Failure Frame Vol. 6 capítulo 1
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Failure Frame volumen 6 capítulo 1 en español
De la destrucción al retorno a casa
YA ERA DE NOCHE. Aproximadamente en una hora, estaba prevista
una reunión entre los capitanes supervivientes para discutir sus planes
futuros.
Se había ganado la batalla, pero seguían llegando informes de
los ejércitos supervivientes. Los comandantes vociferaban órdenes a sus
subordinados para establecer un perímetro y custodiarlo adecuadamente. Existía
la posibilidad que los monstruos siguieran acechando dentro o fuera de la
ciudadela.
Ante la convocatoria de la Princesa del Sacro Imperio de Neah,
entré en el campamento de Neah con Eve y Slei a mi lado. Se les pidió a ellos que
esperaran afuera de la tienda de la Princesa, y les dije que debíamos hacer lo
que se nos pedía por ahora.
Así que Seras reveló su verdadera identidad, ¿eh? Hay ventajas
en esa decisión. Para empezar, nos facilita explicar nuestra presencia en el
campo de batalla. “Seras Ashrain, que una vez sirvió a la princesa Cattlea,
se apresuró a unirse a la batalla para ayudarla…” esa es una buena razón
para que la Brigada El Lord Mosca esté aquí. Entre otras ventajas.
En cualquier caso, no voy a quejarme de poder ver a la princesa
sin todo el molesto alboroto que normalmente implicaría.
Su tienda de campaña parecía similar a la de los nómadas. Asomé
la cabeza por la abertura y vi algunas sillas dispuestas en el interior.
“Bienvenido. Por favor, pase.” En el asiento
más alejado de la entrada se sentó una chica de cabello plateado con rizos en
él. “Me llamo Cattlea Straumms.”
Sus ojos grises eran reflexivos, y el atuendo militar que llevaba
era elegante. Sin embargo, su actitud era firme como la de un soldado,
inquebrantable.
Estaba flanqueada por dos caballeros sagrados, y frente a ella
estaba Seras, vestida con su traje de Espadachín Lord Mosca, sin la máscara.
Seras parecía tranquila, pero por sus enrojecidos ojos, pude notar que su
reencuentro con la princesa había sido emotivo.
Ella se acercó a mí y bajó su voz para susurrarme al oído. “Lo
siento mucho. Estoy segura que ya sabes que dejé escapar mi—”
“Lo sé. No te preocupes por eso”, murmuré en respuesta.
“Gracias”. Seras bajó la mirada a sus pies, llevó su puño a su
pecho y la presionó con fuerza. Luego levantó la cabeza, tratando de recuperar
la compostura. “La única información que proporcioné sobre usted es que eres un
antiguo miembro de Ashint que me salvó de los Caballeros Dragón Negro. Que te
debo la vida, en todo caso.”
“Déjame el resto a mí.”
Seras levantó su mirada hacia mí en señal de acuerdo, y se puso
a mi lado. Me volteé para ver a la princesa y me arrodillé sobre una rodilla.
“Me parece que es la primera vez que tengo el honor de conocerla
— mi nombre es Belzegea, líder de la Brigada El Lord
Mosca. Como lo anuncié durante la batalla, este grupo mío fue conocido una
vez por otro nombre: Ashint”, dije, manteniendo cuidadosamente mi tono
respetuoso.
“Belzegea... El mismo nombre que El Lord Mosca de la leyenda,
¿no es así?”, preguntó Cattlea.
“Si, tomé prestado el nombre de esas leyendas.”
“Entonces supongo que Seras es ahora una fiel servidora del Lord
Mosca, ¿quizás la Espada de Belzegea?”
Preguntó la princesa con una risita. “Creo que la subordinada más fiel del Lord
Mosca fue la primera de sus Juramentos, Asteria. Cuando Seras vino a verme,
creo que ese fue el nombre que ella tomó para referirse. Me alegra ver que el
mismísimo Lord Mosca confía tanto en ella.”
Sentí que la princesa se levantaba de su silla.
“En cualquier caso, usted fue responsable de nuestra ajustada victoria”,
prosiguió ella. “Como comandante del ejército de Neah, permíteme expresar mi
gratitud. Si no hubieras acudido en nuestra ayuda, seguramente todos habríamos
perecido.”
“Sólo estoy agradecido que hayamos llegado a tiempo para
rescatarla del peligro, su Alteza.”
“Magia Maldita, sin embargo... no entiendo la teoría que hay
detrás de ella, pero realmente parece ser un poder aterrador. El ejército de
estatuas de piedra, ese corcel negro, con varias patas, que tienes... y tus dos
Espadachinas Lord Mosca tienen una inmensa destreza en combate. Sin embargo,
debo decir que hay algunas ligeras inconsistencias entre tu comportamiento, y
los informes que una vez escuché sobre Ashint.”
La explicación no tardó en llegar de mis labios. “Bueno, Ashint
estaba dividida internamente en dos facciones. Mi propia facción estaba... en
minoría. Los otros soñaban con salir al gran escenario para los asuntos
mundiales, pero nosotros deseábamos lo contrario. Es mejor que sigamos como
siempre, existiendo en las sombras. Al final, nuestra facción descartó el
nombre de Ashint y decidió continuar como la Brigada El Lord Mosca. Buscamos
controlar el mundo tras de un velo.”
“¿La otra facción de Ashint simplemente te
permitió marcharte? No puedo imaginar que estuvieran dispuestos a dejarte ir
tan fácilmente, considerando el gran poder que posees.”
“Muy perspicaz, su Alteza. Se opusieron fuertemente a nuestra
partida, y... Bueno, me temo que tendré que dejar el resto de la historia a su
imaginación.”
El mundo es consciente
que Ashint desapareció repentinamente. Tal vez persiguieron a la Brigada El
Lord Mosca en la Tierra de los Monstruos de Ojos Dorados y fueron aniquilados
por los monstruos del lugar. O quizá fueron atrapados en una emboscada y
aniquilados por la otra facción. Sólo tengo que ser lo suficientemente vago,
utilizar los rumores a nuestro favor, y dejar que otros proporcionen sus propias
teorías.
“Tras separarnos de Ashint, escuchamos noticias de que usted
lideraría las fuerzas de Neah en la próxima batalla contra los ejércitos del
Rey Demonio. Tomando en cuenta el afecto que Seras siente por usted, decidimos
tratar de ayudar. Teníamos la intención de entrar en el campo de batalla como
mercenarios. Sin embargo...”
La princesa asintió en señal de comprensión.
Aunque no sabría decir si
ella realmente cree en lo que decimos.
Dio un solo paso hacia mí.
“Sir Belzegea, levántase si lo desea. Prácticamente no eres un
soldado bajo mi mando.”
Me levanté y Cattlea miró hacia mí. La princesa era una cabeza
más baja que yo.
“Debo expresarte mi gratitud por haber salvado la vida de Seras”,
dijo ella.
Hice una reverencia. “Me costaría vivir conmigo misma si hubiera
permitido que ella cayera en manos de Bakoss.”
“Por eso Seras siente la obligación de
servirle y seguirle, Sir Belzegea. ¿Te ha contado los detalles de su historia?”
“¿Respecto a su huida de Neah? Si, ella lo hizo.”
“Sir Belzegea”, dijo la princesa, claramente buscando cambiar de
tema. “Entiendo que has venido a ayudarme... pero no tienes la intención de
servir a mi lado permanentemente, ¿verdad?”
La verdadera identidad de
Seras ha sido revelada al mundo. Las noticias de la supervivencia de Seras
Ashrain se difundirán desde el ejército de Neah sin importar lo que suceda; eso
no se puede frenar ahora. Además, la Diosa ya tenía un ojo puesto en ella
cuando todavía era sólo una Caballera Sagrada de Neah. Mientras Seras esté al
lado de la princesa, la Diosa intentará llevársela.
Eso significa que no
podemos quedarnos aquí más tiempo. Quiero reducir al máximo las posibilidades
de encontrarme con la Diosa. En la batalla usé mi “magia maldita” y esas armas
mágicas de Erika para tratar de enturbiar las aguas. El plan era ocultar
nuestras identidades. Pero con el secreto de Seras al descubierto, ese plan se desvanece.
Esa Diosa asquerosa definitivamente
va a estar interesada en nuestra Brigada El Lord Mosca... Así que, debemos
encontrar otro lugar tan pronto como sea posible.
Una vez tomada la decisión, respondí: “Tengo la intención de
abandonar este lugar antes del amanecer de mañana y retomar mi propio viaje.
Tengo mis propios objetivos que debo perseguir. Pero, si Seras insiste en
quedarse a su lado, entonces cumpliré sus deseos.”
Seras parecía un poco desconcertada, y apresuradamente trató de
hablar. “Yo—”
“En este momento, Seras es tu espada — al menos así es como ella me describió su posición”, dijo
la princesa, interrumpiendo a Seras sin que tuviera la oportunidad de hablar.
Va a ser peligroso, pero
si Seras es firme entonces no hay nada que pueda hacer para detenerla. Estoy en
un viaje de venganza personal, después de todo. Siempre he dicho que puede irse
cuando quiera. Es solo que... si ella elige permanecer al lado de la princesa,
me preocuparía esa Diosa asquerosa y sus planes para Seras. Tengo la impresión
que esta princesa podría ser capaz de encarar a Vicius, pero...
“¿Quiere que Seras regrese a su lado, como miembro de los
Caballeros Sagrados de Neah, su Alteza?”
“No.” Sonrió ella. “Incluso si regresara a mi lado, la Diosa sin
duda trataría de utilizarla para algo indebido. No estaríamos juntas en verdad.
Mi preciosa Seras sería consumida por las intenciones que Vicius tiene para
ella.”
Así que la princesa
tampoco le tiene mucho aprecio a la Diosa, ¿huh? Ella parece saber mucho sobre la
Diosa también — bien podría preguntar.
“Mis disculpas por la pregunta descortés, pero... Por
casualidad, ¿alberga algún tipo de rencor hacia la Diosa Vicius, su Alteza?”
“Así es.” Sus ojos se suavizaron, y volteé a mirar a Seras. Ella
dio un respiro y rápidamente se tocó la oreja derecha.
