Failure Frame Vol. 7 Prólogo
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Failure Frame volumen 7 Prólogo en español
Prólogo
“NUNCA SOÑÉ que el Emperador Salvajemente
Hermoso elegiría este momento para mostrar sus colmillos.”
En el castillo de Alión, Vicius sonreía
detrás del escritorio de su despacho privado. Miró al Barón Pollary, que
recientemente había servido como comandante por Batalla de la Ciudadela Blanca,
y cruzó las manos sobre el escritorio.
“Haré que reúnas tus fuerzas y te dirijas
inmediatamente a la frontera entre Mira y Ulza. Toma el mando del ejército de
Ulza y frena a las fuerzas de Mira.”
“¿Ha comenzado ya Mira su ataque?”, preguntó
el barón Pollary.
“A estas alturas, es muy posible que lo haya
hecho, sí.”
Según los informes, Mira había enviado a Ulza
—sus vecinos del este— una invitación para unir sus fuerzas.
El Asesino de Monstruos. Rey de Ulza
palideció ante la idea e inmediatamente pidió instrucciones a la Diosa.
Vicius quería ganar tiempo. Lo mejor sería
que pudiera esperar la respuesta de Mira y hacer sus propios preparativos.
Desgraciadamente, el plazo de que disponía
Mira para responder era demasiado corto. Estaba claro que la Emperador
Salvajemente Hermoso no tenía intención de permitir que las demás naciones
tuvieran tiempo para prepararse. No obstante, Vicius había hecho lo posible por
retrasar la respuesta de Ulza el mayor tiempo posible.
El Barón arrugó la frente y frunció el ceño.
“Si consiguen capturar la fortaleza de Zoldo,
en el sur, eso podría ser bastante problemático. Podrían utilizar esa posición
como base para enviar tropas a través de la frontera hacia el corazón del país.”
“Por eso he ordenado al rey que envíe allí de
inmediato a sus Caballeros Asesinos de Monstruos. Y aun así...”
“... ¿Crees que eso es exactamente lo que
Mira quiere que hagamos?”
“Precisamente. El Emperador Salvajemente
Hermoso y sus hermanos mayores no son idiotas. Queda por ver qué estrategias
intentarán desplegar contra nosotros.”
Entonces el Barón Pollary hizo la pregunta
que estaba en la mente de todos: “¿Pero por qué? ¿Por qué precisamente el
Emperador de Mira decide atacarnos ahora?”
“Creo”, dijo la Diosa, sin que su radiante
sonrisa flaqueara en ningún momento, “que atacan precisamente por la
situación actual.”
“¿De qué manera?”, preguntó el barón.
“Mientras sobreviva el Rey Demonio, Alión no
puede concentrarse únicamente en Mira.”
“N-No obstante... ¡Es demasiado imprudente
siquiera considerarlo! Si la Alianza Sagrada cae ahora en luchas internas,
¡asegura la victoria a los ejércitos del Rey Demonio!”
“Deben estar locos”, dijo otro de sus
comandantes. “¡Si las fuerzas de este continente que frenan al Rey Demonio se
agotan por el conflicto interno, el mal del norte también supondrá una amenaza
para Mira!”
El Rey Demonio es el único que se
beneficiaría. A menos que...
La sonrisa de Vicius se amplió. “En cuanto a
su elección de traicionar a nuestra nación de Alión en estos momentos, este
podría ser el único momento disponible para ellos. En tiempos de paz, el
Imperio de Mira nunca podría esperar prevalecer.”
Mira limitaba al norte con el Estado de
Yonato, y la relación entre ambas naciones era de todo menos amistosa. Sin duda,
Yonato se pondría del lado de Alión. Al este se encontraba Ulza, cuyo Rey
Asesino de Monstruos temía sabiamente a Vicius y probablemente también se
pondría del lado de Alión y Yonato.
