una sonrisa felina. “¡Hrrm, qué suerte que hayamos llegado a tiempo para acabar con esa cosa! Este tipo del Círculo Interior o lo que sea, parece que era súper fuerte, ya sabes. ... ¡Por supuesto, es justo que yo haya dado el golpe final! ¿No es así como debería ser siempre? Los jefes siempre tienen la mayor cantidad de EXPERIENCIA en ellos, ¿verdad?”

La Sacerdotisa Sagrada había luchado con Dreyvuvah hasta que ambos estuvieron prácticamente a las puertas de la muerte... Pero cuando el demonio exhaló su último aliento, fue Ikusaba Asagi quien asestó el golpe final.

Kashima Kobato estaba a su lado, de espaldas al robot roto y al gran cadáver del demonio con la lengua hacia afuera. En su lugar, miró en dirección a la camilla, que ahora había desaparecido en otra habitación.

“Me pregunto si Curia-san estará bien...”, dijo Kobato.

“O-oye oye, por supuesto que ella no va a estar bien. Quiero decir, sólo mírala. ¡Ahora haces que me pregunte si realmente estás bien, Kobato-chan!”

“... Asagi-san.”

“¿Qué pasa?”

Kobato volvió a mirar el cadáver que había detrás de ella — era tan grande que apenas podía creer lo que veían sus ojos. Pero ya se estaba volviendo extrañamente insensible a la vista, quizás por lo irreal que era toda la escena.

“Este demonio del Círculo Interior... ¿Tu estrategia era realmente la única forma en que podíamos vencerlo?”

“¿Eh?”

“Um, quiero decir... La Sacerdotisa Sagrada estaba dispuesta a morir para derrotarlo, tal y como pediste, pero ¿realmente no había otra forma? Simplemente me pregunto...”

Los labios de Asagi se curvaron en una sonrisa irónica mientras miraba en dirección a la que habían ido la Sacerdotisa Sagrada y su reina.

“La reina parecía querer decir algo, sí... Probablemente algo sobre cómo nuestros imprudentes planes dejaron a su preciosa y pequeña Curia así de maltrecha, ¿verdad?”

Kobato estaba pensando exactamente lo mismo.

Asagi continuó: “Pero, como que... al fin y al cabo, el Ojo Sagrado está sano y salvo ahora, ¿sí? Este país tampoco ha sido destruido o tomado por los monstruos, ¿verdad? Sacrificar a unos pocos para salvar a muchos. Sí, estamos totalmente bien en el balance, me imagino. Eso es lo que pienso, de todos modos.”

“Eso podría ser cierto...”

“¿Eh? ¿Qué, tratas de golpearme la cabeza con lógica? Hmp-hmph, ¿tenías una idea mejor entonces, Pidgey-chan?”

“... No, no la tuve. No se me ocurrió nada.”

Ja, ja, ja, soz, soz. Eso fue malo, ¿verdad? Pero todo está o-okay. Odio a la gente con ideas propias en cuanto uno empieza a quejarse.”

Asagi miraba al frente, hacia algunas de las chicas de su grupo que atendían a los soldados heridos. Ellas estaban trabajando rápidamente con los lugareños de Yonato — todo bajo las órdenes de Asagi. Y les habló.

“Oigan, todas — por suerte, casi todas las heroínas salimos de esto sin un rasguño, entiendo que estén cansadas, pero demostrémosles que realmente nos esforzamos, ¿eh? No queremos que nadie piense mal de nosotras en este momento, ¿verdad? Como que, lo siento, chicas, ¡pero esto es así! Sólo un poco más, y luego podremos descansar, ¿okay~~?”

Terminó su anuncio y giró hacia Kobato.

“Pero escucha, Pidgey-chan... estuve realmente perdida por un tiempo, ¿sabes~~? Estamos en otro mundo, ¿sí? Ha sido duro, ¿sí? Yo, como que, no sabía lo que debía hacer aquí... lo que quería hacer, quiero decir.” Sonrió y miró al suelo, pateando ligeramente los escombros a sus pies. “Mi objetivo principal es asegurarme que todas las integrantes de nuestro grupo sobrevivan. El segundo, es llevarlas a todas a casa a salvo, al viejo mundo. Esos son, por ahora, mis dos únicos objetivos.”