Oreja derecha — es
nuestra señal para saber cuándo alguien dice la verdad. A Cattlea no le agrada
la Diosa. Pero entonces... la princesa también sabe que Seras puede detectar
mentiras.
“Hiciste un gesto sencillo para facilitar que Seras determinara
si tu declaración era cierta, ¿verdad?”, preguntó la princesa. “Eso hace que
estos asuntos sean más sencillos ahora, ¿no es así? Si ambos hablamos con el
corazón, no hace falta andar con rodeos, ¿no te parece?”
Seras parecía un poco incómoda, y vi un atisbo de culpabilidad
en su rostro por haber utilizado su habilidad en la princesa.
“Entonces, ¿no quiere que Seras se reúna con la Diosa?”,
pregunté.
“Por supuesto que no. En primer lugar, ¿por qué crees que le
ordené que me dejara y escapara de mi castillo en Neah?” Ella caminó hacia mí y
tomó mis manos. “Y entonces... ¿Puedo dejar a Seras a tu cuidado?”
“¿Está segura que soy digno de eso?”
“Eso parece bastante irrelevante en vista de lo profundamente
enamorada que ella está de usted.”
Los dos caballeros sagrados al lado de la princesa se
sonrojaron, y los oí sobresaltarse.
“¡¿Princesa?!”, dijo Seras, como si la hubieran sorprendido totalmente.
“¿Hay algún problema?” Cattlea siguió sonriendo, con sus ojos
fijos en los míos.
“No. Yo también atesoro a Seras, naturalmente”, respondí.
“¿Ella es muy especial para ti?”
“Sí.”
“¿Y estás atendiendo sus necesidades como mujer, como deberías?”
“Yo... tengo la intención de hacerlo. Sí.”
La princesa asintió complacida y su sonrisa se amplió. “Entonces
me alegra saber que el sentimiento es mutuo.”
“Sir To—”
“Seras.”
... Definitivamente
estaba a punto de llamarme Sir Too-ka justo ahora.
La boca de la princesa se torció en una sonrisa irónica.
“Ser capaz de saber cuándo alguien está
diciendo la verdad puede ser bastante difícil a veces, ¿no?” La princesa soltó
mis manos y lentamente se alejó de mí, mirando a Seras, cuya expresión delataba
lo rápido que latía su corazón.
Supongo que la princesa
predijo que esto podría suceder.
“Antes que vinieras, le conté a Seras sobre algunas noticias.
¿Te gustaría escuchar lo que le dije?”
Después que terminara la batalla, Seras apenas le había dado a
la princesa información sobre mí, pero Cattlea, por el contrario, parecía
haberle informado mucho a Seras.
“Muy bien, escuchémoslo,” dije asintiendo.
“Seras, ¿le informarás a Sir Belzegea de mis intenciones?”
“Ah, s-sí, por supuesto”, respondió Seras respetuosamente,
endureciendo su expresión. “La princesa Cattlea, si puede asistirnos en algo,
tiene la intención de ayudarnos como agradecimiento por nuestra ayuda en la batalla.
... Y como agradecimiento a mi amo por salvarme de los Caballeros Dragón Negro.”
Supongo que también salvé
a Seras del padre de la princesa. El Emperador Sagrado de Neah fue quien ordenó
la muerte de Seras en primer lugar. Pero es posible que la princesa ya se haya
dado cuenta de eso a partir de las cosas que Seras le ha contado y de sus
propias sospechas.
Ella sabe enfadarse
cuando es necesario. Como aliada me alegra tenerla de mi lado, pero como
adversaria sería un problema.
“En estos momentos mi prioridad principal es recuperar Neah de
las manos de los bakosianos y reconstruirla”, dijo la princesa. “Estoy
agradecida, pero le ruego que comprenda que mi ayuda está limitada por las
circunstancias.”
“Lo entiendo”, respondí. “Si alguien pregunta
hacia dónde fuimos, ¿podría decirles que viajamos hacia el norte?”
“¿Al norte?”
“Sí. Si pudiera, simplemente podría explicarles que teníamos
previsto viajar al norte a cualquiera que pregunte.”
“De hecho, eso es solo un favor minúsculo.”
Considerando que nos
dirigimos al oeste, esta es sólo una forma de sembrar la confusión. Si la
princesa le dice a la Diosa exactamente lo que le acabo de decir, tampoco estaría
mintiendo exactamente. Si la acusan de mentirosa, ella puede decir que “Belzegea”
le dio información falsa.
Una vez solucionado esto, de paso le pedí a la princesa unas
cuantas cosas más. Se lo agradecí, pero no era mucho lo que necesitaba de ella.
“¿Es eso todo lo que pides?”, me preguntó una vez que terminé,
un poco desilusionada debido a que mis peticiones eran demasiadas simples.
“La Brigada El Lord Mosca se apresuró a acudir en su defensa
porque sentimos que debíamos salvarle, no en pos de una recompensa.”
Si yo creyera que ella
podría concederme, mi petición sería que nos ayudara a ocultar cualquier rastro
que alguna vez estuvimos aquí. Tenemos comida, agua y dinero más que
suficientes.
“Pero necesitamos desaparecer. No creo que podamos volver a ayudarles
en el futuro.”
“Eso no será un problema. A juzgar por los
demonios del Círculo Interior que aparecieron en esta
última batalla, el único enemigo al que todavía tenemos que enfrentarnos que es
más poderoso que Einglanz, es el propio Rey Demonio. La mayor amenaza para
nuestra defensa del sur fue derrotada precisamente en este lugar, a las afueras
de la ciudadela.” La princesa sonrió confiadamente. “Sin mencionar que... con
Ayaka Sogou liderando a los Héroes reunidos, en mi opinión, nuestro frente no
se desmoronará tan fácilmente.”
Ella tiene razón, Sogou
es mucho más fuerte ahora, y parece que puede cambiar el tamaño y la forma de
sus armas a voluntad. Tras derrotar a ese demonio del Círculo Interior, debe
haber conseguido mucha EXPERIENCIA. Mientras el Rey Demonio no aparezca por
aquí, Sogou debería ser capaz de enfrentarse a cualquier cosa que se les
presente. El frente del sur no ha caído — tiene suficiente fuerza para
recuperarse mientras el Rey Demonio está fuera luchando en el este.
“En cualquier caso, creo que el peligro ha pasado, por el
momento”, dijo la princesa. “Me esforzaré por atender sus peticiones urgentes
de inmediato.” Entonces se dirigió a uno de sus caballeros asistentes. “Dorothy,
llama a Makia, ¿puedes?”
El caballero sagrado hizo lo que se le ordenó, y regresó unos
momentos después con una caballera sagrada a cuestas. Makia era de baja
estatura, y su atuendo tenía un estilo inusual para un caballero, casi como si
fuera una lolita fanática de la moda gótica. Tenía el cabello largo y negro y
ojos rojos; y aunque era bastante bajita, no parecía que fuera una niña.
“Esta es Lady Makia de la casa Renaufia. Alguna vez fue Vice-Capitana,
y ahora es la Capitana de los Caballeros Sagrados de Neah y tomó el lugar de
Seras tras su desaparición.”
“Hmph, a pesar de mi apariencia yo también soy mayor que Lady
Seras”, dijo la Capitana, inflando el pecho. Seras le dedicó una sonrisa
irónica.
“Con esta adorable apariencia externa suya, a menudo se enfrenta
a... malentendidos,” añadió Seras. “Pero
Makia es una espadachina sumamente talentosa. También es una de las pocas que
domina los hechizos de encantamiento en todo el continente, y—”
“Lady Seras”. Makia la interrumpió, lanzando
un guiño y señalando el exterior de la tienda con un pulgar por encima del
hombro. “Tal como se ordenó, hemos terminado de recuperar los restos de ese carruaje
de guerra suyo.”
Dirigí una mirada a Seras, y ella hizo una ligera reverencia
hacia mi persona.
“Pensé que optarías por no elegir en abandonar el carruaje aquí”,
me dijo Seras. “Así que hice que los caballeros sagrados lo recuperaran a
nuestro favor. Los propios caballeros son los únicos que llevaron a cabo esta
tarea, y como su antigua capitana puedo dar fe de su secretismo.”
Teníamos que eliminar cualquier rastro de que la Brigada El Lord
Mosca estuvo alguna vez allí. Tenía la intención de ocuparme personalmente de
los restos del carruaje de guerra. Sin embargo, parecía que mi competente vice-capitana
ya había tomado la iniciativa.
“Gracias por tu rapidez mental, Seras”, dije.
Sus ojos revolotearon con gracia hacia abajo y volvió a
inclinarse. “Me siento honrada de recibir el cumplido.”
“Bien, entonces, Seras... Para dejar todo claro, ¿pretendes
continuar con nosotros como miembro de esta Brigada El Lord Mosca?”
“Si quiero. No tengo ninguna duda al respecto.” No había ni una
pizca de duda en su voz.
“Si ese es el caso, entonces deberías cumplir tu otro objetivo.”
... Despedirse de Cattlea
Straumss — de la propia princesa. Mi plan inicial era que lo hiciera en
secreto, sólo ellas dos, pero con su identidad revelada, eso ya no era
necesario.
Seras volteó para mirar a Cattlea.
“Princesa... ¿Puedo tener un momento de su tiempo?”
Los ojos de Cattlea se suavizaron y también
sonrió. “Por supuesto, Seras.”
Tiene una sonrisa tan
natural cuando está cerca de Seras. Tal vez ése sea su yo real — el del
interior.
“Si el tiempo lo permite, me gustaría hablar con usted hasta la
mañana.” Lágrimas se formaron en las esquinas de los ojos de Seras.
“Estaremos en el exterior — por favor, tómense su tiempo”. Les
di la espalda a las dos y salí. Makia y los otros caballeros sagrados me
siguieron. La noche era oscura, y las hogueras estaban encendidas dentro y
fuera del campamento. Me alejé un poco de la tienda, cuando la voz de Makia me
detuvo.
“¿Hay alguna razón por la que no quieres decirnos quién eres?”,
dijo tras de mí.
“Tengo mis razones.”