Pero ahora, Yonato apenas aguantaba tras
sufrir grandes pérdidas durante la reciente invasión del Rey Demonio. Mira ya
no tenía que preocuparse por los ataques del norte.
Magnar, que controlaba la mayor parte del
norte, se había reducido al treinta por ciento de su fuerza normal durante los
combates. Lo que quedaba eran los Jinetes Lobo Blanco y sus tropas estacionadas
en el frente oriental. Si esas tropas se retiraban, todo el frente se
derrumbaría. Además, el Rey Lobo Blanco de Magnar estaba desaparecido en
combate, y nadie tenía ni idea de si estaba vivo o muerto.
El Sacro Imperio de Neah y el Imperio de
Bakoss también tenían su fuerza militar considerablemente agotada. No les
quedaban fuerzas para otra guerra a gran escala. En resumen, sólo Alión y Ulza
se interponían en el camino de Mira.
Nuestras fuerzas tampoco han salido indemnes
de la batalla... Hemos perdido un buen número de soldados en la Batalla por la
Ciudadela Blanca, mientras que la fuerza militar de Mira permanece
prácticamente intacta.
“Ya... ya veo.” El Barón Pollary gruñó en
acuerdo. “Aun así... es crucial que todos nos unamos para hacer frente juntos a
esta amenaza. Las acciones del Emperador Salvajemente Hermoso son una locura.
No tengo otras palabras para describir su conducta.”
“Así es... Parece que ha tenido problemas con
la posición de Alión durante mucho tiempo. Pero traicionarnos en este momento
es... Bueno, ha forjado su propia perdición. En verdad, no puedo comprender qué
es lo que quiere. No lo entiendo, simplemente no lo entiendo.”
“Sí... Debe estar loco para rebelarse así
contra ti de esta manera, Diosa Vicius.”
Vicius retiró rápidamente su sonrisa y dejó
escapar un sollozo teatral.
“¿Diosa...?”
“Trabajo hasta los huesos al servicio de toda
esta gente. Ser amenazada y atacada así por un humano... Todo esto es demasiado
cruel. Debes estar de acuerdo, por supuesto.”
“... Hmm”, suspiró el Barón sin entusiasmo.
“...”
“¡Ah, c-claro que estoy de acuerdo! Te
dedicas de lleno a tu trabajo por el pueblo, sólo para que tus esfuerzos sean
ignorados de esta manera — ¡Imperdonable!”
“Los héroes también son personajes tan
problemáticos con los que lidiar... Ay, pobre de mí. Es como si estuviera
obligada a cargar con todas las desgracias que el mundo hace llover sobre mí...”
“Es exactamente como dices, puede ser muy
difícil leer qué es lo que Kirihara e Hijiri están pensando en un momento dado.
Pero Ayaka Sogou es una de las mejores Heroínas, ¿no es así?”
“¿Hm?”
“¿Eh?”
“Hmmm... ¡Hm-hm-hmm~! ♪”
Vicius giró su cuerpo para mirarlo, se desplomó ligeramente en su silla y
empezó a tararear para sí misma.
El barón quedó sorprendido por esta repentina
actuación, que terminó casi tan pronto como empezó. Luego ella pasó suavemente
el dedo por el borde del escritorio e inspeccionó la fina capa de polvo que
había sobre él. Se quitó el polvo del dedo con un soplido desde sus mejillas, y
pasó algún tiempo antes de que volviera a hablar.
“Ejem, déjame ver.” Volteó hacia el
barón con una cálida sonrisa en el rostro. “¿Acaso te escuché mal...? Cuando me
deshice de ese inútil Héroe de clase E, ella se volvió loca e intentó
desafiarme. Sin embargo, me pareció oír que te referías a ella como una de
las mejores Heroínas. Debo haberme equivocado, ¿no? ¿Te
sientes bien?”
El barón Pollary se puso pálido, y un sudor
frío se formó en su frente.