Me preocupa que ella haya limitado eso sólo a nuestro grupo...

“Entonces, ¿crees que todos deberíamos derrotar al Rey Demonio juntos, Asagi-san?”, preguntó Kobato, esperando que ella respondiera de inmediato.

Sin embargo, Asagi se quedó allí, mirándola con una expresión difícil de leer.

“No sé”, respondió ella finalmente.

“¿Eh?”

“Es decir, sólo un ejemplo…” Comenzó a jugar con su cabello, enrollándolo alrededor de sus dedos. “¿Y si, por ejemplo, la Diosa no es la única que puede enviarnos de vuelta — y si el Rey Demonio tiene el mismo poder? Entonces, digamos, si resulta totalmente evidente que el Rey Demonio vaya a ganar, y nos invita a su bando...

“Quiero decir, esto es sólo un ejemplo, ¿sí? Hipotético, ¿okay~~?”, aclaró antes de continuar. “Pero si pareciera que hay más posibilidades que él nos envíe a casa que la Diosa, imagino poder lograr mis objetivos de mejor forma si estoy de su lado, ya sabes~~”

“Eh… Pero entonces…”

“Por supuesto, como que, si la Diosa gana y pudiéramos ir todos a casa de esa manera, eso sería lo mejor. Es como que... uno siempre quiere apostar por el caballo ganador, ¿sí? Bueno, supongo que estás pensando en ella...” Asagi se agachó, cogió un pequeño trozo de roca y luego se dedicó a lanzarlo al aire y atraparlo con la mano. “Sé que te importa Sogou-chan, pero ella nunca nos dejaría pasar al bando del Rey Demonio, ¿verdad? Pero, además, como que...”

Lanzó la piedra contra uno de los muros en ruinas del edificio. Se oyó un crujido seco y severo, y luego rodó hasta el suelo.

“Para sobrevivir en este mundo”, dijo ella, “tienes que ser capaz de distinguir a los ganadores de los perdedores, ¿no? Terminó su declaración con un gruñido.

¿Es realmente ella? Kobato se sintió mucho más incómoda que nunca con Asagi.

“Pero, como que, oye... ¿viste la mirada en el rostro de la reina hace un rato? Como que, yo fui absolutamente la única que sugirió que Curia se sacrificara. ¿Pero eso no me convierte también en la que ideó el plan que permitió salvar a todo el país? Hombre, estar al mando es tan complicado... ¿Lo sabías, Kobato-chan? Pero es genial, ¿verdad?”

“Y-yo... realmente no lo sé.”

“Seguir la respuesta fácil, ¿eh? Además, eso mata la conversación por completo.” Asagi sacudió lentamente sus manos. “Lo que sea. También tengo que esforzarme un poco, eh. Tengo esa nueva habilidad, así que podría usarla — especialmenteAbeja Reinasumado aBloqueo de Dolor, será muy útil con todas estas lesiones alrededor.”

La habilidad única de Asagi se había desarrollado, avanzando a un nivel completamente nuevo en el calor de la batalla. Ella era de clase B, supuestamente inferior a las clases S y A que estaban por encima de ella, sin embargo, tenía su propia habilidad única.

“Como que, sé que todos tenemos estos rangos con letras del alfabeto en ellos, pero tengo la sensación que hay rangos ocultos también, ¿sabes~~?” Asagi había dicho. “Como que, ¿tal vez hay rangos incluso dentro de la clase S? Los normales son 'Super', pero algunos son 'Especiales' o algo así. Yo soy de clase B, pero tal vez tenga un rango secreto especial, ¿algo que comience con una 'B' tal vez? “Best”, ¿verdad? ¡Sólo bromeaba, jajajaja!”

No— puede que tuviera razón, pensó Kobato. Esa explicación le resultaba extrañamente convincente. ¿También había rangos ocultos para los Héroes de clase C y D? Si es así, entonces... tal vez pueda serle útil a Sogou-san.

No pudo evitar soñar despierta con esa posibilidad.

“Vamos~~, Pidgey-chan, vámonos. No fuimos muy útiles en la pelea, así que tenemos que compensar ahora, ¿eh?”

Kobato trotó para alcanzarla, y Asagi bostezó perezosamente mientras se alejaban del lugar juntas.