Mi voz está distorcionada
además de ocultar mi rostro — es lógico que sienta curiosidad. No tengo ningún
poder de transformación como Seras y Eve, y no quiero que nadie de la clase 2-C
descubra quién soy en realidad. Puedo despistarles con mi actuación, pero una
vez que vean mi verdadero rostro no habrá nada que pueda hacer para
despistarlos.
“¿Puedo hacerte una pregunta sobre tu verdadera identidad?”, preguntó
ella.
“No te puedo prometer en darte una respuesta honesta.”
“¿Eres— humano?”
“Ya veo. ¿Crees que, por ocultar mi rostro, soy uno de las razas
semi-humanas?”
“No, no es eso. Es que... Lady Seras es una Alta Elfa, ¿sabes?”
“¿…?”
No tenía ni idea de a qué quería llegar. La
caballera suspiró y continuó.
“Es difícil que los humanos y los Altos Elfos tengan hijos entre
sí, ¿no? Si eres un humano— va a ser difícil. Eso es todo”, dijo ella. Es un
asunto muy personal para un consejo no solicitado, pensé. Ella se encogió
de hombros. “Al menos no pareces un mal tipo.”
“Hmm, ¿cómo puedes saberlo habiendo transcurrido tan poco tiempo?”
Makia giró su cabeza hacia el otro lado. “Redujiste la velocidad
de tu paso por mí.”
Bueno, si no lo hubiera
hecho, ella habría tenido que trotar un poco para alcanzarme debido a que sus
piernas son muy cortas.
Ella hizo un puchero por un instante, luego me miró. “Tengo que
agradecerte. Nunca pensé que volvería a ver a Lady Seras.”
“Parece que realmente la admiras.”
“Ella es un ídolo para todos nosotros, los Caballeros Sagrados.
Es fuerte, hermosa, elegante, amable... Pero siento que hay algo diferente en
ella ahora.”
“¿A qué te refieres?”
“Creo que ella se ha acostumbrado a dejar que sus emociones
afloren. Antes era mucho más estoica. Menos expresiva. Creo que por eso parecía
una especie de presencia divina cuando nos conocimos.” Makia dejó de caminar y
miró hacia sus zapatos. “Cuida de ella por nosotros, ¿okay?”
“No tengo intención alguna de tratarla mal. Ella es importante
para mí.”
“Es bueno escuchar eso.” Makia de manera serena se quitó el
cabello de la cara. Los otros dos caballeros sagrados se habían marchado, pero
Makia se quedó a mi lado como si le hubieran ordenado vigilarme.
“Has vuelto.” Eve caminó hacia mí con Slei a
cuestas. Estábamos a cierta distancia de la tienda. “¿Dónde está Asteria?”
“Está con la princesa Cattlea, disfrutando un tiempo juntas
antes de despedirse.”
“Hmph... ya veo. ¿Por qué caminas junto a una niña?”
Makia frunció el ceño y sus sienes comenzaron a temblar. “¡Soy
la actual Capitana de los Caballeros Sagrados de Neah, Makia Renaufia...!”
“Hmph, mis disculpas”, dijo Eve. “Eres una niña muy capaz,
entonces.”
“¡Qué grosera! Soy mayor que Lady Seras, ¡para que lo sepas!”
“Mis más profundas disculpas,
entonces. Mi nombre es Astorva, la Segunda Espada de los Juramentos de
Belzegea.”
Eve me miró en busca de aprobación, y asentí en respuesta.
Astorva era el seudónimo de Eve — otro nombre tomado de la leyenda del Lord
Mosca.
“¿Tienes alguna razón para ocultar tu identidad, junto con la de
este amo tuyo? Ahora me dirás que
eres Eve Speed, desaparecida en la Tierra de los Monstruos de Ojos Dorados... o
alguna otra tontería por el estilo, ¿eh?”
“¡¿Qué?!” La angustia de Eve por esta inverosímil suposición fue
notoria.
La manera en que Eve se
lo tomó no puede ser interpretada como algo natural. Parece que Makia también
se dio cuenta que acaba de dar en el clavo.
“Astorva.”
“¿Qu-qué sucede, mi amo?”
“¿Por qué no te quitas la máscara y le muestras tu rostro?”
Eve entendió mi razonamiento. Ella estaba en su forma humana,
así que era mejor revelar eso que estar bajo una nube de sospecha. Podríamos
mostrarle a Makia que Eve no era un Leopardman y revelar su “verdadero rostro”.
Eve se quitó la máscara.
“Prácticamente ya no puedo llamarte Eve Speed, ¿verdad?”, dijo
Makia, suspirando mientras observaba a Eve agitando sus gruesas coletas de un
lado a otro. La sospecha desapareció de su voz. “Sin embargo, me encantaría
tener a una guerrera famosa como Eve Speed de mi lado, en serio.”
Eve, por su parte, cerró los ojos y nos sonrió alegremente a
ambos.
“Ahh... Realmente se siente bien quitarse esa cosa. ¿Ah? ¿Qué es
lo que está mirando todo el mundo?” Algunos de los soldados que se movían por
el campamento se habían detenido a mirar a Eve, y ella examinaba sus rostros
con confusión. “¿Qu-qué es todo esto?”
Todos se habían quedado prendados de ella. Al principio supuse
que sólo estaban interesados en ver lo que había debajo de la máscara, pero
ahora que habían visto su verdadero rostro, estaban interesados en ella por una
razón totalmente diferente.
“Amo, ¿tengo algo en mi rostro?”
“Se podría decir que eres una raza rara”, le dije.
“Hmph, no te entiendo.” Eve ladeó su cabeza hacia un lado como
una niña.
“Ahora mismo, probablemente eso sea lo mejor.”
“Hmph... está bien.”
Bueno, parece que eso es
lo suficientemente bueno para ella.
“Y entonces... Mi amo, ¿qué debemos hacer
ah...?”
“¡Capitana Makia!” Un soldado corrió a su lado y nos miró a Eve
y a mí.
“¿Qué sucede?”
“Hay una solicitud de Lady Ayaka Sogou. Desea reunirse con Sir
Belzegea.”
Sogou, eh... ¿Qué debo
hacer? Después de que ella eliminara a ese demonio del Círculo Interior, dijo que quería agradecerme nuevamente más
tarde. Supongo que dije que me reuniría con ella de nuevo, pero no creí que me escuchara.
¿Debería reunirme con ella?
Sería más sospechoso negarse.
Ella no está siendo agresiva... sólo está agradecida con alguien
que le salvó la vida cuando estaba en peligro. Además, los Héroes del 2-C
podrían convertirse en un problema para mí en el futuro, y esta es una buena
oportunidad para hacerme una idea de a qué me enfrentaré. Esta podría ser la
oportunidad perfecta para reunirme con ella.
A menos que...
“¿Todo el grupo de esos Héroes increíblemente poderosos viene
sólo para verme?”, pregunté.
“Ah— no, creo que Ayaka Sogou es la única heroína de clase S
presente. Los demás son de clase B o inferior, si no recuerdo mal”, respondió
el soldado.
Ya veo. Esto pone en
perspectiva lo que dijo Zweigseed durante la batalla. Dijo que Sogou era el
único obstáculo para su victoria. Si se trata sólo de Sogou, creo que podré
despistarla con mi actuación. Kashima— bueno, si ella estuviera aquí, creo que
también estaría bien. Hijiri sería mucho más difícil de engañar.
¿Pero
los demás son todos de clase B o inferior? Tengo entendido que las hermanas
Takao trabajan en equipo, así que, si Hijiri no se encuentra aquí, Itsuki
tampoco estará. ¿Pero Oyamada y Yasu tampoco están?
En el lapso de unos segundos, tomé mi decisión.
“De acuerdo. Me reuniré con ella— por favor, guíame el camino.
¿A menos que tenga alguna objeción, Capitana?” Pregunté.
“Ninguna en absoluto. Yo también te acompañaré, por supuesto.”
“De acuerdo. En ese caso, acepto.” Le hice una seña a Eve para
que me siguiera.
“Hmph. ¿Yo también? Muy bien, entonces.”
Eve se había encontrado con las Hermanas Takao en la Tierra de
los Monstruos de Ojos Dorados, pero si ellas no estaban presentes no había
riesgo que su identidad se filtrara. Me incliné cerca de Eve, acercando la boca
de mi máscara a su oído.
“No hables a menos que sea realmente necesario”, susurré. Tras
un momento de confusión, Eve pareció entender y asintió.
Puede que las hermanas
Takao no estén, pero puede que Kashima esté aquí. Se había encontrado con Eve
en el bosque. La voz y la apariencia de Eve son diferentes en este momento,
pero quiero evitar cualquier posibilidad que Kashima pueda captar algo que
pueda revelar el juego. La otra única preocupación sería Ikusaba Asagi.
Cuando llegamos al campamento de Sogou, esa preocupación se desvaneció
de inmediato. No había rastro de Ikusaba ni de Kashima. Algunos de los Héroes
reunidos aquí habían sido seguidores de Kirihara, mientras que a los demás los
reconocí pertenecientes a otras camarillas y grupos de amigos. En el rostro de
algunos de mis compañeros se percibía un ligero temor, probablemente debido a
la inquietante apariencia de mi máscara y mi traje del Lord Mosca.
Supongo que debería haber
esperado esa reacción — a diferencia de los locales, ellos no han oído las
leyendas y no están acostumbrados a ver a las personas vestidas como El Lord Mosca.
“Ah.” Sogou notó mi presencia y trató de
hablar, pero pareció tropezar con sus palabras.
Seguramente quería
llamarme por mi nombre.
Me detuve y realicé una profunda reverencia.
“Me llamo Belzegea. Antiguo miembro de Ashint, actual Capitán de
la Brigada El Lord Mosca. Es un gran honor reunirme con los Héroes de Otro
Mundo que vinieron a salvar nuestro mundo.”
“E-En lo absoluto. ¡En la batalla, fuiste tú quien nos salvó!”