“Diosa...” inició él, con voz temblorosa. “P-pero
estoy seguro que usted sabe, la destreza de batalla que ella demostró en la
Batalla por la Ciudadela Blanca fue... Ella salvó las vidas de
muchos que estaban en el campo ese día con sus acciones. ¡Muchos de los
soldados la tienen en alta estima!”
“...”
“¡E-en cuanto a mi propia opinión sobre el
asunto! Al presenciar la forma en que arriesgó su vida en la batalla, m-me
conmovió mucho la escena, y—”
¡Bamm!
Vicius golpeó con fuerza el escritorio con la
palma de la mano, sin dejar de sonreír ni un instante. “Lo siento, tengo
problemas para oírte.”
“S-si usted hubiera estado en ese campo de
batalla, entonces— estoy seguro de que entendería que-... qu-que ella... Para
salvar a tantos como pudo de las fauces de la muerte, ella—”
¡Bamm! El
golpeteo de Vicius sobre el escritorio se hizo más fuerte, pero su expresión
permaneció inmutable.
¡Bamm! ¡Bamm! ¡BAMM—!
Su último gran golpe fue mucho más fuerte que
los otros, como si estuviera asestando un golpe final. Cuando terminó, el
silencio se apoderó de la habitación.
Una vez más, Vicius repitió sus palabras —
sonriendo mientras lo hacía.
“Lo siento, tengo problemas para oírte.”
El barón aguzó su atención, sintiendo como si
el corazón se le fuera a salir por la garganta en aquel ambiente tenso.
“Yo-yo...” Habló pausadamente. “Yo... sé que
soy un hombre con una inclinación por lo impropio. No puedo afirmar que ella sea
una persona pura y honesta... S-sin embargo...”
*Gulp.*
El barón tragó saliva y se llevó la mano
derecha al pecho.
“E-Ella tiene convicción propia y clara como
Héroe — ¡No conozco a ningún otro como ella! Es cierto que la Brigada El Lord
Mosca decidió en última instancia el curso de batalla... ¡pero! ¡También tengo
claro que sin Ayaka Sogou nunca habríamos podido aguantar lo suficiente hasta
su llegada! Ella fue quien derrotó a los tres tipos humanoides que derribaron
al Asesino de Dragones. Fue ella quien contuvo a un demonio del Círculo
Interior y nos hizo ganar tiempo hasta que llegó la Brigada El Lord Mosca.
¡Todo eso fue obra suya!”
“...”
El barón calmó su respiración entrecortada
lleno de pánico antes de continuar.
“... Entiendo que tengas una mala impresión
de la Señorita Sogou, D-Diosa... Pero si vamos a luchar juntos, creo que es
mejor dejar esos sentimientos a un lado por ahora. Debemos estar unidos si
queremos sobrevivir. Al menos, ésa es mi opinión al respecto...”
Vicius se quedó quieta un rato, con la
sonrisa congelada. Un tenso silencio reinó en el despacho durante un rato más —
hasta que la Diosa por fin lo rompió.
“Cielos, cielos, eso estuvo bien dicho. ♪”
“¿Huh...?”
“Lo siento mucho. Te estaba probando, como
ves.”
“¿Um...?”
“Creo que ahora sé exactamente qué clase de
hombre eres.” Sonrió la Diosa. “Je, je. Como líder del ejército,
nunca te limitarás a ratificar mis opiniones en todo momento. Difícilmente
puedo confiar en un subordinado que no tiene firmes opiniones propias, ni la
fortaleza de ánimo para negarse a renunciar a sus convicciones. Si cree que sus
superiores están equivocados, no debe tener miedo de decirlo — así es como se
construye la verdadera confianza en estas relaciones. Ha superado la prueba,
barón Pollary. ♪”
El barón soltó un suspiro de alivio. “Ya-ya
veo, así que era una prueba... No sabía que fueras una persona tan traviesa...”
“Je je je, aunque no soy una persona[1] del todo, ¿verdad?”
“¡Ja, ja, ja! Ciertamente no lo
eres.”