“Hombre, tengo sueño... Oye, creo que esta nueva actualización de mi habilidad única, como que, me permite hacer debuffs, ¿sabes~~?”

¿”Debuffs”? Kobato no entendía la palabra — según Asagi, era un término utilizado en muchos juegos de línea recientes.

Abeja Reinajunto aFortalecimientoque he estado usando todo este tiempo, ha sido una habilidad buff, una que potencia a la gente, ¿sí? Los debuffs como que, simplemente hacen lo contrario.”

“¿Así que reducen el poder de la gente?”

“Sí, esa es la idea”, dijo Asagi agachándose mientras caminaba, recogiendo pequeñas piedras del suelo.

“Así que, en algunos juegos, los buffs y debuffs son básicamente inútiles. Pero hay algunos en los que son superimportantes. Supongo que las habilidades de efecto de estado son iguales, ¿eh? A veces te preguntas por qué están en el juego, pero en algunos juegos son tan fuertes. como que, básicamente pueden anular las buenas estadísticas de un objetivo.”

Kobato no jugaba juegos y realmente no entendía. Habilidades de efecto de estado... Un pensamiento le vino a la cabeza. ¡Mimori-kun! Bajó la mirada hacia el suelo mientras Asagi seguía hablando.

“Así que las habilidades de ataque no son lo único que importa. Creo que la razón por la que derrotamos a ese gran demonio del Círculo Interior que estaba esparciendo toda la esencia del Rey Demonio, fue gracias a mis buffs y debuffs, ¿sabes~~? Supongo que eso de la esencia también es una especie de debuff, ¿eh?” Lanzó con rapidez una de las pequeñas piedras que tenía en la mano. Se clavó perfectamente en una grieta de un muro cercano en ruinas, como una pelota de tenis atascada en un cerco de alambre. “Entonces, como que, lo que estoy diciendo es, como que... Siempre y cuando puedas obtener los buffs y debuffs adecuados para cada uno de ellos...” Ella asintió para sí misma. “No habrá habilidad más poderosa en el mundo.”

MIMORI TOUKA

LA TIENDA DE CAMPAÑA ERA BULLICIOSA cuando regresamos. Seras estaba parada afuera junto a la princesa, rodeada por los miembros de los Caballeros Sagrados de Neah. Por las sonrisas en sus rostros, pude ver que ellas se habían despedido. Seras se percató de nuestra presencia en cuanto regresamos, pero le hice un gesto para que siguiera hablando con ellos y retornó con los demás caballeros sagrados.

“Hmph, veo que Seras sigue siendo idolatrada por sus subordinados”, gruñó Eve.

“Imagino que gran parte de eso se debe a la princesa Cattlea”, señalé.

Seras huyó de Neah justo antes que fuera invadido. Sus acciones no hablaban bien de ella, pero la princesa debe haber influido en sus opiniones. De lo contrario, no podría imaginar que le dieran la bienvenida con tanto cariño.

Por supuesto, Seras también salió en defensa de su princesa, llevándonos con ella.

“Específicamente le pedí a Seras que actuara de forma independiente, precisamente para momentos como este”, podría haber dicho la princesa. Eso podría convencer a los demás caballeros sagrados con respecto a que Cattlea estaba pensando en el futuro cuando permitió que Seras se fuera. Tendría que hacerlo. Independientemente de sus intenciones en ese momento, la huida de Seras la trajo aquí, después de todo. Este es el resultado de todo lo que ha pasado.

“Lo que sea que Cattlea haya dicho en nombre de Seras, funcionó.”

“Gracias a ella, es la Seras Ashrain que es hoy en día, ¿eh?”, dijo Eve, mirándome de reojo y acariciando su mandíbula.

“¿A qué te refieres?”, pregunté.

“La Seras Ashrain que está por venir... eso dependerá de ti.”

Resoplé. “Sí, eso parece.”

Justo en el momento en que el grupo había terminado de despedirse, un caballero de Neah bien vestido se acercó a la tienda.

“Princesa Cattlea, el Barón Pollary está en camino, trayendo consigo a un general Aliónés. ¿Qué quiere que le diga?”

La princesa giró su cabeza hacia un lado y verificó la hora en su reloj de bolsillo.