Sogou parecía sinceramente agradecida, pero algo avergonzada. Tenía una muleta
bajo un brazo, pero no parecía tener ninguna herida visible. ¿Un esguince de
tobillo o algo así? “Ejem, permíteme que me presente una vez más. Mi nombre es
Sogou Aya... No, Ayaka Sogou. Muchas gracias por salvarnos del peligro en la
batalla de hoy.”
Tan educada como siempre
— así es como es ella.
“No hay necesidad de agradecer. Tengo entendido que has hecho
más de lo que te corresponde en la lucha. Dime, esas armas de plata que pueden
expandirse y contraerse — ¿son armas mágicas, quizás? Estoy fascinado por
ellas.”
“Ah, no. Esa es mi habilidad única. Como Héroe, yo...” Quizá por
mi interés, Sogou continuó explicando lo que sabía sobre su habilidad única con
lujo y detalle. Asentí mientras hablaba y exclamaba con asombro de vez en
cuando.
“Hmm. ¡Estas habilidades únicas son poderes realmente asombrosos
de contemplar!”
Muy bien, ahora tengo una
buena idea de lo que hace la habilidad única de Sogou.
“Estoy seguro que los Héroes de más alto nivel
tienen las habilidades únicas más sorprendentes de todas... Hmm, todo es tan
fascinante...” Fingí curiosidad. “Dígame Lady Ayaka, ¿qué clase de habilidades
milagrosas poseen los demás Héroes?”
Tratándose del hombre que acababa de salvarle la vida, no era
una pregunta nada sospechosa.
“Ejem, bueno sólo puedo decirte de los que conozco...”
Perfecto.
Sogou habló sobre las habilidades únicas de todos los Héroes de
clase superior, hablando primero de Kirihara Takuto. Por desgracia, ella no
sabía mucho sobre las habilidades de ninguna de las hermanas Takao. Luego pasó
a los Héroes de clase A — Oyamada Shougo, Yasu Tomohiro y Takao Itsuki.
Cuando habló de las respectivas habilidades de Oyamada y Yasu,
la expresión de Sogou se oscureció. Continuó explicando la ausencia de ambos. “—Y
por eso los dos se separaron de la clase... En estos momentos no sabemos dónde
se encuentran alguno de ellos. Estoy segura que hay grupos de búsqueda de cada
ejército buscándolos.”
Además de no saber su
ubicación— no está del todo claro si siguen vivos o muertos.
“Rezo por que estén vivos y a salvo”, dije asintiendo, tratando
de sonar sincero. “Pero ahora veo — el poder de los suyos, los Héroes, debe
funcionar de una manera muy diferente a la magia y encantamientos que existen
en nuestro mundo. Muy diferente de mi propia magia maldita, también. Esto ha
sido muy esclarecedor, muchas gracias, Lady Ayaka.”
Kirihara y las hermanas
Takao están en el frente este... y la mayoría de los estudiantes aquí son
hombres. ¿Eso significa que Ikusaba Asagi, Kashima y todas las demás chicas
están luchando en el oeste? Eso es suponiendo que todos los demás fueron
asignados aquí al frente sur.
El resto de la clase se reunió para alabar a la Brigada El Lord
Mosca.
“¡Muchas gracias! ¡Salvaste nuestras vidas!”
“¡Esa cosa de la magia maldita es increíble!”
“¡Si no hubieras aparecido, ya estaríamos todos muertos!”
“ ¿Qu-quien es esa hermosa chica a tu lado? ¿Es Seras Ashrain?”
Todos y cada uno de ellos tenían un aspecto agradable y fresco
ahora. ¿Qué pasó con los niños de voluntad débil que no hicieron nada cuando
esa Diosa asquerosa se deshizo de mí? Minamino Moe estaba de pie — cambiado a
su manera, lo supuse, pero eso no fue lo que me llamó la atención.
Allí estaba yo, mirando a los que me habían dirigido miradas
perversas cuando fui desechado. Los que me miraron de manera triunfal,
incitados por las burlas de la Diosa. ¿Dónde están esos rostros ahora?
Todos ellos son como hojas flotando en un río, yendo a donde la
corriente los lleve. No piensan en crear sus propias corrientes, y nunca luchan
contra la corriente — simplemente se dejan llevar por sus emociones y sentidos
a donde el río los lleve. Probablemente ni siquiera son conscientes de ello...
ni siquiera ven el río como algo malo.
Esa Diosa asquerosa los incitó, y ellos se animaron. Y luego se
lanzaron a la batalla, con la muerte acercándose, y la superaron. Y simplemente
aceptaron esto como si fuera un estado completamente natural de las cosas.
Eran mentalmente maleables — si yo hiciera una corriente más
fuerte, podría trabajar con algunos de ellos. El problema eran los que no seguían
la corriente, los que abrían su camino a su manera.
El primero de ellos fue la propia Diosa asquerosa, luego
Kirihara Takuto e Ikusaba Asagi. Takao Hijiri haría su propio camino, pero sólo
si pensaba que los demás estaban equivocados. Sin mencionar que...
Miré a Sogou Ayaka a través de las rendijas de mi máscara.
Nuestra amigable representante de clase. No parecía el tipo de
persona que utilizaba artimañas y engaños para forjar su propio camino. Más
bien era una persona sencilla, honesta y firme en todo lo que hacía y terminaba
cambiando la corriente, fuera su intención o no. Además, acabaría atrayendo a
otros como ella, que no se dejarían llevar tan fácilmente.
Pensándolo de esa manera... Sogou y Kirihara podrían ser polos
opuestos en su núcleo, aunque ambos atrajeran seguidores. Sin embargo, a veces
resultaba difícil saber si Kirihara intentaba activamente ser manipulador o no.
En todo caso…
Esa Diosa asquerosa.
Kirihara Takuto.
Ikusaba Asagi.
Takao Hijiri.
Si consigo eliminarlos,
ponerlos de mi lado, o neutralizarlos de alguna manera... los otros deberían
caer en su lugar.
“Belzegea-san, ya lo he decidido”, dijo Sogou al acercarse a mí,
apoyándose en su muleta. Sus ojos tenían una claridad perfecta, sin una pizca
de nubosidad. “Voy a ser más fuerte que nadie.”
“Si me vuelvo más fuerte, podré proteger a todos. Lo vi
claramente en la batalla de hoy. No dejaré que nadie más muera”, dijo con
convicción en su voz, casi como si estuviera hablando consigo misma. “Sé que no
le agrado a todo el mundo en mi clase, y hay algunos que hablan con dureza de
las cosas que hago. Pero voy a proteger a mis compañeros de clase con todas mis
fuerzas. A todos y cada uno de ellos.”
“Qué actitud tan maravillosa”, dije.
Sogou bajó la mirada hacía sus pies.
“Por eso voy a ser más fuerte. Más fuerte, más fuerte... Lo más
fuerte que pueda ser.” Apretó los puños con fuerza. “Hay cosas que no se pueden
proteger con sólo palabras — se necesita fuerza real para defenderlas. Aprendí
eso en la batalla de hoy. Vi pruebas más que suficientes en el campo de batalla
de lo que me gustaría admitir.”
Sogou se mordió el labio y continuó con una voz apenas
perceptible. “Y en aquel entonces... Cuando se deshicieron de Mimori-kun, si yo
hubiera sido más fuerte, las cosas no habrían terminado de esa manera. Si yo...
Si yo hubiera sido más fuerte que la Diosa en aquel entonces... Si tan solo
tuviera poder.”
“¿Mencionaste hace un momento que algunos de los otros Héroes se
oponen a ti?”
Sogou estaba absorta en sus pensamientos y se sobresaltó ante mi
pregunta.
Y continué: “¿Protegerías incluso a los que rechazan tu
protección?”
“Sí”, respondió ella sin dudar. Sogou miró
alrededor del campamento, observando el horizonte. “Hay un hombre llamado
Banewolf-san, actualmente lo estamos buscando.”
Bajó la mirada hacia la muleta que la sostenía, en silencio
durante unos segundos, antes de volver a mirar hacia el castillo. “Si mi cuerpo
obedeciera mis órdenes, yo también saldría a buscarlo. Él... Bane-san nos
protegió, incluso si eso significaba arriesgar su propia vida. No hacía mucho
que nos conocía, y hubo algunos que rechazaron su ayuda, pero nos protegió de
todos modos. Siempre se preocupó por nosotros. Arriesgó su vida para dejar
escapar a los soldados del muro del sur. No, no fue sólo Bane-san. También fue
Agit-san, y los demás... Los poderosos deben proteger a los débiles, creo que
aprendí eso de ellos.”
Sogou sonrió un poco. “Aunque no creo que Kirihara-kun,
Oyamada-kun o Yasu-kun estén de acuerdo...”
“Incluso en ese caso, tú—” Pocedí, pero ella aún no había
terminado.
“Si hay alguien ahí fuera que intentara hacer daño a la gente
que he decidido proteger... entonces me interpondré en su camino, con toda mi
fuerza. No importa lo que pase. No dejaré que nadie más muera”. Sogou volteó a
mirar a sus compañeros de clase. “Yo... yo voy a volverme fuerte. La persona
más fuerte del mundo.”
Representante de clase...
¿Qué voy a hacer contigo?
Un soldado llegó corriendo hasta los otros Héroes del 2-C, y
tras darles un breve mensaje, Minamino Moe se acercó rápidamente corriendo
hacia nosotros.
“¡Ayaka-chan! ¡Dice que han encontrado a Bane-san!”
“... ¡¿Eh?!”
Había lágrimas en los ojos de Minamino. “¡Está vivo!”
“¿E-estás seguro...?”, preguntó Ayaka.
Los otros Héroes jadeaban asombrados.
“Lo siento, Belzegea-san... Yo...”
Ya tenía casi toda la información que necesitaba.
“Parece que has recibido buenas noticias. Por favor, no dejes
que te retrasemos.”
“Sí, gracias. Muchas gracias por salvarnos hoy. Hasta que nos
volvamos a encontrar.”
“... Sí. Si alguna vez tenemos la oportunidad.”
Sogou Ayaka. Ella sólo sigue su propio desinterés puro. Aún no
sé en qué dirección caerá. De todos nosotros, ella podría ser la más cercana al
ideal de “Héroe” que todos tenemos. Al mismo tiempo, eso también la convierte
en un comodín — en cierto modo la más difícil de leer.