Tras dar unas cuantas órdenes más al Barón
Pollary, le invitó a marcharse. Luego ella se sentó sola en su oficina.
Oh, cómo me subestima.
Su afirmación era correcta. El Imperio del
Rey Demonio en el norte, Mira al oeste... Estamos atrapados en un ataque de
pinza entre dos enemigos. ¿Pero el Emperador Salvajemente Hermoso,
ese humano, realmente cree que puede ganar
esta guerra? ¿Está loco?
Falkendotzine Mira DiAsordseat. “Belleza
hasta a un punto salvaje y enloquecido.” Hermoso y distante ciertamente es...
pero el hombre no está loco. No... De hecho, es bastante astuto, como sus dos
hermanos mayores.
Vicius vio a través de su fachada.
Mira nunca declararía una guerra como esta si
no tuviera esperanzas de ganar. Pero al rebelarse contra nosotros, el
Emperador Salvajemente Hermoso está claramente interfiriendo con
nuestros intentos de destruir a la Raíz de Todo Mal — se ha convertido en un
obstáculo. Se ha convertido en presa fácil para la eliminación.
Ahora que lo pienso...
Vicius trató de recordar las palabras que él
había pronunciado durante su reunión antes de la invasión... algo sobre la
leyenda del Asesino de Dios.
En aquel momento le resté importancia,
pero... ¿realmente Mira cree que puede derrotarme encabezando un ejército
Aliónés? Si es así, ¿cómo?
Levantando un pie sobre la silla, apoyó la
barbilla en la rodilla y empezó a mordisquearse una uña, sumida en sus
pensamientos.
“¿Magia Prohibida...?”
Las piezas encajaron en la cabeza de Vicius
en un instante. De repente, pensó en la Espada del Valor a la que había
asignado la tarea.
El País del Fin del Mundo se encuentra muy
cerca de Mira. ¿Y si el Emperador Salvajemente Hermoso se ha enterado
de la existencia de la Magia Prohibida y ha conseguido apoderarse de los
pergaminos? Si de alguna manera también se enteró de la existencia de las
Bestias Divinas, entonces...
La mente de Vicius iba a toda velocidad.
¿Qué iba a hacer?
Robaría la Bestia Divina que ahora acompaña a
la Espada del Valor, entraría en contacto con el Clan de las Palabras
Prohibidas y... No. Eso no funcionaría.
Pero...
¿De verdad permitiría la Espada del Valor que
su Bestia Divina fuera capturada tan fácilmente por el ejército de Mira? Lewin
Seale es ciertamente el Guerrero de Sangre Heroica más fuerte — al mismo nivel
que Civit, o quizás incluso mayor en términos de potencial... o así lo halagué
una vez. Pero en términos de fuerza auténtica, nunca alcanzará el nivel de
Civit.
Pero creo que ellos se comparan de forma
favorable respecto a la Brigada del Sol de Mira. Todo su grupo es fuerte, con
Satsuki a la cabeza. No deberían tener dificultades para enfrentarse a
doscientos hombres como mínimo. Incluso contra el Emperador Salvajemente
Hermoso y su Espada Divina, no puedo imaginar que Lewin Seale fuera
derrotado.
¿Quién podría derrotar a Lewin Seale, además
de mí misma? Civit Gartland... pero está muerto. ¿Takuto Kirihara? ¿Hijiri
Takao? ¿Ayaka Sogou?
La Sexta Orden de Caballeros de Alión
seguramente los supera en fuerza — pero ya están de nuestro lado. Y el “Lobo
Negro” Sogude Sigmus es ahora prácticamente un aliado de nuestra causa también.
Lo que significa que debe haber alguien en el lado Mira en la ecuación.
No hay nadie...
Pero justo en ese momento — recordó que
había un jugador que aún no estaba del lado de los amigos ni
de los enemigos.
“La Brigada El Lord Mosca... el tal Belzegea.”
Era un factor desconocido. Era un pensamiento
inquietante.