“La conferencia militar no está programada hasta dentro de un rato...”

“Ah, bueno”, el caballero giró para mirar a Seras. “Creo que a él le gustaría reunirse con la Capitana Seras.”

La princesa entrecerró los ojos y sonrió ligeramente.

“Ya veo. El Barón Pollary tiene un gran apego a la reliquia llamada Seras, ¿no es así? Bueno. A quien debes pedirle permiso no es a mí, sino a su actual amo.” Miró directamente hacia mí, y los caballeros sagrados se giraron al unísono para hacer lo mismo.

Hombre, tengo suerte de tener esta máscara para ocultar mis expresiones faciales — elimina la tensión de mantener una cara de póquer todo el tiempo.

Di un paso adelante.

“El barón Pollary es de la nobleza Aliónesa, ¿no es así? ¿Habría alguna ventaja para el Sacro Imperio de Neah si hiciéramos que Seras se reuniera con él?”

Por un momento, la princesa pareció algo desconcertada, pero rápidamente recuperó la sonrisa. “Tienes razón... El barón Pollary es heredero de una casa famosa en su propio país, Alión. Creo que nos pondría en buena posición si le diéramos una impresión favorable de Neah. Esa es mi opinión, al menos.”

Asentí en respuesta.

“Entonces aceptemos, con la condición que se te permita acompañar a Seras a esta reunión”, dije. “Y sólo si la propia Seras está dispuesta a reunirse con él, por supuesto.”

Seras puso la mano sobre el pecho y asintió en señal de comprensión. “Cualquier cosa que pueda hacer para ser útil a mi princesa... si mi amo me da permiso.”

Seras y los demás caballeros sagrados se prepararon inmediatamente para la reunión. Eve y yo comenzamos a alejarnos, pero la princesa cabalgó hacia nosotros, ya montada para atravesar el campamento.

“Gracias por ser tan considerado”, dijo ella.

“He oído que los resultados de la batalla de hoy determinarán si el Sacro Imperio de Neah sea restaurado como miembro de la Alianza Sagrada. En la práctica, quien tiene el poder de tomar esa decisión es la líder de la Alianza Sagrada, la propia Diosa... que casualmente gobierna Alión. Tal vez sea ventajoso para ti tener amigos poderosos en esa nación. Sin mencionar...” Miré a la princesa. “No imagino que le vaya a pasar nada malo a Seras mientras usted esté a su lado.”

“Deja esos asuntos en mis manos. Ya he advertido a Seras de esa posibilidad, pero estoy mejor preparada que ella para tratar con hombres de naturaleza pervertida. Honraré la confianza que has depositado en mí, Sir Belzegea.” Giró y miró a lo lejos. “Y con respecto a tu petición — los preparativos están listos. Por favor, proceda a tu propia discreción.”

“Gracias por su ayuda”, dije, haciendo una ligera reverencia.

“No es nada comparado con lo que has hecho hoy por nosotros. Junto con ese incidente con los Cinco Élite, tenemos una deuda que nunca podrá ser pagada. Y bueno...” La princesa se llevó elegantemente una mano a la boca. “Si me hubiera casado con Civit Gartland como estaba previsto, y tuviera dentro de mí al hijo del Hombre Más Fuerte del Mundo, fuerte por la sangre de su padre... Bueno, podría haber pensado en poner al niño contra Bakoss, como abanderado de la resistencia.”

Lo dijo como si no fuera nada para ella — esta princesa es un personaje de lo más aterrador.

“Estoy seguro que, gracias a que ella estuvo a su lado, Seras pudo conservar su naturaleza amable y lealtad inquebrantable”, dije. “Me asombra su férrea determinación mental, Su Alteza. La pérdida de su padre, el antiguo emperador... por no hablar de la caída de su país. Esa fuerte voluntad suya ha sobrevivido a todo. Sigue amando a su país e intenta protegerlo lo mejor que puede. Usted es verdaderamente digna de heredar el trono.”

Teniendo en cuenta su ubicación sobre las fronteras de Alión, Bakoss y Ulza — el Sacro Imperio de Neah probablemente sea una herramienta importante para mí en el futuro. No había nada malo en tratar de ganar su favor con cumplidos. Y tampoco era que estuviera mintiendo.