Ella necesita esa muleta
debido a la carga que su técnica de kyokugen al estilo Kisou supone para su
cuerpo. Entonces, se recuperará, tarde o temprano.
Observé a Sogou mientras sus compañeros de clase la ayudaban a
marcharse. Ella podría ser la persona más dura con la que tendría que lidiar...
Luego de eso, volteé hacia atrás.
“Vamos, Asteria.”
Eve nos siguió mientras caminábamos, y
me puse a reflexionar sobre el futuro.
La clave sería por cuánto tiempo podría
resistir el Imperio Demoníaco. Mientras los Héroes estaban afuera luchando, la
Diosa tenía menos peones a su disposición. Si estoy en lo cierto en que el
Imperio Demoníaco venía a atacar a esa Diosa asquerosa... Conociéndola, lo más seguro
es que los enviara a la batalla mientras ella se quedaba en Alión para estar
fuera de peligro.
El Rey Demonio también había aparecido
en el este. ¿Qué fue lo que dijo Zweigseed antes de morir...? Algo sobre que
Einglanz era estratégicamente importante para su ejército. Podría haber sido un
peón importante del Rey Demonio.
¿Se retiraría el Imperio Demoníaco una
vez que se enterara de lo sucedido aquí en el frente sur? Si el Rey Demonio se
retirara hacia el norte tras enterarse de la muerte de Einglanz, ese sería el
mejor resultado para mí. Pero si Kirihara y los demás en el frente del este
terminaban derrotándolo, eso complicaría mucho más las cosas.
Si Kirihara o uno de los otros
resultaban gravemente heridos hasta el punto de no poder seguir luchando, y
luego si el Rey Demonio optaba por esconderse en su imperio del norte, el resto
de los Héroes de clase S no tendrían más remedio que ir tras él. Eso sacaría
temporalmente a todos los del 2-C —mi mayor obstáculo para aplastar a la Diosa— del panorama.
Al menos, los Héroes de clase S tendrían
que dirigirse al norte. Mientras ellos no estuvieran, yo tendría que averiguar
cómo usar esa magia prohibida y aplastar a esa Diosa asquerosa.
Supongo que a partir de ahora es una
carrera contra el tiempo... ¿Morirá primero el Rey Demonio o la Diosa?
Si pudiera completar mi venganza cuando
los Héroes de clase S estuvieran lejos, no tendría que preocuparme más por
Sogou Ayaka. Para seguir adelante, necesitaría más información sobre los
movimientos de los Héroes de clase S. Se me ocurría una forma de conseguir esa
información regularmente, pero si Sogou Ayaka iba a interponerse en mi camino
en el futuro, ¿qué pasaría si le revelaba mi identidad?
Ella acaba de declarar que protegería a
sus compañeros pase lo que pase. ¿Pero qué pasaría si la persona que los
atacara resultara ser otro miembro del 2-C? Quedaría atrapada en el medio — se estaría contradiciendo a sí misma sin importar lo
que respondiera. El que se interpusiera en su camino como enemigo resultaría
ser uno de los mismos compañeros a los que ella juró proteger.
¿Qué haría Sogou Ayaka, si Mimori Touka que
creía muerto, apareciera ante ella?
Se crearía una apertura — ella bajaría la guardia. Y si tuviera que eliminar a
otro miembro de la clase, yo tenía una forma de utilizar mi habilidad única
para neutralizar a Sogou sin herirla. Podía utilizar mis habilidades de efecto
de estado para ello.
Sogou fue contra la Diosa cuando ésta se
deshizo de mí. Si la hiriera para lograr mis objetivos, no sería mejor que las
personas que se rieron cuando Vicius me desechó.
“¿Qué sucede?” Preguntó Makia de
repente.
“Oh... La heroína de otro mundo, parecía
una chica de edad tierna, pero en su interior hay un buen soldado. Estoy un
poco impresionado”, respondí.
“Hmm, impresionado por ella entonces, ¿huh?”
“Sí.”
Un soldado vino a por Makia, y ella volteo
hacia mí cuando él se fue.
“Regresa a la tienda cuando te apetezca.
Ha surgido algo de lo que tengo que ocuparme.”
“¿No necesitas vigilarme?”, pregunté.
“Creo que ya no es necesario”. Se
encogió de hombros y se fue.
No percibí a nadie más en las cercanías.
“Ya puedes hablar”, le dije a Eve,
dejando de lado toda formalidad.
“Hmph.”
“Siento hacer que te quedes ahí en
silencio.”
“No me molesta... es que en este momento
me siento como un peso muerto”, dijo ella.
“No, has estado haciendo un buen trabajo
aquí en el campamento.”
“¿En serio?”
Varias personas —especialmente los soldados masculinos— habían estado mirando a Eve todo el tiempo que
habíamos estado caminando. Una chica hermosa como ella era ideal para distraer
al sexo opuesto. Si ellos se quedaban mirándola, me ignorarían a mí.
Le expliqué este hecho a Eve, y ella
gruñó levemente en respuesta.
“Se siente extraño que los humanos te
miren de esa manera”, dijo ella.
“Solo es otra herramienta que puedes
usar en tu beneficio, eso es todo.”
MIENTRAS TANTO, EN ALGÚN OTRO LUGAR...
LA MITAD DE LAS TROPAS destinadas al
frente sur se encontraban en la capital de Magnar, Shinad, cuando llegó
noticias del rápido avance del enemigo hacia el sur. Sin embargo, el ejército
del Rey Demonio era rápido — demasiado rápido.
Cuando el enemigo llegó, no hubo tiempo
de esperar a los refuerzos. El Rey Lobo Blanco y sus fuerzas salieron a
enfrentarse a ellos en la batalla. No pasó mucho tiempo para que se retiraran
ante una probable derrota.
Tras pasar varias horas, la puerta del
castillo se abrió y las fuerzas del Rey Demonio cayeron sobre ellos como una
avalancha. Toda la ciudad se transformó en un feroz campo de batalla, hasta que
el Emperador Salvajemente Hermoso y su Brigada del Sol del Imperio de Mira se
unieron a la contienda. Por suerte, no había más demonios del Círculo Interior en el frente sur. Aunque las bajas fueron cuantiosas,
la Alianza Sagrada ganó la batalla.
Pero Shinad, la capital del Reino de
Magnar, sufrió graves daños. Para colmo de los males, el Rey Lobo Blanco
desapareció en medio de la batalla. Todos los grupos de búsqueda regresaron con
las manos vacías, y su paradero siguió siendo incierto.
En el frente oeste, las fuerzas enemigas
empujaron a la Orden Sagrada de la Purga de Yonato, desde el norte de Magnar
hasta la frontera norte de su propio territorio. Cuando el avance de Yonato
parecía tener éxito, el enemigo desplegó sus demonios del Círculo Interior en el campo de batalla y el curso de batalla cambió en
un instante.
El ejército del Rey Demonio siguió
avanzando, tratando de destruir el Ojo Sagrado, que había sido su objetivo
durante mucho tiempo. Dirigidos por el demonio del Círculo Interior Dreykuvah, sus fuerzas llegaron finalmente a la
capital de Yonato. Yonato se preparó para desplegar su antigua arma, la
Caballería Sagrada, junto con un grupo de Héroes de Otro Mundo liderada por
Ikusaba Asagi. Las fuerzas de Yonato lanzaron un contraataque desesperado.
Ante la invasión de los ejércitos del
Rey Demonio, todo el continente sangró con una feroz resistencia. Sin embargo,
ningún lugar fue tan terrible como el Frente Oeste.
KASHIMA KOBATO
LA CIUDAD CAPITAL DE YONATO estaba en
ruinas.
“Curia...”
Mientras Curia Guilstein —Sacerdotisa
Sagrada de Yonato— era llevada en camilla, la reina se apresuró a ir a su lado.
El lienzo que la sostenía estaba teñido
de un rojo vivo, goteando y salpicando contra el suelo empedrado que había
debajo. La reina de Yonato estaba pálida y miraba a Curia con una expresión de dolor.
La hermosa cabellera plateada de la Sacerdotisa Sagrada estaba extendida y
colgaba de los bordes de su camilla, medio empapada en sangre de rojo intenso.
La reina envolvió sus manos con las de Curia.
“Oh, Curia... ¿Qué te hicieron?”
Había un denso charco de sangre donde
yacía la Sacerdotisa Sagrada antes de ser colocada en la camilla. Una mirada a
ella fue suficiente para saber que su amiga apenas resistía.
El rostro de Curia afortunadamente no
había sufrido daños, pero su cuerpo estaba en un estado terrible. Era un
milagro que no la hubieran destrozado por completo, incluso era extraño que aún
pudiera respirar en su estado actual.
“Por suerte tenemos algunos hechizos de
curación de nuestro lado, ¿eh?” dijo Ikusaba Asagi. Estaba de pie a cierta
distancia de ambas, observando cómo la reina caía en la desesperación. Asagi
hizo un gesto hacia algunas de las integrantes de su grupo. “¿Quiere que envíe
a algunas de ellas con usted? Las habilidades que tenemos los Héroes parecen
mucho mejores que la magia de este mundo, ¿sí?”
La reina levantó la cabeza con una
lentitud dolorosa — el color desapareció de su rostro. La expresión que mostraba
era una mezcla compleja de emociones, pero tras pasar unos segundos se le pasó,
y volteó hacia Asagi.
“Por favor, ayúdala.”
“Claro que sí”. Las tres chicas a las
que Asagi había hecho un gesto, se pusieron en marcha. “Siento llamarlas justo
después de la batalla, pero ustedes tres tienen que ponerse a trabajar.”
“¡C-claro!”
“E-entonces, vayamos.”
“E-está bien.”
Ellas se precipitaron en dirección a la
camilla, y la reina comenzó a hablarles con voz débil. Pronto se llevaron a la
Sacerdotisa Sagrada junto a la reina y las tres sanadoras de Asagi no muy
lejos.