Un usuario de magia maldita que derrotó al
Hombre Más Fuerte del Mundo. Para ser sincera, me da náuseas. Sin mencionar que
escuché que su magia también funciona con demonios. Derrotó al Primer
Juramento, ese Demonio del Círculo Interior, ¿no es así? Y por lo que dicen,
está en posesión de lo que parecen ser antiguos ítems mágicos. Debo encontrar
una manera de tratar con él.
Por suerte, ha matado al Primer Juramento —
lo que demuestra que no está del lado del Rey Demonio. El mejor camino sería
asegurar su ayuda como aliado, incluso podría eliminar por completo mi
necesidad de los Héroes de Otro Mundo. Mis agentes están actualmente buscando
su paradero, y he dado órdenes a la Sexta Orden de Caballeros y a ese Héroe de
Clase A para que intenten reclutar a Belzegea en caso de que vuelvan a
encontrarse con él.
Pero si rechaza la invitación, no tendré más
remedio que eliminarlo.
Ha sido una molestia en muchos sentidos...
como matar a los Cinco Elite. Todo ese asunto me causó terribles
inconvenientes. Pero como otro peón, sería una excelente adición a mi
colección. Queda por ver cómo podría ser persuadido, pero ¿no viaja esa
Princesa Caballero junto a su grupo? En cuyo caso es seguro asumir que esta
Brigada El Lord Mosca estará del lado del Sacro Imperio de Neah. Tal vez pueda
usar eso como ventaja. Entonces, si puedo conseguir el secreto de su magia
maldita, este poder suyo que incluso puede afectar a los demonios, entonces—
Vicius se recostó profundamente en su silla.
Pero lo primero es lo primero — el
Emperador Salvajemente Hermoso.
Y sin embargo, hay algo extraño en todo esto.
Tengo un discípulo estacionado en Mira, ¿no es así? ¿Qué demonios está pasando
allí? ¿Por qué no fui informada antes de esta rebelión? ¿Acaso fui traicionada?
“Inconcebible.”
Ese discípulo es un verdadero creyente; la
probabilidad que me traicionen es ínfima... Nacieron en Mira. Conocen mucho de
sus usos y costumbres... Razón exacta por la que los seleccioné para ser
enviados allí en primer lugar.
Ahora que lo pienso, sus parientes también
viven en Mira, ¿no?
“Rehenes...”
Golpeó el escritorio con el puño. Debe
de ser eso.
Eso es — el Emperador Salvajemente
Hermoso debe haber tomado como rehenes a sus familiares en Mira, obligando
a mi discípulo a enviarme informes con información falsa a cambio de garantías
de su seguridad. Esa es la única posibilidad que podría conducir a la traición.
“¡Tch! Tomar como rehenes a los
familiares y manipular a la gente... ¡Qué inmoralidad! ¡Esto es absolutamente
inhumano—!” La voz de Vicius se elevó con indignación. “¡Qué comportamiento tan
despreciable...!”
El Emperador Salvajemente
Hermoso es un necio por usar tácticas tan sucias en su rebelión. Ayaka
Sogou se ha vuelto loca con esa inesperada voluntad de mente fuerte suya. El
Barón Pollary también ha perdido la cabeza, atreviéndose a debatir con una
Diosa como yo...
“...”
Vicius se desplomó hacia delante, exasperada,
apoyando la cara en el escritorio. Luego levantó la frente de donde yacía, pero
mantuvo la barbilla sobre el tablero de la mesa. Su expresión era vacía, plana
e inexpresiva — como si estuviera mirando al vacío mismo.
Sus ojos dorados se abrieron de forma
antinatural y con una forma redonda.
“Estos...” Estuvo a punto de decir su pensamiento en voz alta, pero luego lo pensó mejor.
Estos mocosos. Se están volviendo demasiado engreídos.
Referencias
- Nota de RKB7: Ella se refiere a que no es una persona mortal, si no una Diosa. ↩