“Si no creyera que mi pueblo fuese tan digno de ser salvado, habría abandonado mi país y huido hace tiempo.”

“¿Quieres decir que no es sólo su obligación como noble? Es algo personal para usted.”

“Fue lo mismo con Seras, lo sabes. No la habría salvado de mi padre ni la habría hecho escapar de las garras del ejército Bakossi si no creyera que merecía ser salvada.”

“Imagino que es exactamente la razón por la que ella eligió salvarle a usted en respuesta. De hecho, lo sé.”

Hubo un momento de silencio. La princesa lucía tan hermosa, su rostro iluminado únicamente por la luz danzante de las antorchas de las cercanías.

Me pregunté si ella elegía a conciencia sus expresiones en cada momento. ¿Acaso esta gravedad que sentía hacia ella era lo que realmente significaba el concepto de nobleza?

La princesa me devolvió la mirada y su mirada se suavizó. “Es usted un individuo muy extraño, Sir Belzegea.”

“La máscara suele tener ese efecto en las personas.”

“No me refiero a eso. Mis disculpas por decirlo, pero no me imagino a usted como el tipo de hombre que le gustaría a Seras.” Entonces su tono cambió y se tiñó de admiración. “Yo también estoy bastante interesada en saber cómo se ve debajo de esa máscara suya. Es extraño, pero incluso con esa cosa puesta, no creo que me esté mintiendo. ¿Cómo debería decir esto...? Es como si realmente hubiera dos personas debajo de esa máscara.”

Voces eufóricas provenían de la dirección de Seras y de los otros caballeros sagrados, mientras Eve y yo dábamos la espalda al bullicio y nos dirigíamos a otra dirección.

Finalmente, llegamos a nuestro destino y aparté suavemente la cortina mientras entraba al interior del espacio cerrado. Eve me siguió. A diferencia de la tienda de la princesa, nuestro espacio montado apresuradamente, no tenía techo y estaba al descubierto hacia el claro cielo nocturno.

“Tal como lo pedí”, señalé.

Lo suficientemente amplio como para cubrir el área de efecto del cristal de teletransportación.

En el centro del espacio se colocaron los ítems que había pedido a los caballeros sagrados, quienes los recuperaran para nosotros.

“Bien entonces”, dije. “Ya es hora que regresemos con la princesa, pero primero...”

Eve y yo nos quedamos de pie, mirando las piezas rotas del carruaje de guerra mágico.

“Tenemos que deshacernos de esta cosa”, dijo Eve.

Usé Congelaren los restos y una de las piezas más grandes comenzó a congelarse ante nuestros ojos. A nuestro lado había dos mazos, preparados de antemano para que pudiéramos hacer polvo el carruaje congelado. Cogí uno y se lo di a Eve.

“No tenemos mucho tiempo, hagamos esto rápido.”

“Hmph.”

Teniendo en cuenta el límite de objetivos de Congelar, tuvimos que congelar cada pieza de escombros individualmente, y luego aplastarlos con el mazo uno por uno.

No quería dejar este carruaje aquí en el campo de batalla. Quería eliminar todo rastro de que habíamos estado allí. El carruaje de guerra mágico podía permanecer como un vestigio físico para ser capturado y examinado, o como un simple rumor que se propagaba entre las filas de los soldados. Había una gran diferencia entre ambos — los restos podrían terminar siendo una prueba que podría usarse contra nosotros en el futuro.

“Pero escucha”, dijo Eve mientras trabajábamos. “¿Por qué no enviamos los restos de regreso a la bruja con ese cristal de teletransportación? ¿Por qué tenemos que aplastarlo en primer lugar?”

Una buena pregunta. ¿Por qué no enviar el carruaje destartalado tal como está? El problema estaba en el propio cristal de teletransportación. Podría haber un límite en la cantidad de material que podía transportar en un momento dado. Incluso Erika lo dijo, según recuerdo. Sin embargo, Erika dijo que nosotros tres, junto con Piggymaru y Slei, podríamos caber, aunque— pero cualquier cosa más allá de eso, no había garantías.

Con eso en mente, quería reducir al máximo la cantidad de material que intentábamos enviar. El primer candidato era este carruaje de guerra mágico...