Asagi puso sus manos detrás de su cabeza
y miró con calma. Detrás de ella yacía lo que parecía ser un robot de
caballería al estilo de fantasía, que estaba medio destruido y apoyado contra
la pared en ruinas del edificio. Se trataba de la legendaria “Caballería
Sagrada”. Había pedazos de escombros, paredes del castillo y ladrillos
esparcidos a su alrededor. Enredado en la parte superior de la Caballería
Sagrada en ruinas, yacía un enorme monstruo con una lanza atravesada por la
boca y perforando su cráneo.
Dreykuvah, recordó Kobato. Un demonio del Círculo Interior...
Asagi giró hacia atrás y miró el cadáver
del demonio con una sonrisa felina. “¡Hrrm, qué suerte que hayamos llegado a
tiempo para acabar con esa cosa! Este tipo del Círculo Interior o lo que sea, parece que era súper fuerte, ya sabes.
... ¡Por supuesto, es justo que yo haya dado el golpe final! ¿No es así como
debería ser siempre? Los jefes siempre tienen la mayor cantidad de EXPERIENCIA
en ellos, ¿verdad?”
La Sacerdotisa Sagrada había luchado con
Dreyvuvah hasta que ambos estuvieron prácticamente a las puertas de la
muerte... Pero cuando el demonio exhaló su último aliento, fue Ikusaba Asagi
quien asestó el golpe final.
Kashima Kobato estaba a su lado, de
espaldas al robot roto y al gran cadáver del demonio con la lengua hacia afuera.
En su lugar, miró en dirección a la camilla, que ahora había desaparecido en
otra habitación.
“Me pregunto si Curia-san estará bien...”,
dijo Kobato.
“O-oye oye, por supuesto que ella no va
a estar bien. Quiero decir, sólo mírala. ¡Ahora haces que me pregunte si
realmente estás bien, Kobato-chan!”
“... Asagi-san.”
“¿Qué pasa?”
Kobato volvió a mirar el cadáver que
había detrás de ella —
era tan grande que apenas podía creer lo que veían sus ojos. Pero ya se estaba
volviendo extrañamente insensible a la vista, quizás por lo irreal que era toda
la escena.
“Este demonio del Círculo Interior...
¿Tu estrategia era realmente la única forma en que podíamos vencerlo?”
“¿Eh?”
“Um, quiero decir... La Sacerdotisa
Sagrada estaba dispuesta a morir para derrotarlo, tal y como pediste, pero
¿realmente no había otra forma? Simplemente me pregunto...”
Los labios de Asagi se curvaron en una
sonrisa irónica mientras miraba en dirección a la que habían ido la Sacerdotisa
Sagrada y su reina.
“La reina parecía querer decir algo,
sí... Probablemente algo sobre cómo nuestros imprudentes planes dejaron a su preciosa
y pequeña Curia así de maltrecha, ¿verdad?”
Kobato estaba pensando exactamente lo
mismo.
Asagi continuó: “Pero, como que... al
fin y al cabo, el Ojo Sagrado está sano y salvo ahora, ¿sí? Este país tampoco
ha sido destruido o tomado por los monstruos, ¿verdad? Sacrificar a unos pocos
para salvar a muchos. Sí, estamos totalmente bien en el balance, me imagino.
Eso es lo que pienso, de todos modos.”
“Eso podría ser cierto...”
“¿Eh? ¿Qué, tratas de golpearme la
cabeza con lógica? Hmp-hmph, ¿tenías una idea mejor entonces, Pidgey-chan?”
“... No, no la tuve. No se me ocurrió
nada.”
“Ja, ja, ja, soz, soz. Eso fue
malo, ¿verdad? Pero todo está o-okay. Odio a la gente con ideas propias
en cuanto uno empieza a quejarse.”
Asagi miraba al frente, hacia algunas de
las chicas de su grupo que atendían a los soldados heridos. Ellas estaban
trabajando rápidamente con los lugareños de Yonato — todo bajo las órdenes de
Asagi. Y les habló.
“Oigan, todas — por suerte, casi todas
las heroínas salimos de esto sin un rasguño, entiendo que estén cansadas, pero
demostrémosles que realmente nos esforzamos, ¿eh? No queremos que nadie piense
mal de nosotras en este momento, ¿verdad? Como que, lo siento, chicas, ¡pero
esto es así! Sólo un poco más, y luego podremos descansar, ¿okay~~?”
Terminó su anuncio y giró hacia Kobato.
“Pero escucha, Pidgey-chan... estuve
realmente perdida por un tiempo, ¿sabes~~? Estamos en otro mundo, ¿sí? Ha sido
duro, ¿sí? Yo, como que, no sabía lo que debía hacer aquí... lo que quería
hacer, quiero decir.” Sonrió y miró al suelo, pateando ligeramente los
escombros a sus pies. “Mi objetivo principal es asegurarme que todas las
integrantes de nuestro grupo sobrevivan. El segundo, es llevarlas a todas a
casa a salvo, al viejo mundo. Esos son, por ahora, mis dos únicos objetivos.”
Me preocupa que ella haya limitado eso
sólo a nuestro grupo...
“Entonces, ¿crees que todos deberíamos
derrotar al Rey Demonio juntos, Asagi-san?”, preguntó Kobato, esperando que
ella respondiera de inmediato.
Sin embargo, Asagi se quedó allí,
mirándola con una expresión difícil de leer.
“No sé”, respondió ella finalmente.
“¿Eh?”
“Es decir, sólo un ejemplo…” Comenzó a
jugar con su cabello, enrollándolo alrededor de sus dedos. “¿Y si, por ejemplo,
la Diosa no es la única que puede enviarnos de vuelta — y si el Rey Demonio
tiene el mismo poder? Entonces, digamos, si resulta totalmente evidente
que el Rey Demonio vaya a ganar, y nos invita a su bando...
“Quiero decir, esto es sólo un ejemplo,
¿sí? Hipotético, ¿okay~~?”, aclaró antes de continuar. “Pero si pareciera que
hay más posibilidades que él nos envíe a casa que la Diosa, imagino poder
lograr mis objetivos de mejor forma si estoy de su lado, ya sabes~~”
“Eh… Pero entonces…”
“Por supuesto, como que, si la Diosa
gana y pudiéramos ir todos a casa de esa manera, eso sería lo mejor. Es como
que... uno siempre quiere apostar por el caballo ganador, ¿sí? Bueno, supongo
que estás pensando en ella...” Asagi se agachó, cogió un pequeño trozo
de roca y luego se dedicó a lanzarlo al aire y atraparlo con la mano. “Sé que te
importa Sogou-chan, pero ella nunca nos dejaría pasar al bando del Rey Demonio,
¿verdad? Pero, además, como que...”
Lanzó la piedra contra uno de los muros
en ruinas del edificio. Se oyó un crujido seco y severo, y luego rodó hasta el
suelo.
“Para sobrevivir en este mundo”, dijo
ella, “tienes que ser capaz de distinguir a los ganadores de los perdedores,
¿no? Terminó su declaración con un gruñido.
¿Es realmente ella? Kobato se sintió mucho más incómoda que nunca con
Asagi.
“Pero, como que, oye... ¿viste la mirada
en el rostro de la reina hace un rato? Como que, yo fui absolutamente la única que
sugirió que Curia se sacrificara. ¿Pero eso no me convierte también en la que
ideó el plan que permitió salvar a todo el país? Hombre, estar al mando es tan
complicado... ¿Lo sabías, Kobato-chan? Pero es genial, ¿verdad?”
“Y-yo... realmente no lo sé.”
“Seguir la respuesta fácil, ¿eh? Además,
eso mata la conversación por completo.” Asagi sacudió lentamente sus manos. “Lo
que sea. También tengo que esforzarme un poco, eh. Tengo esa nueva habilidad,
así que podría usarla — especialmente《Abeja Reina》sumado
a《Bloqueo de Dolor》, será muy útil con todas estas lesiones
alrededor.”
La habilidad única de Asagi se había
desarrollado, avanzando a un nivel completamente nuevo en el calor de la
batalla. Ella era de clase B, supuestamente inferior a las clases S y A que
estaban por encima de ella, sin embargo, tenía su propia habilidad única.
“Como que, sé que todos tenemos estos
rangos con letras del alfabeto en ellos, pero tengo la sensación que hay rangos
ocultos también, ¿sabes~~?” Asagi
había dicho. “Como que, ¿tal vez hay rangos incluso dentro de la clase S?
Los normales son 'Super', pero algunos son 'Especiales' o algo así. Yo soy de
clase B, pero tal vez tenga un rango secreto especial, ¿algo que comience con
una 'B' tal vez? “Best”, ¿verdad? ¡Sólo bromeaba, jajajaja!”
No— puede que tuviera razón, pensó Kobato. Esa explicación le resultaba
extrañamente convincente. ¿También había rangos ocultos para los Héroes de
clase C y D? Si es así, entonces... tal vez pueda serle útil a Sogou-san.
No pudo evitar soñar despierta con esa
posibilidad.
“Vamos~~, Pidgey-chan, vámonos. No
fuimos muy útiles en la pelea, así que tenemos que compensar ahora, ¿eh?”
Kobato trotó para alcanzarla, y Asagi
bostezó perezosamente mientras se alejaban del lugar juntas.
“Hombre, tengo sueño... Oye, creo que
esta nueva actualización de mi habilidad única, como que, me permite hacer
debuffs, ¿sabes~~?”
¿”Debuffs”? Kobato no entendía la
palabra — según Asagi, era un término utilizado en muchos juegos de línea recientes.
“《Abeja Reina》junto
a《Fortalecimiento》que he estado usando todo este tiempo,
ha sido una habilidad buff, una que potencia a la gente, ¿sí? Los debuffs como
que, simplemente hacen lo contrario.”
“¿Así que reducen el poder de la gente?”
“Sí, esa es la idea”, dijo Asagi
agachándose mientras caminaba, recogiendo pequeñas piedras del suelo.
“Así que, en algunos juegos, los buffs y
debuffs son básicamente inútiles. Pero hay algunos en los que son
superimportantes. Supongo que las habilidades de efecto de estado son iguales,
¿eh? A veces te preguntas por qué están en el juego, pero en algunos juegos son
tan fuertes. como que, básicamente pueden anular las buenas estadísticas de un
objetivo.”