Ahí es donde entró en juego mi habilidad Congelar— usamos la misma habilidad para poder aplastar todos esos cadáveres de Ashint y hacerlos “desaparecer”. Con este método, el objeto congelado se borraba completamente sin dejar rastro. No tuve que depender de nadie más para hacer el trabajo en mi lugar, y me reconfortó deshacerme de él con mis propias manos. Aun así, hacer un trabajo como éste me hacía sentir como si estuviera intentando cometer el crimen perfecto o algo así.

Sería aterrador que un asesino en serie se hiciera con una habilidad como ésta.

Estos pensamientos me absorbieron por completo mientras trabajaba en aplastar el carruaje.

“Creo que eso es todo”, dije.

“Hmph. Nadie pensaría que todo este polvo en el suelo solía ser un carruaje”, respondió Eve.

“Ah, tampoco puedo olvidar estos.” Me acerqué a la esquina, donde yacían las lanzas caseras de Erika. Eve las había lanzado contra Einglanz durante la batalla. Los caballeros tuvieron la amabilidad de recuperar también las armas y objetos que habíamos dejado atrás. Inspeccioné la lanza, dándole vueltas en mis manos.

Parece que cuando las activas una vez, se agotan. Erika dijo que no había diseñado sus dispositivos para ser utilizados una y otra vez. Deberíamos lidiar con estas cosas de la misma manera que lo hicimos con el carruaje.

Una vez que terminamos, Eve y yo pusimos nuestros mazos fuera del recinto. Todo lo que había dentro quedó reducido a un polvo parecido a la harina, esparcido por montones a nuestro alrededor. La tela del recinto se agitaba con el viento, y parte del polvo era arrastrado bajo las cortinas y llevado al exterior por la brisa.

Aparté un montón con el pie, enviando una nube de polvo a través de esa misma brecha bajo la cortina para que saliese al exterior con el aire nocturno. Ahora sólo quedaba un pequeño montón. Pronto se dispersaría también con el viento.

“Todo lo que queda, es que la prueba viviente desaparezca, es decir — nosotros.” Saqué el cristal de teletransportación de mi bolsillo.

Cuanto más esperáramos, mayor sería la probabilidad de que nos viéramos arrastrados a alguna situación que preferiría evitar. Hicimos lo que vinimos a hacer; ahora era el momento de partir. Todo lo que teníamos que hacer era esperar a Seras.

“Me impresiona que el ejército de Neah haya sido capaz de encontrar todo esto en la oscuridad”, dijo Eve.

Ella tiene razón. Habría sido difícil para nosotros manejar esto sin su ayuda.

“Supongo que son muy trabajadores, ¿no es así?”, respondí. ¿Quizás la influencia de su antigua capitana esté brillando?

“Me alegro que hayamos superado la batalla”, continuó Eve, sonando aliviada. “Ninguno de nosotros resultó gravemente herido tampoco. Aunque sí rompimos el carruaje, supongo...”

Recordé la conversación que había tenido con Erika antes de partir.

“Este carruaje —no hay garantía alguna que pueda devolvértelo”, le había dicho.

“Es ridículo. Estás tratando de hacer un viaje temerario para atravesar el norte de la Tierra de los Monstruos de Ojos Dorados. Si quisiera que el carruaje volviera ileso, no te lo estaría prestando en primer lugar. Además, me sería más difícil conciliar el sueño si uno de ustedes se rompiera en lugar del carruaje. Especialmente cuando pienso en Liz.”

Ella sabía desde el principio que el carruaje nunca iba a regresar.

Miré a Eve al recordar las palabras de la bruja. Estaba arrodillada, con la mano dando palmaditas en el pequeño montículo de polvo que quedaba en el suelo. Parecía perdida en sus pensamientos.

“También, es posible que no hayamos sobrevivido sin la ayuda de Erika. Nunca esperé que la Bruja Prohibida fuera tan buena persona.”

Y además, muy inteligente. Ella debió ser el mayor dolor de cabeza para cierta Diosa conocida mía. Si hubiera usado sus poderes para el mal, podría haber sido capaz de reunir más “creyentes” que incluso la propia Diosa. Estaba contento de que ella estuviera de nuestro lado.