Kobato no jugaba juegos y realmente no
entendía. Habilidades de efecto de estado... Un pensamiento le vino a la
cabeza. ¡Mimori-kun! Bajó la mirada hacia el suelo mientras Asagi seguía
hablando.
“Así que las habilidades de ataque no
son lo único que importa. Creo que la razón por la que derrotamos a ese gran
demonio del Círculo Interior que estaba esparciendo toda la esencia del Rey Demonio,
fue gracias a mis buffs y debuffs, ¿sabes~~? Supongo que eso de la esencia
también es una especie de debuff, ¿eh?” Lanzó con rapidez una de las pequeñas
piedras que tenía en la mano. Se clavó perfectamente en una grieta de un muro
cercano en ruinas, como una pelota de tenis atascada en un cerco de alambre. “Entonces,
como que, lo que estoy diciendo es, como que... Siempre y cuando puedas obtener
los buffs y debuffs adecuados para cada uno de ellos...” Ella asintió para sí
misma. “No habrá habilidad más poderosa en el mundo.”
MIMORI TOUKA
LA TIENDA DE CAMPAÑA ERA BULLICIOSA
cuando regresamos. Seras estaba parada afuera junto a la princesa, rodeada por
los miembros de los Caballeros Sagrados de Neah. Por las sonrisas en sus
rostros, pude ver que ellas se habían despedido. Seras se percató de nuestra
presencia en cuanto regresamos, pero le hice un gesto para que siguiera
hablando con ellos y retornó con los demás caballeros sagrados.
“Hmph, veo que Seras sigue siendo
idolatrada por sus subordinados”, gruñó Eve.
“Imagino que gran parte de eso se debe a
la princesa Cattlea”, señalé.
Seras huyó de Neah justo antes que fuera
invadido. Sus acciones no hablaban bien de ella, pero la princesa debe haber
influido en sus opiniones. De lo contrario, no podría imaginar que le dieran la
bienvenida con tanto cariño.
Por supuesto, Seras también salió en
defensa de su princesa, llevándonos con ella.
“Específicamente le pedí a Seras que
actuara de forma independiente, precisamente para momentos como este”, podría
haber dicho la princesa. Eso podría convencer a los demás caballeros sagrados
con respecto a que Cattlea estaba pensando en el futuro cuando permitió que
Seras se fuera. Tendría que hacerlo. Independientemente de sus intenciones en
ese momento, la huida de Seras la trajo aquí, después de todo. Este es el
resultado de todo lo que ha pasado.
“Lo que sea que Cattlea haya dicho en
nombre de Seras, funcionó.”
“Gracias a ella, es la Seras Ashrain que
es hoy en día, ¿eh?”, dijo Eve, mirándome de reojo y acariciando su mandíbula.
“¿A qué te refieres?”, pregunté.
“La Seras Ashrain que está por venir...
eso dependerá de ti.”
Resoplé. “Sí, eso parece.”
Justo en el momento en que el grupo
había terminado de despedirse, un caballero de Neah bien vestido se acercó a la
tienda.
“Princesa Cattlea, el Barón Pollary está
en camino, trayendo consigo a un general Aliónés. ¿Qué quiere que le diga?”
La princesa giró su cabeza hacia un lado
y verificó la hora en su reloj de bolsillo.
“La conferencia militar no está
programada hasta dentro de un rato...”
“Ah, bueno”, el caballero giró para
mirar a Seras. “Creo que a él le gustaría reunirse con la Capitana Seras.”
La princesa entrecerró los ojos y sonrió
ligeramente.
“Ya veo. El Barón Pollary tiene un gran
apego a la reliquia llamada Seras, ¿no es así? Bueno. A quien debes
pedirle permiso no es a mí, sino a su actual amo.” Miró directamente
hacia mí, y los caballeros sagrados se giraron al unísono para hacer lo mismo.
Hombre, tengo suerte de tener esta
máscara para ocultar mis expresiones faciales — elimina la tensión de mantener
una cara de póquer todo el tiempo.
Di un paso adelante.
“El barón Pollary es de la nobleza Aliónesa,
¿no es así? ¿Habría alguna ventaja para el Sacro Imperio de Neah si hiciéramos
que Seras se reuniera con él?”
Por un momento, la princesa pareció algo
desconcertada, pero rápidamente recuperó la sonrisa. “Tienes razón... El barón
Pollary es heredero de una casa famosa en su propio país, Alión. Creo que nos
pondría en buena posición si le diéramos una impresión favorable de Neah. Esa
es mi opinión, al menos.”
Asentí en respuesta.
“Entonces aceptemos, con la condición
que se te permita acompañar a Seras a esta reunión”, dije. “Y sólo si la propia
Seras está dispuesta a reunirse con él, por supuesto.”
Seras puso la mano sobre el pecho y
asintió en señal de comprensión. “Cualquier cosa que pueda hacer para ser útil
a mi princesa... si mi amo me da permiso.”
Seras y los demás caballeros sagrados se
prepararon inmediatamente para la reunión. Eve y yo comenzamos a alejarnos,
pero la princesa cabalgó hacia nosotros, ya montada para atravesar el
campamento.
“Gracias por ser tan considerado”, dijo
ella.
“He oído que los resultados de la
batalla de hoy determinarán si el Sacro Imperio de Neah sea restaurado como
miembro de la Alianza Sagrada. En la práctica, quien tiene el poder de tomar
esa decisión es la líder de la Alianza Sagrada, la propia Diosa... que
casualmente gobierna Alión. Tal vez sea ventajoso para ti tener amigos
poderosos en esa nación. Sin mencionar...” Miré a la princesa. “No imagino que
le vaya a pasar nada malo a Seras mientras usted esté a su lado.”
“Deja esos asuntos en mis manos. Ya he
advertido a Seras de esa posibilidad, pero estoy mejor preparada que ella para
tratar con hombres de naturaleza pervertida. Honraré la confianza que has
depositado en mí, Sir Belzegea.” Giró y miró a lo lejos. “Y con respecto a tu
petición — los preparativos están listos. Por favor, proceda a tu propia
discreción.”
“Gracias por su ayuda”, dije, haciendo
una ligera reverencia.
“No es nada comparado con lo que has
hecho hoy por nosotros. Junto con ese incidente con los Cinco Élite, tenemos
una deuda que nunca podrá ser pagada. Y bueno...” La princesa se llevó
elegantemente una mano a la boca. “Si me hubiera casado con Civit Gartland como
estaba previsto, y tuviera dentro de mí al hijo del Hombre Más Fuerte del
Mundo, fuerte por la sangre de su padre... Bueno, podría haber pensado en
poner al niño contra Bakoss, como abanderado de la resistencia.”
Lo dijo como si no fuera nada para ella
— esta princesa es un personaje de lo más aterrador.
“Estoy seguro que, gracias a que ella estuvo
a su lado, Seras pudo conservar su naturaleza amable y lealtad inquebrantable”,
dije. “Me asombra su férrea determinación mental, Su Alteza. La pérdida de su
padre, el antiguo emperador... por no hablar de la caída de su país. Esa fuerte
voluntad suya ha sobrevivido a todo. Sigue amando a su país e intenta
protegerlo lo mejor que puede. Usted es verdaderamente digna de heredar el
trono.”
Teniendo en cuenta su ubicación sobre
las fronteras de Alión, Bakoss y Ulza — el Sacro Imperio de Neah probablemente
sea una herramienta importante para mí en el futuro. No había nada malo en
tratar de ganar su favor con cumplidos. Y tampoco era que estuviera mintiendo.
“Si no creyera que mi pueblo fuese tan
digno de ser salvado, habría abandonado mi país y huido hace tiempo.”
“¿Quieres decir que no es sólo su
obligación como noble? Es algo personal para usted.”
“Fue lo mismo con Seras, lo sabes. No la
habría salvado de mi padre ni la habría hecho escapar de las garras del
ejército Bakossi si no creyera que merecía ser salvada.”
“Imagino que es exactamente la razón por
la que ella eligió salvarle a usted en respuesta. De hecho, lo sé.”
Hubo un momento de silencio. La princesa
lucía tan hermosa, su rostro iluminado únicamente por la luz danzante de las antorchas
de las cercanías.
Me pregunté si ella elegía a conciencia
sus expresiones en cada momento. ¿Acaso esta gravedad que sentía hacia ella era
lo que realmente significaba el concepto de nobleza?
La princesa me devolvió la mirada y su
mirada se suavizó. “Es usted un individuo muy extraño, Sir Belzegea.”
“La máscara suele tener ese efecto en
las personas.”
“No me refiero a eso. Mis disculpas por
decirlo, pero no me imagino a usted como el tipo de hombre que le gustaría a
Seras.” Entonces su tono cambió y se tiñó de admiración. “Yo también estoy
bastante interesada en saber cómo se ve debajo de esa máscara suya. Es
extraño, pero incluso con esa cosa puesta, no creo que me esté mintiendo. ¿Cómo
debería decir esto...? Es como si realmente hubiera dos personas debajo de esa
máscara.”
Voces eufóricas provenían de la
dirección de Seras y de los otros caballeros sagrados, mientras Eve y yo
dábamos la espalda al bullicio y nos dirigíamos a otra dirección.
Finalmente, llegamos a nuestro destino y
aparté suavemente la cortina mientras entraba al interior del espacio cerrado.
Eve me siguió. A diferencia de la tienda de la princesa, nuestro espacio
montado apresuradamente, no tenía techo y estaba al descubierto hacia el claro
cielo nocturno.
“Tal como lo pedí”, señalé.
Lo suficientemente amplio como para
cubrir el área de efecto del cristal de teletransportación.
En el centro del espacio se colocaron
los ítems que había pedido a los caballeros sagrados, quienes los recuperaran
para nosotros.
“Bien entonces”, dije. “Ya es hora que
regresemos con la princesa, pero primero...”
Eve y yo nos quedamos de pie, mirando
las piezas rotas del carruaje de guerra mágico.
“Tenemos que deshacernos de esta cosa”,
dijo Eve.
Usé《 Congelar》en los restos y una de
las piezas más grandes comenzó a congelarse ante nuestros ojos. A nuestro lado había
dos mazos, preparados de antemano para que pudiéramos hacer polvo el carruaje
congelado. Cogí uno y se lo di a Eve.