Un escalofrío recorrió mi espalda cuando pensé en Erika y la Diosa trabajando juntas — no podía imaginar algo peor.

Eve levantó la cabeza. “Hmph, alguien viene de manera furtiva...”

Seras entró al recinto. “Me disculpo por haberle hecho esperar.”

“Llegas antes de lo que esperaba”, dije.

Ella sonrió, y enarcó las cejas al verme. “Eso fue gracias a la princesa. Ella me dio una buena oportunidad para concluir la conversación y marcharme.”

“Qué considerada de su parte”, dije. “¿Cómo te sientes?”

La sonrisa irónica de Seras se extendió.

“Ellos fueron muy acogedores. Podría decirse que me sorprendió un poco. Cómo decirlo— “

Eve la interrumpió. “Los rumores sobre tu belleza en todo el continente son básicamente una leyenda a estas alturas. Apuesto a que sintieron que habías salido de los mitos y entrado en la realidad.”

Seras frunció el ceño, pero sus ojos seguían sonriendo. “Seguramente no puede ser algo tan grandioso como todo eso.”

“¿Cómo reaccionó el Barón Pollary cuando te reuniste con él?”, pregunté.

“Trajo consigo a un gran número de sus subordinados. Y fue la primera vez que me reunía con él en persona, pero bueno... estaba entusiasmado”. Seras eligió sus palabras con cuidado, pero estaba claro que dudaba sobre algo. En ningún momento dejó de sonreír, pero había una señal de preocupación en su voz. “Después que le estrechara la mano, me dijo que nunca más volvería a lavarse esa mano, y estaba bastante emocionado por ello. No tenía ni idea de cómo responder. Según la princesa, la reunión fue todo un éxito. Sin embargo... ahora que lo pienso, por sugerencia suya, le regalé el caballo de guerra que monté en la batalla.”

Tengo que reconocer que la princesa— realmente consiguió lo que quería de la situación. Pensé. “Parece que esa princesa tuya sí que sabe cómo hacer un trato. Entonces, ¿has terminado de hablar con ella?”

“Tuve más que suficiente tiempo a solas con ella. Y conversé con los caballeros sagrados más de lo que podría haber esperado. Todo lo que podemos hacer ahora es desearle suerte a ambas partes para que sigan adelante. No me queda ningún remordimiento.”

“Ya veo.”

“Varios de los Héroes de otro mundo vinieron a verme también... aunque sólo fueron hombres...” Y empezó a callarse, comprendiendo en medio de su discurso que yo podría no apreciar el tema.

Está siendo considerada— debe ser difícil para ella decirlo. “No te reprimas, puedes decirlo”, la animé.

“Parecían buenas personas”, dijo.

Buenas personas a las que les gusta dejar que otras personas piensen por ellas. Sogou o la Diosa... el bien o el mal... sólo importa quién lidera la manada. Si son incitados por la Diosa se convierten en la encarnación del mal. Sin embargo, con Sogou liderando la batalla, supongo que hoy se inclinan en la dirección de “buenas personas”... Ni siquiera tienen claro de quiénes son “ellos”.

Sin embargo, me alegro de que sea ese el caso. Si todos en la clase fueran como Takao Hijiri, realmente estaría muy ocupado. Como la mayoría de ellos son del tipo seguidores, sólo tengo que centrarme en los líderes a la hora de hacer mis planes.

“Ah... lo siento mucho. Las cosas que ellos te hicieron, yo...”, dijo Seras después que guardara silencio por unos momentos.

“Ellos solo se dejaron llevar por la corriente, eso es todo”, dije. “No quiero decir que piense que no hicieron nada malo — no puedo ser tan indulgente. Pero no hay necesidad que luchemos contra ellos ahora, especialmente si eso significa exponernos al peligro.”

Si disparo contra mis compañeros y fallo, existe el peligro que termine por tener que enfrentarme a Sogou Ayaka. Quiero evitar eso ahora mismo, por lo menos. El verdadero problema son los otros Héroes — los que no estuvieron aquí hoy. Ellos son la razón principal por la que tenemos que regresar a la casa de la bruja.

“Vamos a casa.”

Mientras reflexionaba sobre nuestros planes sobre el camino que nos esperaba, activé el cristal de teletransportación.



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