“No tenemos mucho tiempo, hagamos esto
rápido.”
“Hmph.”
Teniendo en cuenta el límite de
objetivos de《 Congelar》, tuvimos que congelar cada pieza de escombros
individualmente, y luego aplastarlos con el mazo uno por uno.
No quería dejar este carruaje aquí en el
campo de batalla. Quería eliminar todo rastro de que habíamos estado allí. El
carruaje de guerra mágico podía permanecer como un vestigio físico para ser
capturado y examinado, o como un simple rumor que se propagaba entre las filas
de los soldados. Había una gran diferencia entre ambos — los restos podrían
terminar siendo una prueba que podría usarse contra nosotros en el futuro.
“Pero escucha”, dijo Eve mientras
trabajábamos. “¿Por qué no enviamos los restos de regreso a la bruja con ese
cristal de teletransportación? ¿Por qué tenemos que aplastarlo en primer lugar?”
Una buena pregunta. ¿Por qué no enviar
el carruaje destartalado tal como está? El problema estaba en el propio cristal
de teletransportación. Podría haber un límite en la cantidad de material que
podía transportar en un momento dado. Incluso Erika lo dijo, según recuerdo.
Sin embargo, Erika dijo que nosotros tres, junto con Piggymaru y Slei,
podríamos caber, aunque— pero cualquier cosa más allá de eso, no había
garantías.
Con eso en mente, quería reducir al
máximo la cantidad de material que intentábamos enviar. El primer candidato era
este carruaje de guerra mágico...
Ahí es donde entró en juego mi habilidad《 Congelar》— usamos la misma
habilidad para poder aplastar todos esos cadáveres de Ashint y hacerlos “desaparecer”.
Con este método, el objeto congelado se borraba completamente sin dejar rastro.
No tuve que depender de nadie más para hacer el trabajo en mi lugar, y me
reconfortó deshacerme de él con mis propias manos. Aun así, hacer un trabajo
como éste me hacía sentir como si estuviera intentando cometer el crimen
perfecto o algo así.
Sería aterrador que un asesino en serie
se hiciera con una habilidad como ésta.
Estos pensamientos me absorbieron por
completo mientras trabajaba en aplastar el carruaje.
“Creo que eso es todo”, dije.
“Hmph. Nadie pensaría que todo este
polvo en el suelo solía ser un carruaje”, respondió Eve.
“Ah, tampoco puedo olvidar estos.” Me
acerqué a la esquina, donde yacían las lanzas caseras de Erika. Eve las había
lanzado contra Einglanz durante la batalla. Los caballeros tuvieron la
amabilidad de recuperar también las armas y objetos que habíamos dejado atrás.
Inspeccioné la lanza, dándole vueltas en mis manos.
Parece que cuando las activas una vez,
se agotan. Erika dijo que no había diseñado sus dispositivos para ser
utilizados una y otra vez. Deberíamos lidiar con estas cosas de la misma manera
que lo hicimos con el carruaje.
Una vez que terminamos, Eve y yo pusimos
nuestros mazos fuera del recinto. Todo lo que había dentro quedó reducido a un
polvo parecido a la harina, esparcido por montones a nuestro alrededor. La tela
del recinto se agitaba con el viento, y parte del polvo era arrastrado bajo las
cortinas y llevado al exterior por la brisa.
Aparté un montón con el pie, enviando
una nube de polvo a través de esa misma brecha bajo la cortina para que saliese
al exterior con el aire nocturno. Ahora sólo quedaba un pequeño montón. Pronto
se dispersaría también con el viento.
“Todo lo que queda, es que la prueba
viviente desaparezca, es decir — nosotros.” Saqué el cristal de teletransportación
de mi bolsillo.
Cuanto más esperáramos, mayor sería la
probabilidad de que nos viéramos arrastrados a alguna situación que preferiría
evitar. Hicimos lo que vinimos a hacer; ahora era el momento de partir. Todo lo
que teníamos que hacer era esperar a Seras.
“Me impresiona que el ejército de Neah
haya sido capaz de encontrar todo esto en la oscuridad”, dijo Eve.
Ella tiene razón. Habría sido difícil
para nosotros manejar esto sin su ayuda.
“Supongo que son muy trabajadores, ¿no
es así?”, respondí. ¿Quizás la influencia de su antigua capitana esté
brillando?
“Me alegro que hayamos superado la
batalla”, continuó Eve, sonando aliviada. “Ninguno de nosotros resultó
gravemente herido tampoco. Aunque sí rompimos el carruaje, supongo...”
Recordé la conversación que había tenido
con Erika antes de partir.
“Este carruaje —no hay garantía alguna
que pueda devolvértelo”, le
había dicho.
“Es ridículo. Estás tratando de hacer un
viaje temerario para atravesar el norte de la Tierra de los Monstruos de Ojos
Dorados. Si quisiera que el carruaje volviera ileso, no te lo estaría prestando
en primer lugar. Además, me sería más difícil conciliar el sueño si uno de
ustedes se rompiera en lugar del carruaje. Especialmente cuando pienso en Liz.”
Ella sabía desde el principio que el
carruaje nunca iba a regresar.
Miré a Eve al recordar las palabras de
la bruja. Estaba arrodillada, con la mano dando palmaditas en el pequeño
montículo de polvo que quedaba en el suelo. Parecía perdida en sus
pensamientos.
“También, es posible que no hayamos
sobrevivido sin la ayuda de Erika. Nunca esperé que la Bruja Prohibida fuera
tan buena persona.”
Y además, muy inteligente. Ella debió
ser el mayor dolor de cabeza para cierta Diosa conocida mía. Si hubiera usado
sus poderes para el mal, podría haber sido capaz de reunir más “creyentes” que
incluso la propia Diosa. Estaba contento de que ella estuviera de nuestro lado.
Un escalofrío recorrió mi espalda cuando
pensé en Erika y la Diosa trabajando juntas — no podía imaginar algo peor.
Eve levantó la cabeza. “Hmph, alguien
viene de manera furtiva...”
Seras entró al recinto. “Me disculpo por
haberle hecho esperar.”
“Llegas antes de lo que esperaba”, dije.
Ella sonrió, y enarcó las cejas al verme.
“Eso fue gracias a la princesa. Ella me dio una buena oportunidad para concluir
la conversación y marcharme.”
“Qué considerada de su parte”, dije. “¿Cómo
te sientes?”
La sonrisa irónica de Seras se extendió.
“Ellos fueron muy acogedores. Podría
decirse que me sorprendió un poco. Cómo decirlo— “
Eve la interrumpió. “Los rumores sobre
tu belleza en todo el continente son básicamente una leyenda a estas alturas.
Apuesto a que sintieron que habías salido de los mitos y entrado en la
realidad.”
Seras frunció el ceño, pero sus ojos
seguían sonriendo. “Seguramente no puede ser algo tan grandioso como todo eso.”
“¿Cómo reaccionó el Barón Pollary cuando
te reuniste con él?”, pregunté.
“Trajo consigo a un gran número de sus
subordinados. Y fue la primera vez que me reunía con él en persona, pero
bueno... estaba entusiasmado”. Seras eligió sus palabras con cuidado,
pero estaba claro que dudaba sobre algo. En ningún momento dejó de sonreír,
pero había una señal de preocupación en su voz. “Después que le estrechara la
mano, me dijo que nunca más volvería a lavarse esa mano, y estaba bastante
emocionado por ello. No tenía ni idea de cómo responder. Según la princesa, la
reunión fue todo un éxito. Sin embargo... ahora que lo pienso, por sugerencia
suya, le regalé el caballo de guerra que monté en la batalla.”
Tengo que reconocer que la princesa—
realmente consiguió lo que quería de la situación. Pensé. “Parece que esa princesa tuya sí que sabe cómo
hacer un trato. Entonces, ¿has terminado de hablar con ella?”
“Tuve más que suficiente tiempo a solas
con ella. Y conversé con los caballeros sagrados más de lo que podría haber
esperado. Todo lo que podemos hacer ahora es desearle suerte a ambas partes
para que sigan adelante. No me queda ningún remordimiento.”
“Ya veo.”
“Varios de los Héroes de otro mundo
vinieron a verme también... aunque sólo fueron hombres...” Y empezó a callarse,
comprendiendo en medio de su discurso que yo podría no apreciar el tema.
Está siendo considerada— debe ser
difícil para ella decirlo. “No
te reprimas, puedes decirlo”, la animé.
“Parecían buenas personas”, dijo.
Buenas personas a las que les gusta
dejar que otras personas piensen por ellas. Sogou o la Diosa... el bien o el
mal... sólo importa quién lidera la manada. Si son incitados por la Diosa se
convierten en la encarnación del mal. Sin embargo, con Sogou liderando la
batalla, supongo que hoy se inclinan en la dirección de “buenas personas”... Ni
siquiera tienen claro de quiénes son “ellos”.
Sin embargo, me alegro de que sea ese el
caso. Si todos en la clase fueran como Takao Hijiri, realmente estaría muy
ocupado. Como la mayoría de ellos son del tipo seguidores, sólo tengo que
centrarme en los líderes a la hora de hacer mis planes.
“Ah... lo siento mucho. Las cosas que ellos
te hicieron, yo...”, dijo Seras después que guardara silencio por unos
momentos.
“Ellos solo se dejaron llevar por la
corriente, eso es todo”, dije. “No quiero decir que piense que no hicieron nada
malo — no puedo ser tan indulgente. Pero no hay necesidad que luchemos contra
ellos ahora, especialmente si eso significa exponernos al peligro.”
Si disparo contra mis compañeros y
fallo, existe el peligro que termine por tener que enfrentarme a Sogou Ayaka.
Quiero evitar eso ahora mismo, por lo menos. El verdadero problema son los
otros Héroes — los que no estuvieron aquí hoy. Ellos son la razón principal por
la que tenemos que regresar a la casa de la bruja.
“Vamos a casa.”
Mientras reflexionaba sobre nuestros planes sobre el camino que nos esperaba, activé el cristal de teletransportación.